Capítulo 13: La cuenta regresiva termina - El regreso
Una castaña tras largas horas de trabajo, se encontraba en una heladería disfrutando de un delicioso helado junto a su prometido, mientras platicaban.
¿Qué te parece mi idea?, decía Kanda, tomando la mano de la castaña sobre la mesa.
Estupenda, contesto Sanae, con una cálida sonrisa.
Me alegra que te agraden los destinos que te estoy proponiendo para nuestra luna de miel, aunque también me gustaría que tú propusieras los tuyos, agrego el hombre de porte atlético, con calma.
Es que yo había pensado en los mismos lugares, dijo la castaña sonriendo.
¿En verdad?, contesto Kanda sorprendido.
Sí, pronunció la castaña.
Pues no sabes lo feliz que me hace tu respuesta, pues ello solo reafirma lo que siempre supe, somos el uno para el otro, dijo el hombre de porte atlético, mientras la castaña solo le regalo una sonrisa.
El uno para el otro, ¿en verdad siempre fuimos ello?, pensaba la castaña, mientras su mirada se tornaba confundida.
Apartare los boletos hoy mismo, así tendremos algo menos de que preocuparnos, dijo Kanda sonriendo.
Sí, tienes razón, contesto Sanae.
También me gustaría que mañana si te das una escapadita del trabajo me acompañes a ver nuestro futuro hogar, agrego el hombre de porte atlético, haciendo una pausa para acotar: Los diseñadores quieren conocer los gustos de mi futura señora para que lo tengan en cuento para su trabajo en la casa...
En tanto: "España"
Un hombre de cabello desordenado junto a una hermosa mujer, caminaban con unas maletas hacia el área de embarque de sus equipajes.
¿Cómo te sientes?, decía Larissa.
Emocionado, respondió Tsubasa.
¿Llamaste a tus padres o también quieres sorprenderlos?, agrego la mujer.
Si me contacte con ellos, y les dije que regresare a Japón, en dos días, pues no pude conseguir boleto para un vuelo directo y tendré que hacer escalas en otros países, dijo el hombre de cabello desordenado.
Entonces luego de instalarnos en Tokio, iremos al pueblo donde viven tus padres, respondió Larissa.
Sí, esa es la idea, estaremos con ellos unos días, tal vez 3, y luego volveremos a Tokio, no puedo perder más tiempo, pronuncio Tsubasa.
Eso sí, has desperdiciado mucho tiempo, debido a tu temor, 10 años, dijo Larissa con calma, haciendo una pausa para añadir sonriendo: Si el seguir amando a una persona en 10 años no es amor, no sé qué más podría ser.
Es amor, verdadero amor, respondió Tsubasa.
Horas después: "Japón -Tokio"
Un auto deportivo se detenía frente a un edificio
Hasta mañana preciosa, decía Kanda, mientras acercaba su rostro al de la castaña.
Hasta mañana, contesto Sanae, antes de que su prometido posara sus labios sobre los suyos.
Tras algunos segundos la castaña rompió el beso, y tras una cálida sonrisa bajo del auto, mientras su prometido la miraba.
Mi preciosa Sanae, dijo en voz baja Kanda, mientras la miraba alejarse más y más.
Al día siguiente:
Tras desayunar, una castaña tomaba su cartera, sus llaves y salía presurosa del departamento donde vivia.
¡Buen día señorita Nakazawa! decía el encargado de la limpieza del edificio.
¡Buen día señor Masashi! pronunció la castaña, mientras caminaba hacia el ascensor.
Corriendo con la hora, acoto el hombre sonriendo.
Sí, dijo Sanae, mientras entraba al ascensor.
Una vez dentro del mismo, la castaña presiono un botón, a los pocos segundos la puerta se cerró y el ascensor empezó a descender.
Mientras tanto:
Kanda manejaba su auto, cuando de repente debido al cambio de luces el auto donde iba se detuvo frente a un puesto de periódicos. El hombre de porte atlético, mientras esperaba continuar su camino, poso su mirada en los diarios deportivos, pues todos tenían la foto de alguien de quien durante muchos años fue su rival de amor, aun no estando en su país.
¿Quiere uno?, escucho.
Sí, dame uno, respondió Kanda a un hombre de gorro.
¿Qué diario?, dijo el vendedor.
El que sea, creo que todos están hablando de lo mismo, agrego Kanda, entregándole un cheque.
Sí, es cierto, tome, contesto el vendedor, entregándole uno de los diarios, al tiempo que el cambio de luces se produjo, y el hombre de porte atlético emprendió camino en su auto. Joven su vuelto, decía el vendedor, mientras veía alejarse al auto.
Tras varios minutos de estar manejando Kanda detuvo su auto en la playa de estacionamiento del lugar donde trabajaba, tomo el diario, leyó el titular, y busco la página de ampliación de la misma.
Resulto cierto, Tsubasa Ozora, no renovó con Barcelona.
Kanda leyó la ampliación del titular, luego de ello doblo el diario, bajo de su auto, y arrojo el diario en uno de los tachos de basura que había en el estacionamiento.
¿Por qué no renovó?, su destino es incierto así dice el titular del diario, además, el libro de pases ya está cerrado, eso significa que estará sin club por unos meses, no comprendo porque lo hizo, a lo mejor está lesionado y ha decidido darse un descanso, aunque ello es extraño, los periodistas ya lo sabrían,....., pensaba Kanda, cuando su pensamiento se vio interrumpido por el sonido de su celular.
El hombre de porte atlético tomo la llamada, mientras continuaba su camino.
Si, ya estoy aquí, dame unos 5 minutos, decía Kanda, al tiempo que un pensamiento vino a su mente: Será mejor no comentarle esto a Sanae.
Horas después:
Kanda recogía a la castaña de su centro de trabajo.
¿Te hice esperar mucho?, pronunciaba la castaña, tras subir al auto.
Claro que no hermosa, dijo Kanda, acercándose para darle un apasionado beso.
Mis padrinos me llamaron para decirme que la prueba de los aros es para el viernes a las 6 de la tarde, pronunció Sanae, al romper el beso.
Perfecto amor, contesto el hombre de porte atlético, encendiendo el auto.
Minutos después:
Kanda y Sanae supervisaban los ambientes del que sería su próximo hogar luego de que se casen.
Me gusta, dijo Sanae.
A mí también, respondió Kanda, mientras tomaba la mano de la castaña, para que vayan a otro de los ambientes de la casa.
Luego de 1 hora, y tras quedar satisfechos con lo que vieron, Kanda llevo a la castaña al lugar donde vivia.
Hasta mañana, decía Sanae.
Hasta mañana, respondió Kanda, mientras pensaba: Sanae no vio el titular, y mañana habrá nuevos titulares en los diarios, ello es bueno.
Al día siguiente: "Avión"
Ahora si a Japón, decía Tsubasa, mientras tomaba asiento en el lugar que le correspondía en un avión.
Si, respondió Larissa, haciendo una pausa para agregar: Ya cerré el trato con el dueño de los departamentos, y tal como lo quisiste, ambos los arrendé a mi nombre, eso sí en cuanto estemos instalados tendremos que regularizar unos documentos que hacen falta y que tú debes firmar también así no figures como el arrendatario principal para evitar que se filtre tu nombre en la prensa de tu país.
Perfecto, lo que menos quiero es que los periodistas de Japón se enteren de mi regreso, al menos por ahora quiero evitar tenerlos sobre mí, agrego sonriendo el hombre de cabello alborotado.
Lo sé, ¡ah! nuestros departamentos son contiguos, y están en el décimo piso, acoto Larissa.
¡Décimo piso! dijo Tsubasa.
Sí, eran los más bajos que estaban libres, por ello, los tome sin dudarlo, respondió Larissa.
Hiciste bien, dijo Tsubasa, mientras se colocaba el cinturón de seguridad.
En unas horas estaremos en Japón, pronunció la joven, al tiempo que se colocaba unos auriculares.
Horas después: "Aeropuerto Internacional de Tokio"
Tsubasa que llevaba lentes y gorra, junto a Larissa, bajaban de un avión, mientras miraban el lugar.
Ya estoy de regreso, pensaba el hombre de cabello desordenado.
Tras recoger sus equipajes el par de jóvenes abordaron un taxi que los lleve al edificio donde dejarían parte de su equipaje, para luego continuar su viaje a Nankatsu.
Minutos después:
¡Gracias! muy amable, decía Larissa, tras recibir un par de llaves.
¡Gracias a ustedes! respondió un hombre de bigote.
Subamos, dijo Larissa, mientras se acercaba al lugar donde estaba su amigo.
El par de jóvenes entraban a un ascensor, al tiempo que las puertas de un ascensor contiguo se abrían, y por el mismo salía una castaña, mientras que el otro ascensor cerraba sus puertas.
La castaña salió presurosa del edificio, mientras que el ascensor donde iba Tsubasa se detenía en el piso que le correspondía.
Tsubasa y Larissa dejaron sus cosas en sus respectivos departamentos, luego tomaron un pequeño equipaje y salieron nuevamente de los mismos, para ir a la estación de buses.
Tras algunas horas Tsubasa tras varios años se reencontraba con sus padres, mientras Larissa miraba la escena conmovida.
Ella es Larissa, una gran amiga, pronunció Tsubasa, tras haber saludado a sus padres. Ella habla también nuestro idioma, en realidad habla muchos idiomas, acoto sonriendo el joven.
Un gusto señorita, decían los señores Ozora.
El gusto es mío, respondió Larissa.
Tokio:
Una castaña sin querer abrió un archivo que tenía guardado en su celular hace muchos años, y el cuál no se atrevió a borrar, pues no pudo hacerlo.
En este había una foto, en ella estaban sus difuntos padres, ella y él, la persona a la que quiso olvidar, pero ella bien sabía que no podía hacerlo, por más que se esforzara, no podría olvidarlo, pues lo que ella sintió por él desde que lo conoció fue algo demasiado fuerte.
Tsubasa, ¿Qué será de ti?, espero y estés alcanzado todos tus sueños, pronunció la castaña, mientras con los dedos de sus manos acariciaba el rostro de su ex, al tiempo que de sus ojos salían unas lágrimas.
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