6. Negaciones y una sorpresa de Flagstaff
6. Negaciones y una sorpresa de Flagstaff
COLTON
—Pues a menos que esta no sea la 305, no.
Ella cierra los ojos y se rasca la cabeza, despeinándose el pelo ligeramente recogido en una trenza que cuelga a su lado derecho.
—Voy a pedir un cambio, no te preocupes. —Dejo las maletas en una esquina y ella suspira negando con la cabeza.
—No van a dártelo, los cambios tenían que hacerse antes de las diez, y eso en el caso de que fuese posible. —Apoya las manos en sus caderas y me mira ahora cabreada—. Pero claro, como te has saltado todas las clases, ya son las seis de la tarde y todo el mundo está instalado. Una vez más, yo soy la perjudicada por tus decisiones.
—Un momento, ¿eso qué cojones significa? —Arqueo una ceja y me acerco a ella.
—Nada, déjalo. —Se da la vuelta y continúa guardando ropa en su armario.
—No lo dejo, Chelsea, si vamos a tener que compartir habitación, creo que deberíamos hablar sobre lo que pasó el viernes.
—No hay nada que hablar porque no pasó nada —espeta en voz baja mientras va hacia la puerta para cerrarla.
—¿Eso es lo que te dices a ti misma para dormir por las noches?
—Mira, Colton, olvídame.
—Ese es el problema —murmuro para mí mismo después de que se haya marchado dando un portazo.
Mi teléfono suena entonces, lo saco del bolsillo de los vaqueros y sonrío al ver una foto de Cassandra haciendo muecas con la cara.
—Siempre tan oportuna, canija.
—Lo sé, no sé por qué lo dices, pero lo sé —río y por su voz se que está caminando—. ¿Qué tal? No sé nada de ti desde el jueves, ¿de qué vas?
—Lo siento, ha sido un fin de semana... complicado, ya te contaré.
—¿Y por qué no me lo cuentas ahora?
—Porque ahora mismo acabo de llegar a... Espera —digo cuando tocan la puerta—. No cuelgues.
Me levanto de la cama donde me había tumbado, y abro rezando para que no sea Boston, aún no estoy preparado para verle ni hablar con él.
—Me he quedado dormido y estoy soñando. —Una enorme y sincera sonrisa se dibuja en mi rostro cuando mi mejor amiga aparece delante de mí, ella rompe a reír y salta a mis brazos.
—¡Sorpresa! —exclama mientras doy vueltas con ella en el aire.
—Pero ¿qué haces aquí? ¿Cómo no me has avisado?
—Yo también tengo muchas cosas que contarte, guaperas. ¿Me invitas a entrar o es que estabas acompañado?
—No hagas esas coñas, hoy no.
—¿Eh?
—Entra, venga. —Tiro de su mano y cierro de nuevo la puerta, mira mis maletas y frunce el ceño.
—¿Llegas o te vas?
—Llego. Me he saltado las clases y acabo de enterarme de que esta será mi habitación, tengo que recoger un par de cajas más de recepción, han dejado todas mis cosas allí. Bueno, lo poco que tengo en el campus, ya me entiendes. Pero dime qué haces tú aquí, ¿cuánto vas a quedarte?
—Bueno, a menos que me echen antes de tiempo, lo que me queda de carrera. —Saca la lengua con diversión cuando abro los ojos sorprendido—. He pedido un traslado y me lo han concedido, voy a hacer los dos años que me quedan aquí.
—¡Cass! —exclamo emocionado, la sujeto por las manos y hago que caiga sobre mí en la cama.
—Perdón, ¿interrumpo? Menuda pregunta —dice Chelsea desde la puerta.
Yo cambio mi expresión, mi sonrisa desaparece y el gesto queda opacado por uno más tenso.
—No, no interrumpes, ella es Cassandra, mi mejor amiga. Se ha trasladado desde Flagstaff, va a terminar aquí la carrera —explico, y su cara cambia al escuchar su nombre.
—Ahora lo entiendo, tú eres la que va a compartir habitación con mi novio.
—¿Cómo? —pregunto confuso.
—No me has dado tiempo, joder. —Cass ríe y asiente mientras se levanta de la cama para dar dos besos a Chelsea, la cual los acepta un tanto distante y desconfiada—. Me han dado la habitación de Boston, aún no le he visto, pero he supuesto que sería tu amigo, no creo que haya muchos Boston por aquí. Así que tú debes ser Chelsea, su chica, ¿verdad?
—Así es —contesta mirándome a mí.
—O sea que vas a compartir habitación con Boston. —Me pongo en pie y le tiendo mi mano, la cual acepta aun sin saber lo que voy a decir. Así es ella, así somos, el uno para el otro sin preguntas—. Vamos a recepción, a ver si puedo convencer a Margaret para que nos deje cambiarnos, que tú te quedes conmigo y Chelsea con Boston.
—Eso sería... —Intercambiamos una sonrisa cómplice y Chelsea se da la vuelta—. ¡Tenemos que estudiar, eh! No me jodas el curso, que te conozco —ríe mientras salimos del dormitorio.
Media hora después regresamos a la 305 con las dos cajas que me quedaban por recoger.
—¿Y bien? —Peter nos mira desde la cama de Chelsea, la cual ya ha terminado de colocar todas sus cosas y está tecleando algo en su portátil, sentada en el escritorio—. ¿Habrá mudanza o no habrá mudanza?
—No, dicen que no se hacen cambios, que para eso tendríamos que haberlos solicitado antes de las diez.
—No me digas —murmura Chelsea sin apartar la mirada de la pantalla.
—Peter, ella es Cass, una amiga de Arizona que se ha trasladado y va a compartir cuarto con Boston. Cass, él es Peter.
—Encantada —dice ella al mismo tiempo que se inclina en la cama para darle dos besos, él sonríe y se los devuelve.
—Toc, toc.
La puerta se abre de nuevo y Boston entra, me mira y después mira a Cass, entonces vuelve a mí y niega con la cabeza con el ceño fruncido.
—¿Qué hostias pasa contigo, tío? Te largaste el viernes de repente y no hemos sabido nada de ti, ya me estaba rayando. ¿Estás bien?
—Lo siento, he estado de reunión en reunión por la premiere de la película, ya sabes. —Evito mirar a su novia, la cual continúa sentada en la silla del escritorio.
—Cassandra Black —dice entonces con una sonrisa—, cuando me han dicho tu nombre y que eras una trasladada de Arizona, he supuesto que serías tú, pero me ha extrañado que Colton no me dijese nada.
—Es que no tenía ni puta idea, acaba de aparecer en mi puerta, ya sabes que vais a compartir habitación, ¿no?
—Sí, sí, me lo han dicho antes, pero, ¿qué hacéis aquí vosotros? —Busca a su novia y frunce el ceño, ella pone los ojos en blanco y suspira.
—Es mi nuevo compañero de cuarto.
—Espera, ¿va en serio? —Mira a su alrededor y repara en mis maletas, cierra los ojos unos segundos y se apoya en el armario mirándonos a ambos de forma alternada—. ¿Seréis capaces de convivir sin mataros?
—Qué remedio —contesto—, he intentado pedir un cambio para que tú te vinieses aquí y yo fuese con Cass, pero ni de coña.
—Si lo hubieses hecho antes de las diez...
—Que sí, Chelsea, que ya lo he pillado, no hace falta que me lo repitas ochenta veces, joder.
—Haya paz. —Mi amigo alza las manos y nos obliga a colocarnos al uno frente al otro, tira de su novia para que se levante de la silla y extiende su mano para que estreche la mía—. Por favor, hacedlo por mí —suplica Boston, y yo no puedo sentirme peor.
Si él supiese que esta misma mano que está cogiendo fue la que hace tres día estuvo acariciando las bragas de su novia... Dios, no sé cómo vamos a hacer esto.
•••
Helloooo! Vuelven las actualizaciones, me he prometido a mí misma daros un capítulo semanal (o más), así que voy a dejarlos preparados ahora mismo para que no se me olvide jajajaja. PERO, como soy un desastre, si se me pasa, escribidme por Instagram para recordármelo 😂 (nerea_vara). Comentad mucho para dejarme ver si la novela os gusta y os interesa. Besitos!!!❤️
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