23. El renacer del Phoenix - parte 1
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COLTON
Cierro la puerta del ático y me encuentro de frente con el rostro preocupado de mi padre, dejo las llaves en la mesa y me rasco la cabeza sin ser capaz de mirarle a los ojos; si hay alguien con quien me cuesta actuar, ese es mi padre. Greg se ha quedado en el garaje para darnos intimidad.
—¿Estás bien? —pregunta acercándose—. Te he estado llamando.
—Sí, perdona, lo tenía en silencio. —Camino hasta el sofá y él me sigue sin decir nada, esperando que yo mismo le dé una explicación, supongo—. Pensaba decírtelo, papá, sé que me he gastado mucha pasta. Es que he pasado el fin de semana fuera con los colegas y, bueno, ya sabes... —Intento sonreír con convicción, pero mi padre alza una ceja, no se lo cree, obviamente. Es una excusa demasiado mala, joder.
—Colton, te fuiste el sábado y este dinero se sacó la noche del lunes.
—Joder. —Me revuelvo el pelo y le pido que se siente, veo cómo dibuja una sonrisa amarga y resopla, se restriega los ojos y se sienta a mi lado.
—¿Chelsea está bien? —pregunta. Lo miro con el ceño fruncido, no entiendo a qué ha venido eso—. Mira, hijo, cuando me enamoré de tu madre, no solo me habría gastado treinta mil pavos, si no que habría vendido mi propia alma al diablo si eso hubiese supuesto ayudarla en cualquier cosa que necesitase.
—Pero, papá... Yo no...
—Sé que no te drogas, Colton —continúa, yo pongo los ojos en blanco y apoyo los codos en las rodillas—. Bueno, sé que te fumas algún porro de vez en cuando, pero nada más. Y también sé que no has usado ese dinero para comprarte cualquier otra cosa ni para el fin de semana como dices. Así que lo único que se me ocurre es que Chelsea esté metida en algo.
—Papá... —Chasqueo la lengua y miro al suelo, él me acaricia la cabeza y pide que le mire.
—Sea lo que sea, lo solucionaremos. Cuéntamelo.
—Estoy metido en un lío de cojones, papá —confieso finalmente, es imposible mentirle, y la verdad es que necesito su consejo.
—Venga, suéltalo.
—No sé ni por dónde empezar. —Me pongo en pie y salgo a la terraza, me sigue y se apoya en un codo sobre la barandilla observándome—. El fin de semana... Bueno, Chelsea y yo nos besamos.
Lo miro de reojo, sé que no me juzgará, pero que lo que he hecho no está bien. Sin embargo, tan solo sonríe y niega con la cabeza, mira un segundo al suelo y después me pide que continúe con un gesto de la cabeza.
—Cuando volvimos a la residencia el lunes, nuestra habitación estaba revuelta, habían estado buscando algo y ella...
—¿Vuestra habitación? —Alza una ceja y forma una fina línea con los labios.
—Sí... en el reparto de habitaciones nos tocó juntos.
—Ya veo. —Se chupa los labios y gira su cuerpo por completo—. Sigue —pide con la mirada perdida en la ciudad de San Francisco.
—Chelsea se puso muy nerviosa, buscó algo en su armario y, al ver que no estaba, empezó a gritar y se marchó corriendo. —Hago una pausa cuando escucho que murmura algo antes de darse la vuelta hacia mí, su expresión es más seria que antes y, no sé por qué, pero parece que él mismo está atando cabos.
—Dime que no, Colton —suplica negando con la cabeza.
—Le robaron un kilo de heroína.
En cuanto lo digo en voz alta, cierra los ojos e inhala por la nariz profundamente, me mira en silencio unos segundos y saca su paquete de tabaco del bolsillo de sus vaqueros, coloca un cigarro entre sus labios y da una calada larga antes de volver a mirarme.
—Las horas pasaban y ella no volvía, no tenía su teléfono todavía así que no podía llamarla. No sabía qué hacer.
—Al grano, Colton. Por favor. —Por su voz, sé que está tratando de no perder los nervios.
—Hace poco me he enterado de que Chelsea es becada, no tiene un duro y encima tiene que cuidar de su madre, que debe de estar incapacitada y enganchada a la oxicodona y no sé qué más.
—La madre que me parió —murmura antes de dar otra calada.
—El día que la visteis en casa, cuando quedamos para hacer aquel trabajo... Bueno, por mi culpa lo suspendimos y le han quitado la beca. —Me callo cuando tensa la mandíbula y casi puedo ver cómo se muerde la lengua para no interrumpirme—. Al parecer no es la primera vez que... vende droga.
—¿Para quién trabaja?
—Se llama Bóxer. Él... papá él es quien lleva ahora las carreras clandestinas.
—¿Qué? —Suelta el humo de golpe y entorna los ojos—. ¿Se siguen haciendo?
—Sí, y no sé cómo serían cuando tu corrías, pero ahora es todo muy... oscuro, peligroso. Bóxer tiene a todos sus camellos vendiendo droga y parece que es quien maneja los hilos.
—¿Y el dinero? —inquiere después de unos segundos en silencio, murmurando cosas que no llego a entender.
—Bueno... Ayer, cuando anocheció y Chelsea no había vuelto, salí fuera del campus para esperarla, y entonces vi cómo un coche frenaba de golpe y la tiraban a la carretera.
—¿¡Cómo!? ¿Está bien? Colton, dime que tú no...
—Bóxer le había dado una paliza, papá —le interrumpo, un nudo se forma en mi garganta y me veo obligado a frotarme los ojos cuando siento cómo estos se humedecen.
—Tranquilo, ven aquí. —Mi padre tira de mi cuerpo para rodearme con sus brazos y me da un par de palmaditas en la cabeza, se separa y deposita un beso a un costado de mi frente—. ¿Tú estás bien?
—No pude evitarlo, lo siento. —Sostengo su mirada y niego con la cabeza, un par de lágrimas salen a hurtadillas de mis ojos y resbalan por mis mejillas—. Fui a por él.
—Colton, no. —Tensa la mandíbula y puedo notar como todo su cuerpo se pone alerta—. Dime que no te tocó un puto pelo. ¿Quién es ese perro? ¿¡Dónde está!? —habla mientras regresa al interior del ático.
—Papá, no vas a hacer nada, escúchame. —Lo sigo por el pasillo camino a su dormitorio, él solo suelta una risa amarga—. ¡Papá! —Tiro de su brazo para que me mire—. No es un matón de barrio de veinte años como te imaginas, tiene treinta y pico y es muy peligroso. Me apuntó con... —Cierro la boca y aprieto los labios cuando sus ojos se desencajan y cierra los puños—. Fui a saldar la deuda de Chelsea, para eso era el dinero, pero no puedo denunciarlo, él... Tiene cámaras en su despacho y grabó cómo me lanzaba el fardo de droga y cómo yo le extendía un cheque —suelto al fin, acojonado por la reacción de mi padre, el cual se limita a negar con la cabeza mientras camina unos pasos marcha atrás sin dejar de mirarme—. Me tiene cogido por los huevos. Me ha dicho que tengo que correr para él, que soy el hijo de una leyenda y que en una noche puede ganar conmigo en las apuestas el doble que vendiendo droga.
Se detiene y por un segundo su mirada se pierde en algún lugar de la habitación, sus ojos son ahora los que muestran un brillo que no había visto nunca, y todo su cuerpo parece a punto de estallar. Entonces, se da la vuelta mientras saca su móvil del bolsillo y se lo lleva a la oreja después de pulsar sobre la pantalla.
—¿A quién estás llamando? —Corro hasta él, pero coloca una mano en mi pecho para alejarme cuando intento quitárselo.
—Deja todo lo que estés haciendo y ven al ático, ahora —dice sin dar tiempo a que quien esté al otro lado responda, cuelga y se guarda el móvil—. Si piensas por un segundo que voy a quedarme quieto mientras un hijo de puta amenaza a mi hijo y le obliga a... —Aprieta los dientes y resopla por la nariz—. Mierda, Colton, no me conoces.
—He confiado en ti —digo con desesperación, no puedo dejar que haga algo y Chelsea pague las consecuencias—. Por favor, déjame esto a mí, tan solo-tan solo te lo he contado para que me aconsejases, para-para saber qué harías tú en mi lugar, no puedo... —Me restriego el pelo y no me doy cuenta de que estoy llorando de nuevo hasta que siento el sabor salado en mi boca.
—Colton, necesito que me entiendas —pide sosteniéndome por la cabeza—, eres mi hijo. ¿De verdad pensabas que iba a dejar que tú te ocupases de esto?
—¡Si haces algo, irá a por Chelsea! —grito soltándome de sus manos y dando un paso atrás—. ¡Ponte tú en mi lugar, joder! ¡Imagina que esto te hubiese pasado a ti cuando estabas empezando con mamá!
—Colton... —Resopla y se deja caer sobre la cama, apoya los codos en las rodillas y yo paso mi mano con rabia por la cara para secarla.
—Por favor —suplico acercándome—, ayúdame.
Alza la cabeza para mirarme y un pedazo de mi corazón se rompe cuando veo que él también está llorando; y me odio por ser yo el que ha provocado esto. Por ser yo el causante de que Chelsea perdiese la beca y se viese obligada a traficar, por ser yo quien ha provocado que le hayan dado una paliza y que ahora mi padre esté destrozado.
—Pues claro que te voy a ayudar —dice levantándose para abrazarme—, pero tú no vas a correr ni una puta carrera para él —aclara después de separarse y mirarme fijamente—. Lo haré yo.
JOSH
Acaricié la pierna de mi mocosa cuando vi cómo no era capaz de dejar de moverla con nerviosismo, yo también temblaba, pero algo dentro de mí me decía que todo saldría bien.
—Nena, relájate, estoy seguro de que...
—Shh, no digas nada. —Me tapó la boca con su mano y yo le di un pequeño bocado para hacerla reír y que la espera se hiciese más amena—. ¡Ay!
—Ven aquí, anda —dije al mismo tiempo que tiré de su cintura para atraerla y que se sentase sobre mi regazo en el baño—. Piensa en otra cosa, dime todo lo que te gusta de mí. —Ambos reímos y después nos besamos—. Bueno, pues ya te lo digo yo.
—Josh, no vas a...
—Me gusta la curva de tu sonrisa —interrumpí al mismo tiempo que la dibujé con la yema de mi dedo—. Me gusta que siempre que yo estoy de mal humor, tú lo estás más —reí—, y que siempre que yo me cabreo, tú te cabreas el doble.
—Es una técnica de despiste para que se te pase antes —confesó lo que ya sabía casi desde que volvió del internado convertida en una mujer.
—Lo sé, y siempre funciona. —La besé y después acaricié su pelo—. Me vuelve loco que siempre te emociones cuando me ves aparecer, aunque nos hayamos visto hace unas horas y aunque intentes disimularlo.
—Eres un creído, Josh Matthews —dijo mientras sonreía.
—Y también me encanta que... —El sonido del temporizador del móvil me interrumpió, ambos nos miramos y tragamos saliva antes de ponernos de pie.
—Míralo tú, yo no puedo —pidió al borde de un ataque de nervios. Yo sonreí y caminé hasta el estante en el que habíamos dejado el predictor unos minutos antes.
La respiración se me atascó en la garganta cuando vi las dos rayitas, el estómago me dio un vuelco como la primera vez que Wendy me dijo que me quería, y los ojos se me empañaron al momento.
—Negativo, ¿verdad? —preguntó con tristeza sin ser capaz de dar un paso.
—No puedo esperar a ver lo increíblemente preciosa que vas a estar con una barriguita de embarazada. —Sonreí y ella se llevó las manos a la cara, me miró un instante y rompió a llorar. Dejé el predictor sobre la encimera y corrí a abrazarla y levantarla del suelo—. ¿Te pondrás celosa cuando dejes de ser la mocosa de la familia?
Reímos y la deje en el suelo mientras nos besamos, cogió el predictor para mirarlo ella misma y después volvió a abrazarme.
—Es broma, pequeña —dije con felicidad sosteniendo su mirada—. Aunque sea una niña, tú siempre serás mi mocosa.
Escucho a mi hijo de veintidós años mientras le cuenta a su tío Rick todo lo que acaba de contarme a mí. El corazón se me encoge y todo el cuerpo me tiembla por la rabia, como hacía muchos años que no me sucedía.
—Hermano, esto es muy grave —señala él mirándome directamente a mí cuando Colton termina. Después mira a su hijo y niega con la cabeza—. ¿Es que siempre tenéis que estar metidos en historias?
—Oye, que por una vez no he sido yo. —Se defiende Greg.
—¿Qué quieres hacer? —Rick camina hasta mí y, por un segundo, es como si los dos tuviésemos de nuevo los años que tienen ahora nuestros hijos.
—Él no va a hacer nada, ya le he dicho que es mi problema —interviene Colton—, solo quiero que me aconsejéis y que... Que me des unas clases de conducir.
—Lo llevas claro —río amargamente mientras niego con la cabeza—. ¿Quieres hacer las cosas a tu manera y no denunciar a ese hijo de puta? Bien, pero seré yo el que corra, tú no vas a poner un pie en esa pista, que te quede claro —le advierto con seriedad.
—¿Es que tú te has vuelto loco? —Rick me mira entre sorprendido y preocupado—. Hace veinte años que no corres, Josh.
—Pues ya es hora de volver a hacerlo.
•••
¡Lo que echaba de menos a Josh y a Wendy!❤️🩹 ¿Vosotras? ¿Os ha gustado el trocito de ellos?
¿Qué os ha parecido la reacción de Josh cuando Colton le ha contado todo? El próximo capítulo os traerá nostalgia y adrenalina a partes iguales!!!
¡300 comentarios y os lo subo el miércoles!😛
(Si no se alcanza el objetivo para el miércoles, entonces será el viernes, cuando se alcance y sea día de actualización).
🩷🩷🩷
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