14. Trabajos forzados y caramelos
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COLTON
Niego sin quitar la vista de la carretera mientras Cassandra habla.
—Esa chica está muy jodida, Colton —señala con tono preocupado.
—¿Pero la has visto tomándose alguna? —inquiere mi primo desde el asiento del copiloto.
—No ha hecho falta, por el modo en el que las miraba, se notaba que ya lo ha hecho antes.
—Joder. —Dejo escapar una bocanada de aire y veo por el espejo retrovisor cómo Cass no me quita los ojos de encima—. ¿Qué?
—Nada.
—No, dime, ¿qué pasa?
—Creo que trabaja para Bóxer.
—¿¡Qué!? —Me giro para mirarla y el coche se me desvía un poco.
—¡Tío! —Mi primo me reprende mientras lo endereza él mismo—. ¡Estate a lo que tienes que estar, hostia!
—Cass, ¿por qué has dicho eso? —insisto sin prestar atención a Greg.
—Porque no hay que ser muy listo, joder. El otro día en las carreras la vimos con él, parecía que la estaba amenazando o algo, está claro que se conocen. —Se inclina hacia delante mientras reflexiona—. Y ayer me cuentas todo lo de su madre, que no tiene dinero, que le van a quitar la beca... Solo hay que sumar dos más dos.
—Tiene sentido, la verdad. —Asiente mi primo.
—Que no, que no puede ser verdad, seguro que es otra cosa.
—¿Se te ocurre algo mejor?
—Además, que a mí me da igual, es su vida, que se preocupe su novio.
Miro hacia la derecha cuando ninguno dice nada, y veo cómo ambos están mirándome con incredulidad y las cejas alzadas.
—Somos nosotros, eh —recuerda entonces mi primo—. No puedes mentirnos por mucho que te esfuerces. ¿Cuántas noches has dormido con ella esta semana?
—¿¡Cómo que has dormido con ella!? —exclama Cass—. A mí eso no me lo has contado.
—Solo han sido dos veces, joder, y porque ha tenido pesadillas.
—Pobrecita —dice mi amiga fingiendo pena antes de mirarme sarcásticamente—. ¿En serio esa es vuestra excusa?
—No es ninguna excusa, Cassandra, se despierta jadeando, sudada y con una expresión de pánico que hasta a ti te pondría los pelos de punta.
—Lo primero, no me llames Cassandra —advierte fulminándome con la mirada por el espejo—. Y lo segundo, ahí tienes otra prueba más de lo jodida que está.
La ignoro y continuamos con el viaje apenas unos minutos más, Sausalito está a poco más de media hora de la universidad, así que enseguida tomamos una salida que da a un camino empedrado para llegar hasta nuestro destino.
Se trata de una casa de tres plantas, con piedras grises haciendo las veces de pared y enredaderas por toda la fachada. Tiene una chimenea, siete dormitorios, cuatro cuartos de baño, salón de juegos, y una zona interior de piscina y jacuzzi. Sí, estos tienen pasta, no hay que ser muy listo.
Me fijo en cómo Chelsea la observa asombrada cuando se baja del coche de Boston, él rodea su cintura y la atrae para besarla, ella sonríe sin que sus ojos brillen como lo hacen las veces que la he tenido cerca de mí, y me busca con la mirada.
—Bueno, para las dos señoritas que no habían estado aquí nunca —dice John señalando su casa—, bienvenidas. Podéis elegir habitación, menos la de la última planta que es la mía —ríe mientras nos mira a los demás—. El resto, a cargar maletas y a meter la bebida en la nevera, ¡venga!
Vamos entrando y Blake corre hasta la cadena de música para introducir su USB y poner música. Se quita las zapatillas de una patada y de un salto se sube al sofá y empieza a cantar y a bailar a todo pulmón. Yo río al pasar por su lado y tiro la bolsa de viaje al suelo cuando, de repente, se lanza sobre mí. Separo los brazos justo a tiempo de cogerla y reír por lo loca que está.
—Se te va la olla —apunto a la vez que la dejo en el suelo.
—Y por eso me quieres. —Sonríe con diversión y me da un rápido beso en los labios antes de salir corriendo.
—¡Oye, eso ha sido un beso robado! —grito sin dejar de reír, y entonces me doy cuenta de que Chelsea nos estaba mirando mientras le pasa las botellas a su novio para que las guarde en la nevera.
No es la primera vez que mis labios tocan los de Blake, nos hemos liado algunas veces, sexo entre amigos, nada más. Al igual que lo ha hecho con John y Emi con Ember. Somos un grupo reducido, así que no hay muchas opciones, pero lo bueno es que no hay ningún tipo de mal rollo ni de incomodidad entre ninguno de nosotros. Aunque debo reconocer que a Ember no le hizo mucha gracia cuando me acosté con su hermana por primera vez, pero bueno, no le quedó otra que aceptarlo.
—He traído caramelos. —La voz traviesa de Emi hace que todos la miremos, cierro los ojos con una sonrisa mientras niego con la cabeza, dejo mi bolsa en las escaleras y voy hasta la isla de la cocina donde ha dejado algo sobre la encimera.
—Eres la mejor. —John le lanza un beso desde el lado opuesto de la isla a la vez que coge las pastillas y les echa un vistazo—. ¿Quién te las ha pasado?
—Se las pillé el otro día a uno que estaba vendiendo en las carreras, esperaba el momento oportuno para usarlas. —Dibuja una sonrisa orgullosa y yo frunzo el ceño, veo cómo mi primo niega con reprobación y se va para el piso de arriba a dejar su bolsa.
Me fijo en que el rostro de Chelsea también cambia, pero apenas unos segundos puesto que enseguida vuelve a sonreír cuando Boston la mira.
—¿A Bóxer? —pregunta Cass apoyando un codo en la encimera mientras alarga el otro para coger la bolsita y mirarla.
—No, pero seguro que el camello trabaja para él. —Emi se encoge de hombros y nadie hace ningún comentario más.
Tres horas después, todos nos encontramos en bañador y con unas cuantas copas de más, Blake, Emi, mi primo y Cassandra bailan fuera de la piscina, John y Ember los miran desde dentro del agua con sus copas llenas de ron y yo entro y salgo, un rato bailo con ellos y otro rato los miro sin dejar de reír.
Chelsea y Boston se han marchado hace unos minutos a la habitación, yo intento no pensarlo y racionalizar, pero el alcohol y la dichosa pastillita que Emi nos ha ido metiendo en la boca, me lo están poniendo muy difícil.
Continuamos con la fiesta un rato más, doy el último trago a mi copa y decido que no voy a beber más o la reseca de mañana me impedirá disfrutar del día. El resto está prácticamente fuera de juego, mi primo y Emi están enrollándose en un sofá de la habitación de juegos, Cass medio dormida en otro sofá del salón y los demás se han ido a dormir, de modo que dejo la copa en la encimera de la cocina y me dirijo a las escaleras para ir a mi dormitorio. Inevitablemente paso por delante del de Chelsea y Boston, aminoro la velocidad y agudizo el oído a tiempo de escuchar un pequeño jadeo femenino. Están follando, estupendo.
•••
¡Holaaa! Se acerca el momento que todas esperabáis, así que abro apuestas!!! Comentad sobre la opción qué más os gustaría:
1. Chelsea se lanza a besar a Colton, pero él la rechaza.
2. Colton se lanza a besar a Chelsea, pero ella le rechaza.
3. Ambos se besan, y Boston les pilla.
4. Ambos se besan, pero Greg les pilla.
250 comentarios y los descubris!!😱
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