EXTRA: AÑO NUEVO
Aclaración: todo esto ocurre un año antes.
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La cafetería está a reventar. Creo que pocas veces la he visto tan llena como hoy, pero no me quejo, si así gano más dinero por mi perfecto. Aunque necesito un descanso, estoy agotada y aún quedan tres horas para que acabe mi turno. Desventajas de ser pobre y tener que trabajar. Por suerte llega Alex y le pido a mi madre que me deje descansar cinco minutos.
─ ¿Por qué me ignora? ¿Acaso soy invisible y no me he enterado? ─ se queja mi mejor amigo nada más llegar.
─ ¿Hablas de Mia? ─ le pregunto, aunque sé de sobra que la respuesta es afirmativa.
─ Sí, hace tres días que no me habla. Me está desesperando.
─ Por dios, solo ha pasado un par de días no es el fin del mundo. Puede que sea mejor así, no sé por qué, pero hay algo que no me cuadra de ella.
─ Pero si es perfecta ─ la defiende como un loco enamorado.
Pobre Alex, siempre le pasa lo mismo. Se enamora hasta las trancas y después le parten el corazón. Espero que esta vez tenga razón y no sea como las demás. Pero no puedo estar segura de ello ya que por mucho que lo intente no puedo fiarme completamente de ella.
─ ¿Sabes lo que me animaría? ─ anuncia ─. Ir a la fiesta de Zack.
─ Pues no sé cómo piensas ir si no estas invitado.
─ Por eso mismo te necesito.
─ ¿Quieres que convenza a Zack para que nos deje ir? Si ni siquiera le conozco.
─ A él no. A mi hermano ─ añade con una sonrisa de oreja a oreja.
Se ha vuelto loco. Ha perdido la cabeza completamente. El amor le ha estropeado la última neurona que le quedaba.
─ Ni en mil años Aaron me invitaría a algún sitio y mucho menos a una fiesta.
─ Tal vez, pero a ti no te puede decir que no. Nunca ha podido y lo sabes.
Suelto un largo suspiro. Todo sea por ayudar a mi amigo, aunque eso signifique enfrentarme a Aaron a pesar de que sea lo último que desee ahora mismo. Después de lo que pasó en Navidad no sé cómo actuar con él.
─ Vale, está bien ─ acepto no muy segura ─ pero no pienso ir a buscarle.
─ No hace falta, acaba de entrar.
¿¡Espera que!?
Mierda, mierda, mierda.
Miro hacia la puerta y deseando que todo sea una broma, pero no, ahí está, caminando seguro junto al resto de sus amigos quienes toman asiento en una de las mesas del fondo. Sin embargo, él se separa de ellos para acercarse en mi dirección.
Vale, estoy entrando en pánico. Joder, Olivia relájate. Actúa normal como si nada hubiera pasado y listo. Mierda, me está mirando ¿qué hago? ¿Sonrió? ¿Paso de él? ¿Qué hago ahora?
─ Hola hermanito ─ saluda al llegar a su lado ─. Liv ─ me mira con su habitual y encantadora sonrisa con la que podría conquistar a cualquiera sin hacer nada más.
─ Hola ¿que deseas? ─ digo optando por seguir el papel de camarera.
─ En primer lugar, hablar contigo.
─ Que casualidad yo también tengo algo que decirte ─ admito.
─ ¿Ah si? ¿El qué? ─ dice aparentemente sorprendido
Miro a Alex quien me está dando ánimos mediante señas, aunque se detiene cuando su hermano se gira extrañado.
─ Nos hemos enterado de que mañana hay una fiesta y era por si nos podías invitar
─ Lo siento, pero solo pueden ir los de último curso ─ añade serio.
─ Por favor, Aaron, ¿no lo harías para ayudar a tu pobre hermano a quien acaban de romperle el corazón? ─ señalo a Alex quien hace un puchero para darle dramatismo a la situación.
─ No. La vida es dura.
Que insensible. Cambiare de plan a ver si Alex tiene razón y al menos siente pena por mí.
─ ¿Ni por mí que voy a tener que aguantarle llorando por las esquinas?
─ Vaaale. A ver si puedo hacer algo ─ suspira tras pensarlo un momento ─. Pero no es un si definitivo ─ añade hacia Alex quien se ha emocionado demasiado pronto.
─ Gracias ─ le respondo añadiendo mi mejor sonrisa.
─ De nada. Ahora... ¿puedo hablar yo?
─ Lo siento, estoy trabajando y estoy liadísima ─ pongo de excusa para librarme.
─ Pero...
No dejo que termine la frase porque ya he salido corriendo de allí a atender a una de las mesas. Es demasiado pronto para tener esa conversación. Aún tengo que saber que pienso al respecto.
Vuelvo a mirar mi móvil con la esperanza de haber recibido un mensaje de ella, pero nada, sigue sin dar señales de vida. Ni siquiera sé para qué me preocupo en mirarlo.
─ Como vuelvas a mirar ese maldito móvil lo tiro por la ventana ─ me advierte el hipócrita de mi hermano sin apartar la vista del suyo.
─ Estaba preguntándole a Liv cuanto le queda ─ miento.
─ Mentira, estas esperando a que la rubia esa te conteste.
─ Se llama Mia.
─ No me importa.
Molesto guardo el móvil y me tiro en el sofá.
─ Venga anímate, hay mil chicas más. Ya sabes lo que dicen, un clavo saca a otro clavo ¿no? ─ dice intentando animarme.
─ Yo no soy como tú, Aaron. No puedo estar con alguien de quien no estoy enamorado.
A veces pienso que todo sería más fácil si fuera como él, pero también mucho más triste.
─ A veces hay que conformarse con lo que se tiene.
─ Pero si te gusta otra persona al menos deberías...
─ Cállate, no quiero seguir hablando de este tema ─ me corta demasiado irritado
─ Vale pero que sepas que mereces más de lo que tienes.
Aprieta los dientes, pero no dice nada más ni yo tampoco, ya he dicho suficiente, ahora es su turno para que reflexione sobre lo que le he dicho. Mi hermano tiene la horrible costumbre de no luchar por lo que de verdad quiere y le importa.
La carretera está saturada de coches como es normal ya que al ser Nochevieja todo el mundo sale esta noche. Por suerte Zack es nuestro vecino y no tenemos que coger el coche. Eso que nos ahorramos. Sin embargo, aún tenemos que esperar a que llegue Liv para poder irnos. Ahora que lo pienso, ¿por qué Aaron sigue aquí? Podría haberse ido ya, sé de sobra donde se celebra la fiesta. Decido restarle importancia y nada más aparece Liv salimos pitando.
Al llegar veo que hay muchísimas más personas de los que imaginaba y lo más importante es que hay gente de todos los cursos.
─ ¿No decías que la fiesta era solo para los de último año? ─ le acuso
─ Tuvimos que ampliarlo si queríais venir.
Noto mi móvil vibrar en mi bolsillo y al sacarlo me emociono al ver que es una llamada de Mia.
─ Si yo fuera tu no contestaría ─ comenta Aaron.
─ Estoy de acuerdo, yo tampoco lo haría ─ apoya Liv.
Me debato entre cogerlo o no, pero al final decido hacerle caso a mi corazón y dejar de pensar.
─ Lo sé chicos, pero yo no soy como vosotros. No pienso darlo por perdido antes de intentarlo.
Vuelvo a la calle y acepto la llamada.
Hace tan solo una hora que estoy aquí y ya me quiero ir y ni siquiera sé por qué. Todo el mundo parece pasárselo bien. Hasta mi hermano quien hace un rato estaba como un alma en pena ahora no para de bailar con su nueva novia. Como le envidio.
─ Venga vamos a bailar ─ insiste Valeria. Ya he perdido la cuenta de cuantas veces me lo ha pedido.
─ No Val, ya te he dicho que no me apetece ─ le vuelvo a decir.
─ ¿Prefieres ir a algún sitio donde tengamos más privacidad? ─ añade ahora acercando su cuerpo al mío.
De haber sido cualquier otro día habría aceptado sin pensármelo dos veces, pero después de la conversación que he tenido con Alex no dejo de pensar en si tiene razón y debería dejar de conformarme.
─ Quizás más tarde ─ digo poniendo distancia entre nosotros.
─ Eres un amargado ─ se queja demasiado molesta.
Decido ignorarla y me voy de allí. Tengo que encontrar la forma de acabar con todo esto. Ninguno de los dos quiere continuar con esta relación y no sé por qué seguimos intentando algo que no tiene futuro. Bueno si lo sé o al menos sé porque sigue haciéndolo ella, por popularidad.
Necesito más alcohol. En un principio no quería beber mucho esta noche, pero ahora mismo necesito olvidarme durante un momento de todo. Voy a la cocina a por la botella de alcohol más fuerte que encuentre sin embargo todo se complica al llegar allí.
Ahí está, a tan solo unos pocos metros de mí con ese top de lentejuelas y esos vaqueros que le sientan tan bien. Me quedo embobado mirándola. Menos mal que está de espaldas y aún no me ha visto. De repente se gira y tan pronto como me ve sale corriendo hacia la puerta, pero la sujeto del brazo antes de que sea demasiado tarde.
─ Llevas evitándome toda la noche, Liv ─ suelto más molesto de lo que pretendía.
─ No estoy evitándote.
Ella y su manía de mentirme a la cara incluso cuando sabe de sobra que la he pillado me desespera, pero me gusta a la vez.
─ Tú y yo tenemos una conversación pendiente ─ le recuerdo lo que llevo intentando que ocurra desde hace ya demasiados días.
─ No hay nada de lo que hablar.
─ Yo creo que si ─ me interpongo entre la puerta y ella.
─ ¿Ahora no me vas a dejar salir?
─ No hasta que hablemos.
Noto como se debate entre escucharme o pegarme una hostia. Al final se decide por la primera opción y menos mal.
─ Vale, respecto a lo del otro día... ─ empiezo.
─ Fue un error ─ me corta precipitadamente.
─ No opino lo mismo.
Frunce los labios antes de continuar.
─ Mira nunca debí besarte ni tu debiste responderme, pero no pasa nada, olvidémoslo y ya está.
─ No quiero olvidarlo ─ confieso.
─ Aaron ─ dice enfada.
─ Dios, que bien suena mi nombre cuando lo dices incluso estando enfadada.
─ Aaron ─ repite esta vez mirando el suelo.
─ Olivia ─ añado levantándole la cabeza desde el mentón haciendo que me mire.
─ Para. Tienes novia.
─ Quiero romper con ella ─ confieso de repente. Ni siquiera lo he pensado, las palabras han salido solas.
─ ¿Por mí? ─ asiento ─ No lo hagas.
─ ¿Por qué no? No la quiero ni ella a mi.
─ ¿Acaso me quieres a mí? ─ su pregunta me desconcierta y por más que quiera contestarle me quedo paralizado ─. No me contestes, no importa porque yo no quiero estar contigo.
Si me hubiera pegado un puñetazo habría dolido menos. No puede haber dicho eso, tengo que haberlo escuchado mal. Hace cinco días me besó y ahora dice que no quiere nada conmigo. Juro que no entiendo nada.
─ No te creo Liv ─ mis palabras la detienen antes de que abra la puerta y vuelve a girarse hacia mí ─. No haces más que darme señales contradictorias. Vas a tener que dejármelo más claro si de verdad quieres que te deje en paz.
Hace el amago de acercarse, pero en seguida se arrepiente y se va. Ahora sí que sí, necesito encontrar esa botella de alcohol que había venido a buscar en un principio.
No sé ni donde estoy ni lo que estoy haciendo ahora mismo. He bebido demasiado y todo por culpa del idiota que no deja de mirarme pero que aun así sigue estando pegado a su novia. Ahg, le odio muchísimo.
Sigo bebiendo, no sé ni lo que hay en mi vaso, solo sé que con cada trago me olvido un poco más de él y eso es lo único que importa. Por otro lado, mi mejor amigo se ha ido con Mia y me ha dejado aquí sola. Le odio a él también por eso, quiero decir, me alegro por él, pero le odio por dejarme tirada.
Me estoy empezando a deprimir, vaya forma más buena de acabar el año. Bueno nada que el alcohol no arregle hoy, la pena es que ya me he bebido todo mi vaso. Intento ir a la cocina a por más, pero hay demasiada gente, tanta que no me doy cuenta y me tropiezo con alguien haciendo que toda su bebida acabe encima mía.
─ Perdón, perdón ¿estas bien? ─ me disculpo rápidamente.
─ Debería preguntarte yo eso a ti. Te he bañado en alcohol ─ responde Noah.
─ No pasa nada, ha sido mi culpa, no estaba mirando por donde iba.
─ Ven, te ayudo a limpiarte.
Le sigo escaleras arriba hasta llegar al baño. Allí me pasa una toalla y empiezo a limpiar el top torpemente.
─ Te puedes poner mi chaqueta si no quieres estar con eso mojado ─ ofrece.
─ Vale, gracias.
Me quito el top sin importarme que me vea en sujetador y me pongo su chaqueta. Mientras está ocupado limpiando mi desastre yo me siento en el borde de la bañera y sin poder evitarlo comienzo a llorar. Que tonta me siento ahora mismo.
─ Ey, ¿estas bien? ¿Qué te pasa?
─ Nada, nada, estoy bien.
─ ¿Seguro?
─ Si, es una tontería.
Continua con su tarea lo cual agradezco, pero recordemos que estoy borracha y cuando pasa esto no tomo buenas decisiones.
─ Noah, ¿te resulto atractiva?
─ ¿Que? ¿Por qué me preguntas eso? ─ pregunta confuso.
─ No lo sé, he visto como me miras.
─ Sí, por supuesto, ¿tú te has visto?
─ ¿Alguna vez has pensado en mí? ─ mi pregunta le desconcierta y antes de que diga nada lanzo ─ ¿Quieres acostarte conmigo?
─ No sé si es una buena idea, has bebido mucho.
─ Por favor, mi vida es un caos ahora mismo, necesito olvidarme de todo por un rato, por favor Noah, distráeme ─ jamás pensé que le suplicaría algo así precisamente a él, pero necesito sacar a Aaron de mi cabeza de alguna forma y ya que el alcohol no ha funcionado espero que esto sí.
Me mira con deseo como si hubiera estado esperando este momento toda la vida lo que me sube la autoestima. Comienza a besarme desesperadamente justo lo que necesito. No sé en qué momento me ha trasladado a una habitación ni como he llegado a estar solo en ropa interior. He desconectado y he puesto el piloto automático. Desde luego no era lo que pretendía. Desecho todos los pensamientos intrusivos e intento concentrarme en sus caricias, pero nada, no siento absolutamente nada. Si por el contrario esas manos fueran de otra persona... Mierda, ya he vuelto a pensar en él. No puedo seguir con esto.
─ Para ─ digo con un hilo de voz que no creo ni que haya escuchado, pero si lo hace, tampoco me hace caso.
Intento alejarme, pero me resulta imposible ya que me tiene atrapada bajo él y por mucho que le empuje no consigo moverle ni un milímetro.
─ Para, por favor ─ suplico esta vez un poco más fuerte.
─ ¿En serio? No puedo parar ahora
Sigue tocándome y besándome por todas partes. No tengo ni idea de que hacer para librarme de esta.
─ Por favor, no quiero seguir.
─ Cállate
Atrapa mis manos inmovilizándome y sus movimientos se hacen cada vez más violentos. Las lágrimas bajan por mis mejillas sin cesar. La que he liado.
Me siento como en un sueño ahora mismo. Llevo imaginándome este momento desde hace años y ¿ahora quiere que pare? Pues lo siento, pero no pienso hacerlo.
Una de mis manos sostiene las suyas y con la otra recorro su cuerpo hasta bajar a su entrepierna. Intenta detenerme dándome una patada, pero coloco una de mis piernas sobre las suyas para que no pueda moverse.
─ Deja de llorar y disfruta, sé que te gusta, si no, no estarías tan mojada.
Sorprendentemente me obedece y deja de retorcerse, simplemente se queda quieta sin hacer ningún ruido.
Seguro que está pensando en Aaron, he visto como han estado lanzándose miraditas toda la noche. Como no, siempre es el estúdido de Aaron. Pero no me importa, pienso hacer que se olvide de él esta noche, tal y como me ha pedido. aumento la velocidad e introduzco un dedo en su interior a lo que suelta un leve gemido dándome a entender que quiere más.
─ Noah, por favor... ─ vuelve a gemir más alto ─. No quiero. Para.
Pero de nuevo, no creo que lo diga de verdad. Continúo tocándola y poco a poco voy soltando inconscientemente mi agarre permitiéndole más movilidad. Empieza a retorcerse hasta que consigue librarse lo suficiente de mi agarre como para darme una patada.
─ ¿Pero qué coño te pasa? ─ le suelto molesto.
─ Te he dicho que no quiero que sigas.
─ Vale, vale ya paro.
Me separo de ella y vuelvo a vestirme. Total, ya me ha quitado todas las ganas. Espero que otro día colabore un poco más. Evita mirarme sin dejar de llorar. Joder, tampoco quiero que este así por mi culpa.
─ Venga, no llores no pasa nada, no hagas tanto drama ─ la consuelo secamente.
─ Soy una estúpida.
─ De eso nada, eres la persona más inteligente que conozco.
─ ¿De qué me sirve si después no hago nada bien?
Justo cuando iba a consolarla se abre la puerta apareciendo un Aaron muy enfadado. Creo que nunca le había visto así y mira que se ha enfadado mil veces conmigo, pero ni punto de comparación con como está ahora. Lleva la ropa de Liv en la mano la cual no recuerdo ni donde la habíamos dejado.
─ Llegas tarde ─ digo nada más para aumentar su ira.
─ ¿Que le has hecho? ─ vuelve a girarse hacia mí.
─ Me parece que es obvio pero que te lo cuente ella si quiere.
Echa fuego por los ojos y me preparo para el golpe que estará deseando darme, pero nunca llega. En cambio, no deja de mirarla a ella y cuando se da cuenta que está llorando su rostro cambia completamente a la preocupación.
Se acerca inmediatamente y ella le abraza nada más verle y llora desconsoladamente sobre su hombro. No deja de susurrarle cosas al oído para tranquilizarla sin resultado ya que solo hace que llore más fuerte. Se nota a leguas que ambos se quieren lo cual me hace sentir demasiados celos. ¿Que tendrá él que no tenga yo? Si es un capullo que encima tiene novia.
Paso de estar aquí observando a los dos tortolitos, será mejor que me vaya.
─ Ni se te ocurra irte ─ amenaza nada más toco el pomo de la puerta.
Retrocedo y le miro desafiante para seguidamente abrir la puerta y largarme. No me intimida ni lo más mínimo, sé de sobra que no va a hacer nada delante de ella.
Todo es por mi culpa. Por ser un puto egoísta y un cobarde. Si hubiera sido capaz de decirle lo que siento desde un principio no le habría pasado nada de esto y ahora mismo estaría celebrando el nuevo año junto a sus amigos y no aquí llorando. Desde que he llegado no ha parado de llorar y tenía pinta de que ya llevaba haciéndolo desde hace un buen rato. Se me parte el alma cada vez que le cae una lagrima. Si hubiera hecho las cosas diferentes...
No pensé que Noah fuese capaz de hacer algo así. Muchas veces me había dicho que le gustaría acostarse con ella, pero nunca pensé que le obligaría a hacerlo o al menos intentarlo. En cuanto los vi subir las escaleras me asusté, porque en el fondosabía que pasaría esto, aunque no quería creerlo. Así que esperé un rato y subi, confiando en que tan solo estaría ayudándole a limpiar su top, pero cuando entré al baño y encontré su ropa tirada en el suelo me asusté más que nunca. Sobre todo, porque sabía que no era algo que Liv quisiera.
Le ayudo a ponerse los pantalones y como su top esta mojado le pongo una sudadera que cojo prestada del armario de Zack. Una vez lista la rodeo con mis brazos y le ayuda a salir de aquí. Entre que esta borracha y que sigue medio paralizada no es una tarea sencilla, pero es lo mínimo que puedo hacer, tan solo tenemos que llegar hasta mi coche y después la llevaré a casa. Nada más bajar encuentro a Noah tan tranquilo disfrutando de la fiesta. Me hierve la sangre, pero ahora mismo no es mi principal preocupación. Volveré después a por él, no se va a ir de rositas.
Tras superar una avalancha de personas quienes me paraban cada dos por tres para felicitarme conseguimos llegar a la calle. Caminamos en silencio hasta llegar a mi coche y cuando ve que saco las llaves me detiene.
─ No voy a subirme a ese coche contigo si has bebido.
─ Pero no mucho, puedo conducir te lo prometo.
Y es verdad, después de todo lo que ha pasado se me ha ido todo el efecto del alcohol que tenía en mi organismo.
─ Mejor vayamos andando.
Acepto a pesar de que vive a más de media hora de distancia, aunque como era de esperar tardamos mucho más en llegar.
─ Ha llegado a su destino, preciosa.
Una tímida sonrisa escapa de sus labios. Coloca las llaves en la cerradura y yo me alejo en cuanto veo que ya ha entrado.
─ Aaron ─ susurra y me vuelvo hacia ella ─ sé que es una tontería, pero ¿puedes acompañarme? No quiero estar sola.
─ Claro.
Subimos procurando no hacer ruido hasta llegar a su habitación. Nada más llegar allí se deja caer en la cama completamente agotada.
─ ¡Son la una y media! ─ exclama al ver el reloj que está en la mesita de noche.
─ Sí. Feliz año, se me había olvidado decírtelo.
Se incorpora de un salto y me envuelve en un cálido abrazo.
─ Feliz cumpleaños, idiota.
Cierto, es 1 de enero, mi cumpleaños, ni me acordaba. Que desastre.
─ Tengo un regalo para ti ─ anuncia al soltarme.
─ Ya me lo darás por la mañana, ahora descansa.
─ No, no, tiene que ser ahora.
─ Tienes que dormir ─ insisto guiándola de vuelta a la cama.
─ Ya dormiré después ─ añade bostezando ─. Vale quizás tenga razón.
Se tumba sin ni siquiera ponerse el pijama y se queda dormida al segundo. Al mirarla no puedo dejar de pensar en el daño que le he hecho sin quererlo. Jamás pretendí que todo acabase así.
─ Lo siento mucho Livy ─ digo apartando un mechón de pelo de su cara ─. No olvides lo mucho que te quiero, siempre lo haré, aunque no podamos estar juntos.
En ese mismo momento me prometí a mí mismo que no volvería a hacerla sufrir y si eso significaba tener que alejarme de ella lo haré por mucho que me duela.
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Lo primero de todo ¡FELIZ AÑO!
De momento mi propósito de 2022 es terminar este libro y ya después veremos que mas me depara la vida
Y segundo, hasta aquí el extra. Os confieso que se me ha roto un poquito el corazón escribiéndolo. Contadme que os ha parecido a vosotros.
Gracias a todos por leerme y comentad cada uno de los capítulos, no sabéis la ilusion que me hace y sobre todo saber que os gusta.
Nos vemos pronto ❤️
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