5: Relación bipolar
Como vuelve a ser lunes desgraciadamente toca volver al instituto. Que pereza en serio, ¿por qué de lunes a viernes se pasan los días tan lento y de viernes a lunes tan rápido? Es cierto que son menos días, pero aun así se pasa demasiado rápido. Continúo filosofando en tonterías hasta llegar a mi taquilla. Rachel está a mi lado como cada día esperando impaciente la aparición de los hermanos Crown. Aún no he tenido tiempo de hablarle sobre mi pequeña falsa con Aaron, por lo que intento sacar el tema cuanto antes, pero la famosa entrada de los dos pesados me interrumpe, aunque a diferencia de otros días, hoy parece que absolutamente todo el mundo, excepto Rachel que no tiene ni idea de lo que está pasando, me prestan más atención a mí que a ellos. Tierra trágame. Ambos se acercan hacia donde yo estoy y por primera vez en la vida es Aaron el primero en hablar.
─ Buenos días, preciosa ─ dice con retintín y me da un corto beso en los labios que sinceramente era lo último que me esperaba que hiciera, pero son Alex y sobre todo Rachel los que se han quedado completamente asombrados.
─ No vuelvas a hacer eso ─ le susurro con cuidado de que nadie lo escuche y fingiendo una dulce sonrisa.
─ Oh venga, si sé que te encanta- me agarra de la cintura acercándome a él para susurrar en mi oído ─ te confieso que a mí también.
¿Pero qué le pasa hoy? Sabe que no hay nada que odie más que ser el centro de atención. ¿Se puede saber por qué se está comportando como un auténtico cretino? Me zafo de su agarre y le cojo del brazo para llevarlo a algún sitio donde estemos solos. Esto no se va a quedar así, tengo un par de cosas que decirle. Tanto mis amigos como el resto de los alumnos se quedan estupefactos y escucho susurros a mi espalda e intento no prestar atención a lo que sea que estén diciendo. Entro en la primera clase vacía que encuentro y cierro la puerta tras entrar.
─ Si lo que quieres es estar a solas conmigo solo tienes que decírmelo─ y su típica sonrisita canalla de imbécil vuelve a aparecer en su rostro.
─ ¿Se puede saber qué demonios te pasa?
No contesta, solamente se dedicaba a mirarme enfadado. Si las miradas matases ahora mismo estaría más que muerta.
─ ¿Es por lo que te dije del hockey? ─ tampoco responde, pero evita mi mirada y con ese gesto sé más que de sobra que se trata de eso ─ No vuelvas sí no quieres, pero no me trates así.
─ ¿Por qué quieres que vuelva? ¿Es por salir con el capitán? No sabía que eras tan básica como para eso ─ dice con el mismo tonito molesto que ha usado desde que me ha visto.
─Por supuesto que no idiota. Eso me da absolutamente igual y lo sabes ─ eleva las cejas ─ Se que te encantaba por eso quiero que vuelvas.
─ Liv, no eres mi novia de verdad, deja de preocuparte por mí y céntrate en el estúpido plan. Ya no sabes nada de mí ni de mi vida, por mucho que tu creas que sí.
Dicho esto, se larga de allí hecho una furia dejándome helada. Tras unos minutos consigo recomponerme, pero cuando me dispongo a salir de allí Rachel y Alex abren la puerta de golpe y entran preocupados hacia a mí.
─ ¿Estás bien? Hemos visto a Aaron salir de aquí con cara de querer reventar todo lo que pase por delante ─ dice Rachel abrazándome y yo tan solo asiento con la cabeza, sin poder pronunciar ni una palabra. Parece que me han dolido sus palabras mucho más de lo que pensaba.
─ ¿Quieres que hable con él? ─ añade Alex, tan protector como siempre.
─ No hace falta. Estoy bien chicos, no ha pasado nada. ¿Vamos a clase? ─ consigo decir fingiendo una sonrisa.
─ Sí, sí, pero espera un momento, antes tienes que contarme el por qué el mismísimo Aaron Crown te ha besado delante de todo el mundo y por qué esas cosas no me pasan a mí ─ se queja Rachel con su habitual dramatismo.
─ Es falso. No te emociones tanto ─ rio.
─ Lo sé me lo ha contado Alex.
─ Espera, espera ¿habéis hablado? ─ digo estupefacta ─ Mejor dicho, ¿le has hablado? ─ digo refiriéndome a Rachel.
En todos los años que la conozco nunca ha conseguido hablar más de dos palabras con ninguno de los hermanos Crown, ni siquiera con Alex quien pasa bastante tiempo con nosotras. Rachel se pone roja al instante.
- Anda, vamos a clase - digo tirando de ambos.
***
¿Puede terminar ya este día por favor? Estoy teniendo un lunes horrible. Primero Aaron ha sido un imbécil conmigo, luego me he dejado el almuerzo en casa y para colmo me han puesto un examen sorpresa de historia. Menos mal que ya solo queda una hora para irme a mi casa donde nada malo puede pasarme.
Me dirijo al laboratorio de química y me siento en segunda fila al lado de la ventana como todos los días. Mientras espero a que llegue el profesor saco una libreta y comienzo a dibujar lo primero que se me ocurre para distraerme. Al poco rato empiezan a llegar más alumnos, entre ellos Rachel y Aaron quienes están hablando muy animadamente. ¿Pero qué demonios? La miro incrédula y esta mueve los labios pronunciando un "lo siento", lo cual me deja más confusa de lo que ya estaba. En ese momento me doy cuenta de que Rachel se sienta al lado de Alex y en su lugar es Aaron quien se dirige hacia mí. ¿Puede ir peor el día?
─ ¿Puedo sentarme? ─ pregunta el castaño con una sonrisa de oreja a oreja.
─ Haz lo que quieras ─ contesto seca cruzándome de brazos.
Rezo para que no me diga nada más y por suerte no ocurre tan solo se dedica a sacar una hoja para escribir en ella y yo valoro seriamente si clavarle el lápiz en el ojo sería demasiado doloroso. El profesor entra en clase y enseguida empieza a hablar sobre algo relacionado con los átomos, el agua o algo parecido. Sinceramente, por mucho que lo intente no consigo prestar atención y no tengo ni idea de lo que está hablando. Hoy no creo que consiga enterarme de la explicación y mucho menos cuando mi querido compañero me da un toque en el brazo y me señala el papel donde ha estado escribiendo.
Lo siento, hoy no está siendo mi mejor día y lo he pagado contigo, ¿me perdonas?
Le doy una mirada que deja ver perfectamente lo molesta que estoy y las pocas ganas que tengo de entablar una conversación con él ahora mismo, pero parece que no lo pilla porque sigue mirándome con esa ridícula sonrisa a la vez que vuelve a escribir.
Por la cara que has puesto voy a suponer que no :( ¿estás enfadada?
Idiota. Cojo el primer boli que veo en mi estuche y le quito la hoja para escribir bien claro.
¿Qué más te da sí estoy enfadada? Tan solo eres mi novio falso ¿no? Solo tenemos que fingir, no tienes que preocuparte por cómo me siento.
Mis palabras causan el efecto que deseaba y se le borra en un segundo la sonrisa, pero al cabo de un par de minutos me quita la hoja y escribe.
Pero aparte también eres mi amiga y no quiero que estés enfadada conmigo por una tontería, perdóname por favor.
Amiga dice. Puede que cuando éramos pequeños sí pero ahora mismo sin duda no diría que somos amigos, más bien conocidos o ni eso. Arrugo la nota y la guardo en el estuche.
─ Venga hablame por favor, me vas a volver loco.
─ Shh, cállate nos van a llamar la atención ─ le regaño sin mirarle.
─ Por favor Livy.
Se me encoge el corazón cuando le oigo llamarme así. Es la única persona que lo hace, mejor dicho, la única que lo hacía, casi había olvidado cómo sonaba. Sin ser consciente doy un golpe en la mesa haciendo que toda la clase se gire hacia mí.
─ ¿Ocurre algo Olivia? ─ pregunta el profesor molesto por haber interrumpido la clase.
─ ¿Puedo salir un momento?
Me da permiso y salgo al pasillo a despejarme. ¿Quién se cree que es para tratarme fatal hace unas horas y ahora es capaz de llamarme como cuando éramos pequeños? Nunca voy a entender a este chico. Intento tranquilizarme respirando profundamente hasta que lo consigo. Sin embargo, la paz no dura mucho ya que un par de minutos después aparece Aaron a mi lado.
─ Antes de que me mates, no ha sido idea mía salir a ver sí estas bien ─ dice indiferente sentándose en uno de los bancos que hay.
─ Estoy bien ─ afirmo, aunque es mentira y estoy segura de que lo sabe aunque no lo diga.
─ Perfecto, ¿volvemos dentro?
─ No
─ Mejor, como escuche una vez más algo sobre la molécula del agua me pego un tiro.
Eso me saca una pequeña sonrisa y me siento a su lado.
─ Somos la peor pareja del mundo ─ admito medio riendo.
─ Yo creo que lo hacemos bastante bien.
─ Llevamos un día juntos y ya estamos enfadados.
─ Tú estás enfadada, yo estoy perfectamente.
─ Sí y ¿por qué estoy enfadada?
─ Porque soy el peor novio del mundo.
─ Exacto.
Apartamos la mirada el uno del otro para posarla en la pared de enfrente.
─ Lo siento Liv, de verdad. No estoy acostumbrado a que alguien se preocupe por mí y menos tú. Hace una semana lo único que hacíamos era molestarnos ─ confiesa. No me esperaba que se abriera conmigo de esa forma, normalmente es un bloque de hielo, aunque siempre he sabido que es una estúpida fachada para que no le hagan daño.
─ Lo sé y tienes razón. No sabemos nada el uno del otro ─ confirmo ─ pero si que me preocupo por ti y si no me crees pregúntale a tu hermano.
─ ¿En serio? ¿Y eso por qué? ─ añade sorprendido y le brillan los ojos.
─ Te lo he dije el otro día. Se que no eres como aparentas ser.
─ ¿Y cómo crees que soy? ─ pregunta con curiosidad.
─ Creo que eres todo lo contrario. Te ocultas tras esa apariencia fría haciéndole creer a todos que no te importa nada y que eres el rey del mundo cuando no es verdad. ¿Y sabes por qué lo sé? Porque si no fuera así no estarías aquí ahora mismo, ni hubieras aceptado ayudarme.
─ No soy una buena persona, Liv. He hecho un millón de cosas mal de las que me arrepiento y no puedo arreglar, sobre todo contigo.
─ Pero eso no te convierte en una mala persona. Todos tenemos secretos y hemos cometido errores.
Nos invade el silencio, supongo que ninguno de los dos sabe qué más decir.
─ ¿Sabes? ─ noto su mirada de nuevo sobre mí ─ A ti te pasa exactamente lo mismo. No eres la chica dulce y perfecta que todos piensan. Solo tienes miedo de que crean que no eres suficiente si te conocen de verdad.
─ Nadie es perfecto en este mundo, Aaron.
─ Tu eres perfecta tal como eres, créeme. Debería darte igual lo que piense el resto.
Lo dice tan seguro y convencido que sus palabras consiguen emocionarme. Nadie nunca había descubierto mi máscara. Sinceramente da un poco de miedo que pueda verme tan bien. Supongo que se debe a que ambos tenemos el mismo problema, aunque de forma diferente. ¿Cómo dos personas que aparentemente no tienen nada que ver pueden tener tanto en común?
─ Se me ha ocurrido una idea ─ anuncia Aaron levantándose.
─ ¿Cuál? ─ pregunto con un poco, mejor dicho, demasiado, de miedo.
─ Ven y lo sabrás.
Comienza a andar por el pasillo y yo titubeo entre seguirlo o no. Aún queda media hora de clase, no podemos largarnos como si nada.
─ Pero nuestras cosas están dentro ─ digo alcanzándole.
─ No te preocupes, Rachel se ocupará de eso.
─ ¿Por eso estabas hablando con ella?
─ Entre otras cosas ─ dice haciéndose el misterioso.
Nunca me he ido del instituto antes de tiempo y ni en sueños me imaginaba que la primera vez que lo hiciera iba a ser acompañada de Aaron Crown. No me creo que vaya a hacer esto. Llegamos a la puerta de su coche y me invade el miedo. Estaba muy decidida y emocionada, pero ¿y si nos dice algo el profesor o peor aún la directora? ¡No puedo manchar mi expediente!
─ Espera, espera, ¿no puede esperar a después de clase? ─ digo una vez ya estoy dentro del coche.
─ Entonces no tiene gracia, Liv.
─ Pero... ─ empiezo a protestar, pero me calla.
─ Shh, ¿te da miedo que nos pillen o estar a solas conmigo?
─ No tengo miedo a nada de eso, idiota. Es solo que nos vamos a perder la clase y era muy interesante.
─ ¡Si ni siquiera estabas atendiendo! ─ arranca riendo y sale pitando del aparcamiento ─ ahora relájate que tenemos un largo camino por delante.
No se sí fiarme de él. No tengo ni idea de adonde me lleva, pero si soy sincera conmigo misma estoy deseando descubrirlo.
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¡Buenos días!
Este capítulo ha sido uno de los que más me ha costado escribir y he corregido como mil veces. Agradecería mucho que me contaseis vuestra opinión del capítulo o del libro en general, así como que creéis u os gustaría que pasase en siguientes capítulos.
Muchísimas gracias a todos los que sacáis un rarito para leerme ❤️❤️
Nos vemos el próximo sábado.
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