13: No es una cita
Mi plan de olvidarme de Aaron va viento en popa. Durante esta semana nuestra relación a vuelto hacer exactamente la misma que como era antes lo cual me hace inmensamente feliz y a pesar de que quiera algo más, tener esto es más que suficiente.
Sin embargo, al conseguir a un Crown he perdido al otro. Alex sigue enfadado con ambos por ese motivo y es que es tan cabezota que no piensa dar su brazo a torcer y yo soy tan orgullosa que no pienso ser la que me acerque en primer lugar y menos para disculparme por algo que me hace feliz. Así que cuando quiera hablar hablaré, de momento toca esperar. Aunque no puedo negar que le echo muchísimo de menos. No estoy acostumbrada a su ausencia.
Todo se hace un poco más fácil porque estoy poniendo toda mi energía en el cumplir con el favor que me pidió Zack, aunque no estoy teniendo éxito por ahora. No tengo ni idea de cómo voy a hacer para que vuelva al equipo de hockey, por no hablar de sí no lo consigo, pero ya se me ocurrirá algo y espero que sea pronto. He intentado sacar el tema un par de veces, pero siempre acaba desviando la conversación hacia otra cosa. Solo rezo para que no se enfade para siempre conmigo ahora que empezábamos a llevarnos de nuevo bien. ¿Tal vez si uso la misma táctica que con mis padres cuando quiero algo? Mmm... puede ser un buen inicio. Nada más que tengo que encontrar la forma de que esté del mejor humor posible.
La campana suena indicando que da por acabada la hora del almuerzo y comienza la siguiente clase. Me despido de Rachel y corro lo más rápido que puedo hacia el aula para no llegar tarde, pero por el camino distingo a Aaron entre la multitud y es la oportunidad perfecta para empezar con la misión imposible, como la he bautizado. Es una señal del destino, allá voy.
─ Hola ─ digo más animada que de costumbre al llegar a su lado.
─ ¿Hola? ─ responde extrañado por mi efusividad.
─ ¿Hacemos algo hoy?
─ ¿Quieres quedar conmigo? ─ pregunta aún más extrañado que antes y yo asiento efusivamente ─ ¿Por qué?
─ ¿Cómo que por qué?
─ Es raro viniendo de ti ─ se encoge de brazos.
─ De eso nada. Hemos quedado muchas veces.
─ Sí, pero no porque haya sido iniciativa tuya.
─ Bueno pues hoy sí ─ digo empezando a cabrearme.
─ Vale, vale, no me mates.
"Relájate idiota, así no vas a conseguir que este de buen humor"
Tienes toda la razón, conciencia.
─ Tú quieres algo ─ dice analizándome la cara. ¿Cómo demonios lo sabe? ¿Tan descarada soy?
─ Que no, solo quiero quedar contigo ─ insisto.
─ ¿En plan cita? ─ añade con una media sonrisa.
─ No, en plan amigos─ aclaro.
─ Entonces no quiero.
Venga ya. Paso. Me niego a tener una cita con él. Sería todo lo contrario a olvidarle. Me niego. Lo siento Zack, te he fallado.
─ Tu mismo dijiste que querías que fuéramos solo amigos ─ le recuerdo cruzándome de brazos.
─ Lo sé, pero una semana de amistad me ha hecho darme cuenta de que tal vez no pasaría nada si avanzamos un poco. Me ha cansado de la fase de amigos.
─ De eso nada. Ahora lidia con tus consecuencias.
Llegamos a la clase de literatura y a diferencia de otros días no me siento a su lado sino delante por lo que me pone mala cara y yo como persona madura que soy, obviamente le respondo con la misma expresión o incluso peor. ¿Cómo se atreve siquiera a considerar el hecho de que quiera tener una cita con él?
─ Bueno, hoy vamos a comentar el libro que teníais que leer para esta semana, ¿qué os ha parecido? ─ comenta la profesora dando comienzo a la clase.
Los alumnos empiezan a hablar y a comentar lo que más y lo que menos les ha gustado del libro. Siempre hablan las mismas cuatro personas quienes están teniendo una intensa discusión que se ve interrumpida por alguien que casi nunca suele hablar.
─ Yo creo que la protagonista debería haber tenido un poco más de iniciativa y arriesgarse un poco.
Todos alucinan en cuanto dice la primera palabra dejando a todos sin habla.
─ Interesante punto de vista Aaron, ¿por qué piensas eso? ─ interviene la profesora.
─ Si tanto deseaba salir con él que se lo hubiera dicho en lugar de esperar medio libro a que se lo pidiera él.
Absolutamente toda la clase comienza a darle la razón solo por el hecho de que lo ha dicho él, excepto yo, evidentemente, ¿o acaso lo dudabais?
─ No estoy de acuerdo ─ elevo mi voz sin desviar la vista hacia el imbécil por lo que me centro en mirar a la profesora quien me hace una seña para que me explique ─ ¿por qué iba a pedirle salir si ni siquiera sabía lo que él quería? No sabía si todo era un juego o real.
─ Él tampoco sabe lo que ella quiere, pero eso no significa que tenga que hacerlo todo. ¿Por qué debe hacerlo? ¿Por qué es lo habitual? ─ vuelve a hablar Aaron. Puedo notar perfectamente su mirada clavada en mi espalda ─. A los chicos nos vuelve loco cuando es ella la que lleva el control.
¿Soy la única que piensa que no está hablando del libro? Me giro en su dirección y elevo las cejas incrédula.
─ ¿Si tanto quieres salir conmigo por qué no me lo pides? ─ digo imitando sus palabras.
─ Porque lo que quiero es que me lo pidas tú, preciosa ─ sonríe pícaramente y dios mío, esa sonrisa me desarma tanto que tengo que esforzarme por decir lo siguiente.
─ Que pena, yo no quiero salir contigo.
Se escuchan exclamaciones de sorpresa. Mis compañeros de clase son unos exagerados.
─ Mentira, solo tienes miedo de que te rechace, pero tranquila, nunca lo haría. Sabes que no soy tan cruel como para hacer eso.
Las exclamaciones aumentan. Hemos interrumpido completamente la clase con nuestras tonterías, pero a nadie parece molestarle ni siquiera a la profesora quien nos está observando como si de una película se tratara, solo necesita palomitas para disfrutar al cien por cien.
─ En parte te entiendo ─ continua el pesado levantándose y acercándose hasta quedar enfrente mía ─. Planear una cita no es nada sencillo.
─ Por dios, si eres capaz de hacerlo tú seguro que es facilísimo.
─ ¿Quieres comprobarlo?
─ No ─ digo firmemente levantándome.
─ Venga sé que lo estas deseando ─ me provoca apoyándose en la mesa quedando a mi altura.
Cuanto le odio ahora mismo, pero me odio más a mí por ser tan débil y poner por encima mi orgullo. Si lo que quiere es una cita pues eso tendrá y será una cita de la hostia.
─ El sábado a las 7 y necesito tu coche.
─ Por supuesto, todo lo mío es tuyo, Livy ─ sonríe satisfecho.
Otra vez ese estúpido nombre y esa estúpida sonrisa. ¿Por qué demonios siento cosquillas en el estómago? ¿Qué digo de estómago? Más bien por todas partes y es insoportable.
***
Planear una cita no es tan sencillo como pensaba, tengo que admitirlo, y eso que no me he esforzado en organizarla, tan solo vamos a ir a cenar, pero después de llamar a más de la mitad de los restaurantes de la ciudad y que todos estuvieran llenos casi hace que me rinda. Sin embargo, como tengo una flor en el culo, anoche me llamaron diciéndome que quedaba una mesa libre en mi restaurante favorito. Si eso no es sinónimo de éxito no sé lo que es.
Rachel no para de dar vueltas revoleando todo mi armario en busca del conjunto perfecto para mí, pero por las expresiones que pone deduzco que nada le convence.
─ Necesitas ropa nueva Liv, no puedes ir con esto por la vida ─ se queja a lo que yo hago una mueca de desaprobación ─ menos mal que te he traído varias buenas opciones.
Saca de la mochila varios conjuntos todos ellos muy bonitos, pero sin demasiada tela, lo cual no es muy oportuno para ponerme en pleno otoño.
─ ¿Quieres que pille un resfriado? ─ pregunto.
─ No vas a pasar frio sí estas cerca de ese bombón.
Por dios, ya se está pareciendo a mi madre.
─ ¿Necesitáis ayuda chicas? ─ hablando del rey de Roma...
─ No, mama estamos bien
Lo último que necesito es que mi madre se entere de que tengo una cita. Aunque no lo es, me recuerdo, tan solo somos dos amigos que van juntos a cenar, lo he hecho mil veces antes con Alex, no tiene por qué ser raro.
─ ¿Vais a una fiesta? ─ pregunta acercándose a mirar la ropa que hay sobre la cama.
─ No, Liv tiene una cita ─ le dice la chivata de mi amiga.
¿Estáis preparados para lo que se viene? Porque yo no, ayuda.
─ ¡¿Y no pensabas decírmelo?! ¡¿Ya no confías en mí?! ─ dramatiza como si fuera una actriz de una telenovela ─. Y se puede saber ¿con quién?
─ Con A... ─ empieza a decir Rachel, pero la corto.
─ Con nadie.
─ ¡¿NO VAS A DECIRMELO?! ─ exagera de nuevo mi querida progenitora. Menos mal que no he heredado su drama.
Por suerte o por desgracia el sonido de mi móvil nos interrumpe desde la cama. Definitivamente por desgracia porque mi madre lee el mensaje antes que yo y por su cara sé más que de sobra quién ha escrito. Podéis imaginaros lo que está a punto de pasar.
─ ¿Por qué Aaron te ha escrito que si estás lista?
─ No sé, se habrá equivocado ─ me invento sobre la marcha.
─ Espera, espera ¿es tu cita?
─ No es una cita ─ insisto quitándole el móvil.
─ Sí es una cita ─ corrige Rachel.
─ No lo es.
La expresión de mi madre cambia de sorpresa a alegría máxima en cuestión de milisegundos.
─ ¡Peteeeeeeer! ¡Te lo dije! ¡Nuestra niñita tiene novio! ¿A que no sabes quién es? ─ grita emocionada saliendo escopeteada de mi habitación.
─ ¡Que no es mi novio! ─ le grito para dejarlo bien clarito.
─ En cierto modo sí ─ vuelve a corregir mi querida amiga a la cual le lanzo una mirada asesina.
─ Ya no, hemos dejado la relación falsa ¿recuerdas?
─ Es verdad fue un drama para todo el instituto, pero pronto volveréis juntos y esta vez de verdad.
Increíble, la obsesión de esta gente. No sé cómo los aguanto. Miro mi móvil para responder al mensaje.
Olivia:
5 minutos
No tardes
No tarda ni un minuto en responder.
Aaron:
Estoy aquí, lenta
¿Que? ¿Ya? Me asomo a la ventana y efectivamente ahí esta tan tranquilo como siempre sentado en su coche. Pero si aún no son las 7. Que puntual. Mierda, son las 7:05 y aún no estoy ni vestida. Vale, tal vez la impuntual sea yo. Así se empieza una cita por todo lo alto, tomad nota. ¿Cómo se ha pasado el tiempo tan rápido? No me distraigo más y me pongo lo primero que encuentro a pesar de las quejas de Rachel porque no he elegido ninguno de sus conjuntos. No sé porque se queja, a mí me parecen muy mona la blusa y los vaqueros que he elegido así como mi abrigo blanco preferido. Por suerte ahorro tiempo al no tener que peinarme ya que por increíble que parezca esta decentemente y de maquillaje solo pongo rápidamente mascara de pestañas y mi pintalabios de brillo favorito con sabor a vainilla. Adoro la vainilla, es mi pequeña obsesión. Antes de que pueda salir corriendo vuelve a abrirse la puerta de golpe y esta vez quiénes se encuentran tras ella son mis hermanas. Seguro que ya se han enterado.
─ ¿Aaron es tu novio? ─ pregunta Violet con tono acusatorio.
─ Obviamente no, ¿Cuántas veces tengo que decirlo?
─ Pero tenéis una cita ─ me acusa ahora Aurora.
─ ¿Por qué os cuesta tanto entender que no es una cita? ─ exclamo desesperada.
─ Mamá tiene razón, le gusta ─ comentan entre ellas.
─ ¡Que no me gusta!
─ Buah está enamoradísima ─ agrega Violet ─ ¿Os habéis besado?
─ Por supuesto que no.
─ Sí, lo han hecho y más de una vez ─ admite Rachel por detrás.
─ ¡RACHEL!
─ Ay dios mío, ¡tenemos que contárselo a mamá!
Oh no, no, no, como se entere mi madre monta un espectáculo.
─ Ni se os ocurra ─ las amenazo.
Ambas se miran con expresiones malignas que me ponen los pelos de punta.
─ Si quieres que nos callemos deberás hacer algo por nosotras.
Sea lo que sea que quieran estos dos demonios no va a ser nada bueno.
─ Queremos celebrar nuestro cumpleaños en la cabaña y sin padres ─ me explica Violet.
─ Tenéis trece años no os van a dejar que os quedéis solas ahí.
─ Tu nos vigilaras, ese es el trato ─ sentencia Aurora.
Ja, que se han creído que voy a cuidar de una panda de niñatos insoportables.
─ Ah y puedes llevar a Aaron para que te ayude y no se lo diremos a mamá, no nos des las gracias
Sin darme la oportunidad de contradecir nada se marchan. No me puedo creer que me hayan manipulado de esa manera y tan fácilmente. Debería preocuparme, pero no tengo tiempo.
Salgo corriendo hacia la calle, no sin antes ser perseguida por la loca de mi madre quien corre detrás mía. La esquivo subiendo al coche de inmediato tanto que Aaron no se había enterado de mi presencia y se asusta. Ha sido gracioso la verdad.
─ Arranca ─ digo nada más sentarme.
─ ¿No ibas a conducir tú? ─ habla una vez recompuesto del susto.
─ Sí, luego nos cambiamos, ahora arranca o mi madre te retendrá aquí para siempre.
─ En ese caso...
No por favor. Ya sabía yo que no me iba a hacer ni caso y lo confirma cuando apaga el motor y se baja del coche para acercarse a dónde está mi madre quien ha salido descalza a la calle solo para ver a su adorado Aaron. Necesitaré paciencia para no acabar matando a alguno de los dos esta noche. Me acerco a ellos antes de que Aaron acabe invitándola a acoplarse en nuestra cita.
"¿No decías que no era una cita?"
Ajj, y no lo es. Solo es por ponerle nombre a lo que sea que sea esto.
─ Mamá, no entiendo por qué te gusta tanto este idiota, por mí te lo puedes quedar el rato que quieras, pero ¿puedes dejar que nos vayamos de una vez? ─ suplico al llegar a su altura.
─ Claro hija ya no les detengo más. Venga iros y no tengáis prisa por volver.
─ Buenas noches, Sophie, le aseguro que tu hija está en buenas manos ─ añade Aaron despidiéndose.
─ En las mejores ─ asegura mi madre.
Vaya dos. Continuamos andando de vuelta al coche y cuando veo que ya estamos a una distancia donde mi madre no puede escucharnos le susurro.
─ Eres un pelota.
─ Tendré que ganarme a la suegra.
─ Mi madre está más que conquistada ─ ruedo los ojos ─ Ahora tendrías que centrarte en mi ─ pienso.
─ ¿Acaso quieres que te conquiste?
Mierda. Lo he dicho en alto.
─ Tranquila ese es el siguiente paso ─ añade ante mi mini ataque de pánico.
Me mira con carita de ángel y me aparta un mechón de pelo de la cara colocándolo detrás de la oreja. ¿Por qué a veces es tan adorable? Se para delante de la puerta del copiloto y me tiende las llaves.
─ Un solo golpe a mi coche y estás muerta.
─ Tranquilo, tu coche está en buenas manos ─ aseguro cogiendo las llaves.
─ No me copies las frases.
Le ignoro y corro emocionada hasta mi asiento. Es increíble que me deje usarlo, aún no me lo creo, ni siquiera su propio hermano puede. Siendo sincera estoy un poco nerviosa. Amo conducir y se me da medianamente bien, pero hace bastante tiempo que no conduzco ya que no tengo coche propio y dependo del de mis padres y casi siempre lo usan ellos. No entiendo de coches ni tampoco tengo gran interés en ello, pero comparado con el de mis padres este es mil veces mejor, va como la seda. Me siento poderosa y todo. Ya entiendo porque Aaron se siente siempre el rey del mundo.
─ Me siento rarísimo aquí sentado ─ comenta el castaño rompiendo el silencio.
─ Yo me siento una reina.
─ Lo confieso, te ves muy sexy conduciendo. A partir de ahora mi coche es todo tuyo.
─ Por mi vale ─ rio
Me paro cuando el semáforo se pone en rojo y aprovecho para cambiar la emisora de la radio.
─ Por cierto, ¿puedo preguntar adónde vamos? ─ me mira curioso.
─ Puedes preguntar, pero no te voy a responder.
─ ¿Ni una pista?
─ No.
─ Tengo las expectativas muy altas contigo, espero que no me defraudes.
Yo también lo espero, sobre todo espero que no se acabe enfadando porque he decidido incluir el favor que tengo que hacerle a Zack en esta cita. Puede salir muy bien o muy mal.
Avanzo cuando la luz cambia a verde y continuo mi camino hacia el restaurante que ya está a la vuelta de la esquina. Es un sitio bastante lujoso y caro, me voy a gastar mi sueldo aquí, por eso espero que merezca la pena.
─ ¿Me has traído al restaurante donde se conocieron tus padres? ─ dice nada más ver donde estamos.
─ No sabía que te acordarías.
─ Para no acordarme, me has contado esa historia mil veces.
Cierto, se la cuento a todo el mundo. Es la historia más romántica que he escuchado nunca. Ningún libro, ni película la superará jamás.
─ Es que es muy bonita ─ me defiendo.
─ Ojalá tengas una historia así algún día ─ comenta algo decaído.
─ De momento me tengo que conformar contigo ─ bromeo para animar el ambiente.
Suelta una carcajada triste y sale del coche. Le sigo y juntos caminamos hacia el restaurante, siguiendo los mimos pasos que mil veces han recorrido mis padres con la diferencia de que nosotros no estamos enamorados o al menos uno de los dos no lo está y el otro no quiere estarlo.
Con el paso de los años este restaurante ha cambiado mucho, aunque sigue conservando algunas cosas de cómo era originalmente, aunque tan solo es una ínfima parte. Casi todo ha sido sustituido por muebles más modernos y elegantes aportándole un aire más lujoso y sofisticado que como solía ser. Antes era un simple bar de carretera, pero ahora ha evoluciona a un restaurante de estrella Michelin en la que prácticamente es casi imposible conseguir una reserva.
─ Buenas noches ─ comenta amablemente nada más entrar un camarero joven que debe tener tan solo un par de años más que nosotros.
─ Buenas noches, tenía una reserva a nombre de Olivia Stone.
El joven comprueba su libreta varias veces con el ceño fruncido preocupándome.
─ Lo siento no aparece en la lista.
─ ¿Cómo qué no? ─ pregunto incrédula. Esto no puede estar pasando.
─ No, lo siento, no está, deben irse ─ repite el muchacho que ya no me parece tan amable.
─ No, no. Tiene que haber algún error, te juro que hice la reserva.
─ Puedo darles otra fecha para la semana que viene ─ intenta ayudar.
─ No, tiene que ser hoy.
─ Hoy no puede ser, estamos completos.
Niego continuamente entrando en una espiral de frustración.
─ Venga Liv, podemos ir a otro sitio ─ me tranquiliza Aaron colocando una mano sobre la parte baja de mi espalda.
─ No, hice la reserva, de verdad ─ me quejo frustrada ─ ¿seguro que no hay ninguna mesa libre? Mira esa está vacía ─ me dirijo de nuevo hacia el joven. Me falta arrodillarme y suplicarle que nos deje pasar.
─ Está reservada señorita ─ dice empezando a perder la paciencia.
─ Vámonos antes de que nos prohíban volver a entrar ─ vuelve a repetir Aaron y esta vez consigue que me mueva y abandone el lugar.
Ya no tengo ninguna duda de que esta cita no va a terminar bien. En qué momento se me ocurrió aceptar organizarla. ¿Que se supone que voy a hacer ahora?
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Holaaa, ¿que tal? Yo feliz porque casi he acabado los exámenes y tengo más tiempo para escribir.
Contadme que os ha parecido el capítulo de hoy, ¿os ha gustado?
La semana que viene continuará la "no cita", ¿creéis que Liv conseguirá arreglar ese desastre? ¿Conseguirá cumplir el favor que le pidió Zack?
Nos vemos muy pronto, gracias por leer. 😊❤️
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