Hace bastante rato que ya han empezado a llegar los invitados. Todos llevan disfraces de todo tipo, incluso algunos que no había visto en mi vida. La gente es demasiado original para los disfraces, no como nosotros que somos unos cutres. Ángel y diablo ¿a quién se le ocurre? Ah sí, a todo el mundo. Hasta Alex y Mia han sido más originales que nosotros y eso que van de vampiro, pero al menos eso de que la sangre sea azul lo hace especial.

─ Wow nena, estas increíble. Has hecho que me replantee por un momento si soy de verdad gay ─ dice Zack acercándose a mí con su disfraz de vaquero. Se ve demasiado cuqui con él ─. Vale no, definitivamente lo soy ─ añade cuando ve pasar por nuestro lado a un chico random sin camiseta. Aaron tenía razón en que soy la que más ropa lleva ─. ¿Y tú querido novio falso?

─ Por ahí, haciendo cosas de novio falso.

Unos brazos me rodean por la espalda y no me hace falta girarme para saber de quienes son.

─ Aquí está ─ le digo a Zack.

─ Aww que monos sois, me dais envidia y asco a la vez.

─ Pero ¿qué dices? ─ interviene Aaron soltándome.

─ Nada, nada, me voy a buscar a alguien que me haga olvidar lo solo que estoy.

Se marcha de nuestro lado y le perdemos de vista entre la multitud dejándonos solos.

─ Bueno, ¿estás lista para beber? ─ me mira divertido.

─ Nací lista ─ añado emocionada.

─ Así me gusta, esa es la actitud.

Le sigo hasta la cocina en un camino interminable ya que por cada paso que damos nos detiene alguien ya sea para hablar o simplemente para saludarnos. Esto de la popularidad es más duro de lo que pensaba. No sé cómo Aaron y Alex pueden soportarlo. Echo de menos ser invisible.

─ Creo que ya estás lista para la siguiente lección ─ comenta emocionado cuando llegamos.

─ ¿No hay mojitos? ─ pregunto algo decepcionada.

─ Esta vez no. Esta noche te presento a tu nuevo aliado- estira el brazo para coger dos vasos pequeños de uno de los muebles ─ los chupitos.

Aparte de los vasos coge también un bote de sal y un limón. ¿Por qué se necesitan tantas cosas?

─ Solo hay que seguir tres pasos: sal, tequila y limón, en ese orden.

─ No es por nada, pero esto tiene pinta de estar malísimo ─ digo analizando la botella.

─ Para ti todo siempre está malísimo y después te encanta.

"Excepto tú, tú siempre me encantas"

Estúpida conciencia, empieza pronto esta vez.

El castaño termina de cortar las dos rodajas de limón y llena ambos vasos.

─ ¿Empiezas tú o yo?

─ Tú, así veo como se hace- contesto.

Sonríe y enseguida vuelvo a ver ese brillo en los ojos que tenía en la habitación. ¿Se verán los míos también así? Sostiene mi mano para llevársela a los labios sorprendiéndome. Seguidamente y sin quitar la sonrisa echa sal sobre ella y vuelve a pasar la lengua por el dorso de mi mano de una forma demasiado seductora y continúa bebiendo de un trago el chupito y la rodaja de limón sin hacer ni una sola mueca. Vale, empieza fuerte. Necesito unos segundos para aclarar mi mente y poder continuar.

─ Tu turno ─ dice pasándome el vaso.

Imposible, ahora mismo no puedo ni pensar. ¿Cuál era el orden? Me estoy estresando y más al ver la expresión de superioridad con la que me está mirando. Tengo que centrarme y darle la vuelta a la tortilla a la situación. No puede salirse con la suya, esta vez no.

Sostengo su mano para seguir el mismo procedimiento que él cuando se me ocurre algo muchísimo mejor. Me mira extrañado cuando le suelto y le pillo totalmente por sorpresa cuando me acerco a su cuello y le beso varias veces dejando la zona mojada para que la sal se quede pegada. Una vez puesta la sal paso mi lengua de nuevo por su cuello notando como se tensa al instante.

Olivia: 1 | Aaron: 0

Al separarme me esfuerzo por mirarle todo el rato a los ojos, pero soy demasiado débil y no aguanto más de tres segundos. Bebo rápidamente el contenido del vaso, el cual me quema toda la garganta y chupo el limón con una mueca de disgusto que le provoca a mi acompañante un ataque de risa. Perfecto, me he cargado mi plan de seducción en un segundo.

─ Tendrías que haberte visto la cara ─ dice sujetándose de la encimera sin parar de reír.

─ Cállate.

Pero no lo hace.

─ Me habías impresionado con lo del cuello tengo que admitirlo, pero tendrás que practicar más, ¿quieres repetir? ─ ofrece burlón llenando de nuevo mi vaso.

─ ¿Es una petición para que vuelva a besarte? ─ añado en el mismo todo.

─ Solo sí quieres─ me provoca lamiéndose el labio inconscientemente.

Se me enciende la bombilla y se me ocurre un plan muchisisimo mejor que el anterior.

"Uhhhh, esto me gusta"

Cojo una pizca de sal y la pego sobre sus labios. Sostengo sus manos y las coloco sobre mis caderas y yo paso a poner las mías alrededor de su cuello. Si que hace efecto rápido el tequila. Sin pensarlo dos veces voy acercándome lentamente a su boca. Cuando nuestros labios se rozan veo que los entreabre y es justo en ese momento en el que me separo, dejándole con las ganas.

─ Esfuérzate más, voy ganando.

Ahora sí que sí.

Olivia:1 | Aaron:0

Me mira con cara de fastidio y sintiéndome como una completa reina salgo de allí para disfrutar de la fiesta. Ya tendremos tiempo para seguir con este tira y afloja más tarde.

***

No tengo ni idea de que hora es, pero esta fiesta está siendo mucho más divertida de lo que esperaba. ¿Puede que todo sea gracias al alcohol? Pues seguramente, no me voy a engañar, sin él seguramente estaría tirada en el sofá haciendo la misma función que un cojín en lugar de estar aquí junto con Alex bailando encima de la mesa. Puede que hoy esté un poco desfasada, todo hay que decirlo. No sé en qué momento he pasado a estar aquí arriba pero bueno, me estoy divirtiendo y eso es lo único importante.

─ Venir a esta fiesta es lo mejor que he hecho en mi vida ─ le grito a Alex para que me escuche por encima de la música.

─ Te lo dije y tú nunca querías venir.

Continuamos bailando hasta que vemos que su hermano se acerca a nosotros. No le había visto desde el suceso de los chupitos y eso que ya han pasado un par de horas. Hace un gesto con la mano y ambos nos agachamos para escucharle.

─ Vamos a jugar a un juego ¿os unís? ─ nos dice a los dos pero me mira únicamente a mí.

Es el alcohol el que actúa por mí y bajo enseguida de la mesa siguiéndole hacia los demás. Alex por el contrario se lo piensa un poco más pero finalmente también se une.

─ El juego es muy simple. Con los ojos vendados tenéis que adivinar a través de uno de los sentidos: tacto, olfato o gusto de que se trata ─ me explica Zack nada más llegar.

─ ¿Y quién elige el sentido?- pregunta Alex quien al parecer tampoco ha jugado nunca.

─ Por turnos se gira la botella y a quien señale es quien elige que es lo que tienes que adivinar y a partir de qué sentido.

─ Venga empecemos, ya aprenderéis sobre la marcha- añade Aaron tan impaciente como siempre.

Zack es el primero en jugar y le toca adivinar una guindilla, lo cual ha sido bastante gracioso ya que odia el picante. Continuamos en orden hasta que llega mi turno. Por suerte me tocó con Mia la primera vez y fue bastante fácil. Aaron no tuvo tanta suerte y tuvo que adivinar algo que Rebecca se había puesto en la clavícula muy cerca del escote. No voy a negar que me dieron náuseas al verlos. Con Alex tampoco fueron tan buenos y se tuvo que beber un mejunje de a saber qué. No sé cuánto rato estuvimos jugando a eso, pero empecé a perder rápidamente el interés en el juego tanto que no me di cuenta de que volvía a ser mi turno.

─ Liv te toca ─ advierte Zack tan emocionado como cuando empezamos.

Sin ninguna gana giro la botella y se detiene justo en la persona de mi izquierda.

Mierda.

¿En serio tenía que ser Aaron? ¿No hay más gente a quien elegir? No sé qué le habré hecho a la botella para que me odio tanto.

Se coloca detrás de mí para vendarme los ojos y aprovecha el momento para susurrarme al oído:

─ Prometo que seré bueno.

No le creo en absoluto.

Vale, no os voy a mentir tengo miedo. Mucho miedo.

A los pocos minutos alguien, quien supongo que será Aaron, sostiene mis manos y se acerca dándome un fugaz beso en los labios haciendo que se llenen de nata. Le voy a matar. No hay nada en este mundo que me dé más asco que la nata y el muy imbécil lo sabe perfectamente. Claro, por eso está cogiendo mis manos, para que no pueda quitármelo, será retorcido el idiota. Inteligente jugada, pero cruel.

─ Quítamelo ─ suplico.

─ A sus órdenes

No puedo verle, pero estoy cien por cien segura de que tiene esa estúpida sonrisa que le arrancaría de un puñetazo ahora mismo si tuviera las manos libres.

"Chica que violenta, relájate que solo es un poco de nata"

¿En serio donde puedo comprar otra conciencia? Necesito otra que me comprenda mejor, esta me odia, está siempre contra mí.

¿En dónde estábamos? Ah ya, en el estúpido juego, que ha pasado a convertirse en algo personal. Comienza a darme pequeños besos alrededor de mi mandíbula y cuando llega a la comisura de mis labios se detiene. Te juro que pienso matarlo. Para mi sorpresa, me quita la venda y lo primero que veo son esos preciosos y traviesos ojos grises.

─ Creo que es un empate, preciosa.

Pasa el dedo lentamente por mi labio librándome por fin de mi tortura y se marcha dejándome sin respiración a mí y al resto del grupo.

Olivia: 1 | Aaron: 1

Necesito agua. ¿Qué digo?, el agua no sirve, necesito algo mucho más fuerte. ¿Dónde estará el tequila ese de antes?

Llego a la cocina y para mi mala suerte no está vacía. Parece que no soy la única que necesita recurrir al alcohol. Ignoro su presencia y me concentro en lo que he venido a hacer. Ambos bebemos y nos miramos fijamente sin decir ni una palabra durante no sé cuánto rato.

─ ¿Acaso ahora esto se va a convertir en una competición a ver quién aguanta más tiempo sin hablar? ─ rompe el tenso silencio

─ No, pero de ser así habrías perdido.

Suelta una pequeña carcajada y en seguida vuelve a ponerse serio.

─ Te noto algo... como decirlo ¿enfadada? No esa no es la palabra más bien diría que frustrada.

─ Estoy perfectamente, Aaron ─ respondo demasiado seca, siendo evidente que no estoy bien.

─ No lo parece, será mejor que paremos, no te sienta bien este juego.

─ Esto no se acaba hasta que estes a mis pies.

─ A mí ya me tienes a tus pies, preciosa ─ admite acortando el espacio que queda entre nosotros ─. La cuestión es ¿vas a hacer algo al respecto?

Quiero besarle. Por un momento me da igual perder este juego, hacer el ridículo o lo que sea. Le necesito, pero aun así mi orgullo sigue siendo superior a todo y no pienso ser yo la que dé el primer paso. Así se lo daré todo en bandeja para que él tome las riendas, si es que quiere.

─ ¿Y por qué tengo que hacerlo yo? ─ digo a la vez que doy un paso.

─ Uno de los dos va a tener que lanzarse ─ se adelanta también quedando a milímetros el uno del otro.

─ O alejarse ─ rebato.

─ No pienso alejarme esta vez.

─ Eso espero, me decepcionarías si lo hicieras.

Estamos a tan solo un pequeño movimiento de juntar nuestros labios cuando el sonido de la puerta hace que nos separemos inmediatamente por inercia.

─ Liv, menos mal que te encuentro ─ entra mi querido amigo interrumpiéndonos.

Que inoportuno, pienso matarlo. Más le vale que sea importante.

─ ¿Interrumpo algo? Mejor vuelvo luego.

─ No ─ respondo inmediatamente.

─ Si ─ contradice Aaron a la vez.

Le doy un ligero codazo para que se calle. Lo que me faltaba ya, que mi amigo se entere de que estaba a punto de liarme con su hermano después de advertirme de que me alejara de él.

─ Vale, vale lo pillo ya me voy ─ suspira el castaño ─. Esto no ha acabado ─ susurra en mi oído antes de marcharse.

Cuando desaparece de la cocina me giro molesta hacia Alex.

─ ¿Se puede saber que es tan importante?

─ Así que si interrumpía ─ comenta moviendo las cejas arriba y abajo pícaramente.

Le ignoro y vuelvo a por mí vaso que había dejado olvidado.

─ Esto significa que ¿tengo que empezar a llamarte cuñada?

─ Por dios Alex ─ mi exagerada reacción le da risa ─. No va a pasar nada entre tu hermano y yo, solo es atracción física, pero nada más. No quiero estar seriamente con él ni nada parecido. ¿Te queda claro?

Asiente aun aguantando la risa.

─ A mí me queda claro, pero a ti no sé, parece que ya se te ha olvidado todo lo que te hizo.

Me quedo en silencio durante un rato sin saber que decir. Por supuesto que no se me ha olvidado, me dolió mucho cuando se alejó de mí, pero lo entiendo, era una situación muy complicada para los dos y era la solución más fácil. No le culpo por eso. Sin embargo, no dejo de pensar que tal vez ahora puede que todo sea diferente. Ambos hemos cambiado. Además tampoco va a pasar nada por divertirme un rato, no es que me vaya a casar con él ni nada parecido.

─ Le conoces mejor que nadie Liv, sabes de sobra que no va a cambiar y vas a salir lastimada otra vez.

─ Justamente por eso sé que no va a volver a largarse. Además, siempre me dices que tengo que intentar las cosas antes de rendirme ─ le recuerdo.

─ Haz lo que quieras, pero después no me digas que no te lo advertí

Su expresión me hace replanteármelo todo. Es obvio que se ha enfadado. Fue el único que estuvo a mi lado y me animó durante todo ese tiempo y entiendo que no quiera verme sufrir de nuevo, pero tiene que dejar que aprenda de mis propios errores o quien sabe, a lo mejor toda esta locura acaba siendo un acierto.

─ ¿Ahora me vas a decir para que has venido? ─ decido cambiar de tema.

- Ah, eso, no quería nada, solo estaba aburrido.

Me lo cargo.

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Holaaaa ¿qué tal estáis?

Ajj, necesito que uno de los se lance de una vez o lo haré yo jajajaj. Me ha encantado escribir este capítulo, pero el siguiente mucho más, ya os aviso 😂 ¿Que os ha parecido?

Nos vemos 😉❤️