La siguiente ola de calor me despertó en mitad de la noche. En un momento estaba soñando con nadar en el mar con Jungkook. El agua estaba tibia, el mar en calma y flotamos sin esfuerzo. Me abrazó y yo envolví mis piernas alrededor de su cintura.

Sabía que no podíamos follar en el agua, pero tal vez... Entonces mi estómago se apretó con necesidad y mis ojos se abrieron de golpe. En el cuarto oscuro, apenas podía distinguir la silueta de él tendido boca abajo a mi lado. Su mano estaba alrededor de mi antebrazo y tenía una de sus piernas sobre la mía. La incomodidad dentro de mí creció y me retorcí.

-¿Taehyung? -Jungkook murmuró adormilado.

-Perdón por despertarte.

Se incorporó sobre los codos y sus ojos brillaron en la oscuridad.

-¿Estás bien? - De repente parecía despierto.

-Sí, estoy bien. Pero, um, creo que viene otra.

Me tomó en sus brazos y mi dura polla presionó el pliegue de su ingle.

-La puedo oler. Cada vez es más fuerte. -Lamió la curva de mi cuello y me estremecí. La excitación se elevó como un maremoto, poderosa e intransigente, y quité el edredón de una patada, abriendo las piernas.

No tuve que decir nada. Jungkook simplemente rodó encima de mí y guió su polla hacia mí. Estaba tan mojado y suelto; Encajó perfectamente, completamente en el primer empujón. Mis entrañas dieron la bienvenida a su erección como si estuviera destinado a ser parte de mí para siempre.

Mmm, eso se sintió bien. Muy bien. Clasifiqué las palabras en mi mente para encontrar las adecuadas para poder describírmelas y recordarlas mejor. Pero mi mente se volvió confusa, mis pensamientos lentos y apenas podía encontrar descriptores simples de una sola sílaba como toda, profundo, gruesa y más. Ahí. ¡Dios mío, ahí!

Levanté mi pelvis, esperando aumentar la presión en ese lugar en particular porque, Dios mío, podría haber muerto feliz con la polla de Jungkook allí mismo.

-Más profundo -murmuré- Por favor. Más adentro. -Debo haber sonado completamente fuera de sí, sin aliento con gemidos y gemidos intercalando mis palabras- Fóllame ahí mismo. Más, Jungkook.

-Shh. No podemos.

¿Por qué no?

-Por favor.

Otro empujón en ese lugar y gemí.

-¡Por favor, Jungkook!

-Yo te fecundaría.

Por eso se sentía tan bien. Por supuesto. Joder, necesitaba eso. Presionó un poco más fuerte y la llamarada de placer fue eléctrica.

-Hazlo. Por favor.

-Joder, Taehyung. ¡Mierda!

Sonaba como si estuviera sufriendo. ¿Por qué no quería hacerlo? Lo necesitaba. Lo necesitaba allí. Empujó más fuerte pero en el ángulo equivocado, y mi breve orgasmo fracasó y murió en segundos.

-Por favor -dije con voz áspera- Te necesito. Por favor. Más adentro.

Estaba rogando descaradamente, pero no me importaba. Mi necesidad creció y creció, y aunque estaba lleno de la polla de Jungkook, todavía quería, necesitaba más. Enganchó sus brazos debajo de mis rodillas. En el siguiente empujón, la coronilla de su polla golpeó el lugar perfecto con precisión, pero no con suficiente fuerza.

-Hazlo. -Necesitaba hacerle perder el control tal como yo estaba perdiendo el mío. La sensación de vacío en mi núcleo se volvió dolorosa. Por instinto, comencé a suplicar nuevamente, incapaz de censurar mis palabras-. Lléname, Jungkook. Por favor. Lléname. Estoy tan vacío. Por favor, Jungkook. Me duele. Duele mucho. Necesito tu semen ahí. Fóllame. Fóllame. Más.

Él gruñó y el sonido recorrió mi cuerpo. Su gruesa polla se deslizó a través de mi carne, dentro y fuera, se deslizó rápidamente sobre el tejido hinchado e hipersensible, la cabeza firme presionó con fuerza en el punto blando de mi núcleo, y mi agujero se apretó alrededor de su circunferencia bombeante con gratitud. Este fue el mejor sentimiento del mundo. Otro orgasmo surgió alrededor de la invasión y grité, toda la parte inferior de mi cuerpo palpitaba y hormigueaba.

-¡Ahora! -Grité.

Gracias a Dios, obedeció. Jungkook empujó su polla dentro de mí con fuerza, golpeando la boca palpitante en mi útero y moliendo contra mi trasero. Algo en mi centro cedió y mi clímax alcanzó alturas increíbles. Debí haber estado gritando, pero no podía oír, ver ni sentir nada más que la repentina presión en mi núcleo. El nudo de Jungkook estaba creciendo. La cabeza gruesa y redonda de su maravillosa polla estaba alojada en el canal de mi útero, y las sensaciones que surgían en espiral desde el lugar sólo podían describirse como un éxtasis total y absoluto. Mis entrañas apretaron la forma perfecta, moldeado alrededor de la larga polla con su gordo bulto en la base, y la felicidad inundó mi cerebro, primitiva y poderosa, la sensación más básica de satisfacción impecable. Sentí que el semen me salpicaba y empapaba mi útero. Lo sentí claramente. Nunca más volvería a tener hambre, sed o vacío porque ésta era la máxima satisfacción. La polla hinchada de Jungkook se sacudió una y otra vez, bombeando más del precioso líquido en mi útero, y tarareé de felicidad. Mis brazos se cerraron alrededor de su cuello; Seguía corriéndome, gimiendo descaradamente. Se resistió un par de veces, encendiendo fuegos artificiales en mi sistema, y escuché palabras salir de mi boca, confusas y sin sentido.

-Siento tu semen. Mmm sí. No pares. Amo tu semen. Dámelo todo. Todo...

Inclinó su boca sobre la mía y me lamió, y ambos gemimos en el beso descuidado. Luego me mordió el labio inferior.

-Mi pequeño ninfómano. Necesitabas que te embarazara adecuadamente, ¿eh?

Mierda. El gruñido posesivo en su voz. Oh sí. Empujó una vez más, su cabeza de polla empujando hacia adelante y hacia atrás a través de la abertura estirada profundamente dentro de mí, y mi clímax subió de nuevo, haciéndome estremecer y excitarme.

-Te sientes tan bien por dentro que me harás correrme otra vez. ¿Quieres más? Te daré más. Te llenaré de mi semen.

Ya no podía formar palabras. El clímax se volvió positivamente mortal. Inmóvil, apenas podía respirar cuando folló el canal de mi útero, el semen se filtró dentro, empapando cada rincón de mí. Me agarró las muñecas y estiró mis brazos por encima de mi cabeza, sujetando mis manos a la cama con una de las suyas. La impotencia envió una impactante ola de satisfacción a través de mí. Esto era lo que necesitaba. Sentirme su propiedad, lleno y seguro... Los sonidos que estaba haciendo se convirtieron en gruñidos animales en sincronía con las cortas y contundentes embestidas de Jungkook. Pasó dos dedos por mis labios entreabiertos y los chupé con avidez. Mi visión se volvió borrosa en los bordes, pero aún podía ver la mirada ardiente de Jungkook recorriendo mi cuerpo.

-Joder, eres insaciable. Me chuparás hasta dejarme seco. Tómalo todo. Te sientes como un virgen cachondo, tan apretado, tu útero chupándome la polla. ¿Te gusta duro, cariño? Mi pequeño ninfómano necesita que le tapen todos los agujeros, ¿eh? Te llenaré una y otra vez. Te dejaré preñado. Nunca sacarás mi semen.

Su charla sucia sonó como el poema más hermoso en mis oídos. De hecho, volvió a correrse y se sintió absolutamente perfecto. Él rugió, el sudor goteaba de su rostro y yo chupé sus dedos como la bestia sin sentido en la que me había convertido. Su nudo volvió a palpitar en mí y más semen se derramó en mi útero, enviando zarcillos de dulce satisfacción por todo mi cuerpo.

-Eso es todo, mi chico codicioso. Me encanta tu culo chupando mi polla. ¿Estás feliz de estar follado y preñado? Mi animalito.

Me encantaba su charla sucia, especialmente cuando lo decía todo en esa voz baja y retumbante.

¿Quién lo hubiera pensado?

Jadeando, me abrazó y nos estremecimos y estremecimos a través de una larga fila de réplicas. Luego nos hizo rodar para que yo estuviera encima, y su polla salió del canal hacia mi útero en el proceso. El intenso orgasmo se disolvió en una fatiga placentera, que me agobiaba. Anudado y fecundado, acurrucado en el regazo de Jungkook, sus manos acariciando mi espalda arriba y abajo, besos de mariposa salpicando la línea del cabello... Eso era felicidad. El mejor momento de mi vida.

-Eres perfecto, Taehyung. Mi milagro sexy. -El gruñido posesivo había desaparecido de su voz. Parecía él mismo otra vez, cariñoso y amable.

Todavía no podía hablar. En cambio, dejé que sus silenciosos murmullos me adormecieran. Mi último pensamiento antes de quedarme dormido fue de arrepentimiento. Tal vez si no hubiera tenido ese maldito anticonceptivo escondido en algún lugar allí, la fecundación se habría sentido aún mejor. Podría dejarme embarazado y entonces sería parte de mí para siempre.

Pero eso era sólo el celo hablando.