Me bajé y me senté, con cuidado de mantener mi trasero sobre la toalla para no ensuciar.

-¿Se sintió bien? -preguntó Taemin.

-Sí, claro.

-Tengo muchas ganas de que llegue el celo.

Me frotó la espalda y sonreí. Taemin era amable. No estábamos enamorados ni nada parecido, y ambos salíamos con otras personas, pero ya llevábamos casi un año ayudándonos mutuamente. Cuando ninguno de los dos encontraba una relación sólida, me pareció natural pedirle que estuviera conmigo durante el celo. Ya tenía el anticonceptivo ordenado y él había hecho planes en el trabajo para poder tener tiempo libre.

Conocíamos los peligros; Durante el celo, el sexo se volvía intenso y podían surgir sentimientos complicados en un lado o en ambos. Pero nos caíamos bastante bien y me sentía cómodo en la cama con él. El sexo con Taemin siempre había sido relajado y divertido.

-¿Realmente no puedes ir al concierto conmigo? -preguntó.

-Lo lamento. -Me levanté y me envolví las caderas con la toalla manchada. Tuve que ducharme antes de irme a casa-. ¿Recuerdas el anuncio de paseo de perros al que respondí? Me reuniré con el hombre mañana a las siete. Trabaja muchas jornadas y viaja a la ciudad, por lo que no pudo hacerlo antes. Y realmente quiero ese trabajo. No puedo salir corriendo de allí después de diez minutos.

-Lo entiendo. ¿Quién es él?

-Un golden retriever, de dos años. Se veía súper dulce en las fotos.

Taemin se rió entre dientes.

-Me refiero al tipo.

-Oh. No sé. Algún tipo de ejecutivo de alto nivel que pensó que un animal llenaría el gran y frío agujero de su pecho, y ahora no tiene tiempo para el pobre cachorro.

-Me lo imaginaba.

-Tengo que correr. El tío Yoon-shik preparó la cena.

Taemin se dejó caer en la cama con los brazos extendidos y la polla mojada a la vista.

-Ve a ducharte primero. Yo podría tomar una siesta.

-Ugh. Bolas pegajosas.

Me lanzó una frambuesa y corrí al baño, riendo. Me duché a fondo para que el tío Yoon-shik no oliera el sexo. Probablemente sabía que estaba saliendo con gente, pero no había necesidad de alardear de ello delante de él.

Limpio y vestido, tomé mi bolso con mi computadora portátil y dos libros de la biblioteca de la universidad. Como era de esperar, Taemin se había quedado dormido. Salí y caminé rápidamente hacia el paseo marítimo. La pequeña y antigua casa del tío Yoon-shik estaba justo al lado del muelle, por lo que tuvimos multitudes de turistas caminando frente a nuestra puerta sin parar desde finales de mayo hasta principios de octubre. La temporada apenas comenzaba. Busan era preciosa y me encantaba vivir aquí, pero la habría disfrutado mucho más sin tanta gente.

Una gran bola de pelos blanca llamó mi atención en medio del paseo marítimo. Era un golden retriever con un precioso pelaje ondulado, de color crema, casi blanco en algunos lugares. El perro era prácticamente el dueño del paseo marítimo, con la cabeza en alto y la lengua fuera con entusiasmo, mientras tiraba de su dueño detrás de él. ¿Este era Noodle? Se parecía mucho al perro de las fotografías y Busan era pequeño. Las posibilidades de encontrar al gemelo de ese perro aquí eran bajas, lo que significaba que el hombre alto que arrastraban detrás era el Sr. Jeon Jungkook. ¡Oh Dios!

No sólo el cachorro era hermoso, sino que también el hombre... mmm. Alto, de pelo oscuro, con la cantidad justa de barba incipiente, un rostro melancólico con cejas pobladas y una mirada ceñuda, constitución como un portero, vestido como si acabara de bajar de un yate.

Suspire. Sí, sentía algo por los hombres mayores, y no, ellos nunca parecían sentir algo por mí. No es que haya hecho todo lo posible por conocer a alguien. Por lo tanto, tenía a Taemin.

Bueno, al menos podía admirar al Sr. Jeon Jungkook desde lejos mientras disfrutaba muchísimo del tiempo que pasaba con su perro. Los vi pasar sin saludarme. Sólo tartamudearía y haría el ridículo, así que será mejor que lo deje para la reunión oficial de mañana por la noche. El señor Jeon cruzó la calle y se instaló en el patio de Jaybird, posiblemente el mejor restaurante de pescado y marisco de Busan. Definitivamente era el más caro, así que nunca había comido allí. Además, el tío Yoon-shik hacía la mejor sopa de marisco de la ciudad y yo no tenía que pagar por ella. Noodle, si realmente era él, se sentó junto a su dueño y apoyó la cabeza en el muslo del señor Jeon , probablemente esperando una golosina o una caricia. El señor Jeon se rascó la cabeza y abrió el menú.

Me separé del hermoso hombre y su perro y corrí a casa. Con suerte, los vería a ambos pronto.

....

-¿Taehyung? ¿Eres tú? -El tío Yoon-shik siempre hacía la misma pregunta cuando llegaba a casa.

-Hola, tío Yoon-shik, -lo llamé desde el pasillo.

-Llegas tarde. Debes estar hambriento.

-Lo siento. Estaba en la biblioteca terminando un ensayo y luego fui a visitar a Taemin.

-¿Él es tu novio?

-No.

-Entonces no tienes por qué visitarlo después de la escuela, -refunfuñó el tío Yoon-shik cuando entré a la cocina. Besé su mejilla-. Tienes suerte. Todavía está caliente. -Me entregó un plato lleno de puré de patatas y lo que parecía bacalao al horno.

-Huele increíble. Gracias, tío Yoon-shik.

-Sí. Sí. ¡Tú lavarás los platos!

Como siempre lo hago.

-Por supuesto.

-Esta tarde había una banda en el malecón. Gente loca. Saqué el bote sólo para alejarme del ruido.

-La temporada acaba de empezar. Será mejor que nos acostumbremos.

-Necesito comprarme tapones para los oídos nuevamente. Odio esas cosas. Me sudan los oídos por dentro.

-Uf, tío Yoon-shik. Estoy comiendo.

-¿Qué? Es cierto. De todos modos. ¿Estarás en casa para cenar mañana? ¿O tienes a alguien a quien visitar de nuevo? -Puso comillas en el aire cuando dijo la palabra visita y me sonrojé. Pero él no me haría pasar un mal rato mientras estuviera seguro y feliz.

-En realidad, podría tener un nuevo trabajo. Paseador de perros de nuevo. Es una buena paga y sólo unas pocas horas a la semana, por lo que puedo adaptarlo a las conferencias. Me reuniré con el hombre mañana a las siete.

-Entonces prepararé la cena temprano para que puedas comer antes de irte. ¿Te parece bien?

-Sería increíble. Muchas gracias, tío Yoon-shik.

Mi tío se sentó en el viejo sillón roto de un rincón y Ash, su viejo gato, apareció de la nada y saltó a su regazo. Cada vez que el tío Yoon-shik se sentaba en ese sillón, el gato estaba presente en toda la acción. Le dio unas palmaditas al atigrado en un movimiento automático, y el viejo bastardo mimado ronroneó como un motor.

Saqué la comida mientras respondía algunos mensajes de las personas con las que tenía asignaciones grupales.

-¿Para quién está paseando el perro? -preguntó mi tío sin abrir los ojos.

-Él es de la ciudad. Se acaba de mudar aquí. Compró la villa al final de la playa donde comienza la reserva natural. Ya sabes, ¿la que tiene un gran lugar de estacionamiento con el que siempre bromeas?

-No sé por qué la gente tiene que aparcar dos autobuses delante de una casa familiar. Así que está podrido en dinero, ¿eh?

-Aparentemente. El perro se ve lindo. Un golden retriever.

-Siempre y cuando pague bien y a tiempo.

-Realmente espero eso.

El tío Yoon-shik se quedó callado después de eso, y antes de que terminara mi cena, estaba dormido con la mano en el pelaje del gato. Lavé los platos, acompañado por la sinfonía de sus ronquidos y los ronroneos de Ash.

Escondido en la privacidad de mi pequeña habitación en el ático, saqué mi computadora portátil y revisé las fotos de Noodle. Me tomó un tiempo debido a nuestra mala conexión a Internet, pero cuando finalmente se cargaron las fotos, vi al mismo perro de esta tarde.

Sonreí.