NOAH

—Noah. —escuche mi nombre salir de sus labios —Mas.

—¿Más qué? —pregunte.

Bianca sonrió. 

—Baja la voz, nos van a ir.

—Que oigan.

—No, para. ¿Qué van a decir de nosotros?

—Te preocupas demasiado en la opinión de los demás. —dije, apartándome de Bianca.

Me coloque la camisa y me peine el cabello viéndome en el espejo de cuerpo completo que estaba en la habitación de Bianca. Mire mi cuello, rodando mis ojos con frustración cuando me fije que había un chupete ahí.

Odiaba que hiciera eso.

No me gustaban ese tipo de cosas, era amante de cualquier cosa que llevara al extremo esto, incluyendo la adrenalina de un momento intimo, pero las marcas en mi cuerpo no eran de mi agrado.

—Noah.

—See.

—Te amo. —dijo detrás de mí.

Me tense cuando sus palabras me hicieron eco por toda mi mente, se repetían una y otra vez y yo me quede en silencio sin saber que responderle.

Ella me gusta, pero yo no la amo, pensé que la quería, pero...

—Creo que lo hago desde hace meses, quise que tú fueras el primero en decirlo, pero sé cómo eres, jamás iba a pasar eso. Por eso me arriesgue, Noah, porque si estás conmigo nada me da miedo. Te amo.

Me quede en un momento ahí, es más que obvio que soy un imbécil sin remedio, no sé qué responderle un ¿gracias, ya comiste? No, no, no. Eso la haría llorar, no quiero verla llorar.

No por mí, no valgo mucho la pena para que lloren por mí.

—No pensé que esto iba a ser tan incomodo. —suspiro.

Me di la vuelta para verla, sus ojos brillaban como si quisiera llorar de la felicidad, podría ser de tristeza al no poder decirle algo, mierda, esto no tenía que salir así.

—Antes de que digas algo... —su voz empezó a temblar —No creas nada de lo que digan.Los rumores son falsos, no creas nada de lo que digan de mí, de ti, de nosotros.

—¿Que? —pregunte.

—Te lo digo para que sepas y hablemos como la pareja unida que somos, porque no voy a poner irme de tu lado, nunca.

—Te estas desviando. —dije, confundido.

—No, quiero que sepas que si algún día esto se termina yo termino conmigo también.

—¿Que mierda estas diciendo, Bianca? —dije —¿Estas amenazándome en que si terminamos vas a....?

Bianca me miro con lágrimas en sus ojos.

—Escuche que hablabas con Lester. —me tense cuando la escuche hablar y limpio sus lágrimas —. Escuche que le dijiste que me querías terminar conmigo ¿Por qué? ¿Que hice mal? He cambiado, Noah, tú has visto. 

—Nada, tú no has hecho nada. Solo eres muy hermosa.

—Pero no me amas ¿Verdad que no lo haces?

No respondí.

—Es horrible saber que tu novio no te ama.

—¿Podemos iniciar esta conversación desde el inicio? Porque me quede en la parte en la que dijiste que no hiciera caso de los rumores que hagan de ti.

—Cuando te escuche hablar con Lester me fui llorando, me encontré con... —ella se quedo en silencio —eso no importa.

—¡Habla! —exigí

—Me consoló, dijo que cuando te viera te golpearía hasta matarte.

Me burle evitando reírme.

—¿Él y cuantos más? —me cruce de brazos.

—Dijo que tú me merecías, pero él no sabe lo mucho que te amo. —Bianca se acercó y me rodeo el cuello con sus brazos —Él me beso y yo le seguí el beso.

Asentí, sin verla, estaba entendiendo todo lentamente.

Esta no era la manera en la que esta relación iba a terminar. Sabía que le había comentado a Lester que estábamos teniendo desacuerdos y que podría terminar con ella, pero no pensé que ella saliera corriendo y se lanzara a los primeros brazos que se le aparecieran.

Estaba molesto, porque no es la manera correcta, en el tiempo que estuve con ella jamás le fui infiel, e incluso traté de ser el novio que ella quería, el novio que ella se imaginó, pero no sirvió de nada.

Y yo era un imbécil por haberla perdonado dos veces, era obvio que ella nunca iba a cambiar. Dos veces me fue infiel y dos veces la perdone.

—¿Entonces, ahora que quieres? —pregunte.

—Que no malinterpretes las cosas.

—Te besaste a alguien más siendo mi novia y no quieres que malinterprete las cosas ¿Es en serio? Otra vez, otra vez hiciste lo mismo.

—Perdón.

—Ya. —asentí.

—¿Que?

—Esto se acabó, Bianca.

—No. —chillo —No me hagas esto, ya no podría soportar esto otra vez, la última vez llegue a un hospital.

—Bueno, para la próxima si vas a hacer algo estúpido como eso, evita llamarme a las dos de la mañana. —la aleje.

—Noah, no me dejes. Te amo. Te amo. No me dejes llorando, amor mío.

—Se acabo, Bianca. Tres veces, han sido tres veces y yo te he perdonado, pero ya he tenido suficiente ¿No crees?

—Moriré sin ti, amor. —chillo, acercándose a mí.

—Deberías de actualizarte, respiras aire, no personas.

—Fue un error.

—Raro que tengas errores seguidos. Estarás bien sin mí.

—Noah, dijiste que te quedarías conmigo esta noche.

—Me largo, tienes a ese tipo.

Salí de la habitación escuchando a Bianca gritándome mientras lloraba. La mire seguirme y apresure mis pasos, vaya mierda. Esto no estaba pasando, me lo advirtieron. Janeth, me lo repitió muchas veces, por eso Janeth no le agrada Bianca. Y yo fui tan imbécil para creerle a ella y no a mi hermana.

Ella tenia razón, las personas no cambian, solo dicen cambiar para hacerte sentir mejor.

Empuje a muchos imbéciles que se me acercaron y lo esquive con fuerza, estaba demasiado molesto para tolerar ebrios.

Me quiero ir a mierda ahora mismo.

¿Y dónde está Janeth?

La busque por toda la casa a ver si encontraba a la aburrida de Janeth, y mis ojos la encontraron.

—Estas demasiado ebrio. —se quejó Janeth

—Ya la escuchaste —dije, cuando llegué.

—¡Noah! —sonrió el tipo, tolerar ebrios no es lo mío —Me acuerdo de que dije que cuando te viera te golpearía.

Arquee una ceja, satisfecho de saber quién fue quien beso a mi novia, ni siquiera me tomo trabajo averiguar. Bien, pues no veo que tenga muchas fuerzas para querer matarme como dijo.

—Suéltala ahora —dije, molesto.

Tengo demasiada paciencia, pero si miro que están lastimando a Janeth obviamente tengo que estar ahí para defenderla.

La tenía abrazada tratado de besarle las mejillas, y eso me molesta mucho, porque ella está incomoda y Janeth ha pasado mucha mierda y yo estoy harto de que se aprovechen de que ella porque ella no sepa que responder a los insultos ofensivos que le hacen.

—Noah. —no mire cuando Bianca me rodeo el brazo —No te vayas, hablemos.

—No insistas, Bianca. Estoy harto de esto.

—Bianca. —susurraron su nombre, fue el imbécil que tiene a Janeth.

—Suéltala. —dije, molesto —Ahora.

—¿Y si no qué? ¿Me harás algo, capitán? Puedo llevarme a tu hermana a algún lugar y enrollármela si quiero.

Janeth se rio burlonamente.

—No seas asqueroso. —dijo Janeth —Ni drogada me fijaría en ti. Mírame a mí, diosa. Y mirate a ti, plebeyo.

—Solo suéltala sino te juro que no tendré compasión, y mira que estas de suerte que diga eso porque no estoy de humor.

—No me das miedo, Noah.

No soporte más y fui el primer golpe haciendo que este la soltara y caerá al suelo, agarre a Janeth para que alejara y mire como el imbécil de Joel el tipo ebrio, se levantó rápido para golpearme, pero no lo logró, está muy ebrio y está muy mareado.

Yo aproveche y lo volví a golpearle su ojo, Joel fue rápido y parece no estar muy ebrio porque me golpeo el abdomen, un grupo de personas nos rodearon gritando que hubiera pelea, pero ignore a todos cuando recordé que con este se había ido a consolar Bianca.

Estaba molesto por eso, como ella dijo que debíamos hablar, pero ella prefirió irse con otro antes que ir a preguntarme a mí.

—Noah, ya es suficiente —grito Bianca —Lo estas matando, déjalo. Noah, por Dios.

—Maldito hijo de puta. —me pateo Joel.

—No soy hijo de tu madre. —le dije, agarrando fuerza y golpeándolo.

Todos notaron que la pelea se estaba haciendo muy pesada y empezaron a dejar de gritar y empezaron a alejarse.

Me golpeo la cara con fuerza, tanto que me hizo mirar borroso, pero me enfoque rápido y lo patee haciendo que cayera en una mesa, quebrándola.

—No, no, no. Ya es suficiente, me van a matar si ven esta casa así. —se quejó Bianca —Noah, ya es suficiente.

—Noah —escuche la voz de Janeth, mientras golpeaba la cara de Joel —Noah, la policía.

—¿La policía? —gritaron algunos.

—Salgan de aquí, rápido, la policía.

—Detengan esto. —gritaron por un megáfono.

—¡La policía! —gritaron

—¡Sálvese quien pueda!

Todos salieron corriendo escapando de más de veinte policías que estaban agarrando a los que se les cruzaban en el camino.

Me aleje de Joel y jale a Janeth de la mano y la lleve para afuera evitando que nos atraparan.

—Agarren a los que se estaban peleando. —grito un policía.

—Noah ¿que te paso? Perdiste el control. —se quejo Janeth.

—Allá va uno. —grito el policía —Agarran al chico rubio.

—Janeth, tenemos que irnos rápido. —dije, sacando las llaves del carro que mamá nos había prestado.

—¿No me digas? ¿En serio? Mira que no me había dado cuenta.  —dijo.

—Deja tu sarcasmo para después. —me queje.

Cuando llegamos al auto subí a Janeth y le tire las llaves cuando un policía me jalo la camisa por atrás dejándome caer. Le había cerrado la puerta a Janeth, ella se asustó y quiso bajar, pero negué con mi cabeza.

—Vete, rápido. —le grite —Sabes cómo manejar el auto, como te enseñe.

—Noah. —dijo Janeth.

—Vete, Janeth. Ahora.

Ella asintió asustada encendiendo el auto, fue lento, pero se alejó, me sentí tranquilo porque ella estaría bien, mientras que el policía me tenía tirado boca abajo en el suelo, pero yo estaría bien, lo sé.

—No te muevas, niñato, estas en problema.

—Bien, solo quiero levantarme. —dije, tranquilo. 

El policía me ayudo a levantarme y vi la oportunidad para empujarlo haciendo que él cayera al suelo y salir corriendo sin que me atraparan.

El silbido de un silbato se escuchó y sin mirar atrás corrí rápido. Podía escuchar las voces diciendo que me atraparan, me tiré de una cerca y corrí, entrando a propiedad privada. Si, podía esconderme en la casa de mi tío, él vive por esta zona.

Ubique el lugar y reconocí las casas, una punzada de alegría me recorrió, estaba cerca, podría entrar y no iba a tener muchos problemas si le explico bien.

Me escondí detrás de un árbol para recuperar mi aliento, estaba cansado, he corrido mucho, y pensando de que los policías se habían rendido mire hacia atrás, pero no fue así.

—Policías más mierdas. —dije.

Ahora venían cuatro policías en dos motos, malditos si querían llevarme. Agarre impulso y salir corriendo nuevamente, esperando por estar más cerca de la casa de mi tío Aidan.

—Allá va. —grito uno, haciendo ruido con ese silbato.

Mire la casa de mi tío con las luces encendidas y me tire por los arbustos sin importarme golpearme más. Espere como los policías se alejaban y me quede en el césped viendo el cielo lleno de estrellas, mientras calmaba mi respiración agitada.

Observe lentamente el lugar.

¿Esta era la casa?

Se ve algo diferente, el color ha cambiado, si, seguramente la pinto.

Camine lentamente para entrar por la parte trasera de la casa, por suerte estaba abierta, sin poder evitar hacer ruido me golpee con una mesa y agarre el jarrón en el aire antes de que se quebrara.

—Mierda. —susurre, mire mi mano llena de sangre seca y ahora que estaba más tranquilo mi cuerpo empezó a doler.

Caminé hasta llegar a la sala de estar, el lugar se estaba muy diferente a la última vez que vine.

¿Esta es la casa?

Y si lo es, esta muy cambiada.

Me recosté en la pared cerrando mis ojos para prepararme y explicar que me escapé de la policía.

Avance y observé como todo estaba en silencio, miré la pequeña mesa, había una laptop, el televisor estaba encendido y tenía pausada la pantalla ¿Qué es eso? ¿Teen Wolf?

Mierda, mierda, mierda.

Esta no es la casa.

La fotografía de una chica me lo confirmaba, aparte de escapar de la justicia era un loco psicópata que entro a una casa de alguien más.

Busqué una salida más efectiva y me di la vuelta para salir nuevamente por donde entre, mis ojos se enfocaron en una chica con un sartén en sus manos y me miraba muy serio. Sus ojos estaban entrecerrados con su ceño fruncido.

—¿Amigo o enemigo? —dijo, en posición de defensa propia.

—Amigos, aquí todos somos amigos.—conteste, en señal de paz levante mis manos —Me equivoque de casa. —di un paso adelante.

—¿Quien eres? —pregunto ella, viéndome serio.

—No creo que te interese, solo fue un error entrar aquí.

—¿Por qué fue un error? —la chica me señalo con el sartén —¿Por qué estas lleno de sangre? ¿Me vienes a matar? ¡Acosador, me has estado vigilando y sabes que mi papá hoy me dejaría sola! Dios mío santo, ayúdame, ya sé, llamare la policía.

—No, no lo hagas. —dije.

—¿Por qué?

—Me están buscando. —confese. 

—¿Te escapaste de la cárcel? —pregunto ella.

—No. —conteste. 

—¿Eres un asesino?

—No.

—¿Vendes cosas peligrosas?

—No.

—¿Eres un ladrón?

—No.

—¿Y por que estas lleno de sangre?

—Tuve una pelea con un chico en una fiesta, pero esta bien, solo me iré. —dije, acercándome a ella —Disculpa la molestia.

—¡Ay! ¡No me toques, acosador! —grito la chica cuando pase a su lado.

Me dio un mareo cuando sentí algo golpeando mi cabeza con fuerza. No pude quedarme de pie y caí al suelo viendo como todo se ponía negro.

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JAJAJAJA Hola. 

Estamos listos para enfrentarnos a Noah en el siguiente capitulo. 

Yo si.