NOAH. 

—¿Comiste alacranes hoy o qué? —mire a Lester, quien entro con ánimos de que tuvo una función de circos cuando se levantó.

—No. —fue mi respuesta.

—Sí, en efecto. Algo te pasa. —Lester se lanzó sobre la silla —¿Efectos de una ruptura?

—No. —conteste.

A la mierda todo.

Estaba actuando como un idiota.

Pero estaba enojado, claro que, si estaba muy molesto, pero no entiendo por qué tendría que importarme la opinión de una chica hacia mi persona. Eso era lo que me tenía molesto.

Como si de alguna razón tendría que caerle bien a ella, no tenía que esforzarme en caerle bien. Al final de todo solo era una chica.

Pero Beverly me hizo sentirme asqueado de mí.

La había escuchado.

Había escuchado su conversación con Yorleny.

—¿Y cuál es tu relación con Noah?

—Amistad.

—¿Segura?

—Sí, Yorleny. Yo no tendría nada con él.

—¿Por qué? Es guapo, le caes bien, él esta soltero, tú también estas libre. Lígatelo, además ya sabes que Noah es un chico muy liberal con las chicas.

—¿Que? No, eso es lo que no me gusta, lo que dicen de él y que se mete con cualquier chica...

Y después de escuchar eso.

Me fui.

No quise seguir escuchando que más era lo que opinaba de mí.

Beverly realmente está aceptando las cosas que dicen, me molesto tanto que simplemente me fui dejando que se uniera al montón que decían cosas falsas.

Recuerdo que iba con intensión de disculparme por lo grosera que fue Bianca, había visto hacia donde había ido y antes de ir tras de Beverly la defendí por lo que había hecho Bianca.

Pero luego la escuche decir mierdas de mí.

Eso me puso molesto.

Y me molesta más el hecho de que no debería de preocuparme o ponerme así algo que dijo una simple y aburrida chica como Beverly.

Y si eso pensaba de mi ¿por qué tendría que crear una amistad con ella?

Y mi enojo aumento más cuando la vi entrar al salón con Yorleny. Ella sonreía como si nada caminaba.

Me miro y sonrió, pero mire hacia otro lugar ignorándola.

Ella no lo sabía el porqué, pero llevaba una semana sin hablarle.

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Dos semana.

Soy muy orgulloso.

Maldito orgullo.

Claro que lo era.

¿Quién no?

Me estaba haciendo el fuerte también, por simple hecho de que ella siempre me sonríe cuando me ve, aun sabiendo que yo no le devuelvo el gesto.

Maldito orgullo.

Pero esta mejor así.

Es un reto no hablarle porque a mí me agrada, era una chica algo aparte y callada, pero aun así me dio mucha confianza, tanta que le presente a mis padres.

Regla 1.

No le presenten a sus padres una persona hasta que estén completamente seguros que si es la persona indicada.

Yo no hice bien al hacer eso y presentarla, más cuando ella tiene novio.

¿Qué mierda conmigo?

—Noah. —me llamo Janeth.

—¿Sí?

—¿Si entro a la universidad puedo cambiarme de carrera?

—Sí, pero solo una vez puedes hacer el cambio. Y también tienes que pasar tus clases básicas antes.

—Ya está, pensé que si no me gusta Economía puedo cambiarme ¿puedo?

—Tomando en cuenta que harás examen de admisión tienes permitido cambiar de carrera dependiendo los puntos que saques en el examen.

—¿Entonces si tengo que estudiar?

—Sí, Janeth.

—¿Y si le digo a papá que me pague una universidad privada?

Me encogí de hombros. Era decisión de ella no mía.

Yo estoy haciendo mi inscripción para una universidad pública por el hecho de que no quería estar haciendo gastar dinero en una privada, papá no se quejaría de pagarla, pero tampoco quería estar dependiendo de lo que él me da.

Además, ¿para qué pagar una universidad privada cuando una publica también lo puede hacer y gratis?

Tomando en cuenta que no quería molestar a Jake Blythe.

Mi relación con mi padre no es que sea mala, pero tampoco es la mejor. Era regular, hablamos cosas triviales, aburridas y eso era todo. No había mucho que decir.

¿Era un buen padre? Sí.

No tengo dudas.

—Sabes qué diría que sí. —dije —Papá te consiente en todo.

—No siempre.

—Son estudios, Janeth, no te va a decir que no. Papá te va apoya si hablas con él.

—¿Si entro a una privada no tengo que estudiar para un examen de admisión?

—No, solo llenas datos tuyos y luego te hacen una entrevista para confirmar si es cierto lo que dijiste. En fin, la privada tiene sus ventajas.

—Hablare con papá, la próxima semana.

—Bien.

—Preparare un discurso motivacional diciendo que soy una chica ejemplar.

—Bueno... —quise decir que no está llevándose ese título, pero la deje —Suerte con tu discurso.

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Tercera semana.

Había mejorado.

Mi ruptura con Bianca estaba bien, se sentía bien no estar con ella, y que ella no estuviera conmigo se sentía mejor.

Estaba soltero.

La mejor sensación que he sentido desde Bianca dejo de andar siguiéndome.

Me escribía diciéndome Hola, pero no respondía sus mensajes.

Mis rutinas diarias eran: Clases. Entrenamientos. Casa. Tareas. Estudiar para el examen de admisión. Comer. Dormir.

Mi prioridad era yo mismo.

Y se sentía bien, tranquilo y de lo más satisfactorio.

Sentía paz.

Había olvidado lo que se sentía tener tiempo para mí mismo.

Y ahora mismo estábamos aquí, reunidos como familia, mientras que Janeth extendía una hoja de papel y miraba a papá.

Mamá se miraba cansada, trabajaba todo el día y volvía a las cinco de la tarde, ya eran las ocho, pero aun así ya en casa se miraba muy agotada, contando en cuenta que tiene un horario muy pesado.

Entraba a las seis de la mañana y salía a las cinco de la tarde, a veces tiene ese horario en el que le rotan las entradas y las salidas. Haciendo turnos en la madrugada y llegaba cansada.

Como esta semana.

Mi mamá es doctora y ese trabajo es de tiempo completo, esta semana le toco hacer un turno nocturno. De cinco de la tarde a cinco de la mañana.

Y luego tenía sus propias farmacias, que también tenía que estar pendiente de lo que faltara.

Alexa Fabray merece sus vacaciones.

—Ya empiezo. —dijo Janeth.

Por otro lado, esta mi papá.

Jake Blythe es un hombre responsable que escucha y observa todo muy concentradamente antes de hablar, como lo está haciendo ahora. Escuchara a Janeth, quedara en un silencio por diez segundos, la mirara y hablara.

Estaba sentado en el sillón, el codo de su brazo estaba apoyado en el sillón y se sostenía la barbilla con su mano, viendo a su hija esperando que ella hablara.

y luego estábamos los que solo aportaríamos a esta conversación con nuestra presencia.

Jaciel y yo.

Sentados en el sillón viendo a Janeth.

—Buenas tardes. —empezó Janeth.

Primer error, es de noche.

Y como si ella leyera mi mente miro la luz de las lámparas.

—Digo, buenas noches. —corrigió —El motivo de esta reunión es porque necesito hablar con ustedes, mis padres.

—Te escuchamos, Janeth. —sonrió Jaciel.

Ella lo miro y entrecerró sus ojos amenazantes.

—Me gustaría proponer algo que sería beneficio para todos, más para mí, pero un orgullo para todos ustedes. Y yo sé y entiendo que es difícil para ustedes que tome decisiones tan difícil y sola, pero tristemente seré adulta. Y entiendo que es difícil aceptar mi petición, pero quería pedirles que confíen en mí. —Janeth leyó por última vez la hoja de papel y la bajo —Gracias por escucharme, espero contar con ustedes.

Y ahí estaba.

El final del discurso.

Quería reírme.

Pero no lo haría.

Solo por el simple de que a Janeth se le olvidó mencionar lo más impórtate de todo su discurso.

Y aquí estaban los diez segundos de Jake Blythe.

1 - 2 - 3 - 4 - 5 - 6 - 7 - 8 - 9 - 10.

Levanto su cabeza para verla.

Y hablo:

—¿Permiso para qué?

Janeth ladeo su cabeza y leyó el papel nuevamente.

Papá no se la tomaría enserió si fuera algo más decisivo, menos como anda vestida. Pantalón de pijama de unicornios, una camiseta de Louis Tomlinson y calcetines con figuras de princesas.

Adulta responsable, sí.

—Olvide lo más importante. —Janeth sonrió, nerviosa —. Quiero entrar a una universidad privada.

Hubo un silencio extraño, algo que normalmente no hay cuando se trata de Janeth y sus permisos. Siempre le dicen que sí.

Es la única hija mujer que tienen, por ende, la tiene como una consentida.

Janeth miro a mi mamá esperando que ella la apoyara.

—¿Qué quieres estudiar? —fue su pregunta.

—Tengo mis opciones.

—¿Cuáles son? —pregunto papá.

Como si Janeth ya supiera que ellos preguntarían eso leyó el papel, una vez más.

—Psicología, Economía o Derecho.

—¿Cual te gusta más? —volvió a hablar mamá.

—Las tres me gustan.

—¿Que harás si entras a economía? —esta vez fue papá.

Y Janeth ya se empezó a sentir llena de preguntas.

—Sé que sería de mucha ayuda para el negocio.

Sonreí con orgullo.

Esa era la Janeth que me gustaba ver.

Segura, intocable y segura de sus palabras.

—¿Qué opinas de derecho?

—También seria de mucha ayuda en la empresa. Todos en un momento necesitan saber de leyes ¿no?

—¿Y Psicología? —le pregunto mamá.

—No tengo pensado en algo claro, pero sé que lograría encontrar algún trabajo por mi cuenta.

—¿Y tus notas?

—¿Que con ellas?

—En una universidad privada tienes que tener buen índice. Las universidades privadas también tienen sus responsabilidades. No pienses porque pagas ya tienes tu título, no, tienes que esforzarte, nadie te regalara puntos.

—Estoy consciente de eso.

—Bien, piensa bien en tu carrera y haremos los tramites. —papá se levantó del sillón.

—No era necesario que dijeras todo eso, Jany. —sonrió mamá.

—Cierto. —siguió papá —Solo hubieras sido directa.

Y ahí estaba.

A Janeth nadie le dicen que no.

Janeth me miro con una sonrisa y elevo sus dos pulgares emocionada.

Cuando nuestros padres subieron a su habitación nos quedamos con Janeth y Jaciel. Janeth con toda la confianza se sentó en medio de los dos y suspiro, relajada.

—Ya paso lo más difícil.

Saco su celular y entro a Instagram.

Mis ojos miraban la pantalla del celular de Janeth, quien miraba los historiales de Beverly.

Ella sonriendo.

Unos cuadernos sobre la cama.

Ella nuevamente mostrando una pulsera roja en su muñeca con una inicial.

Y mi intento en no pensar en ella se fue al carajo.

Beverly. Beverly. Beverly.

La chica a la que había llamado aburrida era guapa.

Y me gustaba.

Era imposible no aceptarlo.

Pero estaba muy claro que yo no podía completar sus expectativas.

Pero al menos podía tratar de cumplirlas.

Si ella lo permite. 

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Cuarta semana.

Ultima semana del mes.

Al fin.

Y fue una semana tediosa.

Lunes: Beverly Queens.

Martes: Beverly Queens.

Miércoles: Beverly Queens

Jueves: Beverly Queens.

Viernes: Beverly Queens.

Toda la semana Beverly Queens.

La tenía metida en mi cabeza, más cuando se acercó a mí quiso decirme algo y se arrepintió dándose la vuelta.

Ya no había sonrisas.

Ya se había dado cuenta de mi actitud inmadura.

Así que ahora solo había cruces de miradas rápidas que ella evitaba a toda costa.

Pero entendí que era mejor, resistirme a ella, porque no quería que estuviera en problemas por mi mala reputación de infiel con las chicas.

Así que estaba bien, entre más lejos estamos sería mejor para ambos.