Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10*

BEVERLY.

Yo sin duda alguna podría ser la persona que menos amor se tiene.

¿Volver con mi ex? ¿En serio?

Vaya, sí que soy masoquista.

Mire a Carlos de reojo, hablaba de no sé qué cosa de su entrenamiento de fútbol, no soy egoísta, pero no me importa su tema de conversación, estoy pensando en mí.

Pienso en lo ilusa que me siento al haberle dado una oportunidad, me siento usada, ¿qué dirá mi padre si se entera que estoy volviendo a tener algo con Carlos?

Mi padre no es un hombre violento, me entiende, me da mi espacio y libertad, pero tengo que ser honesta al decir que a él no le agrada Carlos, se dio cuenta que él entraba a mi habitación y me castigo, gracias a eso me cambiaron de instituto.

Aunque mi padre aún no sabe que sigo teniendo comunicaron con Carlos, tengo un nudo en mi garganta que me impide decir algo.

Me repito que estoy haciendo las cosas mal, no tengo que estar con él, tal vez solo sea su compañía la que extraño, sus llamadas, sus mensajes, y ahora que ya no están me hace falta.

Tengo que ser sincera.

—Y mira qué curioso —mire a Carlos quien seguía hablando —, será en tu colegio.

—¿En serio? —pregunte, para que él viera que me interesaba la conversación, aunque ni siquiera sé de lo que habla.

—Sí, espero que estes ahí.

—¿Para qué?

—Para que me vayas a apoyar, guapa. —aquí vamos con ese apodo, nunca me ha dicho guapa ¿qué le pasa? —Sera el viernes.

—¿El viernes?

—Sí, en tu colegio, será el primer partido y mi colegio jugará con el tuyo.

Ahora entiendo...

El primer partido.

Esperen. 

No.

Carlos en mi nuevo colegio, no.

—Sabes que mi papá no me dejaría, dudo mucho que me quede en ese partido. —dije.

—Vamos, Bev. Soy tu novio ¿no harás eso por tu novio?

—Tendría que tener una muy buena excusa para quedarme después de clases.

—Ya pensaremos en algo, tenemos dos días para eso.

—Déjame aquí. —dije, señalando la acera —Mi papá está en la casa, no quiero que te vean.

Carlos asintió y estaciono en auto do casas lejos de la mía.

Me quité el cinturón de seguridad y puse mi mano en el seguro de la puerta para abrirla, pero Carlos me agarro de la mano para verlo.

—¿No te vas a despedir? —me miro, quise negar y decir que no, pero mis palabras fueron otras:

—No me siento segura con esto.

—¿Que? Acabamos de hablar, Bev.

—Sí, lo sé, pero no puedo. No así, esto es tan toxico, creo que necesito pensar las cosas mejor.

—¿Que? —dijo, molesto —¿Otra vez con la misma mierda? ¡Carajo, Beverly! —grito, golpeando el volante.

Me sobresalte con su simple reacción, temí por mí, porque estaba comportándose de una manera que nunca lo había hecho.

Tengo que ser sincera al decir que Carlos es muy colérico, pero desde que terminamos ha estado peor últimamente.

—No me grites, no estoy en la montaña. —conteste, tranquila.

—¿Hay alguien más?

—¿Que? —dije, rodé mis ojos —No, no hay nadie, pero quiero estar sola. No quiero nada. ¿Por qué no respetas mi opinión? Estas tan obsesionando, Dios. Ya relájate, aprende a aceptar un no por respuesta. Eres tan toxico, dañino y eres tan egocéntrico. Eres odioso, bien, lo dije.

—¿Eso piensas de mí?

—Entre otras cosas.

—Di todo lo que tienes atorado, di todo lo que no te agrada de mí.

—Odio ese egocentrismo que tienes, tus respuestas que te hacen ver tan intelectual humillando mis respuestas, no me gusta que me hagas ver como una tonta, luego cuando me hablas de tener intimidad y todas esas cosas en las que yo no quiero, no estoy lista. Cuando te digo no y me haces otras preguntas para hacer que te diga . Te dije que respetaras mi decisión.

» Eres alguien muy posesivo y no me gusta, me da miedo. No me gusta que me digas que soy tuya, no soy tuya.

» Quieres una relación sana, sueñas con una relación sana conmigo, pero me tratas como tratas a tus amigos, no soy como tus amigos, se supone que soy la chica que te gusta. Eres un orgulloso, solo porque te dije que no quería nada, me empezaste a decir insultos muy discretos. Eso es muy inmaduro.

Suspire cuando deje de hablar.

Había hablado tan rápido que ni siquiera escuche una sola palabra de Carlos. Lo mire y note como miraba la calle, sus manos estaban sosteniendo el volante con fuerza, su mandíbula estaba apretada.

Hasta que me miro y asintió.

—¿Algo más?

—Quita los seguros de alto, me quiero bajar. —dije.

—¡¿Algo más?!

—Que no me grites. —repetí, sin quitar mi tranquilidad.

—Veo que solo defectos ves en mí. —suspiro, quito los seguros de auto —¿Algo bueno que mires en mí?

—Me escuchas hablar de historia y de la astronomía.

Carlos negó con su cabeza, divertido.

—Lo hago solo para quedar bien contigo, no porque me guste escucharte hablar de cosas antiguas y estrellas que están muy lejos de ti.

Asentí.

Abrí la puerta del auto y salí tirandola.

No mire atrás, pero escuche como Carlos abría la puerta y me gritaba.

Lo ignore, pero sus pasos fueron rápidos, me jalo para darme la vuelta y verlo.

—¿Harás lo mismo de siempre?

—¿De qué hablas? —pregunte.

—Irte, siempre te vas. Eres una cobarde ¿piensas que eres la única que puede decir todo lo que no te agrada de mí? —Carlos negó, sonriendo —No, guapa. Eres una cobarde, siempre huyes, no tienes el valor de confesar algo, mis amigos me lo advirtieron, me dijeron que me dejarías hecho una mierda, tenían razón. Eres una completa cobarde.

—Dime cosas que no sepa —lo rete —A diferencia tuya yo si acepto mis errores ¿Que soy una cobarde? Lo sé, nunca me veras confesarte que me gustas o que te amo. Porque no lo hago, nunca lo haré.

—Bien, que te pase lo que sea, no me importas.

—Pues no te quiero viniendo otra vez pidiendo mi perdón o atención, porque créeme que no seré una tonta en volver a hablarte. Cuando te mire haré como si no te conozco —dije, molesta — ¿Que te lastime? Te lo advertí desde el primer día, te dije que te lastimaría y me dijiste que lo soportarías, no te veo soportando esto.

—Cállate, no sigas...

—¿Que soy una cobarde? Pues mírame diciéndote todo lo malo que aguante de ti, borra todo contacto que tengas de mí, hasta una simple fotografía, me das miedo. Tú no estás enamorado, estas obsesionado.

No deje que siguiera hablando porque me di vuelta.

No quería hablar con él. Esto es tan dañino hasta para él, ese círculo vicio en el que estamos entre alejarnos y volver no es sano, e incluso él esta consiente de todo esto, pero Carlos no es lo suficientemente valiente para aceptar sus defectos.

Faltaban pocos pasos para llegar a mi casa y camine más rápido sin mirar a ningún lado.

—¡Beverly! —grito, que incluso temí de que mi padre lo haya escuchado.

Me detuve, pero no me di la vuelta, no mire a ningún lado. Solo me quede parada.

—Te amo. —repitió, su voz estaba más cerca —Te amo. —se detuvo detrás de mí.

—No me amas. —susurre —Estas atado a la idea de que me amas, pero no es amor.

—Conozco mis sentimientos, y lo que siento por ti no lo volveré a sentir por alguien más.

—Déjalo estar. —dije —Solo acepta que no quiero nada. Lo único que te puedo ofrecer ahora es una amistad.

—¿Ya no sientes lo mismo que sentías antes?

—No.

Di otro paso, quería entrar a mi casa.

—Eres una pésima persona. —soltó —Fuiste una pésima novia, la peor. Eres hermosa, pero solo eres una fachada, ese es tu defecto, herir a los que te quieren, veras como llegará alguien que te hará pagar todo lo malo que me hiciste.

—No eres Dios para juzgarme.

—Vete al carajo.

—¡Entonces déjame irme y cállate! —grite, irritada.

—Vete, lárgate. Maldita perra —me empujo.

Me separe de él rápido, para evitar una discusión y hacer llamar la atención, no soportaría que los vecinos me vean discutiendo con un chico afuera de mi casa.

—Eres una perra mentirosa, traicionera y una puta.

—¿Como me dijiste? —grite, indignada.

—Que eres una maldita perra mentirosa. Maldita la hora en la que te vi.

—No me toques. —grite, cuando me trato de jalar el brazo.

—Escúchame bien, Beverly Queens. Eres una zorra.

Carlos se separó de mí cuando la puerta de mi casa se abrió.

Mire a mi padre, salió molesto cuando noto que era yo la que estaba teniendo una discusión con el chico con el que tenía prohibido acercarme.

—Aléjate de mi hija. —mi padre camino rápido para quedar a mi lado.

—Ni que quisiera tenerla cerca.

—Entonces déjala en paz, te advertí que te alejaras. Te dije que te quiero lejos de ella. Eres un pijo muy desobediente.

—Pues tenga encerrada sus perras, Señor.

Mi padre se molestó tanto que su reacción fue agarrarle la camisa a Carlos.

—No te permito que denigres a mi hija de esa manera. Así que mueve tu culo de aquí. —mi padre lo tiro al suelo —Lárgate, si vuelvo a verte o me entero de que estas molestando a Beverly vas a tener problemas legales.

Carlos se paró del suelo y me miro de pies a cabeza. Luego miro a mi padre y se dio la vuelta para irse.

Suspire llevándome las manos a mi cabello.

Levante la cabeza viendo como Carlos subía a su auto y se alejaba.

Por otro lado, verifique mi alrededor para confirmar que nadie haya visto esta escena, pero en la casa de enfrente había un auto con las ventanas de atrás bajadas.

Mi reacción de asombro fue notada cuando ubique a ese rubio con hoyuelos.

Noah.

Él había visto todo.

Y mi única duda fue ¿Que hace ese auto en la casa de Aidan Fabray?

Ese señor era un empresario que era caracterizado por tener una familia muy elegante y respetable, en cambio, me puse nerviosa cuando el auto enfrente de su casa abrió las puertas y salió la familia completa.

Mi padre no los estaba viendo, mi padre mirando que Carlos se alejara. Cuando Carlos se perdió de nuestro campo de visión me miro.

—Entremos. —dijo. Asentí.

Le di una mirada a la familia que salió del auto. Los únicos que reconocí fue a Noah, Janeth y el chico que miré hoy con ellos. Un señor y una señora, ambos elegantes, no mire sus rostros, solo note la cabellera rubia de la señora.

¿Era la familia Blythe?

¿Noah es familia de Aidan Fabray?

Y muchas preguntas me indagaron, pero preferí ignorar a los Blythe y entre a la casa.

—¿Otra vez ese chico? —dijo mi padre cuando entramos a la casa.

—Yo le dije que no le agradas.

—¿Te viniste con él? —me miro. No respondí —Lo supuse, te dije que no te quería cerca de él, lo dije por tu bien.

—Le deje muy en claro que no quería nada con él, es por eso que se molestó tanto que me dijo ese montón de cosa.

—Niñato estúpido ¿quién se cree para decirte ese montón de cosas y en la calle?

— ¿Puedo irme?

Mi padre asintió.

Agradecí que no me siguiera haciendo preguntas, me di la vuelta para subir las escaleras y llegar a mi habitación.

—Beverly —me detuve y mire a mi padre —, quiero hablar varias cosas contigo, pero será después.

Asentí.

—Relájate, no te gustaran las noticias.

Sin decir nada más continué mi camino, no quería hablar, seguía procesando todo lo que había pasado.

Me tiré a mi cama y me puse la almohada en mi cara. Grité y cerré mis ojos con fuerza.

De una manera que no quisiera aceptar me había dolido lo que me dijo, pero, aunque me dijo no lloraría, no por él. Él no es nadie, nunca fue alguien.

Yo no necesito la atención de nadie para estar bien.

No lo necesito en mi vida.

No necesito distracciones.

Estoy bien así.

Estoy bien sola.

Solo necesito enfocarme en mí.




Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro