Hace dos años me había mudado a Alemania, pues a pesar de lo desastrosa que era en la preparatoria y la poca asistencia que tenía a ésta me había graduado con calificaciones sobresalientes y logré ingresar en una de las mejores universidades del extranjero para estudiar literatura.

De cierto modo bloqueé mi pasado y la amarga experiencia de mi relación con París para poder seguir adelante.

La verdad nunca pude superarla pero con el tiempo aprendí a vivir con ello y casi me había convencido a mi misma de dejarla ir, de permitirme la oportunidad de conocer a alguien y tal vez intentar vivir algo lindo de nuevo, al fin al cabo no debemos de cortar a todo el mundo con la misma tijera, ya que todas las personas no son iguales.

Se pudiera decir que me volví más fría y calculadora de lo que ya era con las personas extrañas pero a su vez más profunda y sentimental cuando aparecía alguien que logrará descifrarme y ganar mi afecto.

Tal vez la parte rota de mí que se había logrado reconstruir por los cálidos matices del amor se había vuelto a quebrantar al esfumarce éste.

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Ya han pasado dos largos y devastadores años desde que mamá me obligó a romper con Astrid Scott, la chica de mi vida, no voy a deciros que fue fácil superar esa ruptura ni mucho menos pero al menos aún quedaba algo que me daba fuerzas para seguir cuando el mundo se me venía abajo, y ese algo era que mi obsesión por descifrar a las personas había crecido con el tiempo.

La semana pasada se había llevado a cabo la graduación de mi año al culminar los estudios de preparatoria, solía ser una chica aventajada por la parte del estudio así que aplique para la carrera de psicología en una universidad de Alemania, ingresé con facilidad a ésta, cosa que me alegró por el simple motivo de que estaría alejada de la persona que tanto daño me había hecho, mi madre, de igual forma la amaba pero aún así necesitaba alejarme por un tiempo de ella.

Desde aquella tarde que salí de mi baño y noté algo en mi escritorio captando mi atención no había vuelto a saber de ella, a veces me preguntaba que sería de su vida, si aún era aquella chica de aura creyente pero cálida en el fondo, mi señorita locuras, si todavía me recordaba o ya me había olvidado por completo, no tenía certeza de nada que tuviera relación con ella, sólo sabía lo mismo que los demás, que estaba estudiando en el extranjero pero no sabía exactamente donde.

Dicen que la esperanza es lo último que muere No?

Y a pesar de que yo traté de llevar una vida normal y conocer mas personas aún tenía la esperanza de volvernos a cruzar.