Astorya acostumbraba a mantenerse en calma cuando se encontraba en la soledad, cerraba los ojos y dejaba que el precioso ruido de Pandora la cortejara. Sacándole siempre una sonrisa mientras ella disfrutaba de los preciosos sonidos que complacían a sus oídos. Se mantenía serena, en paz con la naturaleza, recibiendo gustosa la tranquilidad que Eywa le brindaba.

Fue cuando Lo'ak Sully se cruzó en su camino que comprendió que aquella paz sería perturbada el resto de sus días, mientras permaneciera a un lado de aquella revoltosa criatura que gozaba de la adrenalina y el peligro de sus aventuras, la paz se vería interrumpida.

—¿Ya terminaste? —inquirió el Sully con ansiedad. Astorya rodó los ojos.

—No, Lo'ak. Y deberías de reconsiderarlo, porque dudo que papá Jake te permita ir.

Fue el turno de Lo'ak para rodar los ojos. Lo hizo porque en realidad sabía que su amiga tenía razón, pero no perdía nada con intentarlo. Le juraría por Eywa que se comportaría si lo acorralasen a esa acción, todo con tal de poder participar en la emboscada.

Neteyam y Astorya estarían allí, ¿por qué él no?

—Mi Ikran es más veloz que el tuyo.

Sintiéndose ofendida por ello, la chica se apartó de Lo'ak y dejó de pintar su rostro. El na'vi la miró con una sonrisa burlona. Jamás insultaría con verdaderas intenciones al Ikran de Astorya, sabía el vínculo que compartía con el, más aún cuando ella había sido la primera en conseguirlo, ganándole a Neteyam.

Cuando la vieron salir de la nada de entre las montañas flotantes, montando un Ikran con preciosas rayas azules y leves naranjas, quedaron sorprendidos. Siempre pensaron que Neteyam sería el primero en el círculo en conseguir su Ikran, pero Astorya era también una de las mejores arqueras, así que no esperaban menos de ella. 

—Retráctate, Lo'ak Sully —pidió en tono amenazante. Lo'ak le mostró la lengua y ella se lanzó sobre él para comenzar una disputa que no logró pasar más allá de las cosquillas y pintura siendo derramada por todos lados. Un hermoso desastre que solo ellos conseguían realizar entre bromas y risas que les hicieron doler el estómago. Astorya mordió la oreja de Lo'ak. no con la suficiente fuerza como para arrancarle un pedazo, pero sí para hacerlo jadear de dolor.

—¡Está bien, era broma! —Exclamó el Sully, masajeando su oreja derecha.

Un carraspeo los hizo apartarse, creyendo que se trataba tal vez de Jake o Tsu'tey, así que se levantaron inmediatamente, agitando sus colas con nerviosismo. Sin embargo, cuando se giraron se encontraron con Neteyam; su orejas estaban levemente inclinadas hacia atrás, y sus ojos viajaron al montón de pintura tirada en el suelo, para finalizar examinándo a ambos na'vi frente a él, los cuales sintieron un gran alivio al verlo a él en lugar de algunos de sus padres.

—Teyam —murmuró Astorya, poniendo ambas manos frente a ella, con la mirada baja.

—Estamos listos —anunció el mayor de los Sully. Astorya le dio una mirada a Lo'ak. Su amigo comenzó a limpiar el resto de pintura en su cuerpo con un trapo, acercándose a la chica Rongloa para limpiar también los restos que habían en su brazo y hombro.

Las orejas de Neteyam se inclinaron hacia atrás y su cola se movió de un lado a otro.

—Iré con ustedes —declaró Lo'ak. Neteyam cerró los ojos unos segundos, cansado de la insistencia de su hermano. Su padre les había dicho anteriormente que sería adecuada la estadía de Lo'ak, conociendo Jake a su hijo, prefería tenerlo seguro junto al clan. La emboscada sería como sacar a un niño al parque, uno reboltoso y con oídos sordos al momento de acatar órdenes. Considerando el hecho de que era peligroso. Y Lo'ak era como una bomba de adrenalina.

—No puedes venir, hermano. Son órdenes de papá. —Acercándose a él, Neteyam posó una de sus manos sobre la cabeza de su hermano menor, éste bajó la mirada, derrotado.

La na'vi observó la escena con atención, mirando a Neteyam con ojos brillantes. Su cola se movía ansiosa, la presencia de Neteyam siendo la responsable. Todavía estaba aprendiendo a controlar sus emociones en cuanto al poderoso guerrero se trataba.

—Por favor... —suplicó Lo'ak.

Astorya conocía los caprichos de su amigo, y sabía que haría cualquier cosa por ir a esa emboscada. Por lo que se acercó a Neteyam y lo tomó del brazo suavemente, capturando su completa atención. Él bajó la mirada hacia el toque de la chica.

—Sí hablas con papá Jake, podría venir con nosotros, Teyam—sugirió. Los ojos del Sully vieron los de ella por algunos segundos, perdiéndose en la infinidad de ellos, hasta que percibió el prolongando tiempo que se mantuvo así. Lo'ak tuvo que hacer un gesto para recuperar su atención.

Al sentirse acorralado por las súplicas de ambos, no le quedó de otra que suspirar y salir de la tienda sin decir palabra alguna, pero tanto Astorya como Lo'ak conocían ese suspiro. Y se apresuraron a tomar lo necesario para luego ir detrás de Neteyam, poniendo una falsa mueca de tristeza en sus rostros para que Jake y Tsu'tey tomaran de buena manera las palabras de Neteyam. Y lo más importante, cedieran ante su propuesta.

—¡No puedo creer que haya funcionado! —exclamó Lo'ak desde su Ikran, yendo en primera posición.

Astorya voló junto a él mientras mantenía su vista en Neteyam, atenta a cualquier movimiento que les indicara peligro. Esa había sido una de las condiciones impuestas del permiso que habían recibido de Jake; debían mantenerse en vigilancia desde el cielo, no podían tocar tierra por ninguna circunstancia. Estaban al cargo de Neteyam, ya que era el mayor. Se les había exigido con total seriedad mantenerse cerca de él y obedecer a su palabra. 

Pero Lo'ak no conocía la palabra obediencia. 

—¡Rya, hay que ir allí abajo! —propuso el Sully. Astorya le dio una mirada de advertencia, sabía que por más que quisiese saciar su curiosidad de presenciar lo que sucedia allí abajo desde un buen ángulo, sus acciones les traerían problemas como consecuencias.

Decidió ignorarlo y pasó a su lado, Lo'ak pronto estuvo junto a ella de nuevo.

—¡Vamos, poderosa Princesa Rya! ¿Eres una cobarde ahora? —insinuó, ladeando su cabeza, mostrándole una sonrisa burlona.

Astorya gruñó, la estaba provocando. Y antes de que pudiera protestar, observó al Ikran de Lo'ak pasar frente a ella. Neteyam se giró a verlos, soltando un gruñido al ver que Astorya iba detrás de su hermano, pidiéndole que regresara. Aquella era la forma que tenía Lo'ak para conseguir que la chica participara en todas sus locuras. Se ponía inconscientemente en peligro por la costumbre que tenía Astorya de correr a salvarlo. 

—¡Nuestros padres van a matarnos, Lo'ak!—gritó la chica, descendiendo en su Ikran.

—¡Astorya, Lo'ak! ¡Vuelvan sus...! Ugh. —Al no ser escuchado, no tuvo otra opción que descender con ellos. Enviando al carajo todas las reglas que les habían impuesto antes.

Astorya bajó de su Ikran al mismo tiempo en que Lo'ak lo hacía. E ignorando monumentalmente las quejas de su amiga, el Sully corrió a donde se encontraban los miembros del clan repartiendo las armas. Tsu'tey en repetidas veces se las había mostrado, advirtiéndoles que no debían jugar con ellas, les platicó sobre lo peligrosas que eran y el daño que podían provocar. Pero allí estaban, desobedeciendo reglas como si les dieran un premio por ello.

El fuego estaba cerca, lo que ponía a Astorya más nerviosa de lo que se encontraba al ver al Sully tomar un arma con total seguridad y una inmensa sonrisa. A gusto con el artefacto entre sus manos.

—Tomen un arma, rápido —les indicó uno de los na'vi. Astorya tuvo que recibir una y tragó saliva al ver el artefacto. La curiosidad la llevó a poner su mano cerca de lo que reconocía como el gatillo.

—¡Astorya, Lo'ak! —La voz de Neteyam la hizo girarse, por accidente apretó el gatillo y las balas salieron disparadas al cielo.

El Sully le quitó el arma rápidamente, con la preocupación plasmada en su rostro. Astorya pestañeó un par de veces, aturdida por lo que acababa de suceder. Neteyam dejó una suave caricia en la mejilla de la chica, comprobando que estuviera bien, luego su atención pasó a su hermano menor, quien posaba con el arma fingiendo disparos.

—Ni siquiera sabes usarla —se burló, haciendo un intento de quitársela, pero Lo'ak se alejó.

—Papá me enseñó —contradijo el menor, recargando el arma con una sonrisa victoriosa. Neteyam negó con la cabeza.

—Ya, vámonos—pidió Astorya, tomando el brazo de Lo'ak.— Si mi padre, o papá Jake nos ve, estaremos fritos...

—¡Una nave en combate!

Astorya comenzó a correr junto a Lo'ak y Neteyam, intentando esquivar las partes de naves que impactaban contra el suelo, pero cayó al tropezarse con uno de los escombros, el miedo se apoderó de ella cuando escuchó un fuerte impacto cerca suyo. Neteyam se alarmó al no verla cerca, y se detuvo para buscarla con la mirada. Cuando la divisó y quiso ir por ella, un misil cayó cerca de ellos. Astorya no alcanzó a levantarse y un pedazo de la nave rozó su brazo, causando una herida, la sangre comenzó a escurrir de inmediato. De lejos pudo notar a Jake cargando a Neteyam.

—¡Astorya! —Los gritos de su padre se escucharon lejanos por la fuerte explosión que aún retumbaba en sus oídos. Lo'ak llegó junto a Tsu'tey. Los dos con una expresión de pánico en su rostro al encontrarse a la chica en ese estado.

—¿Papá? —murmuró casi sin fuerzas.

La angustia en los ojos de Tsu'tey no desapareció luego de encontrar a su hija, la sangre en su brazo y rostro lo preocuparon, por lo que comenzó a examinarla de inmediato, rezando a Eywa porque nada demasiado grave le haya ocurrido a su hija.

—¿En qué diablos pensabas, princesa?

Astorya se sentía aturdida, y su brazo dolía mucho. Se quejó cuando su padre la cargó para llevarla con él a su Ikran.

Lo'ak acarició el brazo sano de su amiga antes de dirigirse a su Ikran para volver al fuerte. La culpa doliendo en su pecho.

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