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Capítulo quince.

Algunos días habían pasado luego del regreso de los tulkun. Días un poco difíciles para Lo'ak. Quién era juzgado con frecuencia por haberse vinculado con Payakan. Jake estaba muy molesto con su hijo, acusándolo de haber traído de nuevo la vergüenza a la familia. Astorya estaba junto a su padre cuando de pronto vio a los chicos ser dirigidos al marui de los Metkayina, donde fueron regañados incluso los hijos del líder; en su mayoría Tsireya, por haberle permitido a Lo'ak vincularse con el tulkun asesino.

Desde entonces, ella había notado una cercanía entre Lo'ak y la hija del líder, y le alegraba mucho saber que quizás su amigo estuviera abriéndole el corazón a la chica. La Metkayina era, sin duda alguna, una muchacha que su amigo merecía tener a un lado, le haría bien, y le enseñaría lo hermoso de estar enamorado. Lo'ak nunca le contó nada sobre alguna chica que llamara su atención, jamás tuvo un interés por alguna muchacha na'vi, no que ella supiera. Sólo esperaba que las cosas pudieran suceder con Tsireya y que la chica lo ayudara a sanar el corazón que alguna vez fue roto por su padre. Jake era a veces demasiado exigente, quizás por el hecho de que Lo'ak se parecía demasiado a él en su juventud, y no quería que cometiera los mismos errores que él. Sin embargo, la exigencia y la poca compresión de su padre tenían a Lo'ak angustiado.

Por otro lado, Astorya y Neteyam pasaban la mayoría del tiempo juntos. A veces el Sully acompañaba a Tsu'tey ha pescar, siendo inicialmente una actividad intimidante para el joven guerrero, pero se encontró teniendo una buena relación con el padre de su futura compañera. Incluso se reían juntos, con algunas anécdotas que le contaba Tsu'tey de Jake, como la primera vez que quiso montar un Ikran. Pequeñas memorias que apaciguaron la tensión en ambos hombres.

Estaba yendo todo realmente bien, hasta que las personas del cielo llegaron y como siempre, dejaban una huella desastrosa por donde pisaban.

Ahora se encontraban todos reunidos, los Metkayina furiosos por la muerte de la hermana espiritual de Ronal, quien había encontrado a su tulkun hermana muerta en la superficie del océano, flotando con unos extraños objetos que eran utilizados por las personas del cielo. La ira y el dolor se veían en la mirada de la mujer.

Astorya sostuvo con fuerza del brazo de Neteyam, escuchando las palabras de Ronal.

—Mi hermana espiritual y su bebé... ¡Las personas del cielo los asesinaron!

—¡Esta guerra ha llegado a nosotros! —exclamó Tonowari—. Sabíamos sobre esta cacería de nuestros hermanos tulkun. Pero pasaba más allá del horizonte, lejos de nosotros. ¡Ahora está ocurriendo aquí!

El enojo y la tristeza se hizo ver en los Metkayina.

—Tienen que entender como piensas las personas del cielo —intervino Jake—, no les importa el gran balance.

—¡No respondemos a las personas del cielo! —Retó uno de los na'vi, provocando el revuelo nuevamente, la ira contra los humanos.

—¡Escuchen a mi padre! —Exigió Neteyam, tras ver que no le prestaban atención a las palabras de Jake y solo se dejaban llevar por la ira.

Pronto Lo'ak llegó a su lado, y le dio una pequeña sonrisa antes de concentrarse en lo que estaba ocurriendo.

—Las personas del cielo no van ha detenerse. Este es solo el comienzo. Deben decirle a sus tulkun que se vayan. ¡Que se vayan lejos!

Los Metkayina se miraron entre ellos.

—¿Qué se vayan? —Cuestionó Ronal, indignada por la sugerencia del Sully. —Vives entre nosotros... ¡y no aprendes nada!

—¡Lucharemos para proteger a nuestras hermanas y hermanos! —Dijo otro na'vi. Jake inclinó las orejas hacia atrás. Frustrado porque no lo estaban escuchando, sus palabras parecían ser llevadas por la brisa tensa del lugar.

—No... ¡Si pelean, si atacan, ellos los destruirán! —Trató de hacerlos entender Tsu'tey, pero nadie oía realmente, porque protestaban ante sus palabras. —¡Destruirán todo lo que aman! ¡No nos están escuchando!

—Mantengan la calma... escúchenlo —pidió Neteyam. En sus manos sostenía el artefacto que estaba incrustado en el tulkun.

Lo'ak la abrazó por los hombros cuando Neteyam tuvo que acercarse para ayudar a su padre. Más ninguno de los presentes parecían prestar atención a sus actos, a sus súplicas por mantenerse tranquilos.

Las mezcla de ruidos y protestas desconocidas la agobiaban, la tenía en desesperación la negación de los Metkayina. Todos guardaron silencio cuando Jake alzó el artefacto que antes estaba en las manos de su hijo mayor.

—Díganles a los tulkun, que si les disparan uno de estos —dijo mostrando el artefacto—, están marcados para morir. Y llámenme, los apagaré.

—Lo único que importa es salvar sus vidas —agregó Tsu'tey, parándose a un lado de su amigo—. ¿No es así? Salvar a su familia —su mirada se posó en Astorya, y la menor dejó caer unas lágrimas por sus mejillas, demasiado angustiada por la situación. Ella dejó los brazos de Lo'ak para ahora ser abrazada por Neteyam.

La seriedad en la voz de Tsu'tey, y la insistencia de Jake, pareció al fin ser tomada en cuenta por los Metkayina.

—Díganle a los tulkun —finalizó por decir Tonowari con firmeza.

—¡Vayan! ¡Rápido! —Ordenó Ronal.

El clan de inmediato se movilizó. La lluvia mojaba sus cuerpos, cada uno de los na'vi fueron en busca de sus hermanas y hermanos espirituales.

A Astorya no le gustó cuando vio a Lo'ak marcharse de forma rápida, ella sabía a donde iría, y que salieran ahora era demasiado peligroso para ellos. Porque después de todo, las acciones de las personas del cielo eran únicamente para llamar su atención, los estaban buscando. Quarich los estaba cazando. Y Spider estaba con él.

La Rongloa fue tomada del brazo con suavidad cuando iba a la misma dirección donde se había ido Lo'ak.

—No...—Le pidió Neteyam, su voz baja cargada de angustia. Que quisiera ponerse en peligro nuevamente por perseguir a su hermano no le estaba gustando para nada.

—Irá con Payakan —le dijo ella en tono suplicante. El mayor suspiró y luego de darle un beso en la frente la tomó de la mano para correr juntos detrás de Lo'ak.

Antes de que el muchacho pudiera ir a algún lado, lograron detenerlo. Se encontraba preparando la montura de su Ilu.

—No hay forma de que te vayas, hermanito —declaró Neteyam, acercándose a su hermano. Lo'ak se puso a la defensiva de inmediato, como si hubiese estado esperando a que alguien fuera a detenerlo. Era evidente por la hostilidad de su mirada que no pensaba detenerse.

—Debo advertirle a Payakan sobre los arpones.

—No, debes mantener tu trasero aquí. Por una vez, Lo'ak, escucha lo que te digo —pidió Astorya. Pero el Sully negó con la cabeza.

—No. Está exiliado, solo yo puedo advertirle. Pensé que lo habías entendido, Rya, pero me equivoqué.

Astorya sintió una punzada de dolor en su pecho al ver la mirada que le dio su amigo.

—Hermano... ¿por qué tienes que hacer las cosas más difíciles? —jugueteó Neteyam, con un tono burlón. No estaba allí para pelear con su hermano, solo quería mantenerlo a salvo. Igual que Astorya.

—¡No! —Exclamó Lo'ak, expulsando de un golpe la mano que Neteyam tenía sobre su cabeza. —Quieres decir, ¿por qué no soy un hijo perfecto como tú? —Neteyam se sorprendió por las palabras de su hermano, y se alejó negando con la cabeza. Intentó que el veneno que salía de la boca de Lo'ak no le afectara.

—Lo'ak, no es eso...—Astorya fue interrumpida, y sus orejas se inclinaron hacia atrás.

—O como tú, la guerrera perfecta. Bueno... ¡no soy como ustedes! —espetó, Astorya dio un paso atrás. —No ven más allá de su burbuja patética de amor. Payakan es mi hermano, voy a ir.

Aquello hizo que el corazón de Neteyam se rompiera. Y caminó detrás de Lo'ak mientras el se iba.

—¿Él es tu hermano? —Inquirió con amargura, sin poder creer las palabras de Lo'ak. —¡No, yo soy tu hermano!

Tsireya y Ao'nung llegaron hasta ellos. En el momento de descuido, Lo'ak aprovechó la instancia para saltar al agua.

Astorya fue detrás de él, negándose a terminar de esa forma la discusión.

—¡Rya, no!

Para ese entonces, ella ya había montado el Ilu, siguiendo, como era de costumbre, las aventuras de Lo'ak que siempre los exponían al peligro.

rookiefilm ✰ 𝟸𝙾𝟸𝟹

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