Capítulo diez.
—¿Podría saber por qué te encuentras en ese estado de felicidad? —Quiso saber Kiri, flotando en el agua boca arriba, mientras que Astorya terminaba un brazalete para Neteyam.
Los días habían pasado, y las costumbres poco a poco eran adquiridas por los Omaticaya. Lo'ak ya había aprendido a montar un Ilu y pasaba mucho tiempo fuera aventurándose junto a Tsireya. No habían hablado mucho, nada más que saludos cordiales y luego el muchacho Sully le apartaba la mirada y se despedía con una agitación de mano. Ella no lo culpaba, pues seguramente estaba demasiado entusiasmado con la idea de pasar el máximo tiempo posible con Tsireya, tanto así que no habían encontrado el momento para que Astorya le comentara su situación con Neteyam.
Una que por el momento querían mantener en secreto hasta que pase toda esa tensión de ser los nuevos en la aldea Metkayina. Estaba siendo un poco difícil para Neteyam, pero Astorya sabía controlar las demostraciones de cariño que le brindaba el Sully.
Se encontraba junto a Kiri ahora, para que Neteyam ayudara a su padre con algunas tareas. Además de que no le gustaba ver a su amiga sola, pues Aonung no le daba mucha confianza, le parecía altanero en algunos aspectos.
—He escogido a mi compañero, bueno, nos hemos escogido mutuamente —terminó por confesar. —Pero no le digas a nadie, planeo que sólo Lo'ak y tú lo sepan por el momento.
Kiri abrió sus ojos en sorpresa, y tras hacer una mueca de disgusto se acercó a su amiga con una sonrisa.
—Asquerosamente cursi, pero estoy muy contenta por ti. Ya era hora que mi hermano se hiciera hombre. ¿Cómo se lo tomó Neteyam?
Astorya no comprendió la pregunta de Kiri.
—¿Neteyam? Es... es él, Kiri, es mi compañero. ¿Quién pensaste?
—Oh, ya entiendo. Por eso entonces Lo'ak está tan mal humorado. Bueno, te felicito, te mereces a un chico como mi hermano. Si te lastima no dudaré en patearle el trasero.
Astorya sonrió y le regaló uno de los brazaletes que había terminado.
Se mantuvieron tranquilas, Astorya recolectó algunos corales mientas tarareaba unas canciones que Neytiri les solía cantar cuando eran pequeños. Kiri se mantuvo bajo el agua, solo manteniéndose en paz mientras miraba la arena tranquilamente. No obstante, las alertas de Astorya se encendieron cuando vio a Aonung acercarse a Kiri junto a sus amigos.
Soltó un gruñido y se dirigió a ellos.
—¿Eres alguna clase de... rara? —Se burló el hermano de Tsireya.
—No —contestó Kiri, levantándose para caminar lejos de ellos, pero la siguieron.
—¿Estás segura? Quiero decir, ni siquiera eres una na'vi de verdad —continuó molestándola Aonung, tomando las manos de Kiri y burlándose.
—Oye, si no quieres que te de una paliza, suelta a mi amiga —amenazó Astorya. Poniéndose frente a Kiri con determinación.
El chico Metkayina le dio un empujón para nuevamente acercarse a Kiri y comenzar a molestarla. Astorya lo tomó del hombro y le dio un fuerte golpe en el rostro. El chico se acercó a ella con rapidez, pero cuando sus manos se posaron sobre Astorya, la voz de Lo'ak se hizo presente.
—¡Oye! No la toques, cara de pescado.
—Otro raro de cinco dedos —molestó el Metkayina, sin demostrarse intimidado por la mirada que Lo'ak le daba. Astorya se puso a un lado de su amigo.
Entonces entre los amigos de Aonung comenzaron a tomar las colas de los tres Omaticaya, diciéndoles lo débiles que eran. Astorya quiso zafarse del fuerte agarre en su cola y se giró para darle un empujón a uno de los chicos, pero ella recibió uno más fuerte y estaba por caer de espaldas al suelo cuando los brazos de Kiri la sostuvieron.
—¡Ya, déjennos! —exclamó la Sully. Pero ellos no parecían escuchar y seguían burlándose de ellos.
Su cola estaba siendo tironeada por Aonung, hasta que el chico fue empujado del hombro y se tuvo que apartar de ella. La presencia de Neteyam los hizo callar a todos. Se veía realmente molesto.
—Ya escuchaste lo que dijo. Déjenlos en paz.
—Aw, el hermano mayor viene a...—las palabras de uno de los Metkayina fueron calladas por la mirada del hijo de Tonowari, el cual era apuntado por el dedo de Neteyam. Su tono de voz les dejó en claro que no estaba jugando.
—No vuelvas a tocarla. Apártate, ahora—demandó. Y Aonung retrocedió unos pasos alzando las manos. —Inteligente. Y a partir de ahora, necesito que respeten a mis hermanos. Y a mi chica, ¿lo entiendes?
Las orejas de Astorya se alzaron, y Neteyam tomó su mano para atraerla a él. Ella les gruñó, y el amigo de Aonung le devolvió el gruñido. Neteyam le dio una mirada de advertencia.
—Se los advierto, es una de las mejores guerreras de nuestro clan. Y si vuelven a molestarla no voy a intervenir, así como tampoco me abstendré de ayudarle a darles una paliza. Vámonos—finalizó.
Neteyam dejó una caricia en la cabeza de su hermano y tomó la mano de Astorya para caminar junto a ella y Kiri. La primogénita de Tsu'tey les dio una última mirada, sus ojos chocaron amenazantes con la mirada de Aonung. Otro comentario proveniente de ellos hizo que Lo'ak rodara los ojos y se volteara a verlos.
—Lo'ak —lo llamó Neteyam.
—Yo me encargo, hermano —dijo acercándose a los Metkayina. — Sé que esta mano es rara —comenzó, mostrándole sus cinco dedos, Astorya sonrió, ella sabía muy bien lo que haría—, mira, soy un raro, un alienígena. —Aonung rió. —Pero puedo hacer algo impresionante. Mira, primero debo apretar mi puño, así, y luego...—Cuando el Metkayina se concentró en la mano de Lo'ak este le dio un fuerte puñetazo en el rostro, justo como lo había hecho Astorya hace un rato.
Golpeó al Metkayina hasta que este cayó al suelo y fue rápidamente revisado por sus amigos, quienes vieron asombrados a Lo'ak.
—Se llama puñetazo, perra. No quiero que vuelvas a tocar a mis hermanas de nuevo.
La disputa comenzó y el hijo de Tonowari se abalanzó contra Lo'ak, tirándolo de espaldas al suelo, pero su amigo fue más rápido y antes de que este pudiera golpearlo lo empujó lejos de él. Los amigos del Metkayina pronto se unieron y comenzaron a tironear la cola de Lo'ak, luego le dieron un golpe en el rostro y Astorya se preocupó cuando estaban todos contra el Sully. Su cola se movió inquieta y Neteyam supo que debía intervenir cuando la chica le dio una mirada suplicante.
Kiri y Astorya rieron luego de observar como los chicos se peleaban.
—¡Mi cola! —exclamó Lo'ak.
Astorya suspiró y decidió ayudar a los Sully, abalanzándose contra el chico que tenía la cola de su amigo para morder su oreja con fuerza.
—¡Mi oreja, salvaje, mi oreja!
—¡Astorya! —le reclamó Neteyam, dándole un golpe a Aonung.
Tendrían serios problemas luego, pero al menos los altaneros de los Metkayina obtendrían una buena paliza.
Kiri rodó los ojos.
rookiefilm ✰ 𝟸𝙾𝟸𝟹
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