Capítulo 9: Indeciso
No entiendo como puedo ser tan estúpido de no recordar una fecha tan importante, o que al menos fue importante. El primero de enero sería nuestra celebración de matrimonio...y con ese recuerdo llega el recuerdo de lo que tenía preparado para regalarle. No recuerdo en donde está el papel después de tener...bueno... aún con las cajas de ropa y demás cosas que no desempaco por no querer evocar recuerdos, así que reuniendo un poco de fuerzas me levanto de la cama.
No soy consiente del frío del ambiente o solo no le doy importancia tampoco quiero pensar en que levantarme solo con un boxer con las temperaturas tan bajas me va a causar un resfriado, solo lo ignoro. Cuando termino de rodillas frente a las cajas de mudanza la cabeza se me va hacia un lado como si tuviera un gran peso en ella, y junto a la pesadez viene el dolor. Tanto llorar me ha causado un dolor de cabeza insoportable, así que me levanto de nuevo y busco en mi bolso de trabajo una pastilla y la trago sin necesidad de agua solo para volver a sentarme en el suelo.
Separo las cajas que contienen mi ropa, de entre ellas separó varias que considero son aptas para el invierno. Llegado un momento siento que tengo más energía y aunque son las 4:30 a.m. de pronto siento que nada pasó, como si mi llanto y descontrol no hubieran ocurrido, me pongo un pantalón, un abrigo y comienzo a organizar todo. Me pesan los ojos pero aún así ordenó todo, con cuidado de no hacer mucho ruido muevo el único mueble que dejé para mi en la casa -el resto lo mandó Jennifer a un depósito y no tengo ánimos de buscarlos y tampoco tengo mucho espacio en la habitación- y comienzo a acomodar mis ropas allí. Para cuándo el sol comienza a verse por mi ventana yo ya estoy en la última caja.
—Así que acá estabas.
Con el papel en manos admiro la información que contiene. Información sobre los pasos a seguir para la adopción. Terminó recostado en mi cama, leyendo y releyendo todo el folleto. ¿Tan malo es haber deseado tener un niño? ¿Por qué tengo que fallar hasta en ésto? Solo quiero criar a un pequeño de manera diferente a lo que lo hicieron mis padres, poder enseñarle todo lo bueno que hay en este mundo, las películas, las músicas, las culturas...el que sienta orgullo por quien quiera ser.
Me siento fatal, angustiado y agotado. Es inútil que ahora intente dormir se que a pesar del cansancio cuando ponga la cabeza en la almohada mi cabeza comenzará a recordarme cosas que no deseo tener en mente en estos momentos y no podré parar de recordar momentos que solo me traerán dolor y más angustia. Necesito parar. Termino sentado en el borde de mi cama con el papel en una mano y mi celular en otra, busco algo que me distraiga, lo que sea para que mi mente se mantenga ocupada con nuevas cosas y no me haga revivir situaciones que en este momento no necesito recordar. Me pierdo en redes sociales, veo cualquier tipo de videos y llega un momento en el que pareciera que no habia tenido ningun momento de pánico o ansiedad, había olvidado todo.
—¿Lee, estas despierto? ¿Estas bien?—había dormitado un poco y me asuste por la voz de John al otro lado de la puerta.
—¡Si!—mi voz salió chillona casi como si un pollo me atravesara la garganta, carraspee y volví a hablar: —. Estoy bien, John, enseguida me levanto.
No respondió, espere a escuchar algo y poco después escuche sus pasos alejándose. Me dejé caer en la cama, mi cuerpo comenzó a sentir el frío que durante la noche no había sentido, mi ser entero tirita desde los huesos hasta los nervios. Siento demasiado frío así que me levanto como puedo, abrigandome más de lo debido y salgo sin ser consciente de el aspecto que tengo. Intento ir hasta el baño y meterme bajo el agua hirviendo para cambiar un poco mi apariencia pero me veo bloqueado por el cuerpo de Tony que sale despidiendo vapor por los poros. Está vestido pero su cabello aún gotea y siento escalofríos al imaginar el frío que debe sentir. Me doy cuenta que me mira de una manera extraña y me hace sentir incómodo.
—¿Estas bien? —asiento, las palabras no me salen —. ¿Estás seguro?
Intento pasar por su lado para entrar al baño y encerrarme hasta que deba irse a trabajar pero el lo nota y cubre la puerta con su brazo, yo solo observo el vacío de su brazo frente a mis ojos pero puedo sentir los de el clavados en mi cara. ¿Tan mala apariencia tengo?
<<¡Dios, Tony! Solo dejame entrar, haz como si no hubieras visto nada.>> Me muerdo los labios cuando su brazo se mueve y su mano húmeda por el vapor del baño hacia mi rostro. Solo cierro los ojos. La sensación me recorre el cuerpo como si estuviera viva, y su voz sale susurrando en mi oído causándome una extraña sensación de calidez:
—No me mientas. Odio cuando lo haces. Además de que tu rostro no ayuda en nada a engañarme —abro los ojos, su mano sigue en mi rostro, me empuja con suavidad obligándome a verlo —. No quise molestarte anoche, pero necesito saber, necesito escucharlo de tus labios y no solo llegar a una conclusión por mi cuenta. Así que dime...por favor ¿que está pasando? —su voz sale casi en un susurro, solo para que yo lo oiga.
Mi mirada vuelve a caer, observo su pecho cubierto por el abrigado polo verde oscuro y me quedo asi sin responder. El es paciente, siento como sus dedos acarician la piel de mi mejilla con suavidad y a la vez como si intentara transmitir paz. Sin mirarlo a la cara niego, veo el reflejo de su rostro, abre y cierra la boca me no dice nada.
<<Solo vete. ¡Por favor!>>
—¿Esta todo bien?
Ambos miramos hacia atrás de Tony. John nos mira y noto que no deja de observar la mano de el pelinegro en mi rostro, incluso llega a fruncir un poco el ceño. Aprovecho que Tony se movió para entrar al baño y cierro la puerta antes que alguno de los dos lo impida. Escucho como ambos cruzan un par de palabras pero no presto atencion y me alejo de la puerta para abrir el grifo de la ducha y que el agua caliente comience a soltar vapor en el cuarto de baño. Mientras me desvisto me observo por el espejo sobre el lavamanos...y entiendo porque Tony me dijo que mi rostro no ayudaba.
Lo que mas resalta son mis ojos inyectados en sangre, tan rojos que pareciera que me los hubiera rascados con las uñas. Tengo la piel de la frente, mejillas y del cuello algo coloradas y lastimadas -consecuencia de arañarme al estar llorando por la ansiedad-, mis labios están agrietados y rojos, a carne viva. Y las ojeras ¡Por Dios santo, las putas ojeras debajo de mis ojos! Tengo dos bolsas enormes, tan oscuras como mi cabello que acaparan toda la atención.
—No puedo ir a trabajar así.
Entro a bañarme y lo primero que siento con el agua caliente es que los músculos se me relajan, el frío se aparta de mí y me quedo ahí inmóvil escuchando dentro de mi cabeza el sonido del agua golpear contra mi cuero cabelludo. Me pierdo tanto y con tanta fuerza dentro de mí que mi cuerpo parece flotar en el vacío...como una pluma ligera. Cuando termino salgo para cambiarme en mi habitación. Max está recostado en mi cama, con demasiado frío al igual que yo que comienzo a temblar y busco la primer ropa que encuentro para ponerme una vez que me seco. Busco mi celular para estar al tanto de la hora...son las 8:56...llegare tarde a trabajar.
Alcanzo a ponerme un tapado, las botas y tomar la llave de mi auto, dejo la puerta abierta de mi habitación para que Max salga cuando quiera y tomo mi laptop para correr hacia el ascensor. Una vez en el subsuelo del edificio corro hacia el auto salgo a toda velocidad...siendo inconsciente de la cantidad de nieve acumulada término atascado al tránsito lento.
—No estamos aún en enero y ya cae nieve como si Papá Noel necesitara una cama para aterrizar su trineo —me quejo a la vez que varios autor detrás de mí tocan con furia las bocinas como si eso hiciera todo más rápido.
Tardo casi dos horas en llegar al trabajo, me encuentro con Lucius en su oficina y le escucho con cierto hastío como me pregunta sobre el mal aspecto que llevo con migo. En estos momentos no tengo ni la mas minima ganas de oir algo mas sobre como luzco. Me encierro en su oficina para hablar nuevamente sobre el o las personas que están robando los artículos de la oficina, en cuanto me siento frente a su escritorio todo el cansancio de la noche me golpea el cuerpo. Me estiro hasta que mi cabeza se recuesta en la silla. Solo quiero dormir. Mi mente encuentra la paz y por unos interminables minutos permanezco así, sin pensar en absolutamente nada, con los ojos cerrados y el cuerpo relajado.
—¿Lee?—una voz me sobresalta, mierda, me había quedado dormido.
Tallo mis ojos y concentro mi vista cansada sobre la pantalla de mi teléfono para ver la hora, solo habían pasado diez minutos. Me giro para responder al que yo creo que es Lucius...pero es Tae. Se de inmediato por el gesto que hace su rostro que yo acabo de hacerle una mueca de desagrado, no me siento mal por ello, en absoluto.
—¿Que haces tu aquí?—me incorporo de mi sitio y de golpe toda la sangre abandona mi cuerpo y me tambaleo hacia atrás.
—Ten cuidado—puedo sentir sus frías manos sujetándome el brazo y le aparto de manotazo, no quiero que me toque, no ahora.
Veo sus ojos, que solo miran mi brazo, su entrecejo se frunce y se aparta de mí casi comprendiendo que no le quiero cerca. Se muerde los labios y ambos nos quedamos en silencio, yo no tengo intenciones de hablar con él y tampoco es que tengamos algún tema de conversacion, asi que espero a que hable para saber qué es lo que hace en la compañía y que es lo que quiere. Nos mantenemos a una distancia segura uno del otro. Luce indeciso y cuando me canso de verle con la mirada baja y sin hablar lo hago yo:
—Pregunte ¿que haces aqui? Responde—ahora si me observa, la intensidad de su mirada me recuerda a ese dia, el dia que me había pedido para conocernos mejor, se me revuelve el estomago de solo pensarlo.
—Vine porque la compañía donde tu amigo me ayudo a conseguir trabajo me envió por una sesión...creí que lo sabías-
—¡Pues no lo sabía!
—...Vine para ver a tu jefe. Lucius...creo. Te vi ahí tirado y pense que te ocurrio algo. ¿Estas bien?—soy incapaz de controlar mis expresiones faciales, simplemente no estoy de humor para escuchar su "preocupación" hacia mi.
—Puedes esperarlo acá, yo me voy—intento pasar a su lado pero me detiene.
Si mano está fría y ejerce presión sobre mi brazo, me obliga a verlo y sin dudas me acerco a él tratando de contenerme, aunque lo único que quiero ahora es golpearlo.
—¡Suéltame, Tae! No tengo ganas de verle la puta cara, no quiero tener una charla contigo, no después de todo lo que me hiciste pasar. El verte el rostro de por sí me revuelve el estómago y tener que escuchar tu voz me obliga a no pensar en otra cosa que no sea toda nuestra historia. No quiero verte, así que no vuelvas a dirigirme la palabra.
A pesar de lo que le digo no me suelta, menos nos miramos a los ojos. No puedo descifrar que es lo que intenta decirme y me late el corazón, no puedo calmarlo. ¡No quiero sentirme así! Siento como aprieta más y con mi otra mano tomo la que me sujeta, ejerzo fuerza pero solo aprieta más.
—¡Te dije que me sueltes!
—¡No!
—¡Suéltame Tae, o te golpeare!
Tenemos un breve forcejeo, tenemos casi la misma altura y peso así que entre ambos casi que nos tumbamos. Me descuido un segundo, justo cuándo logro hacer que me suelte y ahora sus manos viajan hacia mi rostro, todo pasa muy rápido, no logro apartarlo de mí cuando me toma del rostro y me acerca al suyo...aprisiona sus labios contra los míos.
Reaccionó tarde, lo empujó y este chica contra la silla en la que estaba sentado. Luce agitado, yo también lo estoy, me tiemblan las manos por la impotencia y me limpio la boca con asco, todo bajo su mirada. Con el corazón bombeando en mi pecho como si fuera a salirse volando por los aire me abalanzó sobre él, lo tomó del cuello de su camisa, el levanta sus manos en son de paz.
—¡No vuelvas a hacer eso! No te acerques a mi ¿oíste? No quiero verte ma puta cara.
No mido mi fuerza, lo empujo y case sobre la silla golpeándose contra el escritorio. Mi respiración está agitada, me tiemblan las manos y los pies.
—¿Qué está pasando? ¿Lee? ¿Qué ocurre?—la voz de Lucius aparece en la escena, luego siento sus manos por mis brazos.
El anciano me aparta un poco y puedo ver la expresión en su rostro, sorpresa, confusión, no entiende que pasó y nos mira a ambos, Tae está en el suelo en silencio y me observa enfadado. Lucius llama a Alexis y Robert, el primero me sostiene mientras Lucius ayuda a Tae a incorporarse, Alexis está de pie en la puerta, bloqueandola.
—¿Que pasó, viejo?—Robert habla bajo en mi dirección, me obliga a verlo y tapa mi vista sobre el anciano y Tae.
—¡Es un idiota! No quiero verlo.
Robert no comprende. Me intenta calmar pero no escucho sus palabras. La fatiga se mezcla con la furia y la ansiedad, no soy capaz de controlar mi propio cuerpo, dejo de escuchar, de ver. Terminó a un lado del escritorio con la cabeza hundida entre las piernas, se me revuelve el estómago, tengo ganas de vomitar.
—Lee. ¡Oye, muchacho mírame!
Lucius me toma del rostro, sus ojos lucen apagados pero reconfortantes.
—¿Qué pasó?—involuntariamente miro hacia donde estaba Tae, pero no lo veo—. Le pedí a Robert que se lo llevara, solo estamos los tres, Alexis, tú y yo, así que tranquilo. ¿Que ocurrió?
Mi respiración se controla, me tiemblan los labios, siento asco de ellos, quiero arrancarmelos. Puedo escuchar que afuera de la oficina hay un pequeño revuelo, muchas voces mezcladas. Me siento fatal.
—Perdon por causar tanto lío. Ese idiota me sacó de mis casillas.
—Esta bien, tranquilo, tuvo una caída fuerte pero dijo que no nos hará ningún problema, que el se hará responsable de lo sucedido.
No puedo evitar mirarlo confundido.
—¿Ese idiota dijo eso?
Lucius asiente.
—Dijo que tú y él tuvieron una discusión debido a que se conocen desde antes y ya tenían problemas—Alexis responde a mi pregunta y se acerca a nosotros—. Pero tú no estás para nada bien y yo intuyo que pasó alguna otra cosa ¿me equivoco?
El tono en que usa para decirlo me saca una sonrisa. Ambos me tienden una mano y un poco reacio acepto a ponerme de pie.
—Nos conocemos de que éramos adolescentes. Él... buscó problemas con una amiga, desde entonces que no nos veíamos y supongo que la bronca aún continúa. No quiero que esto perjudique mi trabajo ni nuestro acuerdo con ModelMode.
No sé porque miento...no, mejor dicho, se muy bien porque miento, no quiero que sepan mis problemas, ésto es entre el y yo, no tienen porqué saberlo nadie más. Sé por las expresiones que ambos ponen que no se lo toman del todo en serio ninguna de las dos versiones pero conociendolos tampoco harán preguntas de más.
—Vuelve a casa por hoy. Luces como un muerto en vida, y pidete un Taxi o un Uwer, no pienso dejar que manejes en ese estado. No quiero ver tu agotado rostro hasta mañana, Lee.
—Yo te pido el Uwer y te acompaño hasta la salida.
Alexis debe obligarme a salir, lleva mi maletín mientras me sostiene del brazo -como si yo fuera a escapar- mientras esperamos frente a la entrada de la compañía. Saca un tema trivial de conversación, se que no hace únicamente para distraerme. Cuando el auto llega no deseo más que llegar a casa y olvidarme de todo.
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¿Cómo están? ¿Qué les pareció el capítulo? ¿Qué creen que va a pasar?
Para los que leyeron la versión anterior déjenme decirles que hay muuuchos cambios, casi el 80% de ella, todo ésto para darle un desarrollo más profundo a la historia.
¿Ya vieron la nueva portada? ¿Qué les parece? Me interesa mucho saber si les está gustando o no, o incluso que esperan de los personajes y su desarrollo.
No olviden seguirme en mis redes, casi siempre estoy subiendo diálogos de los personajes, imágenes de referencia y demás.
Ig: honey.cream01
TikTok: honey.creamcream01
Y no olviden que tenga otra historia (El Rey del Sol) que también es un BL ambientado en la época de los reinos, donde se da una relación entre un jóven rey y un líder de los dragones, hay secretos antiguos, una unión indeseada y criaturas mágicas por doquier.
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