Capítulo 8: Planes futuros.
Debo confesar que estoy rendido por el amor. Sí, amor, se que es muy pronto, se que acabo de separarme, pero mi cuerpo entero se lanza hacia un nuevo amor que comienza a florecer en mí. Ni siquiera yo puedo creer la comodidad que siento al estar ahora junto a él, nuestros cuerpos calentándose mutuamente, me siento es un estado de paz...
—...como si nada del mundo importara—miro sorprendido a Tony cuando parece leerme la mente.
Su rostro en mi pecho, sus manos alrededor mío. Somos uno solo, nosotros dos en el mundo. Bueno y Max que ahora esta acurrucado en nuestros pies.
—Creo que John se molestaría si nos viera juntos en éste momento—sus palabras me hacen reír.
Puede que mi cuerpo se sienta adolorido luego de que me cogiera duro en la segunda ronda, pero también me encuentro en paz, una paz que no había sentido hace mucho. Tal vez pueda salir afuera y enfrentarme con cualquier cosa y seguir teniendo paz.
—Estás muy callado.
Me sorprendo cuando me encuentro a Tony recostado boca abajo entre mis piernas, con su pecho rozando mi miembro y su cabeza recostada en mi abdomen. Había corrido a Max hacia el extremo mas lejanos de nosotros dos.
—Sabes que no soy de hablar mucho—de el brota una sonrisa mientras endereza su cuello para mirarme, parece confundido como si quisiera hablar de algo.
<< Es inevitable >> pienso.
—Puedes preguntar, Tony. No tengas miedo.
Su rostro cambia al darse cuenta de que capté el porqué de decir que yo estoy muy callado.
—¿Cómo te sientes?—pregunta—. Con respeto a nosotros, me refiero.
No comprendo del todo.
—¿Te refieres al sexo o a la poligamia?
Su expresión me hizo saber que se refería a ambas. Me detuve solo un momento a pensar ¿qué pienso en verdad de todo esto? Desde que pasó no me he sentido incómodo con ninguno de los dos, y el sexo es buenísimo, así que ¿se podría decir que estoy conforme con la situación? Aunque me resuelte un poco raro el cuan rápido avanzo todo esto no tengo dudas de que nos adaptamos sin molestar o ser muy rápidos con el otro.
—Con respeto al sexo—capte su atención—, es maravilloso. No me molesta nada con respeto a eso.
—No tengo problema en invertir papeles—si con eso se refiere a que John o yo podemos metérsela a él hace que tenga ganas de hacerlo ahora.
—Es increíble saberlo—trato de no pensar y que se pare el miembro, así que paso a responder su otra pregunta—. La verdad antes hubiera dicho que eso de la poligamia no es lo mío, ¿pero sabes qué? Estoy tan a gusto con ambos que no me molesta compartir. Ambos son buenos, me cuidan al momento de hacerlo y no veo que tengan discusiones por compartirme—sonríe.
Sus manos acarician mi abdomen, enviando cosquillas por mi cuerpo. No se qué estoy haciendo, pero las palabras salen solas de mí.
—Sabes, Tae Cha fue mi primer amor—capto su atención enseguida, con esos ojos marrones oscuros casi negros que me miran con dureza—. Pero también me abandonó cuando mi familia me apartó, su sola presencia me hace recordar cada momento, cada sonrisa y todas las noches que pasé llorando por culpa de él. El volver a verlo frente a mi después de mucho tiempo fue como abrirme las heridas con un cuchillo y echarle alcohol, me dolió ver a esa persona que me dejó indefenso hasta el día de hoy. Aunque intente no pensar mucho en eso cuando lo vi, se que ahora aparecerán esos pensamientos que luego me arrepentiré de no poder controlar.
Tony parece procesar lo que acabo de confesarle.
—Gracias, Lee, por ser sincero y no guardarte estás cosas para ti solo. No sabíamos la historia detrás de tu partida de tu hogar, y no lo supimos hasta ahora 12 años después de conocernos. Sabes que puedes contar con nosotros, no estamos aquí para juzgarte, cariño mío.
Sus palabras me hacen sentir un nudo en el pecho y quiero llorar, sonrío por lo apresurado que escucho mi corazón latir luego de escuchar esa palabra "cariño mío". No estoy seguro de cómo terminemos, aunque son otros tiempos, otros años, la sociedad aun ve esto de la poligamia con malos ojos.
—Tony—mi corazón late con fuerza cuando un pensamiento viene a mi cabeza, nervioso por su respuesta.
Él me toma de la mano la besa, sonriente logrando calmar los nervios.
—No se ustedes, pero yo estoy dispuesto a comenzar un nuevo capítulo con ambos.
Su rostro se relaja, vuelvo a sentirme nervioso, tal vez me adelante y él no crea lo mismo.
—¡Oh, Lee!
Para mí sorpresa su gran cuerpo me aprieta contra mi y la cama, sus brazos me rodean y nuestras bocas se vuelven a fundir en un beso. Su cuerpo emite un entusiasmo que contagia. Cuando nos separamos nuestras respiraciones se mezclan y nuestros ojos no se despegan.
—Estoy preparado para compartir la cama con ustedes, para irnos si es necesario. Podemos ver alguna propiedad en el estado contiguo, o mudarnos a otro país. Sabes que mi trabajo no me dará consecuencias, ¿qué dices?
Lo escucho alegre y me hace sonreír. Mis manos van a su rostro acariciándolo. El pequeño crecimiento de barba pincha un poco las yemas de mis dedos y siento cosquillas.
—Debemos saber lo que piensa John. Pero tienes razón, yo también estoy listo para volver a compartir cama con otras personas. Podemos ir averiguando otra casa, y no será necesario comprar cosas, entre lo que nos corresponde a John y a mi de nuestras casas y de tu departamento será suficiente...—me quedó en silencio de golpe.
—John y Jess...no están casados formalmente pero si llevaban mucho tiempo viviendo juntos, ella estoy seguro que no regresara pero temo que todo sea muy apresurado para John y no pueda hacer nada de lo que planeamos sin recordarla.
—Lee—me acaricia el vientre—. Creo que estás olvidando que Jess tiene un esposo y un hijo, sabes que John no aceptará volver con ella de ningún modo. Ya acepto que lo engaño y si se que debe ser doloroso perder a una compañera de tantos años pero creo que mas bien se siente herido y traicionado.
Es cierto, no había pensado en que John realmente no pensaría en volver con ella por mucho que la ame luego de eso. Tampoco llegue a darme cuenta de si estaría herido porque en verdad no lo demuestra, todo el mes lo a pasado organizando las sesiones fotográficas, después de su reciente regreso ante las cámaras y la pasarela ha estado hasta el cuello de firmas de contratos, preparándose para un gran desfile que se realizara el mes que viene y supongo que no me di cuenta que últimamente llega tarde y se va muy temprano.
—Solo debemos hablar con él, ésta noche. Luego dependiendo de lo que ocurra debemos hacer planes concretos y no sólo superficiales. Ahora debemos ir a trabajar. Yo ya voy tarde.
>>>>
Tony tenía razón y no pude no pensar en ello toda la tarde de trabajo. Comencé a buscar información, casas en los estados mas lindos -y a mi parecer mas silenciosos que Nueva York-. Mi cabeza comenzaba a doler de tanta información.
El trabajo estuvo rápido con solo dos sesiones y la presentación de George, mi viejo amigo que haría el trabajo de seguridad, a Lucius. Por lo que llegué al departamento Y lo primero que hice fue saludar a Max y sacarlo a dar una vuelta, exagero si digo que casi termino siendo un cubo de hielo en medio del parque pero bueno, el frio y la nieve no van con migo así que al volver preparé la cena, no soy bueno amasando pero me las amañe para preparar pizza de albahaca. Y para el cachorro un poco de pollo hervido picado en trocitos junto a su alimento.
—Eso huele de maravilla, Lee—John me sorprendió desde la puerta, no lo había escuchado.
—Hice lo que pude—dije volviendo a concentrarme en amasar una segunda base.
—Lo sé.
Sentí sus manos en mis hombros. Pretendo esperar a que Tony llegue para comentarle lo que ocurrió hoy, o más bien de lo que hablamos. Tony tiene razón, John no volvería tan fácilmente con alguien que lo engañó y que además tiene una familia formada por mucho tiempo. No puedo creer como Jess logró ocultarlo por todo este tiempo. A todos nosotros.
—¿En qué piensas?—me giré a verlo, saboreaba la salsa ya preparada para la segunda pizza con sensualidad mientras me miraba a los ojos, provocándome.
—¿Por qué no vas a compra un poco de alcohol?—intenté no pensar y desviarme de la cocina.
—¿Estamos celebrando algo o...? ¿Algo?
Niego sonriendo. Saco de uno de los gabinetes de la mesada dos botellas de cerveza vacías y se los entrego.
—¿Necesitas algo más?
—Que te apresures.
Lo veo sonreír y caminar hacia atrás, la puerta se abre y Tony le mira molesto cuando este choca contra su espalda.
—Pareces un niño—Tony se aparta dejando la puerta abierta para él.
—A ti te gusta este niño—John, atrevido como siempre se apresura a darle un beso en los labios antes de irse y cerrar la puerta.
Tony y yo nos quedamos en silencio mirándonos. A la vez riéndonos.
—¿Acaba de hacer lo que yo creo?—asiento—. Le dijiste algo ¿cierto?
—No lo hice—termino de sacar la pizza de albahaca y pongo la salsa y queso a la segunda para ponerla en el horno—. Solo está feliz.
—¿Te ayudo en algo?—niego.
—Puedes cambiarte, haré que John ponga la mesa.
Me sonríe y me da un beso antes de irse hacia su cuarto. Al momento de la cena mis nervios aumentan con el alcohol recorriendo mi cuerpo. John habla de algo trivial con Tony mientras yo me limito a asentir y escuchar, entonces llega el momento que estaba temiendo.
—John—Tony llamó su atención—. Sabes, con Lee, queremos llevar esto a otro nivel.
Él nos mira a ambos, bebe lentamente de su vaso y al terminas asiente con el ceño fruncido, como si no entendiera.
—¿A qué te refieres?
Sonrió nervioso.
—Queremos hacer oficial lo de nosotros tres.
Parece confundido. Hiper confundido.
—Pero en el estado no se permite...la...poligamia—comenzó a hablar con lentitud y pareció rápidamente entender, su sonrisa comenzó a crecer—. Bueno... deberíamos mudarnos y...—sonrió—. Convertirnos en pareja.
El resto de la noche fue sorprendente para mí, es algo temprano para decir que tenemos todo decidido pero comenzamos a planear lo que en los siguientes 6 meses tendríamos que llevar a cabo. Muchos planes y poco tiempo, a John le preocupa encontrar una compañía en otro estado donde trabajar, Tony planea buscar otra compañía en la que trabajar y yo, bueno, se me ocurre abrir mi propio centro de fotografías, después de todo tengo los recursos para hacerlo. Pero también tengo en mente el tema de la adopción, quiero tener un niño pero no estoy seguro de que ellos estén preparados para eso.
Tenemos 6 meses para descubrirlo antes que el contrato de John tenga que renovarse ya que lo esperaríamos a el. Según tengo entendido Tony no tiene mucho problema con respecto a trabajar en otra compañía y se que si hablo con Lucius estoy seguro de que hasta me ayudará a conseguir un lugar al que yo pueda acceder para poder una extensión de la compañía a la que yo dirija y John...bueno el ha vuelto a volverse un pico de miradas de posibles inversionistas pata todo tipo de campañas y propagandas.
Y como si leyera mis pensamientos John toma la palabra.
—Quiero estar con ustedes, es como si todo mi cuerpo me lo gritara—habló con una sonrisa enloquecedora—. Pero no sé si 6 meses me sean suficientes para poder negociar con mi compañía un posible translado o la posibilidad de trabajar un tiempo aquí y luego volver donde ustedes.
—Tienes tiempo, no te apures. Tendrás momento de resolverlo hasta el último día que nos quede aquí—Tony aunque sonaba satisfecho mostraba todo un dilema en el rostro.
—¿Qué te pasa?—pregunté de pronto.
Negó, se mordió los labios y ví como por debajo de la mesa su pierna subía y bajaba a gran velocidad. Estaba ansioso por algo y eso es algo muy obvio para mí aunque el intente hacer que vea lo contrario.
—Solo dilo, Tony, no te hagas.
John recibió una mirada fulminante y él me miró a mí por un segundo con los ojos abiertos casi suplicantes que calmara la inminente furia que el pelinegro podría soltar.
—Acabo de recordar que mi familia me envió un mensaje está mañana—tamborileó los dedos contra la mesita y se relamía los labios tras decir cada palabra—. Creo que...vendrán unos días después de Navidad.
Silencio.
Ninguno de los tres dijo nada. Estoy seguro que por la mente de los tres pasaron las mismas cosas: sus padres querrían quedarse en el departamento, dos de nosotros tendrían que dormir juntos -lo cuál no era un inconveniente- y lo más preocupante, ocultar que algo ocurre entre nosotros. No es que en su familia fueran homofóbicos pero... tampoco sabemos cómo se lo tomarían al saber que es una relación entre tres...no entre dos. De golpe siento que la bebida me comenzó a caer mal. Porque no me había dado cuenta, porque no lo había pensado y lo pasé por alto de todo lo que estaba ocurriendo y preferí olvidarlo...mi aniversario, la navidad, mis casi 9 años de matrimonio. La bilis me sube por la garganta y amenaza con salir.
—Disculpen un segundo.
Corro hacia mi habitación. Con tengo el aire y trago todo lo que intenta salir, el ácido permanece en mi garganta y casi que me obliga a querer volver a vomitar pero repito la acción y me lo trago. Las lágrimas se derraman en cascadas por la anterior acción y me desplazo hacia el suelo sin despegar mi espalda de la puerta. De pronto parece que la presión se me baja hasta el infierno y todo parece doble borroso ante mí.
Ansiedad.
De pronto me domina una ansiedad angustiante. Las palmas me transpiran de un frío glaciar y las piernas me tiemblan involuntariamente a gran velocidad. El temblor me escala el cuerpo y va hacia mis manos, puedo escuchar las risas de ambos hombres fuera de la habitación y el pensamiento casi mortal de que no quiero que me vean en ese estado me golpea los pensamientos y por un segundo dejo de pensar en Jennifer.
—¿Lee estás bien?
Escucho la voz animada de John y asiento olvidando que él no me puede ver. Abro la boca para darle alguna respuesta corta pero la bilis vuelve a amontonarse en mi garganta. Me tapo la boca con brusquedad y clavo mis uñas cortas en mi carne, con furia hasta que el dolor insoportable pasa a ser desapercibido por mi cerebro de tal manera que no puedo notar que sigo lastimandome.
Alguien golpea mi puerta y mi sistema nervioso se altera y una respuesta involuntario escapa de mí:
—¡Estoy bien!—hablo demasiado fuerte que hasta casi parece que le estoy gritando, mis manos van hacia mi cabeza.
La energía las recorre y las aprieto reteniendo mi cabello y arañando mi cuerpo cabelludo. Tengo un momento de paz antes de sentir una descarga eléctrica y termino apretando cada músculo de mi cuerpo dejándome tenso y me comienzo a golpear el rostro con mis puños, el dolor no es suficiente, los pensamientos siguen ahí. Mi cabeza golpea contra mis rodillas juntas y mis puños comienzan a descender hacia mi cabeza con una brutalidad asesina. Y de golpe toda la energía cesa. Me abandona y el cuerpo se me cae en un estado de relajación..
El dolor de las heridas y de mis puños empieza a aparecer de a poco. Pero las ignoro. Mi respiración comienza a ser lenta y mi vista mejora. Tardo un par de minutos en ponerme de pie. Estoy transpirado, con la ropa pegada al cuerpo, el rostro húmedo por las lágrimas y la nariz atiborrada de fluidos. Tomo mi ropa de dormir y salgo de la habitación.
Los dos hombres están aún comiendo y bebiendo jugando con Max, así que no me prestan mucha atención cuando entro al baño.
Evito mirarme al espejo y encontrarme con mi apariencia destruida del momento, así que me desvisto lo más rápido que puedo y entro a la bañera con el agua caliente ya cayendo. Me hago bolita bajo el agua que me golpea con fuerza y eso me deja relajarme. Me quedo allí no sé cuánto tiempo pero el suficiente para que mi piel clara termine de un rojo intenso por la alta temperatura del agua, y ahí cuando salgo. El baño lleno de vaho impide que me vea por el espejo así que estoy relajado por eso.
Casi con movimientos robóticos me visto con el primer boxer limpio que encontré y el pantalón corto y la remera más pichincha que tengo para dormir en estos días fríos. El vapor ya casi no está y aunque evito poner mi rostro en dirección al espejo antes de salir un movimiento involuntario de mi cabeza me hace observar me en tal estado devastado. Ojos rojos, marcas rojas a los costados de mi cara dónde me había agarrado con fuerza, y un par de tiritas con un poco de sangre que comienza a brotar por mis patillas culpa de mis arañazos.
Con esa imagen en mente solo me voy hacia mi habitación decaído y evitando cruzar palabras con alguien. Termino recostado tapado hasta por arriba de la cabeza y abrazándome a mi mismo. Temblando. Angustiado. Ansioso.
Esa noche no duermo.
Mi cabeza recorre sin que yo lo desee cada recuerdo de ella.
Cada día que pasamos juntos.
Carcomiendo mi corazón.
Rompiendo mi ser en pedazos.
Rasgando mi alma.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro