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Capítulo 6: Estoy confundido

 ¿Acabo de coger con mis dos mejores amigos? Está ha sido mi primera experiencia, bueno, primera experiencia siendo cogido por un hombre, bueno dos, Dios, tuve sexo con mis amigos, el alcohol había desaparecido hace rato desde antes de todo esto, así que puedo estar seguro de que ellos fueron consientes de sus actos.

El calor que me recorre el cuerpo al estar recordando esto no puedo describirlo.

De los tres fui el más afectado, no sólo me quejé del fuerte dolor que mi cuerpo siente luego de sus actos, y que aunque fue satisfactorio mi cuerpo no fue preparado de una buena manera, el culo es lo que más me duele.

—¿Estás bien?—John me dejó en la cama de Tony, la única cama en el departamento lo suficientemente grande para los tres.

Ambos se acostaron a mi lado, con sus cuerpos en mi dirección y sus manos acariciando mi pecho. Solo observo el techo recordando las sensaciones que mi cuerpo había experimentado, aún puedo sentirlos dentro y aunque Tony se había preocupado por ayudarme a limpiar aún así me siento pegajoso y  muy avergonzado, no puedo mirarles las caras sin recordar sus jadeos.

—¿En qué sentido?—pregunto volteando mi rostro a verlo.

Sonríe y siento su mano bajar hasta mi cintura.

—Me refiero a esto. Todo fue...

—Solo queremos sabes si no fuimos muy bruscos—la voz de Tony retumba cerca de mi oído.

No siento mi cuerpo "bien" pero si me siento bien yo. Es confuso, porque a pesar de que me duele cada parte de mi interior -más aún mi trasero- mi mente está en calma como si lo más normal hubiera ocurrido.

—Si lo fueron—intercalé mirada con ambos que se pusieron serios al instante—. Pero... estoy en paz. Fue una buena experiencia-

—¡Oye, oye!—Tony frunció el ceño y me tomó del rostro, estamos muy cerca—. Al menos yo no hice esto solo por la calentura del momento o por haber bebido tanto—guardó silencio mientras se relamía los labios—, en realidad lo hice por deseo.

Su mano me acaricia la mejilla, provocando que mi corazón lata y me llene de alegría. Sus palabras, ¿quiere decir que ha sentido...deseos por mi? ¿O tal vez yo lo comprendo así?

—Escucha—pareció ponerse nervioso—, no es que, ¿cómo te lo explico? Yo—me miró fijamente—, yo tal vez sea bisexual desde hace mucho tiempo.

—¿Es en enserio?—John se apoyó por mi hombro, interesado por las palabras de Tony.

—¡Si! Es que...a fin de curso en la secundaria yo conocí a un muchacho, un amigo de mi hermano—se apoyó en su brazo medios sentándose mientras nos miraba a los dos.

—¿Te lo cogiste?

—¡No!—golpeó en la cabeza a John, recordé que solía hacernos mucho eso cuando vivíamos los tres juntos en los dormitorios en la universidad—. El era abiertamente gay y siempre lo escuchaba hablar de...cómo hacerlo con otros hombres y bueno, de ahí en adelante empecé a fijarme en los hombres aunque hasta el día de hoy no tuve nada con ninguno.

— Y te viniste a encontrar con dos guapos y sexis hombres en tu vida—fue mi turno de golpear a Jhon, le di un pequeño golpe en el estómago.

—Nunca lo supimos.

—Tu tampoco nos dijiste nada de que te gustaban los chicos, Lee, tampoco de tus ataques.

—Yo se lo conté—miré a John aunque ya sabia que era el.

Asentí. Ambos ya lo sabían puedo estar de alguna forma más tranquilo. Aunque no quiero hablarlo ahora y arruinar este momento con ellos.

— Gracias—le sonrío a ambos—. Gracias por se que esto no fue un error.

A mí espalda John hace un sonido aniñado y me abraza fuerte por el pecho, Tony se queda como está pero me acaricia el cabello. A pesar de estar en silencio no estamos incómodos o al menos yo no lo estoy.

—Tu no has dicho porque lo hiciste.

John me mira y sonríe, luego acomoda mi brazo para que su cabeza repose en mi pectoral y su brazo me rodea el pecho.

—Tal vez empecé a ver unas cosas y comenzó a gustarme—ríe—. Para serles sincero, hay algo que ustedes no saben.

—Dilo.

John se despereza, molestando a Tony al estirar su brazo y se sienta. Lo miramos con curiosidad por lo que vaya a decirnos.

—Lo lamento muchachos pero en este momento no puedo, son las 4 de la mañana entro a trabajar en una hora, debo ducharme.

Se va antes de que podamos obligarlos a hablar.

—¿También te pareció una excusa?

—Sí, y no sólo pareció fue una completa excusa.

—No entiendo que sentido tiene dejarnos con la duda—como si fuera lo más normal de nuestro día me volteo hacia él y lo abrazo.

Si John tiene razón y son las 4 a.m. a nosotros también nos quedan unas horas antes de entrar a trabajar. El cansancio de mi cuerpo me deja inconsciente casi al instante mientras abrazo a Tony rodeándome de su calor.

—Lee despierta, debes ir a trabajar.

—Mmm.

No es suficiente, necesito descansar más. Me acurrucó como un niño pequeño y mi cintura me manda una descarga que me hace levantar y quejarme. Mierda ¿estaré así todo el día?

—Mierda—el sueño desaparece y me veo obligado a levantarme.

De alguna forma camino hasta el baño me encuentro con Tony lavándose los dientes y con una toalla amarrada a su cintura, su cuerpo resalta debido a la luz. Babeo sin darme cuenta.

—Bonita vista que tengo—le miro antes de meterme bajo la ducha y lo encuentro mirándome por el espejo.

—Olvidé que estaba desnudo—menciono tras verme y darme cuenta de mi desnudes.

—No tiene nada de malo—sonríe.

El agua tibia me relaja mientras limpio mi cuerpo. Tengo tres sesiones hoy y debo agendar a... Cecelin, mierda ni recuerdo el resto de lo que había dicho.

—Tony.

—¿Si?—se detiene antes de pasar la máquina de afeitar en su rostro.

—¿Recuerdas la llamada de anoche?—le veo sonreír.

—Tal vez, algo.

—¿Algo cómo qué?

Da dos pasadas de la máquina por su rostro antes de responderme.

— Una tal Cecelin, fotos para un ¿niño? Y ...creo que eso es todo.

Trato de lavarme bien pero con rapidez, salgo sin secarme y con una toalla a la cintura. Encuentro mi celular en la barra de la cocina y lo reviso, Cecelin me había enviado varios mensajes, entre ellos pidiendo disculpas por haber cortado la llamada porque tuvo una urgencia en ese momento y el resto de lo que necesitaba para la sesión. Salvado por una urgencia, gracias señor de las cámaras.

—¿Todo bien?

Tony ya llevaba su pantalón de vestir, aún andaba descalzo y sin su habitual camisa. Max se apresuro a saludarnos a ambos antes de ir hacia una de las otras habitaciones.

—¡Si! Solo revisaba unas cosas, ¿ya te vas?

El asiente.

—Si solo debo terminar de vestirme y me voy. Volveré tarde, tú y John pueden irse a dormir sin mi.

Sonríe con algo de picardía.

—Bien, pero tal vez cada uno deba dormir por separado.

Si sonrisa disminuye, camina hacia mi sin apartar su mirada de la mía y se detiene justo al frente. Nuestra estatura es prácticamente la misma, así que los dos nos miramos de frente, su mano baja a mi cintura, acercándome hacia él, noto la dureza de su entrepierna que comienza a provocar a la mía.

—O tal vez ambos podrían dormir en la mía, y esperarme allí—su boca tan cerca de la mía, su mirada penetrante me quedo embobado a sus ojos.

—Tal vez.

Nuestros labios se unen y nos besamos con lentitud mientras muestras pollas se sienten mutuamente.

—Puedo acostumbrarme a esto.

—Yo también—sonrió.

—Te veré en la noche, cuídate.

Sale del cuarto dejándome como mi excitación latente. Pero no tengo tiempo para complacerme, me cambio lo más rápido que puedo y me apresuró a tomar mi coche del estacionamiento para ir al trabajo.

Al llegar agendo la cita de Cecelin y comienzo a preparar el set para la primer sesión que me toca en la mañana.

Hora: 7:50. Sesión con una embarazada y su esposo, para antes de una revelación de género.

Hora: 9:10. Sesión de una pareja.

Hora: 10:25. Sesión de fotos para una marca de cosméticos-publicidad.

Hora: 12:40. Sesión para un emprendimiento en auge.

A pesar de que la hora del almuerzo había pasado las sesiones se prolongaron más de lo debido, aparte de que se sumaron un par más a la lista y necesito comer. Aunque la bebida no haya causado efectos en mi cuerpo -por muy extraño que eso parezca- mi cabeza si da un poco de vueltas, pero es más por la demanda de alimento de mi cuerpo.

—¿Lee? Hombre disculpa que te moleste.

Apenas llevaba dos bocados de mi ensalada de atún cuando Robert, el gerente de ventas atravesó la puerta de mi oficina, dejó la puerta a medio cerrar detrás de él.

—Es el único momento en el que puedo almorzar, así que habla.

Deja una carpeta en mi escritorio justo frente a mí.

—El jefe había solicitado más personal que me ayudara con las ventas y el marketing, pero la zona se llenó y supe que estaban necesitando modelos para ModelMode-

—¿Cómo te llegó esa información?—pregunto dudoso, yo aún no había presentado las fotos de la sesión y tampoco había hablado con Robert o Lucius sobre ModelMode.

—El novio de mi hija trabaja allí, es por eso.

—Ah.... continúa.

—Me preguntaba si podías presentar a alguien-

—Lee ¿puedes venir un momento?

Lucius nos interrumpe en el momento y veo al anciano ingresar con su laptop a mi oficina. Robert parece morderse la lengua y da una sonrisa forzada a nuestro jefe.

—Disculpa, Robert pero ¿es urgente?

—No señor, no se preocupe puedo esperar un rato mas. Vuelvo mas tarde Lee—nos deja solos y el viejo se sienta y abre su computadora sobre mi escritorio.

—¿Lo reconoces?

Doy play al video y reconozco el lugar. Es donde se almacenan las cámaras y luces para resguardarlas cuando cerramos el local. La persona que esta robando se aseguro de no encender la luz del almacén, lleva una capucha oscura y no puedo verle ninguna parte del cuerpo que me deje reconocerlo.

 —Mi nieto Ismael me ayudo a ocultar la cámara y que todo quede grabado en la computadora, tenemos las pruebas pero no al ladrón, Lee.

Continuo mirando el video. No se lleva muchas cosas y las guarda en una mochila, aun así todo lo que lleva es sumamente caro.

—Tal vez debamos colocar cámaras dentro y fuera de los estudios y almacenes. Ya sabes lo vera y tal vez deje de hacerlo.

Lucius parece concordar con migo.

 —Tenemos que encontrarlo, Lee. No puedo dejar que continue perjudicando el negocio que es el sustento de todos aquí.

El alma generosa de Lucius me reconforta al punto de querer hacer mas por el.

—Hablare con un amigo y le pediré que venga a ver el lugar y vea en que partes estarán mejor posicionadas las cámaras.

—Te lo agradecería, Lee. Habla con el y que venga lo mas pronto posible, que hable con migo. Tenemos que atraparlo.

Lucius se retira y antes de poder terminar mi almuerzo busco entre mis contactos y envío un par de mensajes a un viejo amigo que trabaja en seguridad. Robert vuelve a aparecer y para entonces -aunque solo quiero comer y descansar- debo esforzarme por escuchar su pedido.

—Habla, Robert, yo debo comer.

Sonríe y cierra la puerta detrás de si.

—Como te decía, el novio de mi hija me aviso que ModelMode esta entrevistando gente así que me preguntaba si podías hablar con tu amigo y ayudarlo a presentarse.

 —Primero que nada ¿de donde conoces a esa persona que quieres recomendar?—digo entre mordiscos.

—Es amigo de un amigo mío, es un buen chico, hasta tu edad—enfatizo en eso ultimo.

—No prometo nada, menos si no lo conozco.

—De hecho esta aquí así que te lo presentare.

Se retira y al fin me puedo volver a concentrar en comer, aunque en el proceso debo tomar algo para el dolor porque me duele absolutamente todo. Cuando retomo lo ultimo de mi almuerzo Robert vuelve a entrar. Dejo de comer y lo observo. Robert sonriente deja entrar a otra persona, detrás de él aparece un hombre de piel pálida y cabello negro, de mi edad y nacionalidad, el hombre me sonríe, por algún motivo me resulta conocido.

— Hola, mi nombre es Tae Cha, un placer volver a verte, Lee Kang-Yoo.

Al escuchar su voz mis sentidos se van por completo. El corazón se me aprieta dolorosamente y bombea con fuerza. Tae Cha, el chico del que me enamoré en secundaria. El chico por el cuál mi familia y mi vida se arruinaron por completo.

No solo tengo frente a mi a la persona que me causó daño en mi adolescencia, sino que por poco no lo reconozco, lo que quiere decir que me lo puse haber cruzado cientos de veces antes y no saberlo, más aún por las gafas que lleva puestas.

Tae sonríe esperando a que estreche su mano, pero no lo haré, dejó mi bandeja con mi ensalada de atún a un lado y extiendo mi mano pero para tomar los papeles que Robert me entrega. Al revisarlo sin dudas es apto para el trabajo de modelo, pero ni siquiera ha hecho una sesión de verás, solo son fotos que se tomó personalmente aunque no están para nada mal.

—¿Por qué debo de recomendarlo yo?

—¡Vamos! No te pido que hagas una recomendación, solo que hables de él con tus conocidos de allí. Míralo es joven, además tiene tu edad-

—No es fácil contratar modelos de mi edad que no hayan modelado antes, Robert.

Robert me mira en silencio, como repasando en su cabeza que yo tengo razón. Tae me mira fijamente, puedo sentir sus ojos clavados en mi rostro incomodándome.

—No es necesario que hables por mí— habla Tae—. Si solo pudieras dejar mis papeles con ellos, yo haré el resto.

¿Ayudar o no ayudar? Esa es la cuestión. Por una parte no me agrada ayudarlo luego de lo que ocurrió, pero también debo dejar de lado esa situación y ser profesional.

—Esperen.

Sin poder terminar de disfrutar mi almuerzo me levanto y me alejo de ellos hasta el ventanal de la oficina para llamar a John.

¿Diga?

—John, soy yo.

¡Lee! ¿Qué ocurre? ¿Estás bien, no te duele nada?

¿Por qué lo menciona ahora?

—Estoy bien, John, no me duele nada. Llamo para pedirte un favor.

Lo que sea por ti, Lee—del otro lado de la línea se escuchan unos susurros y risitas—. Disculpa a las chicas, Lee, aquí les gustaste a todas luego de que vinieras el otro día.

Ignoro eso, no tengo tiempo de preocuparme por las chicas de su trabajo ni de pensar mucho en este momento.

—Escucha necesito saber si puedes entregar un portafolio de un modelo a tu jefe. No tiene experiencia pero tiene buen porte para serlo—miro a Tae, y este se encuentra hablando con Robert, no miento al decir que tiene buen porte para ser modelo.

¿Qué edad tiene?

Aguardo silencio un minuto.

—Mi edad, es más lo conozco por eso te lo pido.

John exclama del otro lado de la línea algo dudoso, yo habría hecho lo mismo.

Sabes que si tiene esa edad y cero experiencia es complicado ¿no, Lee?

—Si lo sé.

Escucha te diré lo que haré—retiro el celular de mi y lo pongo en altavoz—. Trae el portafolio, que venga a la empresa y haré que el jefe lo vea, eso sí no prometo nada solo que pase y el jefe lo decidirá.

—Gracias, John, te veré en la noche.

Las palabras salen sin dudarlo, puedo ver la mirada incómoda de Tae hacia mí. Y me recorre un escalofrío por la espada al entender la fuerza de mis palabras.

Claro. Hablaré con Tony, cenemos los tres.

—Claro.

Corté la llamada olvidando decirle que el llegaría tarde.

—Ya escuchaste, yo me quedaré con el portafolio, le comunicaré a Robert los resultados.

Vuelvo a sentarme esperando poder terminar mi almuerzo.

—¿O podrías avisarme a mi directamente?

Tae habla y no puedo creer su atrevimiento. Es como si pretendiera acercarse, no tengo ánimos de jugar a ese juego.

—Robert se comunicará con tigo. Retírense por favor, tengo una sesión en unos minutos.

Sonríe guardándose unas palabras, muy obviamente. Robert se despide agradeciendo y se retiran. Ya no siento hambre así que tengo que guardar lo que queda y seguir trabajando. La tarde pasa rápido entre las sesiones que me agregaron y por fin a las 19: 45 puedo subir al coche e irme al departamento.


Max me saluda brincando y me entran ganas de sacarlo a pasear así que me cambio por algo más cómodo y salgo del departamento con Max meneando la cola a mi lado. El ambiente comienza a sentirse más de invierno, lo cual no me gusta. Pasamos alrededor de 40 minutos trotando con Max, el cual está lleno de energía que ayudo a gastar.

—Descansemos, Max.

Termino sentado en un banco exhausto. La pequeña carrera que dimos fue suficiente para hacer recordar a mi cuerpo lo que habíamos hecho anoche. Sigo sin poder creer que cogimos, ¡que los tres cogimos!. Puede que las últimas semanas haya sentido algo extraño con ellos, que mi cuerpo había empezado a tener reacciones pero tampoco creí que eso hubiera pasado encerio, y tan rápido. La vibración de mi celular me hace deja de recordar nuestros gemidos y veo el nombre de Tony en la pantalla

—¿Hola?

¿Estás en casa?

— Hola, Tony, no, no estoy en casa.

El se ríe.

—Hola, Lee. ¿Dónde estás?

Max ladra como si supiera que es Tony con el que estoy hablando y se menea entre mis piernas.

¿Ese es Max? ¿Estás afuera?

—Salimos a correr, ya volvemos, ¿que pasa?

Hay una interferencia en la línea y retiro mi oreja por el dolor.

Disculpa, tuvimos un apagón en la oficina, así que regresaré temprano, ¿sabes algo de John?

Hablé con él hoy en el trabajo, pero solo de un chico que quiere ser modelo—obvie que conocía al hombre, aún no quiero que lo sepan—. ¿Por?

Quiero saber que tanta cena debo llevar.

¿Comida preparada nuevamente? Mejor trae algo y cocinare yo.

¿Comer tu comida luego de años?—parecía más bien una burla, que yo recuerde mi comida siempre fue bien recibida cuando los tres convivíamos en los dormitorios de la universidad.

—¿Así que mi comida no es agradable?—fingí enojarme para molestarlo.

¡No, no! Nunca dije que es desagradable, nos salvaste mucho tiempo cuando terminábamos tarde nuestras clases, Lee—sonreí al escuchar sus palabras—. Es solo que cocinas más comida occidental, sabes que soy un Puertorriqueño de  estomago que le gusta la comida del país vecino, lo occidental no va tanto con migo, cariño.

¿Acabas de llamarme cariño?—reí, mi corazón latió apresurado tan solo escuchar la palabra cariño saliendo de su boca.

¿Es muy apresurado? Lo lamento sabes que soy cariñoso cuando me gusta alguien.

¿Entonces te gusto?—comencé a sonreír nervioso mientras Max se calmaba y se acostaba a mis pies.

Claro que me gustas, pero no cambies de tema, ya estoy saliendo, podemos hablarlo cuando llegue a casa, y te diré todo lo que me gusta de ti.

No puedo evitar sonrojarme y comienzo a sentir calor por el cuerpo, además de sonreír nervioso me siento como un adolescente escuchando una confesión.

—Trae lo necesario para hacer una tripleta. Hoy cocinare algo que te agrade.

Claro cariño—se despide y corto.

—¡Vamos, Max!

—¿Sabes-?—John se cubre la boca luego de dar un mordisco al sándwich y poner un rostro de satisfacción—. No creí que supieras cocinar otra cosa que no fuera comida occidental. ¡Está delicioso!

Sonrío satisfecho.

—Ni mi hermana cocina así, Lee. Parece que siempre has hecho tripleta.

—Siempre hay que salir fuera de la zona de confort con la comida.

De nuevo nos encontramos los tres sentados en el suelo -como si no hubieran sillones o si no estuviera la barra y banquillos allí -. La cena no solo es disfrutada por nosotros sino que Max también disfruta de un poco de pollo.

Tengo ganas de hablar con ellos acerca de Tae, pero por algún motivo no quiero que se molesten, aún no estoy preparado para que sepan exactamente lo que ocurrió, pero aún así siento la necesidad de hablarlo con ellos, pero sin decirles la verdad. Solo quiero desahogarme un poco y dejar de estar tan tenso.

—Sabes John, la persona que pedí que recomendarías es un conocido que no veía hace mucho tiempo.

—¿De veras?

—Así es.

—¿Recomendar para qué? Perdón ser chusma pero me interesa.

—¡Ah! Lee me llamó hoy para preguntar si podía presentar un portafolio de un modelo que nunca antes había hecho un trabajo como tal, pero no sabía que era un conocido tuyo.

Asentí.

—Lo conocí en la secundaria, éramos... compañeros. No lo veía hace años y me sorprendió que apareciera hoy.

—¿Entonces si lo recomendaras?—le preguntó Tony a John, aproveché para terminar de comer.

—En realidad no pretendo recomendar a alguien que nunca había hecho un trabajo así, solo presentaré los papeles y nada más. El resto queda en manos de mi jefe.

Ambos se pusieron a hablar de cómo sería si lo aceptaran y de lo que tendría que aprender para ser un buen modelo con la edad; yo en cambio me concentré en unos mensajes que me habían llegado, la sesión para Cecelin ya había sido programada, y no sólo eso, Cecelin me ofrecía quedarme para la ceremonia, además me ofreció que podía llevar a un acompañante.

—¿Alguno de los dos tiene tiempo el viernes temprano en la mañana?

—Tengo una sesión ese día, estaré ocupado hasta entrada la noche. Ya sabes, volver a modelar trae con sigo que quieran campañas, muchas campañas publicitarias—John quedaba descartado.

Miré a Tony esperando una respuesta.

—Claro, ¿para qué es?

—Cecelin, la chica que llamó anoche me invitó a la ceremonia de bautizo y dijo que podría llevar un acompañante.

—Perfecto, niños. Me agradan.

Tony me sonríe. John se queja de no tener tiempo y luego comenzamos una charla trivial sobre el trabajo de modelaje. Creo que hoy no hablaremos de lo nuestro y aunque saque el peso de mis hombros aun me siento confundido por reencontrarlo luego de años.

Siento que traerá problemas.

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