
Capítulo 01: Leslie
-Leslie un frapuccino choco chips para la mesa seis.
-Enseguida.-Suspiré.
Limpié mi mano y comencé a hacer el batido, esto es lo que hago todos los días de mi vida y la ganancia era un asco. Mi jefe Bobby solo nos daba el veinte por cierto porque según el nosotras ganamos más por las propinas, ganar más mi culo.
Pero me alcanzaba para llegar a fin de mes a pagar el alquiler, después de todo no tendría otro lugar que me diera dinero instantáneo como aquí.
-Mesa Seis, Anna.
-¿Me haces uno a mi? Estoy exhausta, me duelen los pies.-Anna me hace un puchero que desde cierto punto de vista no se acerca a lo tierno.-¿Less?
-Bien, te haré uno.-Hizo una celebración extraña y volvió a trabajar.
Conocí a Anna cuando entré a trabajar, ella misma me entrevistó y me dio el okey con Bobby para conseguir el trabajo. Anna tiene siete años más que mi edad, a los diecisiete sus padres la echaron de su casa porque sus compañeros decidieron drogarla y aprovecharse de ella, quedó embarazada y sus padres no lo aceptaron por lo que la mandaron patitas a la calle. Nunca pudo hacer justicia, quien iba a creerle a una mujer con droga en sangre y cuando éstos eran niños de papi, no importa lo que hiciera había dinero de por medio y su justicia estaba comprada.
-Gracias amiga, lo necesitaba, Matthew no me dejó dormir en toda la noche.-Se sentó frente la barra y comenzó a beber.
-¿Sigue teniendo esas pesadilla?
-Si, no se por qué carajos inventan esas historias si luego van a mearse en la cama del miedo.
-Es normal a su edad.-Observé todas las mesas a lo lejos controlando de que los que se fueran dejaran el pago en la mesa.
-Pues este niño no es normal.-Puso los ojos en blanco-¿Y que tal tú?
-Hago lo que puedo, esto agota mis energías, llego a mi casa y a veces ni como solo me voy a dormir.
-¿No pensaste en terminar la secundaria? Quizás con el título consigas algo mejor.
-¿Con qué dinero? Este desaparece como la nada, tengo gastos y atrasos aún que tengo que pagar.-Suspiré.
-Choca esos cinco amiga.-Chocamos los cincos-Por dos taradas que no saben vivir su vida.
Sonreí y comencé a guardar el dinero en la caja fuerte.
-Oye mira, ese hombre.-Anna subió el volumen de la televisión.
Jason Hunt, es uno de los empresarios más codiciado de Nueva York, se va a presentar a los Óscar en forma de apoyo a su primo Nicolás Hunt quien fue nominado a mejor actor del año.
-Que pedazo de cemental es ese hombre.-Murmuró Anna a mis espaldas.
No olvidemos que Jason Hunt acaba de asociarse con Williams Int. así que dentro de poco veremos grandes proyectos en Nueva York y hay rumores de un proyecto que supera la altura del Empire State. ¿Puede ser siquiera eso posible?
Colocaron una foto de Jason llegando a su edificio, llevaba un traje negro con una camisa blanca y unos lentes de sol, todo él irradiaba dólares. Nunca lo había visto tan hermoso como ahora, de todas formas para mí corazón siempre lo había sido.
-Como sea, es otro imbécil con mucho dinero.-Se levantó a cerrar las persianas del lugar.
Volví a girar la cabeza a la televisión.
-Espero que te hayas convertido en algo mejor.-Mordí mi labio y apagué el monitor.
Cerré todo con llave y ambas nos despedimos al salir.
Luego de media hora de viaje llegue a mi apartamento arrastrando los pies, sentía que me pesaban hasta los hombros. Por suerte el día de mañana era mi día de descanso.
Cocine unos fideos con crema y me senté a comer en mi sillón mientras dividía los gastos de mes en sobres.
-Esto es una mierda.-Observé los cientos cincuenta dólares en la mesa.
Necesitaba ir al médico por un tratamiento de alergias pero no tengo seguro médico, no me lo puedo permitir. Pero también necesitaba comprar ropa no importa si era de segunda mano pero con ciento cincuenta dólares no me alcanzaba con ambos gastos.
Decidí irme a dormir sabiendo que mi salud estaba antes que la ropa. Aunque esta se encontrara desgastada. Encendí el velador, mi cabeza no me permitía dormir con la luz apagada, y con eso el cansancio me dejó dormida.
Un golpe en la pared me levantó de la cama, eran los vecinos, ambos se golpean cuando pelean y se tiran objetos que chocan contra la pared. Intenté buscar ayuda pero ambos me amenazaron que si volvía a entrometerme se metería al apartamento y me matarían, y no lo volví a hacer cuando sacó un cuchillo apuntandome con él.
Luego de ducharme busque la ropa más sana que tenía y me fui al hospital más cercano, donde me cobraron la mitad de los cincuenta dólares la consulta, al parecer debía sacar turno tanto como para un alergista como para un otorrinolaringólogo, debía saber que alergias y si esta había causa alguna sinusitis. Vaya mierda.
Mi celular vibró.
Amiga necesito un favor, puedes ir por Matthew a la escuela y traerlo al bar? No te lo pediría si no fuera importante, la niñera no podía cuidarlo hoy.
Claro, en camino.
Fui a buscar a Matthew a la escuela, el niño al verme sonrió feliz.
-¡Mi novia vino a buscarme!-Gritó a sus compañeros quienes me observaron. -Les dije que no era falsa.
-Hola tesoro.-Me acerque al grupo y le di un beso en la cabeza.
-¿Quién fue el envidioso que me dijo que mi novia era falsa?-Frunció el ceño mirando a sus amigos.
-Es muy grande para ser tu novia.-Molestó uno y observé la situación divertida.
-Para el amor no hay edad y muy pronto se convertirá en mi esposa.-Tomó mi mano.-Ya estoy listo para irnos.
Reí ante tal conversación.-Muy bien, vamos que tu madre nos está esperando.
-Adiós.-Saludó con soberbia.
-Adiós pequeños.-Lancé un beso y más de uno se sonrojó. Aguanté la carcajada.
-¿Cómo es eso de que seré tu esposa eh?
-Lo serás, todas quieren serlo pero mis ojos son sólo para ti, no debes temer. Soy solo tuyo.-Me guiñó sonriendo.
-¿Así? ¿Y donde está mi anillo? Por lo que tengo entendido para ser tu esposa debo tener un anillo.-Su sonrisa se borró.
-Mi madre no puede darme tanto dinero para un anillo, apenas tenemos para la comida.-Bajó la cabeza humillado.
Nos detuvimos y me agaché a su altura, me dolía ver su rostro como si estuviera avergonzado de la vida que tiene.
-Hey, tienes un techo y comida eso es todo lo que cuenta y debes ser feliz con eso.-Besé su mejilla y sus ojitos brillaron.-Estudia muchísimo, conviértete en alguien mejor, haz feliz a tu madre y luego de eso quizás me case contigo. Quizás en ese momento yo también sea alguien mejor.
-Te prometo que me convertiré en el mejor de todos, como el rey de Nueva York como se llamaba...-Mira al cielo tratando de recordar. Por favor, no lo nombres.-Ah si, Jason Hunt, es el mejor empresario de la ciudad y puede que casi del país. Seré tan grandioso como él.
-Ya lo eres cariño, solo sigue así, se siempre amable, y la vida te devolverá el doble. Ahora vamos que tu mamá debe estar mordiéndose las uñas.
Caminamos hasta llegar al bar, en cuanto entramos me fije que el lugar no estaba tan lleno.
-¡Mami!-Grito corriendo a abrazar a su mamá quien lo esperaba con los brazos abiertos.
-Mi niño hermoso, ya te extrañaba demasiado. ¿Te has portado bien?-Lo observó fijamente.
-Sabes que si mamá, te lo prometí y las promesas nunca se rompen.
Anna sonrió orgullosa y dirigió su mirada a mí.
-Gracias Less, no tenía a nadie que fuera a buscarlo.
-Estoy para lo que necesites, lo sabes.
-Leslie, ¿me harías una malteada de chocolate?-pregunta Matthew.
-Hijo, hoy es su día libre, no la molestes. Ya te lo preparo yo.-Anna suspiró agotada mientras sentaba a Matt en la butaca de la barra.
-Tranquila, yo se lo haré, tu sigue. No me cuesta nada hacerle una malteada.-Dejé mis cosas bajo la barra y comencé a hacer mi magia.
-Gracias, seguiré allá entonces.
Probé un poco de la mezcla comprobando de que no tuviera demasiada azúcar y asintiendo se la di junto con una pajilla. El niño me agradeció y no tardó en empezar a beber. Vi una mano llamándome y dudando me acerqué a aquella mesa.
-¿Si señor? ¿Qué se le ofrece?
-Me gustaría un cortado con un trozo de pastel.-No podía ver su rostro, el menú lo tapaba y no sabía si era a propósito.-¿Cual es más delicioso chocolate o vainilla?
-El de chocolate sin dudas.
-Pues que sea de chocolate, por favor.
Asentí y preparé todo en la bandeja, cuando estaba apuntó de llevarla a la mesa Anna se me cruzó y me detuvo.
-¿Qué haces aún aquí? Ve a casa.
-Yo.. Creí que podría darte una mano.
-No de eso nada, a partir de aquí me hago cargo yo, es tu día libre ve y descansa esas ojeras lo piden.-Me alcanzó mis cosas.-Nos vemos mañana.
-Esta bien, la bandeja tiene el número de la mesa, cuidate mucho.-La abracé y me despedí del pequeño con un beso en la cien.
Sentí un picor en la nuca, observé por última vez todo el lugar tratando de encontrar algo raro pero no había nada.
Sacudi mi cabeza sintiendo la cinta en cabello moverse al mismo ritmo, me miré en el reflejo del de la vidriera fijandome que no estuviera suelta y me marche.
La inquietud jamás se fue hasta que llegue a casa, no sabía si era del momento o si era aquella que me perseguía de pequeña.
Primer capítulo, se que con el prólogo empezamos un poco fuerte pero quería que vieran el comienzo de todo. La historia está sin editar así que puede que hayan errores ortograficos. Más adelante se irá desarrollando más la historia y habrán muchas explicaciones del porqué dejo espacios en blanco y dudas que podrán rellenar mientras vayan conociendo a los personajes. Denle amor, es una historia que verdaderamente amo y realmente deseo que a ustedes les suceda lo mismo.❤️
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