Porque tú formaste mis entrañas;Tú me hiciste en el vientre de mi madre.
Salmos 139:13

Aquel sábado hacia frío. Liz llevaba puesta la camisa del trabajo. Aunque la tela no era muy fina el frío recorría su piel.

Al girar su rostro y ver a su hermano, agradeció poder traerlo al Mukul. Le había obligado a hacer los deberes del colegio. Descubrió que mentía.Siempre tenía deberes. Pero no quería hacerlos. 

Evan le sacó la lengua. Estaba haciendo los ejercicios de matemáticas que tanto detestaba.

Liz ignoró su actitud y limpió una mesa.  El restaurante estaba vacío y aquello era extraño. Los alumnos del mare nostrum venían todos los sábados. Recordó las rondas de la noche anterior. No asistió y tampoco  participó debido a la lesión. Sabía que tanto Kek como el maestro la obligarían a volver cuando se hubiese recuperado. Temía ese momento.

Las notas amenazantes habían dejado de ser un problema  tras saber quién era la culpable. Solo quedaba enfrentarla. Melantha era agresiva. Y seguramente lo negaría. Pero debía hacerlo. No iba a callar.

— Kali  ¿Estás bien ?— preguntó Liz mientras  su amiga  corría escaleras abajo en dirección a los baños.

—Es Kalila. No Kali — corrigió Munna. Servía un café a uno de los pocos clientes del día.

— En realidad se llama Kali

— ¿Hace falta que te repita porque no la llamamos así?

— Haz lo que quieras —respondió Liz de mala gana.

—  Padre la nombró Kali porque la odiaba. Es la diosa de la destrucción y la muerte. No lo hizo para honrar a la diosa más fuerte sino como ofensa a mi hermana.Por nacer mujer

—Tú le pusiste el nombre de Kalila. Tampoco es su nombre

— Kalila significa mujer amada,dulce. Y eso  es en lo que se ha convertido. En una persona noble. No es destructiva así que no la llames Kali

—No quise ofender a nadie — acortó Liz. Detestaba discutir.

— Mi madre y yo la llamamos Kalila por una buena razón. No como en el caso de mi prima

—¿Melantha?

—Se avergüenza de su nombre hindú y se hace llamar así

—¿Como se llama en realidad?

Munna susurró algo que Liz no comprendió. Sin decir nada más, Mun bajó las escaleras hacia el baño.

Munna entró en el baño de empleados. El olor a vómito le produjo arcadas. La sensación fue tan abrupta que a punto estaba de salir cuando Kali abrió la puerta. Acababa de vaciar el water.

—¿Comiste algo en mal estado?

Kali al verla se puso pálida. Su rostro ya blanco parecía un lienzo. Sus manos se movían inquietas.

—No...no creo. Creo que no

— ¿Te sientes bien para trabajar ?

Kali afirmo. Pero Munna supo que algo no andaba bien.  Entonces, recordó a Carlos.

—¿Usas preservativos?

—¿Por qué me preguntas eso didi?

— Sé que tienes sexo con tu novio. No intentes negarlo

—Hace tiempo que...

Un gesto mínimo de su hermana pequeña la delató. Lo supo al instante.

—Estás embarazada

—Sí

—¿Lo sabe Carlos?

—No

— Vas a abortar —ordenó Mun.

—¡No! Por favor didi

Lágrimas fluyeron del rostro lívido de Kali. Su mirada afligida no conmovió a Mun.

—Es lo mejor para ti

—No quiero didi...por favor

—Lo harás. No tienes opción. ¿Crees que él  lo querrá ? Tiene un futuro brillante por delante

—es nuestro bebé

–No es un bebé.No está formado y ni siquiera siente. No lo tendrás.

—Yo  quiero tenerlo

— Eres menor de edad. Si padre se entera denunciará a Carlos

—No lo hará

—Creeme que sí. Irá a la cárcel por abusar de una menor

—Él no...

—Para padre es una deshonra lo que has hecho y buscará vengarse.  Seguramente te hará abortar de todos modos y te  enviará a la india

—Por favor. Liz dijo que...

—¿Liz lo sabe? — el rostro de Munna se volvió rojo de ira. Su hermana era ingenua. Liz no.

—No escuches sus ridículos consejos. ¡Deja de actuar como una niña!

Munna golpeó el rostro de Kali con tanta fuerza que al instante su rostro se tiñó de rojo.  Su cuerpo se torció y tuvo que agarrarse a la puerta.
Kalila sollozaba mientras acariciaba su barriga apenas visible.

—Es por tu bien — acortó y subió las escaleras con rapidez.

La chica de ojos grises miraba el reloj con impaciencia.  Sus compañeras llevaban demasiado tiempo en el baño.

Aprovechó para acercarse a Evan que estudiaba muy concentrado. Se sentó frente a él.

—¿Necesitas ayuda?

—No

El chico se mordía la lengua con frustración. Se rascó la nuca. Aquel gesto le recordó tanto a Allan que sonrió.

—Liz. Ven

Se giró cuando la mirada de Munna la atravesó. Quizás estaba enfadada porque había dejado su puesto en la barra.
Kali aún seguía en el baño.

— ¿Que crees que haces ?

—Solo hay tres personas. Fui a ver a Evan un momento

—No. ¿Qué crees que haces convenciendo a mi hermana de tan tremenda estupidez?

—¿Perdona?

—Está embarazada

Liz tuvo que sentarse al escuchar aquello. A pesar de que ya lo sabía, que Munna lo supiese era un problema. Por lo menos tan pronto. El rostro de Munna estaba tan rojo y la vena de su cuello tan hinchada que temía que comenzara a gritar.

— Lo sé

—S que lo sabes imbécil y ese es el problema. Debe abortar

—No quiere

—Escuchame algo Liz —Munna no la golpeaba porque había clientes cerca—. Ella abortará. Y yo haré lo que sea para que te odie. Porque la has convencido para que crea en un Dios que no existe y para que tenga un engendro que será un desdichado toda la vida

—Yo no la he convencido de nada. Ya es mayorcita

—Haré que aborte

–No puedes

—Sí que puedo. Es menor

— Munna por favor — el rostro de Liz se contrajo de dolor al imaginar a Kalila sintiéndose obligada a algo que no deseaba.

—Ella es inocente y voluble

— Si crees que es voluble no la conoces

—Amo a mi hermana,Liz. Pero te detesto con toda mi alma

—No me importa

—Al principio acepté vuestra  amistad. Sé que Kalila es tu amiga. Ambas queremos protegerla. Pero tú no sabes hacerlo

—Quien no sabe eres tú

De repente  Munna sonrió con maldad. Regodeándose. Sus manos se juntaron en un gesto cargado de autosuficiencia.

—Yo le di la foto de Triple X a Rosa. Kek la consiguió

—¿Qué?¿Por qué hiciste eso ?

—Finges tranquilidad pero eres violenta, cruel y sin sentimientos. He visto peleas tuyas. No finjas ser un angelito y querer "salvar" la vida de un bebé como lo llamas cuando destruyes a otras personas

El alma se le cayó a los pies al escuchar aquello . No reaccionó. No podía moverse.

—Lo hice porque te quiero lejos de mi hermana. Todos merecen saber lo malvada que eres —susurró en su oído. Tras sonreír con crueldad observó la puerta principal que acababa de abrirse.

Aquello cambiaba por completo todo. Su cabeza daba vueltas. Parpadeó un par de veces. Quería correr. Huir. A cualquier parte.

Marc entró al restaurante sin percatarse de la escena. El rostro de Munna se transformo en milésimas de segundo. Llevaba un ramo de flores enorme que entregó a la joven.

Ella sonrió colocando las flores en un lugar visible.

Liz decidió alejarse.

Bajó las escaleras y entró al baño de empleados. Llamó a una puerta cerrada. Sabiendo que Kalila estaba detrás.
La chica de rizos abrió. Estaba tirada en el suelo. Con la mirada gacha. Al levantarla Liz pudo ver sus ojos llenos de lágrimas. Aquello la rompió.

—Todo saldrá bien

Kalila se lanzó a sus brazos y la rodeó mientras escondía su cabeza en la camisa de su amiga.

— Lo ha descubierto

—No vas a abortar si no quieres

— Mis padres...Carlos...todos— la adolescente no era capaz de terminar una frase.

—Todo  irá bien

—Sé que Dios está conmigo — susurró Kali. Al ver a Kalila tan rota supo que no podía morir.  Tenía una razón para vivir. Dios y su familia. Evan,Kali y el bebé.

Munna podía no haber escrito las notas amenazantes pero era obvio que algo haría en su contra. Ya lo había hecho.
Que supiese que era Triple X solo empeoraba todo.

Cuando logró subir con Kalila para terminar su turno se encontró una nota. La numero cuatro.

La auténtica lealtad solo termina con la muerte.

Se dijo a sí misma que se vengaría. No le importaba si era Munna o cualquier otra persona. Pagaría por amenazarla.