El hombre perverso cava en busca del mal, Y en sus labios hay como llama de fuego.
Proverbios 16:27
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Pd : por si no lo sabían. La foto de abajo es la luz 🌙 de la luna sobre el mar 🌊

El coro de voces cantando  cumpleaños feliz formó una fina sonrisa en Liz. Nunca imaginó tener a tantos invitado en el salón de su casa. Varios hermanos habían asistido, también la banda generación luz, amigos de Evan y por supuesto, el equipo.

-sopla las velas- pidió Sara.

-¡pide un deseo! -siguió Cathy junto a su madre, la hermana Ana.

Liz hizo ambas y sonrió al dislumbrar la sonrisa de Allan cruzar su mente.

La decoración, aunque no era negra, le fascinaba. Los colores plata y azul eléctrico combinaban a la perfección.

Partieron la tarta.
La joven miró la montaña de regalos sobre la mesa. No recordaba haber recibido tantos en su vida.

Sara repartió la tarta y Liz se sentó mientras los demás charlaban.

Ver a lo lejos al guardaespaldas que Kek le había enviado no le gustaba pero en vista de que iba a vigilarla a sol y sombra, le invitó. Llevaba quince días persiguiendo sus movimientos y apenas la dejaba descansar cuando llegaba a casa.

Haiden se acercó a Maylin. El japonés la saludó y ella asintió con la cabeza. Luego miró alrededor, ignorando los comentarios que él hacía.

Liz se llevó un trozo de tarta a la boca. Su padre estaba muy contento de poder celebrar aquel día. A pesar de ser Lunes, la mayoría de los invitados habían asistido.

La joven se miró las muñecas. La cicatriz no desaparecía.

Cathy caminó hacia ella y la sacó de sus pensamientos.
Le entregó un sobre negro. Sobre él su nombre con un rotulador permanente blanco.

-Es de Allan. Me llegó hace una semana. Dijo que era para ti.

-Gracias.- murmuró sin aliento.

-Vigilaré el perímetro. -pronunció con voz profunda y misteriosa la morena.

Liz sonrió y Cathy desapareció de su vista.Abrió la carta.

Querida Liz,

Hace unos años mi psicólogo me dijo estas palabras respecto a mi prima Cecilia:

Cuando llega el suicidio es porque esa persona a muerto diariamente y en silencio durante años.

Perdoname por no haberme dado cuenta de eso. Por no haber sido empático contigo en el peor momento de tu vida. En tu segundo intento de acabar con todo. No sentías que había esperanza y yo no supe ayudarte.

Sin embargo, agradezco a Dios el inmenso amor que siente por ti. Él permitió que vivieses y te restauró.

Él lo hizo todo. Yo no.

Te escribo esta carta con el propósito de que disfrutes este día especial. Te lo mereces.

Ojalá nada vuelva a ser como antes. Y brilles como la lumbrera nocturna.
Recuerda que tiene fases, luna llena, cuarto menguante,cuarto creciente y luna nueva.
Pero, aún con los procesos que vive constantemente, siempre resplandece en medio de la más oscura noche.
Aunque en la tierra, no siempre logremos verla.
Con cariño,

Allan

Liz quiso llorar. Las emociones descontroladas que le produjo fueron tan grandes que guardó el sobre y se levantó.

Llamaron a la puerta. Su padre fue a abrir.

-Liz. Te necesitan afuera, ¿Puedes salir?

La joven caminó hacia la puerta principal.

Al ver a Melantha con un regalo tuvo que apoyarse en el marco de la puerta.
Sonreía.

—Gracias por invitarme —expresó irónica y le lanzó el regalo. Sostuvo la puerta y entró.