16
El omega Bang exhaló despacio, su cuerpo está tenso, tanto que incluso sus movimientos eran rígidos, los efectos de la marca superficial habían disminuido con los días, hasta que solo era un simple sentimiento de compañía, reafirmar la marca significaba que teína que volver a soportar esa necesidad infame de tener a Minho cerca, pegado a él, a su cuerpo, deseando cosas que no podía desear, necesitando cosas que no estaba bien necesitar.
“Fuiste tu quien dijo que si” Se recordó a si mismo.
Entonces bajó la cabeza y respiró despacio llenando sus pulmones del aroma de Minho lo que lo relajó bastante, ayudándole a soltar los hombros y aliviar la rigidez de su cuerpo.
—Jisung, —Minho susurró deslizando su mano derecha por la mejilla izquierda de Jisung, con la mano izquierda deslizó la camisa de manta que Jisung viste hacia abajo por su hombro y admiró leves segundos las ultimas señas de la marca, sus colmillos estaban algo ansiosos, pero no se apresuró a morder hasta que pudo sentir que el aroma de Jisung se espesaba volviéndose más dulce.
Minho se preguntó si Jisung era hipersensible, porque Minho no había tenido que hacer mucho para que el omega se excitara facilitando la relajación, preparandose para recibir su marca, él solo había estado respirando sobre su glandula de olor asegurandose de que su aliento rosara la piel de Jisung y eso había bastado.
El omega Bang suspiró apretando la pierna de Minho bajo su mano y así fue como el alfa supo que Jisung estaba listo, respirando por la nariz abrió los labios, sus leves caninos resaltaron un poco y encajando la dentadura completa en la piel del omega mordió reafirmando la marca superficial. El primer golpe de sensaciones obligó a Jisung a gemir, ni siquiera pudo pensar en lo vergonzoso que fue su gemido, el segundo golpe de sensaciones llegó cuando Minho se apartó y comenzó a lamer la herida sangrante.
Jisung tuvo el impulso de sollozar y pedir a su alfa con gemidos lastimosos que completara el acto encajando su nudo dentro de suyo y por fin sellara la unión, pero gracias a todo su control omega, Jisung logró contener la sarta de sandeces que saldrían de su boca si no tuviera filtro entre su omega y su razón.
Minho lo abrazó suave, como si quisiera disculparse, el acto debía ser tierno, pero Jisung estaba exitado y el ardor de la marca recien hecha hacía su piel picar, ¿y que podría quitar esa comezón? exacto la lengua rasposa de un alfa dispuesto a someterlo empujandolo sobre manos y rodillas para fijarlo a la cama-
—Minho, apartate o voy a golpearte, —Jisung dijo enojado consigo mismo por el hilo de pensamientos que sus deseos seguía, tenía que ser fuerte y mantener a raya esos deseos pasionales de lo contrario terminaria revelando pateticamente su atracción por Minho.
El alfa se movió a un lado sobre las mantas de su cama donde estaban sentados, —lo siento, —se disculpo preocupado, —¿estás bien?
Jisung se tomó unos segundos para respirar cerrando los ojos, tratando de calmar ese sentimiento de necesidad y el deseo que su omega no dejaba de proyectar en su mente. Fue imposible, tener a Minho todavía cerca con su delicioso aroma alfa que lo empujaba a lo irracional, fue imposible conseguir algo de calma.
—Si, estoy bien, solo alejate unos diez metros de mí, —respondió con un tono aspero.
Minho bajó la cabeza pero no se movió de la cama, —no puedo irme, —habló con pesar, —el vinculo de la marca está reciente, no puedo irme, lo juro no es que no quiera darte espacio, simplemente no puedo moverme.
Jisung elevó la mirada, se sentía agotado, como si hubiera cabalgando por días sin descanso y luego subido una montaña, le faltaba el aire, su corazón latía agitado, casi excitado, miró al alfa, su mirada se cristalizó por la bruma de deseo, —Minho, —dijo sintiendo como su omega mezclaba sus pensamientos hasta que pensaron lo mismo, —necesito-
—¿Qué necesitas Jisung? —El alfa preguntó algo inocente, pues no tenía idea de lo que pasaba por la cabeza del omega, apenas podía sentir una pequeña parte de sus emociones.
Jisung miró sus manos humedas un momento, quiso resistirse, pero cuando volvió a mirar a MInho, no pudo hacerlo, al siguiente segundo subió sobre el regazo del alfa y lo tomo de ambas mejillas con sus manos para besarlo, Minho no reaccionó al instante, estaba impactado, por lo que demoró en procesar lo que pasaba, pero entonces Jisung le abrió los labios con su lengua y Minho lo sujetó de la cadera, se besaron.
Un movimiento inquieto y apurado, demasiado urgente, Jisung jadeaba entre respiros estrepitosos, su cuerpo tenía espasmos que lo hacian moverse ante la desesperación que sentía, necesitaba más, necesitaba que el alfa afirmara su domino sobre su omega, que lo redujera a nada más que el animal en celo que sentía dentro de su cuerpo, su polla semi dura rozó la de Minho y la satisfacción le lleno de ego el pecho, porque Minho también estaba duro.
El alfa Lee no pensaba con claridad, su mente era una bruma de confusión, a lo lejos sentí que todo estaba mal porque había alguien a quién amaba, pero la necesidad animal que crecía en su vientre bajo no lo dejaba alejarse, estaba mal besar a Jisung así, tenía que detenerlo, sin embargo no lo hizo, al contrario.
Minho tomó el control del beso, sujetando a Jisung del cuello con su mano derecha, derribó al omega sobre la cama, abriendole las piernas con desvergüenza, Jisung sonrió demasiado perdido en el afrodisiaco sentir que le recorría el cuerpo, Minho lo miró desde arriba y su alfa gruñó con deseos violentos de arrastrar a este omega al limite de lo primitivo, con lo harian dos animales salvajes en celo. El alfa acomodó los brazos a los costados del omega y empujó su polla vestida al frente provocando una fricción tan insuficiente como exquisita. Jisung jadeo sacando la lengua sin tener idea de lo sucio y necesitado que se veía, no podía importarle menos, nunca en su vida había tenido a un alfa caliente empujando entre sus piernas, era simplemente delirante.
—Más duro, —Jisung susurró en un jadeo, sus ojos cristalizados, su boquita humeda, estaban vestidos los dos y por algún motivo eso lo hacía todo mucho más excitante, —vamos alfa, ¿puedes complacer a tu omega o tengo que llamar a alguien más? —la burla salió de su boca sin razón, su omega siempre había sido un provocador.
Minho frunció las cejas, aceleró el movimiento de sus caderas contra la polla de Jisung, su sangre se calentó ante la ofensiva insinuación de que no era alfa suficiente para complacer a un omega, quiso gruñir en advertencia, quiso decir las palabras mas sucias para que el omega insolente omega se deshiciera gimiendo, sin embargo una ola de excitación lo detuvo, Jisung estaba lloriqueando mientras se retorcía debajo suyo, acababa de correrse solo con la fricción de sus intimidades, su aroma omega se endulzó tanto que empujó a Minho al borde del extasis, corriendose segundos después.
Agitado se dejó caer sobre el cuerpo saciado de Jisung, la conciencia volvía a los dos con remordimientos, acababan de cruzar ese limite de respeto que los hacia amigos, habían actuado como consortes reales, habían fallado los dos.
—Minho, apartate, necesito ir a cambiarme, —Jisung susurró con un tono avergonzado.
El alfa Lee se movió, sentandose sobre la cama, observó a Jisung mientras este se levantaba acomodando su ropa, y tratando de apartar el calor de su rostro.
—Esto… —Minho dijo, —¿te molesta?
Jisung sonrió nervioso, —yo debería preguntar eso, tienes un omega, y esto es claramente una infidelidad, ¿cómo pretendes mostrarte delante de tu amante ahora?
—No lo sé, —él respondió con pesar, —esto… me confunde, mi alfa quería hacerlo y yo- —se detuvo al notar el peso de sus palabras, “mi alfa quería” su alfa deseaba a Jisung.
—Hemos fallado los dos, la marca superficial nos ha superado y no es culpa nuestras que nuestros instintos nos llevaran a… —Jisung respiró, —solo finjamos que esto no paso y sigamos a adelante con los entrenamientos, —dijo con decisión, Minho asintió y cuando estaba por decir algo, Jisung sonrió dando la vuelta para dirigirse a la puerta. Salió de la habitación como si el aire fuera insuficiente dentro, no espero respuesta aunque notó claramente que el alfa quería decir algo más.
—¿Que haces? —Preguntó Felix al ver a Jisung pegado contra la puerta de la habitación de Minho, —muevete de la puerta.
Jisung lo miró de reojo y suspiró con resignación, tenía tantas ganas de poner a este insolente criado en su lugar, pero en este momento no tenía fuerzas para pelear, no obstante había alguien que si podía hacerlo.
—¡¿Cómo te atreves a hablarle de esa insolente manera a mi amo?! —replicó Seungmin, el omega platino, —con una palabra, haría que pongan tus garras en las puertas de Daegu por tal ofensa, —Seungmin reprendía, la postura altanera e irrespetuosa del omega Felix se desvaneció como su expresión exigente.
Bajando la cabeza Felix apretó las manos en puños reprimiendo las ganas de gritarle de vuelta a este criado, que no es muy diferente a él.
—Tu nombre, —Seungmin dijo, pero Felix no respondió, después de varios segundos en silencio, Seungmin continuó, —¿no has escuchado bien? Tu nombre ¿Cuál es?
Entonces Felix tomó valor de dónde no debía y levanto el mentón con orgullo, —¿Porqué tendría que darle mi nombre a un criado que no está por encima de mi? —el efecto de su mirada era ponzoñoso, —no te tomas demasiadas atribuciones, no eres más que un arrastrado-
—Silencio, —pronunció Jisung imponiendose en toda su postura como omega guerrero, intimidaría hasta los alfas más agresivos con esa postura, no podía quedarse sin hacer nada cuando alguien insultaba a su manada, abrió la puerta de la habitación de una patada, Minho estaba sorprendido pero de inmediato entendió que algo estaba mal por lo que se apresuró a llegar junto a Jisung. —Te advierto Lee Félix, que a mí no me importa que tratos tengas con mi esposo, antes de ser su consorte, he sido el hijo menor de la manada gobernante de Daegu, me trataras con el debido respeto y a todo aquel que mi casa reconozca como manada, ahora dirígete a Seungmin y discúlpate por tu osadía.
Felix sentía el nudo de su garganta demasiado pesado, quería mantenerse en su posición y decir que no se disculparía con un criado, la imponente imagen del omega Bang presionaba su instinto de sumisión, su omega sentía que estaba frente a un superior, y dejando a un lado su intimidad con Minho, Jisung tenía razón, él debía mirarlo hacia arriba, por mucho que lo odiara, el omega platino también está por encima suyo, el jovencito come en la mesa con los líderes, incluso es cortejado por el mismísimo heredero de la manada Bang.
Felix busco la mirada de Minho como último recurso, pero el alfa Lee lo miraba con decepción.
No, no quería disculparse, no lo haría, no con el omega que robó su lugar junto a su alfa.
—¿Hay algún problema? —preguntó una suave voz que se aproximaba por el pasillo, un olor cálido con la exquisitez de las cerezas bien conservadas sacó a todos de la tension.
Jisung miro a la mujer mayor, la madre de Felix reconoció al instante, parpadeo lento, cansando de todo, decidió dejarlo pasar, miro a Seungmin un segundo y este entendió perfecto sus deseos. —No es nada, Minho, Seungmin ya tiene nuestro vestuario en mi habitación.
Minho asintió y siguió a Jisung a su habitación, Seungmin fue el último en entrar cerrando la puerta a su espalda. Felix suspiró con alivió y entró a la habitación de Minho para buscar las mantas que su madre le había pedido, ella entró a la habitación con él. Felix estaba por comenzar a quitar la mantas cuando su madre lo apartó.
—¿Qué has hecho, hijo? —ella preguntó suave empujando a Felix con ligereza, este se quedó en medio de la habitación, —sé que siempre has estado enamorado secretamente del heredero, y que ustedes se llevan bien, pero espero que entiendas que eso no te hace unico o superior a nadie.
—No hice nada, —el omega menor respondió con reproche.
Su madre reía, —creo conocer a mi hijo bastante bien para saber que mueres de celos, las cerezas también se amargan, —terminó de retirar las mantas para comenzar a colocar la nuevas que había dejado sobre la mesa de la habitación, —el joven Minho ya tiene un consorte, eso quiere decir que tienes que apartarte y dejar de codiciar su atención.
Felix respiró lento para no gritar que eso jamás pasaría, que Minho es suyo que ni Bang Jisung ni nadie se lo quitaría.
La risa suave de su madre lo alertó.
—¿Qué pasa? —preguntó curioso.
La mujer mayor olfateo ligeramente las mantas, —no es nada, mi señora Irene estará feliz de saber que es muy posible que su primer nieto llegué antes de lo que imagina.
El mundo a como Lee Felix lo conocía ardió en violentas llamas de colera y repulsión grotesca que le nublaba el juicio, conteniendo el instinto asesino que burbujeaba en su sangre preguntó, —¿qué quieres decir con eso?
—Hijo mio, es justo lo que es, las mantas huelen a exaltación por el acto sexual, es evidente que los recien casados ya han tenido intimidad y justo esta mañana- —antes de que su madre terminara de alardear buenos deseos para los recien casados, Felix salió corriendo de la habitación, necesitaba ver a MInho ahora en este momento, pero cuando abrió la puerta de la habitación continua ya no había nadie.
Tenía que hacer algo pronto, lo sea que fuera necesario para alejar a ese maldito omega de su alfa, tal vez era momento de volver al bosque profundo y pedir a la hechicera oculta entre las rocas que le de aquel veneno que rechazó antes.
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