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CAPÍTULO 1:

NARNIA, 1949.

Castillo Cair Paravel.

Es una verdad reconocida universalmente que a todo hombre soltero que posee una gran fortuna le hace falta una esposa.

Por no hablar de los que tenían un título importante en la comarca, cómo un duque, conde u vizconde. ¿Pero un rey sin esposa y sin planes de matrimonios a la vista?, era intolerable.

A ciencia cierta, Caspián prefería evadir los malos comentarios sobre él y su reinado. Prefería disfrutar de su vida.

━¿Estás bien?. Te noto algo distraído.

La dulce y aterciopelada voz de Catherine inundó sus oídos y salió de su trance, fijando la vista en la mujer que tenía frente a él.

━No, tranquila.━calmó con una tranquilizadora sonrisa.

La joven duquesa tapó su cuerpo desnudo con las sedosas sábanas, mientras observaba con el ceño levemente fruncido ante las dudosas palabras del hombre.

━Te conozco, Caspián.━dijo con total certeza.━Sé que algo ronda en tu cabeza.

Este dejó escapar de sus labios una ronca sonrisa y alzó la mirada para que sus ojos oscuros conectaran con los de ella. Catherine suspiró ante la vista, Caspián frente a ella con su torso descubierto, su regazo cubierto por la misma sábana que él de ella, cabellos al viento, su alineada mandíbula en la que permanecía una fina capa de vello y pícara sonrisa.

Sabía que el rey de Narnia tenía algo entre manos.

El telmarino se inlinó hacia ella y sus dedos levantaron el mentón de la duquesa para quedar a centímetros de sus labios. Tenía una expresión seductora que la hacía titubear y una loción masculina con la que cualquiera quedaría embriagada.

━Digamos que tengo una pequeña sorpresa.━susurró contra sus labios, dejándo la curiosidad brotar por dentro de Catherine.━Pero aún no puedo decirte nada, lo descubrirás esta noche.

La morena frunció sus labios e iba a hablar ante su inconformidad pero el hombre quién la conocía con exactitud llevó uno de sus dedos a los rosados labios de esta impidiéndole realizar su cometido, quejarse.

━No, Catherine. Deberás esperar cómo todo narniano.

━Soy la duquesa de Narnia, tal vez merezca un adelanto.━ era incapaz de amar las sorpresas, pues su curiosidad siempre le ganaba así que, con sus dotes de seducción que había aprendido gracias al hombre en le último año se inclinó seductoramente dejando revelar poco a poco el valle de sus senos, aún tapados por la sábana.

Caspián suspiró, la conocía demasiado bien pero él no caería en sus encantos. Rió roncamente para rozar sus labios con los de ella y morderle de manera seductora el labio inferior, un jadeo escapó por los labios de Catherine.

━Lo siento, cariño. Deberás esperar.━con la llema de sus dedos acarició su espalda descubierta, emitiéndole ráfagas de placer a la  mujer.━Tienes que ir, la señora Anderson debe de estar esperándote.

Mencionó el nombre de la chaperona y dama de compañía de Catherine, quién tenía alrededor de unos sesenta y tres años. Aquella mujer había sido desde que nació una madre para ella, pues con la suya no compartía buena relación. La había instruido, cuidado y enseñado, hasta llegar a ser la mujer que era hoy en día. La consideraba cómo una amiga, pues le contaba y confiaba todo, incluso en esos instantes ella la estaba cubriendo para que su madre no pudiera encontrar su paradero y así disfrutar en los brazos de Caspián por unos minutos.

━Andy puede cubrirme, prefiero quedarme un rato más contigo.━gimió la duquesa cerrando los ojos cansada, esos últimos días habían sido muy estresantes.

Caspián la miró apenado, pues era consiente del gran trabajo que habían tenido en Cair Paravel últimamente. Dejó un beso en su frente.

━Puedes quedarte, pero no mucho, preguntarán por tu presencia y anunciaré la sorpresa.━ dijo el hombre separándose para comenzar a vestirse con sus túnicas elegantes.━Saldré yo primero, mientras comienza a vestirte para salir lo antes posible. Si tu madre atrapa a la señora Anderson, nos descubrirá y ya sabes cómo es.

Catherine asintió malhumorada, su madre desde que conocía a Caspián los había emparejado pero todo cambió cuándo su padre falleció. Lady Bazher no quería que su hija llevara en sus propias manos el ducado de Narnia ni a la familia, por lo que deseaba casarla de buenas maneras para que su marido pudiera encargarse de todo, y que mejor que el mismísimo rey de Narnia.

Catherine odiaba la perspectiva que tenía su madre de ver la vida, ella quería gobernar sus amadas tierras sin la necesidad de la aprobación de un hombre. Además, tampoco quería casarse tan pronto, quería disfrutar de la vida. No es que no quisiera a Caspián, lo hacía, pero de una manera afectiva, no amorosa.

Tenían una relación con beneficios, solo buscaban el placer en el cuerpo del otro. Ambos lo sabían y tenían un acuerdo, por lo que todo les iba bien. Se habían tenido siempre que apoyar en los tiempos difíciles, cuándo las personas a las que amaban les habían roto el corazón y dejado.

De ahí venía la mala relación que compartía con su madre y porque encontraba en la señora Anderson una figura materna.

━A sus ordenes majestad.━bromeó.

Caspián rió por lo bajo, para después tras estar arreglado salir de la habitación, no sin antes despedirse. Se dirigió al salón principal de Cair Paravel, dónde se realizaba un elegante y sofisticado baile, cómo en la mayoría de semanas.

La temporada de bodas había comenzado y para su opinión, todo era demasiado agotador.

Debían realizar demasiados bailes y actos públicos en los que cómo rey debía de presentarse. Afortunadamente tenía a Catherine, quién siempre lo acompañaba y hacía más ameno el tiempo. Porque ellos no buscaban forjar un matrimonio, solo lo mejor para su reino.

Bueno, sería una mentira si dijera que el joven rey no había desarrollado sentimientos amorosos por la duquesa, pero debía callar si quería conservar su amistad.

Catherine comenzó a vestirse, pero le estaba resultando imposible atarse el corsé. Odiaba llevarlo a ciencia cierta, pero eran órdenes estrictas de su madre. Agradeció a Aslam cuándo la puerta fue levemente abierta y la figura de la señora Anderson apareció. Una mujer seria e intimidante, de carácter fuerte y difícil de intimidar. Pero para ella, era como una madre.

━¡Andy! Bendita seas, ayúdame por favor.━pidió mirándose en el espejo.

La mujer se acercó para ajustar cada una de las tirantas de la prenda.

━¿Así bien?.━preguntó y al ver que la mujer asintió le colocó la cremallera a su vestido para cerrarlo.━Señorita Catherine, su madre la está buscando debe ir lo más rápido posible. No pude cubrirla más.

Esta negó con una sonrisa tranquilizadora y se giró para besar la mejilla de la mujer.

━No te preocupes Andy, muchas gracias por cubrirme.━dijo para con suma rapidez, salir del cuarto.

La señora Anderson rió negando una vez que esta había salido de la habitación. A pesar de no estar de acuerdo en la relación que mantenía la duquesa con el rey, la quería tanto que la debía de apoyar. Además, juró protegerla hace muchos años.

Y así sería.

●●●

Tomó una copa que servían los camareros, mirando a su alrededor esperando que su madre no se encontrase alrededor. Le dió un sorbo con rapidez y la colocó en la bandeja del camarero, mientras avanzaba ligeramente para poder salir lo antes posible de aquel ambiente cargado de personas. La agobiaba bastante.

El aire fresco la golpeó dulcemente en la cara cuándo salió a la terraza del castillo, su lugar favorito pues desde ese lugar, podía observar los jardines y a lo lejos las tierras de su amada Narnia. 

Frunció su ceño al ver a un hombre apoyado contra la barandilla, al que no reconocía. Con pasos vacilantes se acercó y se apoyó a su lado. El desagradable olor a tabaco inundó sus fosas nasales y se giró para ver al hombre.

━¿Demasiadas personas?
━En efecto, su excelencia.━hizo una leve inclinación de cabeza y llevó el cigarrillo a sus dedos.━James, duque de Archeland.━se presentó a la joven muchacha.

━Milord━ hizo una leve inclinación acompañada de una sonrisa.━ Catherine, duquesa de Narnia.

━Es imperdonable no conocerla milady, es usted maravillosa. Todos lo dicen.

Catherine lo miró sorprendida y se tomó el tiempo de analizarlo, era un hombre fornido, atractivo y de expresión misteriosa, pero se percibía algo mayor que ella.

━Exagera milord, es usted muy amable.

Este le dedicó una radiante sonrisa a la mujer y le dió una calada a su cigarrillo. Sin duda no mentían, Catherine Bazher era una joven realmente atractiva y había merecido la pena el largo viaje desde sus tierras hasta Narnia para conocerla.

Pues, a él nunca le había interesado casarse, solo era un hombre con obligaciones que prefería disfrutar de la vida, las mujeres y jactarse de su buen título.

Pero todo cambió cuándo el Rey de Archeland enfermó y la muerte estuviera a punto de llamar a su puerta. Sin herederos, James al ser duque debía heredar Archeland. Por eso, decidió sentar la cabeza y encontrar una esposa con la que tener una familia, para poseer herederos de su linaje al trono. No debía amarla, ni mucho menos. Solo deseaba una mujer atractiva, aunque no le era indispensable, inteligente y de caracter fuerte.  Al ver lo que comentaban sobre la duquesa de Narnia, no perdió más tiempo y fue a encontrarla, poco le importaba la diferencia de edad. En una época como aquella, las malas lenguas no perderían tiempo en juzgar eso.

━¿Fuma usted, milady?.━le hizo un ademán de entregarle el cigarro.

Catherine lo miró dudosa.

━No fumo.━adimitió y mordió su mejilla interior.━Bueno, tal vez deba probar. La gente me agobia.

Admitió, llevándoselo a la boca tal y cómo había visto al hombre realizar antes y le dió una calada. Claro que después tosió levemente abrumada.

━Calme, al principio suele ser complicado.━llevó una mano, cubierta por un sedoso guante a su espalda tranquilizándola.

━Gracias milord, pero creo que fumar no es lo mío.━dijo en un tono burlón de voz, pasándole el cigarro a sus manos.

Fue entonces cuándo escuchó unos pasos detrás de ella, hasta ver a su mejor amiga, Adelaide Rose, quién se acercaba a paso sereno hacia ella. Sus cabellos rizados y pelirrojos la hacían resaltar y los llamativos colores de su vestido, que para su desgracia elegía su madre.

━Catherine, aquí estas. Su majestad requiere tu presencia, van a anunciar algo importante.━dijo y se percató de la mirada del duque, sorprendida ante su presencia.━Oh, disculpe milord. No lo había visto.

Hizo una inclinación y el hombre le sonrió tranquilizadoramente.

Catherine miró al hombre y este le asintió, indicándole que fuese.

━Ha sido todo un placer conocerle, milord. Espero que pronto nos volvamos a ver.━dijo Catherine.

━Lo mismo digo milady, y no lo dude.

Tras unas leves sonrisas, Adelaide entrelazó su brazo con el de su amiga y la arrastró hasta el salón principal.

━¿Que hacías con el duque? ¡Es mucho más mayor, Catherine!.━reprimió una juguetona risa.

━Solo tiene treinta años, Adelaide. Ni que fuera un viejo.━bromeó negeando viendo el barullo de gente alrededor de la zona de tronos, dónde se encontraba Caspián a punto de dar el discurso.

━Como sea, vamos el rey está a punto de hablar.

Desde lo lejos, el capitán de la guardia real, Maxim Anderson observaba todo a su alrededor. Estaba en orden, puertas cerradas, guardias formados y atención  a su majestad, tal y cómo este le había indicado.

Pero sus ojos no brillaban por estar haciendo bien su trabajo, más bien por la mujer que recién había entrado con su mejor amiga. Catherine Bazher, de la mujer que estaba completamente enamorado desde que tan solo era un humilde tripulante en El Viajero del Alba. Pero él sabía que ella estaba enamorada de el rey Edmund.

Y sabía que las esperanzas de estar junto a ella disminuirían a partir de hoy. No por su condición social, que ya era un punto en desventaja. Si no, por lo que sucedería a continuación.

━Hijo, sabes que..━se acercó la señora Anderson, su madre. Sus palabras fueron interrumpidas por la dura voz molesta de este.

━Si madre, sé que ella no me amá, que jamás me amará y que nunca podremos estar juntos.━Maxim desapareció hasta la otra esquina de amplio lugar, dejando a su madre suspirando.

Le apenaba la situación de su hijo, pero este debía comprender que se había enamorado de la persona equivocada.

Caspián llamó la atención de todos los presentes, causando que los impacientes lo mirasen.

━Narianos, narnianas y más, espero que hayan disfrutado de otro baile más en Cair Paravel. Siempre es un honor recibiros.━dijo, tratando de ocultar la falsedad en sus palabras con una amplia sonrisa.━Cómo orgulloso rey que soy de estas tierras, me complace anunciar la llegada de dos importantes miembros de la historia de esta.  Estoy seguro que con su repentina llegada todos estaremos más que felices. Por favor, dénle una cálida bienvenida a, Lucy, La Valiente y   Edmund,  El Justo, reyes de Narnia.

Los dos reyes tomaron lugar a un lado de Caspián. Más crecidos, maduros y atractivos. Ya no eran los niños que descubrieron Narnia y que vencieron a la bruja blanca. Ellos habían vuelto, después de tantos años y creer que jamás regresarían a su soñada Narnia.

Adelaide tuvo que sostener a Catherine. Esta casi se desmaya impresionada al ver a Edmund de nuevo, cuándo creyó que jamás lo volverían a ver.

Sus ojos oscuros y penetrantes la encontraron en la sala, y solo quiso regresar en el tiempo para jamás haberla dejado.

Su amada Catherine..


¡Rezo y espero que les haya gustado este primer capítulo!

Decirles, que no seguiré publicando hasta dar por finalizada mi historia de Infieles, a la cuál le queda poco. Esto, para no agobiarme si no tengo tiempo para actualizar. Espero que puedan comprender.

Dicho esto, me hace especial ilusión leer sus opiniones, así que si quieren díganme que les ha parecido.

Este fanfic lleva casi mitad de un año siendo planeado en mi mente, hasta que me armé de valor de iniciar en un nuevo mundo. Ilusión me causaba posar las manos en el teclado para este nuevo proyecto, y con esa misma lo hago publicándolo.

No se olviden de dejar su voto y algun que otro comentario,  no saben lo que ayuda a la hora de seguir escribiendo.

Les dejo mis redes sociales, dónde publicaré cosas y estaréis al tanto de cualquier novedad del fanfic:

Ig: mrs_blacklupin

Tiktok: mrs.blacklupin

Twitter: mrs_blackupinn

Dicho esto, me despido.¡Los quiero mucho! <3

Alex.

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