Final
Jason
Inefable. Con esa palabra definía Susan a Evy y todo lo que le rodeaba. Leer lo que nos había dejado nos dejó un sentimiento de alivio, alegría y frustración.
—Creí que era un diario —le digo a Evy que abraza al objeto con fuerza contra ella.
—Sabia como acabaría y aun asi siguió —me dice entre lágrimas y la abrazo contra mí.
Susan sospechó siempre de su hermano, lo hizo desde sus primeros avances. Lo que creo no llegó a imaginar es a donde llegaría para cubrir su delito. Era consciente que, al develar la verdad, su vida corría peligro; aun asi, decidió seguir.
Nos conoció tanto que supo éramos el uno para el otro, pero sus intentos por que nos conociéramos eran siempre infructuosos. Le hizo prometer a Damián que, de morir, dañaría los embriones. Por considerar que los genes Cass no deberían reproducirse y menos mezclarse con los míos.
—¿Crees que ella sabría que esto sucedería? —me pregunta y dudo en responder.
—Susan estuvo siempre avanzada para este siglo —confieso y tomo el camafeo con los rostros de su madre en mis manos. —creo que es hora de que lo uses.
Detrás de nosotros nuestros hijos duermen la siesta, al llegar de visitar a su hermano la encontré revisando el baúl. Los Nielsen había llegado de visita y le entregaron el libro.
—¿Quieres? —me pregunta y afirmo en silencio.
Recoge su cabello dejando al descubierto su cuello y no puedo evitar la tentación de besar su cuello al acabar. Permanecemos en el suelo abrazados, ella con el libro en sus brazos como su mayor tesoro y yo adorando el mío. Ella y mis hijos son mi historia mas hermosa. La mejor forma que tuvo Susan de decirme te amo.
—Nunca tuve clientes —susurra con voz quebrada —solo ella. Me decía que estaban encantados con mis pinturas, que era la mejor.
—Eres la mejor —le aliento —vi esos cuadros y sin saber quien era o conocerte lo noté. Si no me crees, solo es cuestión de recordar el rostro de mi madre al develar el cuadro que le hiciste.
Si le mintió fue porque supo que no había otra forma de ayudarle. Evy jamás le recibiría un dólar. Se aleja de mí y la observo revisar el interior de ese baúl en silencio. Sus manos alejan los sobres de su sueldo como quien dispersa las hojas secas de un árbol.
Lo que saca del fondo me deja sin palabras y lo mueve frente a mis ojos. La bandana con la que cubrí su herida cuando fue asaltada en aquel parque.
—Me dijiste que lo devolviera cuando sanara —me recuerda y río al recordar.
—¿Ya no duele? —pregunto acariciando su rodilla y niega brindándome una sonrisa pícara —quizás me equivoqué de profesión.
—Odias los hospitales...
—Cierto —confieso —pero a algo debo dedicarme, estoy oficialmente retirado.
Guarda silencio siendo evidente la sorpresa que mi confesión le causa. No es necesario narrar los detalles, no estaba dispuesto a pasar dos años lejos de ellos, ni un mes o dos meses.
Había llegado a la conclusión que no podía estar sin ellos por corto o largo tiempo.
—¿Estas seguro? —pregunta con voz inaudible. —este uniforme es tu vida...
—Cuando no los tenia a ustedes. —le interrumpo —ahora son ustedes los que me animan a seguir.
Puse en una balanza lo que era mi vida en el ejército y mi familia. Mezclé en ellos no solo a Evy y los niños, también a mis padres, hermanos y sobrinos. Cuando papá resultó herido me di cuenta de que mi lugar era estar con ellos.
—¿Qué harás? —me encojo de hombros y le hago un guiño.
—Le pediré empleo a Gregory —sugiero y sonríe —quizás necesite de una asistente...
—Los negocios y el placer no se mezclan —protesta cuando me lanzo sobre ella y le hago cosquillas.
Evy Klein las tiene en todo su cuerpo y le cuesta mantener silencio. Golpea mis hombros sin dejar de sonreír, las cosquillas son reemplazados por caricias. Jadeo al sentir sus manos acariciar mi erección por encima de mi pantalón y abre las piernas dándole cabida a mis manos.
—Mami, papi.
La voz de nuestros hijos nos hace alejar uno del otro. Yo jadeando y ella con las mejillas coloradas, la frustración de no concluir lo que empecé solo la alivia ver el rostro somnoliento de mis hijos sentados en la cama.
****
Salgo de la habitación cuando los tres están dormidos. El cuadro de madre e hijos mezclados en un abrazo sigue pareciéndome la mejor imagen de todas. Bajo las escaleras observando a Gregory al pie de ellas esperándome.
—Disculpa la hora...
—Acaban de dormirse —le digo señalando el segundo piso —me gustaría tener sus energías.
Avanzamos hasta el bar y me detengo al ver a Matthew, con papá cada uno con un vaso. Alzan la bebida hacia mi sin dejar de sonreír y los siguientes metros para acercarme lo hago en silencio.
—¿Qué sucede? —pregunto angustiado—¿Es Jedrek?
Se que Gregory retiró la demanda en su contra y que en resumen el tipo no tiene líos con la justicia. Toda la culpa será lanzada en contra de su hermano fallecido. Odié que mi padre usará sus contactos para limpiar el camino de ese asqueroso.
—Olviden a Jedrek, ya no será un problema —comenta papá y los tres los miramos dudosos —les envió las gracias y prometió no acercarse si ustedes no lo hacen.
Que fuera una bandera blanca o no dependía en gran medida de como tomara lo que acaban de hacer por él. De ninguna manera perderé mi tiempo gastando dinero en saber su ubicación. Sin embargo, si se acerca de nuevo lo va a lamentar.
—Imagino tendremos que creerle —hablo aceptando la bebida de Mathew —¿Si no es ese? ¿Qué es?
—Nos dijeron que pediste la baja —explica Matt y afirmo —fue tu regalo de bodas.
—¿Fue por qué negaste ...?
—Lo sucedido con papá los hizo buscar por otro lado. —suspiro dando un trago a la bebida y observando el líquido antes de seguir—los niños están pequeños y mi relación con Evy apenas nace.
—¿Qué piensas hacer aparte de ser el padrino del hijo de Emma y Alexis? —me pregunta papá.
—Bueno... según recuerdo tengo un puesto dentro de tu empresa —le recuerdo —he dejado a Gaspar solo con esa carga y es hora de aliviarle un poco. ¿Por qué? ¿Tienes algo mejor?
—La oficina de área jurídica necesita un jefe y según entiendo eres abogado. —afirmo sin decir nada y observo a papá.
—Es un buen empleo y la paga es buena—sigue Matt y sonrío sin dejar de ver a papá.
—¿Tienes problemas con que ocupe ese puesto? —suspira largo antes de responder.
—Es hora de que dejes de pensar en nuestra seguridad y velar por tu bienestar —me dice —no somos tu responsabilidad Jason y tu colaboración será bien recibida, pero me gustaría que ocupes el puesto que se debe.
—¡Bien! —les digo a todos me ven sorprendidos —creo que un cambio es bueno.
—Supongo que debo agradecer a los golpes del destino —sonrío al recordar su amenaza al saber de mi no tan descabellada idea de ser padre por vientre de alquiler.
—Mamá es la mejor dando lecciones —confieso y todos me dan la razón alzando sus bebidas.
—Por cierto, Charlie está embarazada —habla Matt distraído.
—¡Enhorabuena! Te faltan ocho niños más y estarás listo...
—Para el manicomio —sigue Gregory por mí y todos reímos.
Y puede olerse los buenos mejores tiempos desde este instante. Lo confirmé cinco minutos después cuando Gadien irrumpe la sala con una sonrisa en su rostro anunciando que será padre.
—Faltas tu —comenta papá y niego.
Evy y yo hemos decidido que solo tendríamos a Susan y Sebastián. Incluso le había acompañado al ginecólogo, dos niños eran suficiente para nosotros. Dejaríamos que el ejército Frederick fuera creado por los demás.
—¿Por los nuevos mejores y buenos tiempos? —les digo alzando la bebida.
—¡Salud por ellos! —dicen al unísono estrechando nuestras bebidas.
Tengo todo lo que una persona puede desear e incluso un poco más. Lo que haga falta por conseguir lo obtendremos en el camino mi esposa y yo.
Del tiempo no quiero mucho, solo que me dé la sabiduría para la toma de decisiones, educar a mis hijos y amar a mi esposa hasta el ultimo suspiro. Mañana seria la última vez que usaría el uniforme y curiosamente no me sentía mal por ello.
Si podía describir lo que sentía era euforia y alegría.
Evy
La chica frente al espejo que sonríe con las mejillas rojas y los ojos humedecidos me resulta extraña. Se ve feliz y radiante con ese vestido de novia. La madre de Jason y abuela de mis hijos se ha esmerado tanto por mi y que me sienta feliz, que no puedo verla mas que con ternura.
—¿Nerviosa? —me pregunta acomodando el velo en mi cabello.
—Solo un poco —confieso —supongo que es normal.
—Mas de lo que crees. —puede ver su reflejo sonreír al acabar y sostiene su mirada frente al espejo —no tienes nada que temer, te aseguro que de todos mis hijos te llevas al mejor. —sonríe al decirlo y me hace un guiño —solo no se lo digas a los demás.
—Algo me dice que lo mismo les ha dicho a todas... —la sonrisa que acompaña haber escuchado aquello es muy reveladora y comparto su dicha —todos sus hijos son una joya, ustedes han hecho un buen trabajo. Me gustaría tener la misma dicha con los míos.
—Lo tendrás y quizás mejor. Esto está listo —comenta dando un ultimo toque a mi peinado. —llamaré a Jason para que te lleve a la iglesia.
Afirmo mordiendo mis labios y viendo mis manos. Mi hermano sigue sin aparecer, la última vez que lo vi fue el día de su boda y no era un buen momento para hablarle. Se veía tan feliz que no quise opacar su felicidad hablando de mis miedos. Su parecido con mi padre me deleito toda la ceremonia, pese a que no se acercara mas que un par de minutos.
Eliú Cass esta muerto, sus restos fueron encontrados en una fogata. El estado físico del cadáver calcinado por el fuego, de esa forma pretendía asesinar al padre de Jason. La policía encontró material que probaba esa teoría, junto con varias fotografías del señor Jason en lugares públicos.
Una manos en mi hombro me hacen alzar el rostro y guardo silencio al ver al hombre frente a mí. No creí que mi padre pudiera llevarme al altar, su muerte hizo imposible que estuviera en los momentos más importantes de mi vida. Sin embargo, aquello podía ser posible gracias a mi hermano.
—¿Te molesta si te acompaño? —pregunta haciendo una reverencia y estirando su mano hacia mí.
—Pensé que no vendrías. —no puedo evitar decir empezando a salir de la habitación.
Su rostro sonriente se torna serio un instante tan fugaz que en algún momento creo que lo he imaginado. Cuando me mira una vez más sonríe.
—Lamento enviar un mensaje erróneo, pero no quería que me vieras quebrado. Mi testarudez y ego hicieron que un hombre inocente casi muriera —confiesa luego de una pausa —luego creí que su muerte era suficiente y el dolor se iría como por arte de magia.
—Tu problema es que aun conservas ese vicio de creer que estas solo Klein —le reprendo al llegar a las escaleras y me detengo —no lo estas, ni hoy, ni en adelante. Sigo siendo tu prima en papel y Magda tu hermana, pero ambas hacemos como hermanas.
Espero que lo tenga en cuenta para crisis futuras y si no es así debo asegurarme de que lo entienda. Todos hemos sufrido gracias a Damián y Silke Klein, algunos más que otros. Damián se llevó la parte más dolorosa, pero nos tiene a nosotros para salir airoso.
—Nadie te ha señalado, ese hombre había fijado los ojos en él. —sigo y afirma en silencio.
Su plan estaba ejecutado desde mucho antes de Damián seguir sus pasos. A esa conclusión llegó Jason gracias a lo entregado por la policía.
—Será mejor olvidarnos de todo esto —aconseja —hay una boda a la que asistir y unos pajes muy ansiosos. —señala a los niños que sonríen al verme.
Nos esperan al final de nuestro descenso cada uno en brazos de su tío Matthew y Gregory. Todos pactamos que solo en brazos de ellos se quedarían quietos y asi era. Las veces que intentaron la llegada a la iglesia había sido un completo fracaso. Se sentaban a juzgar con los anillos en mitad del pasillo o se devolvían a los brazos de sus abuelos.
El día de hoy dejaríamos que el azar y la buena fortuna hiciera lo suyo. Los anillos estaban bajo el resguardo de Matt, él y su hermano se encargarían de guiarlos.
—Quizás debiste esperar un par de años mas —sugiere Damián al escuchar mi historia y Gregory sonríe.
—Lo mismo dije yo y por poco me linchan.
Me imagino que no lo dijo en el mejor tono, ni con esas palabras. Los gemelos eran muy dados a gastarle bromas a su hermano menor conociendo su poco sentido del humor.
El viaje a la iglesia es en medio de un silencio tan cómodo que se siente irreal. Con la mano de Damián sosteniendo la mía, compartiendo sonrisas y silencios cómplices.
—Se que suena trillado, pero papá estaría orgulloso de ti si te viera en este instante. —me arropa con sus brazos y deja un beso en mi mejilla —eres una princesa y me honra llevarte al altar.
—De ti también lo estaría, donde estén en estos momentos están felices por saber que has vuelto.
Gracias a Magda me enteré de que está haciendo la documentación para firmarse Klein por parte de Konrad y no de Damián. El cambio de nombre lo llegó a pensar, pero resultó un papeleo agotador y las cotilleos aumentarían.
Las dos personas que me reciben al bajar de la limosina son los Nielsen y no puedo evitar la dicha de verlos, por un instante creí que se negarían acompañarme.
—Se que es difícil para ustedes venir —le digo—agradezco mucho este sacrificio —les digo tomando sus manos y apretándolas contra mi pecho.
—No es sacrificio cuando lo que veré es a mis dos chicos favoritos felices cumpliendo su sueño —comenta Margaret.
Es probable que lo esté soñando, pero puedo ver en su rostro un poco de vergüenza y tristeza. Miro a Damián en búsqueda de que el también lo note y encuentro su rostro contrariado.
—¿Le sucedió algo a Julia? —no puedo evitar preguntar al ver que es tan notorio ese ambiente.
—Esta en Boston, bastante bien —responde Terry tenso —sigue sin hacerse responsable de sus fallas.
—No es un buen momento para esto —nos reprende Margaret quien acomoda mi velo y me ubica en un buen lugar —será mejor entrar o temo que el joven vendrá por ti.
En efecto, el mencionado camina hacia la mitad del pasillo lugar desde donde es devuelto por su padre. Verlo en traje de gala militar me hace secar la garganta y sonreír como estúpida.
—Si es tuyo linda —susurra Margaret al ver mi rostro —todo tuyo... ahora cierra la boca o entraran moscas.
La risa de Damián es tan fuerte que me espanta al no estar acostumbrada a ella. Niega divertido mientras toma las manos de la mujer y las besa varias veces.
—Ahora entiendo porque mi hermana la adora.
Al vergüenza de verme descubierta duro muy poco, estoy deleitada viendo a quien será mi esposo y no puedo despegar los ojos de él.
****
—Cielo, despierta—la voz de Jason me llega lejana y abro los ojos.
Por un instante olvido donde estamos, una mirada a mi alrededor me lo recuerda y me estiro en la cama de manera perezosa. La luna de miel seria en una isla privada y la historia me sacó una sonrisa durante la fiesta de bodas.
—Me dejaste dormir demasiado —protesto recibiéndolo en brazos.
—Fue un día largo y tus pies estaban rojos —me recuerda —además estuve muy ocupado haciendo el lugar habitable.
Llegué demasiado cansada como para hacer una ronda a mis alrededores. La casa está cubierta por una espesa vegetación había que ingresar varios cientos de metros para verle. Aun asi, valía la pena el recorrido. Contaba con todo lo necesario para subsistir y manto azul precioso que lo rodeaba.
—¿Crees que nos extrañen?
El recuerdo de nuestros bebes empaña el momento y lo nota pues junta las cejas observándome preocupado. Desde los encontré, no me he separado de ellos, salvo un par de días. Han dormido con sus abuelos varios días seguidos, pero siempre regresan en las mañanas.
Además, que me harán una falta, ya lo hacen.
—Si lo hacen nos lo traerán, llegué a ese acuerdo con mi padre —me calma. —Estarán bien y lo único que debe preocuparnos es lo malcriados que nos lo dejaran.
Sin previo aviso soy alzada en brazos y me abrazo a su cuello sin dejar de sonreír. Salimos de la habitación y me conduce por un pequeño pasillo. Me quedé dormida en la primera cama que encontré, no me fijé si era o no la correcta. Estábamos solos en ese lugar e imaginé que cualquier sitio era el correcto.
No había pensado en la noche de bodas, cada que llegaba a mi mente lo desechaba rápido. Jason y yo jamás habíamos pasado de besos o caricias subidas de tonos. Los niños siempre impedían algún otro avance y hoy no estaban.
Me avergüenza el sentimiento de alivio al saber que no seré interrumpida y me llega la inquietud de ser una mala madre por tener esos pensamientos. Entramos a una habitación casi el triple de tamaño de donde me quedé dormida y con un balcón desde donde puede verse el mar.
Una mesa en el balcón, velas, champaña, dos copas y rosas. Se nota el esfuerzo que empleó en decorarlo y me enternece aquel gesto hasta que mis ojos captan la cama.
—No tienes nada que temer —sus labios esbozan una sonrisa bastante sensual al decirlo y mi garganta se seca —ya tenemos dos hijos ¿Lo olvidas?
Aquella broma calma el ambiente, pero regresa a mi cuando me deja en la cama. La frustración de no saber que hacer me hace torpe y acabo por cruzar mis manos. Luego recuerdo las palabras de Susan que solía decir que eso era pésimo y las suelto.
—Puedo escuchar tus pensamientos —se mofa retirando su camisa y dejándola en un lado.
Sin dejar de repetirme que es mi esposo ahora y que complacerle hace parte de mis obligaciones sonrío. Mi sonrisa sale bastante tímida y lo observo negar divertido dirigiéndose hacia la mesa con las copas.
—He tomado suficiente.
Y quiero estar sobria cuando me hagas tuya y tener un recuerdo real que contar.
—¿Real?
Abro los ojos y cubro mi boca al notar que he dicho aquello en voz alta, lo que ocasiona su risa aumente y el rubor en mis mejillas también.
—Eres una cajita de pandora —comenta al llegar a mí y dejando la copa en mis manos que tomo de un tajo y contemplo el fondo al acabar.
—He soñado muchas veces con este día y creo que lo he deseado —confieso.
—Evy ...
—No lograba avanzar y despertaba al llegar a la puerta.
—Cielo...
—Creo que asi se siente desear—sigo ajena a sus llamados — calor que recorre mi cuerpo, eriza mi piel y humedece mi entrepierna...
—¡Diablos! —protesta retirando mi copa y dejándola a un lado —¿Tu si sabes cómo encender a un hombre verdad cariño? —sonríe al avanzar acercarse a mi —eres la mezcla perfecta entre inocencia y pecado, ángel y demonio...
Sus labios cálidos rozan los míos con delicadeza, al tiempo que sus hábiles manos deslizan mi vestido hacia arriba. La lentitud del beso me permite adaptarme a él con facilidad e ir aumentando conforme lo hacen sus caricias.
—Eres tantas cosas al mismo tiempo y tan contradictorias que es imposible definirte con una sola —sigue al alejarse de mi para sacar mi vestido y él retira su pantalón.
No pienso con claridad y solo tengo presente la mirada cautivadora que me brinda. La luna ilumina parte de su dorso desnudo y me encuentro contemplándolo con una artista a punto de dibujar su mejor obra. Regresa a mis brazos y me arqueo al sentir sus dedos acariciar mi espalda, segundos después siento la desnudez de mis senos rozar su pecho y estos tornarse duros.
Posa sus manos sobre uno de mis senos e inicia una lenta caricia en círculos con la yema de sus dedos. Gemí su nombre cuando reemplazó sus dedos por su boca.
—Que hermosa es mi esposa —me dice al alejarse de mi seno y empezar a descender.
Se detiene en la cicatriz que dejó la cirugía del nacimiento de nuestros hijos y delinea cada centímetro de ella, reemplazando dedos por besos. Ahogo un grito al sentir sus labios en mi humedad por encima del encaje de mi braga y arqueo mi cuerpo.
Cuando creo no podré soportar tantas emociones en una sola noche, retira la prenda dejándome vulnerable. Ardiente y deseosa de más sin tener idea que sería solo que apagaría el fuego que despide mi cuerpo.
Regresa a mis brazos y alza mis manos por encima de mi cabeza logrando que mis senos se eleven. Roza su erección contra mi piel sensible al tiempo que sus labios devoran los míos. Algo se apodera de mi cuerpo con sorpresa y llevada por la excitación arqueo mi cuerpo e imito sus movimientos.
Me dediqué con esmero a saciarme de sus labios y a devolver cada beso y caricia. Bajo el silencio de la noche roto solo de vez cuando por una gaviota o una ventana abierta al ser azotada por el viento.
Lo amé y resultaba maravilloso saber que aquel sentimiento era reciproco solo con ver su mirada sostener la mía. La irrupción de su cuerpo en el mio causó un gemido que fue ahogado por sus labios. Se detuvo un instante en mi interior sin dejar de besarme.
—¿Te duele? —pregunta alejándose de mí y viéndome con preocupación —costara un poco retirarme, pero lo haré si es muy doloroso para ti.
Mi silencio lo ha preocupado y sonrío negando, tomando su rostro entre mis manos para besarle.
—Estoy bien —le calmo entre beso y beso.
Es todo el aliciente que necesita escuchar e inicia un lento movimiento que me llega al borde la locura. Hicimos miles de promesas silenciosa al sostener nuestras miradas, al tiempo que nuestros cuerpos hacían la danza mas antigua de todas.
Jason me regresó el sentimiento de amar, aquel que solo había compartido con mis padres. Lo hizo cuando di a luz a sus hijos y al dormitar entre sus brazos aquella madrugada le doy gracias a la maravillosa casualidad que hizo posible estar juntos.
El recuerdo de Susan y lo que nos dejó escrito llega a mí. No existen plegarias que alcance a agradecer todo cuanto hizo por mí. Mío. Pienso al verlo dormir al despertar en algún momento de la madrugada.
—Te cobraré por espiarme mientras duermo...
—¿En especies? —pregunto acercándome a él y sonríe.
—¿Acaso hay otro método?
Espero que no, pienso mientras sonrío recibiendo su beso....
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro