Capítulo 41
Jason
La imagen de papá esta mañana me acompañan desde que supe podría estar muerto. ¿Estaba recorriendo acaso sus pasos? sacudo aquella idea de mi cabeza, negándome a recordarlo como si estuviera muerto.
No está muerto... no lo está.
Mis hijos habían sido encontrados por mi hermana abrazados y llorando. No dejaron de hacerlo hasta que se quedaron dormidos.
Evy marca una y otra vez al número de Susan. Llamar desde ese número en específico fue su manera de aterrarla. Y lo había logrado. La sorpresa es que no lo ha apagado, pero no levanta la llamada.
—¿Nada de Damián? —niega y suspira.
El móvil de su hermano se iba a buzón. Evy habló con él hace veinticuatro horas, Magda no sabe nada de él desde el mismo tiempo. No es extraño no saber nada de él en horas, pero debido a lo delicado de situación es delicado su ausencia.
—¿Cómo logró llegar a tu padre? —pregunta dejando el móvil a un lado un instante —ni yo puedo a veces hablar con él y estoy dentro de la casa.
—La misma pregunta me hago yo.
La seguridad de mis padres es excelente. Anual se gastaba más en ello que en cualquier otro lujo. Que Eliú lograra entrar resulta admirable.
—El GPS dará con él —le calmo —no te preocupes.
Afirma tomando el móvil y volviendo al ataque. Imagino que acosarlo es su manera de controlar el miedo y a mí me relaja saber que no lo ha apagado.
Las ganas de asesinar a Eliú aumentaban con cada parada en un semáforo. Controlar emociones y pensar con cabeza fría se convirtió en algunos momentos en una tarea imposible.
"Papá no está muerto, no lo está."
Todo mi ser oraba por que siguiera las líneas acostumbradas de los de su clase. Eliú amaba la vida y se aferraría a ella. Asesinar a mi padre sería una estupidez, no era imposible, más bien poco productivo para lo que sea que quisiera.
—Te dejaré con un amigo que te llevara a casa —le digo —los niños y mamá están allí, Emma también.
—¿Tus hermanos? —no sé qué responderle.
Ellos debieron tomar ese vuelo hace una hora atrás, en este momento están en el aire. De vez en cuando miro el móvil en mi pierna en espera de un maldito mensaje que no llega. Los registros de propiedades de los Cass, de preferencia algo lejos de la ciudad y con escape por aire o agua.
Eliú tiene parte del entrenamiento de un Marín, si se guía por esa experiencia puedo deducir hacia donde se dirige. Eso si el GPS no me da resultados.
El resto de camino es Evy llamando a Desiré y su móvil se va directo a buzón, lo mismo sucede con Charlie. Son diez horas de viaje hasta llegar a su destino, espero que antes de ese tiempo tengamos buenas noticias.
Detengo el auto detrás del taxi, un hombre en vaqueros y remera desteñida gris espera con las puertas abiertas y fumándose un cigarro. Asiente al verme parquear y me muestra el pulgar.
—¿Es él? —pregunta señalando al hombre y afirmo.
—Es de confianza —ella parece dudar detallando a Johnny.
—¿Puedo ir contigo? —niego y aprieta los labios. —no voy a estorbar.
Haré un mejor trabajo si estoy solo, la compañía por diestra que sea suele distraer. Evy abraza su bolso en su pecho viendo por la ventana. Ha dejado de llorar desde hace media hora, su comportamiento ahora es de alguien molesto.
—Me dijo al despedirme que hace años dejó de sentir miedo — El anuncio de un mensaje es un viento fresco y decido ignorar hasta que ella no se haya ido. —se sentía afortunado por lo que había obtenido. —sonríe al verme a los ojos —su mayor riqueza era ustedes, pero que no se los decía porque los echaba a perder.
—No está muerto y lo traeré de vuelta. —le digo—diles que no llegaré sin él —le hago prometer.
Se lanza a mis brazos y me anclo a su cuerpo, se siente como un bálsamo a toda esta agonía. Nunca creí necesitar tanto de un abrazo como en ese instante.
— Se los diré —promete y afirmo —Cuidaré de ellas hasta que regreses.
Sin decirme nombres sé que habla de mi hermana y mamá. Ella notó mi debilidad y me inyecta seguridad, se convierte en mi roca cuando más lo necesito. Afirmo con el nudo en mi garganta creciendo. Le doy un beso fugaz y arranco el auto una vez ella se ha bajado y el taxi se aleja con ella en el interior.
Diez minutos después y tras verificar el mensaje encuentro un lugar en que encontrarlo. Mi buena suerte cambia al descubrir que el GPS de la pulsera de papá se ha activado y aumenta cuando hay coincidencias con el mensaje recibido. Necesito algo mejor que una glock y una daga, por lo que decido aceptar la ayuda de Alexis y Gaspar.
—Yo conduzco —se ofrece Alexis señalándome el auto frente a nosotros —Gaspar te dará los detalles.
No es una sugerencia y antes que pueda rechazarlo ha sacado las llaves del auto abre la puerta instándome a salir. No hay tiempo que perder en discusiones y el auto de ellos es mejor para el terreno al que nos adentramos.
—¿Tienes la ubicación? —pregunta Gaspar que deja en la parte trasera del auto un enorme bolso negro y afirmo. —¿cómo fue? —pregunto avanzando hacia la camioneta.
—Se hizo pasar como chofer —explica una vez Alexis arranca. —al verdadero lo encontraron golpeado y amordazado en el baúl del auto de tu padre.
Desnudo y con rastros de golpes en su nuca. El auto fue dejado abandonado en un Walmart, el GPS lo había detectado en ese lugar. Esta mañana tras dejar a mamá en casa de los O'hurn fue a lavar el auto, conforme era su costumbre.
—Lo mismo días, jueves a las nueve en el mismo lugar. Un hombre de costumbres fijas, de fácil acceso si eres diestro. Tal cual Cass ha demostrado lo es. —detalla Gaspar. —es un hombre mayor, que trabaja para tus padres desde hace años.
—Él y su esposa —recuerdo —sus hijos trabajan con Gregory, pero ellos se han negado a retirarse.
—¿Qué hay del GPS de la pulsera de tu papá? — saco el móvil de mi bolsillo y miro el sitio que titila.
—Me dirigía hacia ese lugar —confieso. —¿Encontraron algo en el auto?
—Encontraron un trozo de su camisa ensangrentada y suficiente sangre en el interior para estar preocupados.
—Es posible que sea de Eliú —le interrumpo y ambos guardan silencio —papá sabe cómo manejar estas situaciones mejor que nadie. Nunca haría nada que lo exponga. ¿Llamaron a la policía?
—Mi madrina lo hizo, ellos creen que es un secuestro. —saca la glock de su pretina antes de seguir y viendo por el retrovisor a Gaspar —sabemos que no es asi y que el tiempo es nuestro enemigo.
Mi móvil se ilumina y miro la pantalla sin descolgar la llamada. El resto del trayecto lo hago con la mirada puesta en el objeto y contando las llamadas que me hace.
—¿No vas a contestar? —me pregunta y niego.
—No pienso negociar. — respondo — ¿Qué hay de tu cuñado?
—Su móvil esta apagado desde ayer —pisa el acelerador al llegar a la interestatal y guardo silencio pensando en lo que acabo de escuchar.
Magda tampoco sabe algo desde el mismo tiempo. A Christine le dijo que estaría sin señal todo el día, pero que estaría para la reunión. Con la imagen de Damián diciendo que tiene todo controlado guardo silencio el resto del trayecto.
Lo que me confunde es que papá no es una forma de venganza como tal. Su ira es en contra de los Klein y a los únicos que dañara es a nosotros. Retengo el aire y lo voy soltando poco a poco viendo los árboles pasar a toda velocidad.
Aquel gesto hace que mis ideas empiezan a tomar sentido y recupero el control o eso pretendo creer. El móvil suena por cuarta vez y miro la pantalla. Mamá no va a llamarme, sabe que lo haré yo y cuando tenga a noticias de papá.
—Eso va a enfadarlo... —comenta Alexis al ver que lo he apagado.
No le respondo y me centro en el paisaje frente a mí. Subimos por una colina y Alexis se detiene al llegar al risco, apoya sus manos en el volante viendo el lago frente a nosotros.
—La cabaña está bajando el sendero empedrado—les digo — si tomamos la carretera podrá vernos.
—Alguien debe quedarse aquí y los demás haremos el recorrido a pie —sugiere Gaspar—Lo mejor es que sea yo —se baja con el bolso en manos y se ubica frente a mi puerta —se la respuesta, pero ¿Necesitas municiones?
—No...y bajaré solo —le digo a Alexis quien está por protestar —Emma me desollara vivo si algo te sucede...
—Le prometí ayudarte...
—Ya lo hiciste —le interrumpo saliendo del auto y retirando el arma que tiene en su muslo —mantenlo encendido y no te distraigas —ordeno cerrando la puerta. Retiro mi americana que lanzo en el puesto vacío y subo las mangas de mi camisa.
—Eres un hombre muy predecible —protesta y lo ignoro.
Gaspar empieza a buscar un buen lugar y yo decido antes de aventurarme por el risco ver la mejor manera de hacerlo. La pequeña cabaña en madera luce igual a como la recuerdo, el paso de los años solo se nota por el puerto y el bote.
La pequeña Susan (como nombró el general al bote pesquero) está sumergido en las cristalinas aguas del lago, solo el mástil parece renuente a rendirse.
No hay rastros de vehículos a su alrededor o algo que indique hay visitantes. Mis ojos se detienen en una parte un poco más allá de la cabaña, las llamas alcanzan varios metros de altura.
—¡Maldita sea! Hay fuego —comento a Alexis antes de empezar a bajar.
Los árboles son escasos, la vegetación abundante y la brisa propagara el fuego. Mi corazón bombea cada vez mas fuerte y el sudor frio recorre mis venas.
El descenso es escarpado por momentos y mi indumentaria no es la mejor. Sin embargo, mis ganas de cumplirle a mi madre son más fuertes que cualquier cosa y logro llegar por la parte trasera sin un rasguño.
Rodeo la casa y constato a mi paso por ella lo que sospeché desde mi descenso. No hay nadie. Marcas de auto u otro tipo vehículo, es imposible que llegaran a pie. Un olor nauseabundo empieza a llegar a mis fosas nasales y mis esperanzas se van apagando.
Mi corazón se detiene al ver las flamas de cerca, el calor que despide la hoguera igual. Alguien ha puesto tronco en pie cruzados y avivó el fuego con combustible. El olor a carne se mezcla con acelerante, eso y el fuego impiden acercarse.
El fuego alcanza dos o tres metros y el viento empieza a dispersarle. Escuchando el claxon del auto junto con los llamados de Alexis y Gaspar lo rodeo.
Algo se está quemando en medio de ese fuego. La idea que sea mi padre hace que mi corazón se acelere y aumente por momentos. Me detengo solo un instante al notar algo gris. Retomo la carrera al descubrir parte del traje de mi padre y que el fuego amenaza con llegar a él.
Su pulso es débil y no por más que lo llamo no responde. Es un hombre pesado y de una tamaño considerable. Gozo diciéndole anciano y prometo si sobrevive demostrarle cuando lo quiero y respeto.
No lo digo mucho, a mi madre lo hago cada cierto tiempo, con papá no es asi. La lista de promesas es extensa al rodear el fuego.
—No puedes dejarnos —le ruego mientras avanzo —no me hagas ver a mi madre a los ojos y decirle que ya no estas...
—No podrás con él por mucho tiempo y si lo haces caer complicaras las cosas —me dice una voz que reconozco y detengo mis avances por llevarlo en hombros —estaba buscando señal para comunicarme a casa. Te ayudaré.
Damián tiene el rostro sangrante y golpeado, pero sonríe. Cuesta levantarlo, pero nos la arreglamos para hacerlo. El ruido de un helicóptero empieza a escucharse y en la distancia Alexis corre hacia nosotros.
—Tenías razón —comenta luego de un largo silencio —lo subestimé...
—Lo sé —respondo —yo también a ti.
Está aquí antes que yo y algo me dice que el olor a carne chamuscada es Eliú. Antes de alzar a mi padre miro la enorme hoguera y luego a él.
****
La camilla avanza rápidamente por los pasillos hasta el área de cirugías. Papá tiene una herida en el muslo y otra en el pecho ambas delicadas y ha sangrado mucho. Enciendo el móvil para llamar a Evy sentándome frente al pequeño altar del piso octavo.
No fue extraño ver a Matthew y Gregory a bordo del helicóptero, tampoco sus rostros enojados por no pedir ayuda. Existen cosas que hago sin intención de dañar, buscando todo lo contrario. Me siento en la banca y digito el numero de Evy ignorando a la presencia que se sienta justo detrás de mí. Sumergido en mis teorías me olvido de donde estoy hasta que siento el cañón de un arma en mi cabeza.
—Dime que no es necesario halar del gatillo —dice la voz detrás de mí. —lanza el arma...
—Es el peor momento para esto —no es una respuesta a su inquietud y no hago muestras de obedecer.
—No me obligues a hacerlo Jason...
—¿Es tu manera de expiar tus culpas? Dañando a papá —me mofo —¿Desde cuándo estas aquí?
—No fui yo el que me lo llevé —pero no es lo que pregunté y doy media vuelta.
El cañón de su pistola queda en mi sien y observo al hombre frente a mí. Sostiene en sus manos la pulsera de mi padre con rastros de sangre y en la otra el arma.
—Sabía que le seguirías—comenta jugando con ella —Fui yo el que te llevó allí.
—¿Dónde encontraste eso? —sonríe en respuesta.
Tiene muchos defectos, tantos que podría hacerse un libro, pero en ninguno de ellos dañaría a mi padre. Jedrek es incapaz de hacer algo en contra del hombre que lo quiere como un hijo.
—Lo encontré en el auto abandonado —responde sin dejar de verme.
—¿Hay una razón por la cual vigilas a mi padre? —tuerce los labios al tiempo que niega.
—¿Le tienes miedo a morir?
—No, si eso te aleja de mi familia —confieso sacando el arma y lanzándola a sus piernas—mi muerte no servirá de nada y lo complicará todo.
—¿Crees que no lo sé?
Mueve el cañón frente a mí de forma descuidada, logrando que cualquiera piense no tiene el control del arma, pero no es asi. Su forma de posar, la posición de sus hombros y rostros lo delatan.
—El que no lo sabe es tu hermano mayor, que insiste en buscarme. Y mientras mi familia este en riesgo, la suya también.
Es justo. Saco otra de mi tobillo y una tercera de la pretina de mi pantalón que lanzo a su pies. No voy a excusarme por mi comportamiento aquella noche. Me escudé en mi hermano mayor y oculté la verdad, de haberla dicho los culpables de la muerte de esa mujer hoy estaría tras las rejas.
—Todos fallamos ese día Jedrek, no pienso evadir responsabilidades. —continuo diciéndole —enamoraste a Desiré porque te diste cuenta de que a Gregory le interesaba ... por lo menos un poco. —sigo —y no es que se pareciera, que en realidad era asi. Salomé era un viento fresco que opacaba el fuego que te consumía y Desiré era la tormenta que lo extinguía. Sin embargo, no era Salomé y lo sabias.
Todo este tiempo me ha servido para llegar a la conclusión que su interés en Des tenían dos motivos. Ser la mujer que a mi hermano le interesaba y la madre de sus hijos la hizo atractiva. Su gran parecido con su ex prometida fallecida ayudó solo a que no le dañara.
Además, que era todo lo que su mujer pudo ser y no fue.
—Si ella hubiera sido la mitad de lo que es Des, viviría. —recrimino—Eso y el que fuera la madre de los hijos del hombre que te la arrebató la hacía atractiva. Ahora puedes halar ese gatillo y acabar con todo eso o me te haces a un lado y me permites estar en paz.
Retira el seguro viéndome a los ojos sin dejar de sonreír, no le temo a morir. En mi trabajo vives al filo de la muerte tantas veces, que aprendes a respetarla y algunas veces añoras que verla llegar.
—No suelo hacer advertencias. Como tampoco me considero un hombre cobarde para aprovecharme de la debilidad de otros—empieza a decir —Considero que estoy en mi derecho en esta ocasión de hacerlo. —se relaja guardando el arma y se cruza de brazos.
—¿Tu dejaste a mis hijos con Emma? —pregunto y sonríe —¿Qué quieres a cambio?
—Llegaste allí solo, queriendo ser el héroe de siempre. No llamaste a tus hermanos a quienes consideras no tan diestros como tú. —me mira sonriente antes de seguir y sonríe —amas hacer el trabajo sucio por las alabanzas que te llegan por sacar pecho. —se mofa divertido —YO también te estudié Jr.
—¿Por qué lo hiciste? Sabias donde estaba todo este tiempo ....
—Si te decía donde esta papi ¿No perderías acaso créditos? —niega antes de seguir y su rostro se oscurece.
—El truco de causar daño y salvar es un poco oxidado...
—Eliú Cass supo de la enemistad entre ustedes y yo —me interrumpe y frota con sus dedos su ceja derecha de forma descuidada —buscó un mediador y llegó a mí, me dijo que tenia la forma de desquitarme de ustedes. —sonríe —creí que me daría a Emma o a Isabella. Sabes como son esas decisiones, debes tomarla rápido y...
Si no era él, seria otro. Le siguió el juego y aceptó ayudarle, le proporcionó lo que pedía. Pasaporte y un puesto en un barco pesquero rumbo a Zimbabue.
—No tenía porque saber que no iba a cumplir creí que podía negociar con Gregory cuando le diera la información de su paradero. Lo que le haría a quien sea fuera el secuestrado es el mismo que hice con tus hijos. Solo que iba a durar un poco más —se encoje de hombros y sonríe —entonces me llega con esas dos chiquillos, aterrados, llorando abrazados. Soy un hombre que he aprendido de mis errores Jr. Al seguirlo descubrí que era al viejo a quien llevaba, todo lo demás te lo dirá el buen Dr. Klein.
—¿Lo conoces?
—Lo conocí hoy —habla levantándose — me debe la vida y tu dos motivos para seguir viviendo...
—Sigo esperando que me des el precio Jedrek Baker Hills —llamarle por el nombre de su niñez y el hoy lleva lo hace reaccionar.
—Te pido controles a tu hermano... —me señala y su voz es casi un susurro —recuérdale de lo que soy capaz por mis muertos y quizás asi se haga una idea de lo que puedo hacer por quienes están con vida.
Los tres personas que se asoman por el pasillo me tensan y algo debe notar porque gira lentamente. La última vez que lo vimos iba a bordo de un helicóptero. Antes de eso fue el día en que casi daña a mi padre y lo de Des.
Debe pasar por el lado de ellos para salir y da muestras de ser lo que es al caminar hacia él. Cabeza en alto y ojos fijos en Gregory quien solo lo detiene la mano de mamá en sus hombros.
—Ha sido un placer volver a verte —le dice inclinando la cabeza hacia él, en tono alto y en un ruso perfecto. —Señora Fiorella —saluda a mi madre —siempre es un placer servirle. Espero mejore pronto.
—Gracias...
Sigue avanzando y lo último que veo es en su rostro una sonrisa cínica al ver a Gregory.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro