Narrador

Isabella se sienta en las piernas de su esposo y mira a la audiencia a su alrededor. Como suele suceder en el hogar Frederick, inician con temas derivados de la empresa y acaban con algún cotilleo familiar. El de hoy finalizó con su hermano, la madre de sus hijos y todo el lio legal que los rodea

—Déjame ver si entendí. Debemos tratar a Evy como si fuera la niñera y no como cuñada. —su familia asiente y mira a su esposo.

—Técnicamente es lo que es —sugiere él —no vemos en que pueda interferir.

—Es la madre de Sebastián y Susan. No es una niñera Gadien. —le corrige.

Ante la mención de sus nombres los pequeños alzan el rostro y miran a su abuelo. Les sonríen enviándoles besos y alzan cada uno el oso que tienen en sus manos.

—En teoría lo es. —insiste Desiré disculpándose internamente por opinar en un tema tan personal —Es un tema escabroso y un poco conflictivo —admite —conserva un contrato como niñera, los mellizos saben desde pequeños quien es.

—Lo que nos demuestra que el lazo de sangre es inquebrantable. —Emma se abraza a su esposo, el único que no ha participado. Todos entienden que su familia tiene sus propios problemas, como para interferir en la de terceros.

—La teoría de su madre es que, si la tratan como cuñada, la tomará en contra de ella.

—Por aquello que no quiere casarse —sigue ella y sus hijos asienten. —tratarla como niñera. Gadien tiene razón es lo que es para él. Lo obligará a tomar medidas.

—Considero innecesario menospreciar a la chica —Gregory habla con la vista fija en su hijo que intenta levantarse sin soltar el enorme delfín que le duplica en tamaño — ha pasado un mes con ella en un hospital y todos sabemos lo que le disgusta esos lugares. —finaliza.

 Por algo se inclinó por la milicia. —comenta Matthew.

Emma e Isabella solo bufan, Emma por que fue su sueño truncado y su hermana porque nunca le gustó ni lo uno ni lo otro. Su madre insiste en que no puede esperar a que su obstinado hijo acepte sus sentimientos.

—Y Evy no contribuye a que mi objetivo tenga frutos —la risa de todos hace volver al grupo de niños y sonreír pese a no entender.

El centro del salón de fiestas esta adornado con varios juegos infantiles en donde la tercera generación Frederick juega. Se dividen por edad, Addison y Allison juegan en un rincón con Gregory mientras lo hacen vigilan al grupo de más chicos. Jason, Jaden, Joshua, Sebastián y Susan que juegan cada uno con un coche.

—¿Te sientes bien cariño? —Fiorella mira a Alexis que ha guardado silencio en toda la conversación —debemos parecerte frívolos al tener esta conversación tan tonta, comparada con lo que enfrenta Ivanna y Vincent.

Christine se había casado a escondidas con su primer novio. La historia no seria tan delicada si no fuera porque, lo calló pese a que esa noticia hacia la diferencia entre estar en libertad o tras las rejas.

A Vincent no le llenaba de dicha saber que su bebé estaba casada tan joven, pero se sentía defraudado por la poca philia que su hija guardaba para quien había decidido fuera el padre de sus hijos.

Alexis se ve obligado a hablar al notar los ojos de todos puestos en él. No menosprecia ningún tipo de conflicto, no hay uno menor o mayor y cada uno es de vital importancia dentro de ambas familias.

—Cada uno es importante dentro del ambiente correcto —habla al fin —Un hogar para los niños, que vendrían siendo mi familia de parte y parte —sonríe al ver a Susan en pie maniobrando un oso ted que intenta sacar de una caja —Christine y su ahora esposo también, considero que su silencio fue algo impuesto por él.  

El pudo decir desde un inicio con quien estaba esa noche. Lo que hizo su hermana de fugarse a escondidas cuando a todos les dijo que iba con su mellizo a las Vegas, pasaba a un segundo plano.

—Fue una tontería de esposos primerizos —confiesa sonriente —Damián dudaba que papá lo aceptara por su pasado.

—¿Y no es asi? —pregunta Gadien —el maltrato a su hermana esta allí, no es del todo claro y la historia tiene ciertas contradicciones. Pero que el no ha negado.

—Por el momento no podrán vivir juntos, hasta tanto no limpie su nombre —se alza de hombros cuando todos lo ven sorprendidos —un ultimátum de Vicent O’hurn que fue apoyado por Ivanna. Cuando esos dos se ponen de acuerdo sin discutir… hasta el diablo les teme.

Aquella frase es sustentada por la risa de todos. Para nadie es un secreto que ambos tienen una forma extraña de educar, pero que ha dado los frutos correctos.

—La parte más complicada es donde debe pasar el tiempo que dure limpiarlo.  Por sugerencia de Jason propuse su casa, pero en los documentos oficiales esta registrado la de sus padres. Damián tendrá que vivir desde hoy en el mismo con su hermana.  

—¿Qué hay de la supuesta agresión hacia ella?

Se alza de hombros sin saber que responder a Gregory. Nadie sabe que sucedió o los motivos, hasta el abogado de la chica se sorprendió.

Del otro lado de la ciudad Damián se para frente a la casa. Considera que lo más apropiado es tocar el timbre e ignorar que por muchos años creyó era su hogar, junto con todo el dolor que vivió allí.

—Esto debe ser una maldita broma.

Contempla a la dueña de esas palabras solo un instante. Conserva los mismos rasgos de su niñez, una mezcla entre niña y mujer que algunos hombres les resultara atractivo. El odio que refleja al verle le divierte, debería ser él quien esté enojado.

—No era necesario un recibimiento de tu parte —le dice rodeándola con sumo cuidado evitando tocarla.

Su equipaje es una maleta con el espacio suficiente para ropa por siete días. A calculado es el tiempo que va a durar allí. Algunos traumas del pasado, aquellos que algunos llaman demonios, se superan en el mismo lugar que fueron creados. Son como las fobias, las vences conviviendo con ellas.

—Esta no es tu casa… —chilla molesta por la tranquilidad que percibe.

—Por fin nos ponemos de acuerdo en algo.  —se detiene en mitad del salón y mira a la empleada —¿Cuál es mi lugar?

Deja la maleta en el suelo y espera que la chica responda, pero quien lo hace es la mujer detrás de él.  ¿Por qué no le sorprende?

—La del servicio —responde Magda sonriente. —estarás en tu ambiente…

—Otra coincidencia más en nuestras opiniones y creeré que me estas coqueteando —la mira por encima del hombro y sonríe al notar que aprieta los labios. —prima —finaliza.

Toma la maleta de nuevo y empieza a avanzar, pero es interrumpido de nuevo por ella. Su 1,90mt debería intimidarle, si no lo hace el pasado oscuro compartido o su rostro duro.

—¿Por qué diste esta dirección? —le cuestiona cruzando sus brazos y bajando el rostro —estas casado, pudiste usar la de tu esposa. Rechazaste la del jefe de Evy.

—No di esta dirección —le corrige esquivándola de nuevo —fue el juez, que por cierto desechó la denuncia por maltrato.

—Me importa un bledo de que o como te hiciste de este lugar. Esta es mi casa, el hogar de mi madre y no tienes derecho a …

—Soy tu tutor —le interrumpe. —Silke Klein decidió que yo lo fuera. Tantos años siendo señalado por ella como un monstruo y dejó a su bien mas preciado en mis manos —gira hacia ella antes de seguir —¿No es particularmente contradictorio?

—¡Mientes! Tu…

—Revisa correo —le sugiere —o la correspondencia. Lo último que quiero es conformar mi hogar y tenerte como invitada. Eres lo más nefasto que me pasado en la vida Magda Klein Sinclair. —da media vuelta hacia ella viéndola con desprecio, saca algo del bolsillo de su pantalón y lo lanza a sus pies — Examina documentos de tu padre, si encuentras algo que te ayude a librarte de mí, me estarías haciendo un favor.

Empieza a llorar al observarlo perderse por uno de los pasillos del primer piso. Fue él quien destruyó su niñez, la convirtió en una niña asustadiza y llena de miedos. Mira el objeto que ha lanzado y se arrodilla para tomarlo. Es una llave, pero no tiene claro en que cerradura entra o que abre. La estudia con cuidado y descubre no es de habitación, parece de un cajón.

Se limpia con violencia su llanto girando hacia el estudio. Tomara su consejo al pie de la letra, acabará por encontrar algo que la desligue de convivir con su agresor hasta no sé cuántos tiempo.

Camina retorciendo sus manos y viendo de vez en cuanto detrás de ella en la dirección en que se ha ido. Le cuesta asociar al hombre que vio en la entrada de su casa, con el chico que destruyó su infancia. Siendo un niño le hizo tanto daño ¿Qué no será capaz de hacerle ahora?

Entra al estudio y pasa seguro cuidando de no hacer ruidos. Lo hace inconsciente, cuando se da cuenta de lo que acaba de hacer sonríe. Lleva un mes viviendo allí y sigue sin poder quitarse la idea que su padre no está. Prevalece en ella el miedo y las prohibiciones a ciertos lugares. Deja el seguro ante el temor de que Damián entre y quiera hacerle daño.

Al dar media vuelta observa el lugar con otros ojos, ya no la de la pequeña de siete años a quien le prohibían entrar allí si su padre no estaba. De los pocos recuerdos que tiene de ese sitio, es de hacerlo tomada de la mano de su padre y cuando su madre no estaba.

“—Has bloqueado parte de tu pasado y solo tu puedes traerlo de vuelta”. Fueron las palabras de su terapeuta en muchas de las cesiones “—¿Has visto que tu descripción del daño ocasionado es casi un guion?” sacude su cabeza y avanza hacia el escritorio.

La policía se ha llevado la mayoría de los documentos y las grabaciones de seguridad. Damián entregó la clave de la caja fuerte (que irónicamente ella desconocía siendo la hija de la pareja), asi que allí tampoco encontraría nada.

Observa la llave en medio de sus manos y luego a su alrededor. Él pudo fácilmente decirle que abría o ella preguntarle. Empuña la mano con fuerza y se levanta de la silla viendo cada lugar con otros ojos.

Por varios minutos mira detrás de los cuadros, libros y hasta intenta buscar una puerta secreta en la biblioteca. Lanza al suelo varios libros desnudando la madera de esta. Los ejemplares de las enciclopedias, primeras ediciones de literatura clásica. Algunos libros prohibidos que en su niñez lo asoció con temas absurdos, pero que hoy día en su adultez entiende lo que son.

Pornografía escrita, explicita y sin censura.

En algún momento de su pesquisa se detuvo, pensó por varios minutos si era importante ¿Qué buscaba en realidad?  Lo hizo con un ejemplar en latín de la biblia negra. La cubierta negra y hojas amarillentas le hizo helar la sangre.

Su sentido común repetía que no debía creer o seguir nada que viniera de él, quien en este instante estaría durmiendo tranquilamente al haber encontrado otra manera de dañarla.

—Dios.

Lanza el pesado libro a un lado y su mano se dirige a otro libro en el estante, igual de perturbador con diferente contenido. Al retirarlo el vacío que ha dejado muestra los primeros inicios de una puerta. Retira el resto de los libros con más ahíncos y violencia.

—Señorita Magda ¿Esta todo bien? —pregunta una voz del otro lado —¿Quiere que llame a su hermano?

—NO—balbucea fijando sus ojos en el sitio que ha descubierto. —estoy bien.

Mira la llave que Damián le ha dado y de nuevo la pequeña puerta que hay frente a ella. Si no es por las grietas a su alrededor y la cerradura dorada, sería imposible hallarla. Los grandes y pesados libros que la cubren hacían bien su trabajo.

Ingresa la llave en la ranura consciente que si algo esta oculto de esa manera es por que es malo. Sin embargo, puede más la curiosidad que el sentido común y abre sin dudar.

Cintas de video, unas cincuenta de ellas. Toma la primera y se dirige a la TV. Su padre era antimodernista una particularidad que llevaba al extremo en ese lugar. El solía llamarlo el sitio de creación, ella llegó a creerlo, hasta que llegó Evy y le dijo que allí solo se emborrachaba y peleaba con su madre en la madrugadas.

Enciende el objeto ingresa la primera Cinta y se queda en pie frente a la pantalla. El primer registro le hace buscar donde sentarse, cuando acaba busca el resto de ellas las deja en el suelo y se sienta en el piso frio.

(…)

A Damián no le espanta el ruido que hace la puerta al azotarse con la pared, tampoco el llanto incontrolable que ve el rostro pálido de la que fuera su hermana menor. Se sienta con cuidado en la estrecha cama e imagina que ha visto los videos. No todos, porque le llevaría horas al juez le bastó un par de ellos que llevó Christine (sin su autorización). ¿Cuántos tuvo que ver Magda para hacerse una idea de los hechos?

—Lo siento —su respiración es irregular y su pecho se mueve sin control —¡Dios mio!  No tienes idea de cuanto lo siento.

—La verdad te hará libre, pero primero te hace sentir miserable —es mi única respuesta —declaraste que te hacia daño, pero omitiste el pequeño detalle que tu padre estaba allí. Astuto, debo admitirlo.

Quizás en lo único en que lo fue, en todo lo demás fue superado por Konrad y el socio en delitos que aun desconocía su nombre. Acepta que hizo un par de cosas de la que se le acusa, entrar por sorpresa al baño sumergirla y varios segundos, poner la almohada en su rostro mientras dormía.

Sin embargo, la penitencia por no hallarlo jugando a las escondidas era realizada por su padre. Al infeliz le gustaba ver a otros sufrir, se excitaba con ello a tal punto que solo eyaculaba de esa manera.

Su supuesto hermano (el pequeño Damián) por su parte, le doblaba en edad, en cuerpo y hasta en inteligencia. Esto ultimo era motivo de frustración y cada que traía una nota “mala” el castigo era él. Lo hizo bajo la influencia del alucinógeno que le inyectaba, no era inocente del todo, pero compartía culpas con ese bastardo.

—Él te enviaba —comenta ella como si lograra acceder a sus recuerdos —los filmaba todos…

—Y se masturbaba viéndonos aterrados y llenos de dolor… —le interrumpe y sonríe ante su rostro de asco —Yo drogado, tu aterrada y el masturbándose… ¡Que hermosa familia! —dice abriendo los brazos —y creían que fuera normal.

—¿Nunca lo dijiste? —alza el rostro hacia él en espera de respuestas que no llegan.

Jamás le hubieran creído, era consciente de ello. Susan tuvo que entrar a sus vidas gracias a Evy para notar lo turbio que era el comportamiento entre hermanos. Jamás llegó hasta la verdad, aunque, se acercó lo suficiente para entender debía alejarlos.

—Sal de mi habitación Magda y no entres mientras este solo, es más —corrige —no entres de ninguna forma—aclara —en lo que resta de mi estancia en este lugar no te quiero cerca de mí, nuestros horarios de comida no van a coincidir y…

—Damián —ruega acercándose a él

—Un psicólogo, psiquiatra o quien cojones decida un juez decidirá si eres apta para manejar tu fortuna —sigue diciendo, ignorando su suplica y sacudiéndose de su agarre —haré todo lo que esté en mis manos para que así sea…

—Damián….

—¡Largo! —finaliza señalando la puerta.

Tiene una vida por delante que vivir, hermana y sobrinos que cuidar y una esposa que recuperar. Porque su suegro lo cree un pervertido y no quiso dejarla a su lado.

¡Hijos de puta!