Narrador

La mayoría de los chicos tejen sus dudas sobre quienes son y hacia donde van en la adolescencia. Damián tuvo un reacción tardía gracias a los abusos que fue víctima por parte de quien creía eran sus padres. En el último año de preparatoria buscó las respuestas a tantos abusos y el porque de la diferencias en trato.

Su madre protegía a Magda de la educación estricta de su esposo, pero nunca movió un dedo para ayudarle a él. Se refiere a mucho antes que Magda llegara, el comportamiento adquirido después podría entenderlo.

A la edad de veinte años, luego de tres años de terapia y gracias al decano se decidió a buscar respuestas. Un hombre con el que tuvo una conversación de diez minutos en un ascensor averiado. Fue el tiempo suficiente para que Paul Zimmermann decidiera hacerse cargo de sus problemas psicológicos.

Sus largas platicas, consejo y la insistencia de que siguiera su instinto dieron sus frutos. El único pecado de Damián era nacer más listo que los demás y defenderse de los constantes ataques de quienes le llaman "Raro".

Al descubrir su condición intentó entender el comportamiento de quien creía era su padre. Al no poder hallar ninguna en él presente, empezó a hacerlo en el pasado.

—Era demasiado odio para no cuestionarlo —le dice al hombre que el escucha desde hace unos minutos —¿Es usted padre?

—De tres niños. —responde simplemente.

El individuo es de pocas palabras, pero ha estado atento a todo su relato. Ha hecho las preguntas necesarias y prometió apersonarse de la situación.

—Y jamás usaría los golpes con ninguno de ellos. —sigue diciendo y Damián afirma.

Sus preguntas iniciaron con la llegada de Evy y el extraño vínculo con su hermana. Los deseos de protección de su prima con Magda era un sentimiento nuevo para él, también la amistad con Susan y la insistencia de sacarlos de la casa.

— Encontré el registro médico de mi nacimiento y una fotografía antigua. En el primero decía las condiciones de mi llegada a este mundo. El segundo al pasado de mi padre y una familia que nunca conocí.

Se robó ambos documento y lo observó por días, entre más lo hacía menos sentido tenía para él. Supo que sólo había una manera de buscar la verdad.

Lejos de casa, de sus padres y los maltratos.

—En un comienzo se negó a aceptar, hasta que el general Cass ayudó con mi cupo en Zúrich —sonríe por primera vez de forma real —me sentí libre y pleno por primera vez. Un sentimiento que acabaría pronto cuándo empezaría a buscar respuesta.

La agonía al saber la verdad, lo intrincado de toda la historia lo hizo tocar los terrenos oscuros del suicidio. Inicialmente no encontró información. Su padre no tenía familia cercana viva, salvo algunos primos en segundo grado que al verle se asustaron mucho por el enorme parecido con Konrad. Sumando esa extraña coincidencia a los demás interrogantes, su parecido con ese tío. Había olvidado la vieja fotografía y al verla se dio cuenta que tenían razón.

—La primera vez que la vi tenía quince, la volví a ver a los veinte. Hasta yo podía ver ese parecido.

Le extiende la foto a su interlocutor y lo observa verla con interés. No sólo descubrió el parecido con el hombre, también el de Evy con la mujer. La pareja causó inquietud en él, sobre todo cuando le dijeron, lo del suicidio no estaba claro.

El odio hacia su padre fue por alejar a la única sobreviviente de ese día de su abuela. Una mujer que esperó hasta su lecho de muerte a la única familiar viva que tenía.

—¿Cuál fue el motivo oficial del suicidio y asesinato?

—Problemas financieros —responde con ironía —d una empresa que cuatro meses después del deceso de su dueño fue vendida —le entrega un documento y ambos sonríen.

—No es un precio para una empresa en ruinas.

—Entre más buscaba menos sentido tenia ser hijo de Damián y Silke Klein. —confiesa al hombre —empecé a tener sueños de cuando era un chico. Una mentira repetida mil veces adecuadamente se convierte en verdad. Hasta ese instante no sabia lo acertado de esa frase.

—¿Por ser hijo de Konrad y no de Damián?

—También porque no asesinó a su esposa, no estaba en ruinas, alejó a su hija de su lado ante la constante amenaza de secuestro. Su hijo no murió como se les dijo—aprieta los labios en una mueca de dolor e inspira fuerte. —le hice dañó a Magda, pero nunca en el grado que lo hicieron ver...

Su vida se convirtió en piezas de un rompecabezas sin sentido ni forma. No regresó a casa y en vacaciones hacía cursos intermedios. Aquella decisión fue motivo de orgullo para Damián, quien nunca supo lo hacía en Berlín, una manera de poder estar cerca de donde estaba convencido el rompecabezas tendría forma.

Encontró que el mayor de los Klein se esforzó mucho en desaparecer registros, fotos de su hermano, de Amelia y su hija. La abuela de Evy, había guardado varios recuerdos. Conservó la esperanza de volver a ver a su nieta hasta el último día de su vida.

—Hay que tenerles miedo a los recuerdos de los ancianos —ambos sonríen. —esos baúles fueron mi caja de pandora.

—Supongo que encontró allí la imagen que necesitaba para armar el puzle. —expresa el individuo y afirma —debo confesarle, Jason no es un hombre que permita intervenciones en su vida. Haré lo posible por que esta vez nos permita hacerlo.

—¿Qué sucederá con Evy y los niños?

El mayor temor de Evy es que le alejen de su hijo o que el hombre le acuse a ella de complicidad. Quienes tiene frente a él le aseguran que ambas cosas no van a suceder. Están convencidos que tarde o temprano su hijo llegaría a la verdad, si es que ya no lo hizo.

—No es muy conversador de sus problemas —habla la mujer por primera vez —está tan acostumbrado a llevar la carga de todos, que cree no necesitar de ayuda. Siempre que ella se mantenga en la mansión, estará protegida.

De todo lo demás dependerá de cómo maneje Jasón aquella confesión. No será fácil de manejar para él, Susan Cass fue su amiga de toda la vida y cumplir su deseo se convirtió para él en una necesidad.

—Evy es tan victima con él...

—Lo sabemos, como también que los niños no tienen por qué sufrir la ausencia de una madre que sí tienen.

Aquel comentario le hace suspirar aliviado, los niños no serán rechazados por no ser quienes creían en comienzo. Son Frederick y es todo lo que para ellos cuenta.

—Dejaré a alguien a cargo de esto —el hombre señala la caja y Damián guarda silencio al notar la seriedad del individuo —si lo que dice y encuentro coinciden, le aseguró que nadie tocará a su hermana.

—Gracias —habla levantándose de la silla.

—¿Qué hay de usted? —pregunta la dama y se encoje de hombros.

—Ellos son prioridad.

Siempre ha sido consciente que está solo en el mundo y no cuenta con nadie. Damián Klein se encargó de eso. Sale del restaurante con el cheque en las manos. Aquel trozo de papel le quema. Verlo es recordar toda la sangre que se ha derramado por sostener esa mentira.

Se sintió un monstruo cuando supo quién era la chica que tanto odiaba y todo lo que a ambos le habían hecho por venganza. La siguiente inquietud era que Magda podría ser también su hermana.

Lo desechó, por el trato especial que tenía Silke con ella. Una prueba de ADN podría confirmarlo, pero estaba convencido que Magda era la única hija de la pareja. Por eso el motivo de querer regresarla a casa y la frustración de no hallarla.

Y el odio hacia Evy que fue quien le proporcionó las alas para volar.

Damián ve su destino como una araña, que tejió sus hilos y esperó a que se enredara en ellos. El anciano que por años creyó era su padre y lo odiaba, quiso hacer de él una mosca. En su afán de dañarlo lo convirtió en serpiente. Han sido ocho largos años esperando su momento. Cambió de piel, se mimetizó en el ambiente.

Hoy, está preparado para enfrentar a sus verdugos.

¿Qué es más cruel que la muerte? Que Agonizar viendo como alguien abusa de la mujer que amas y te promete hacer lo mismo con tus hijos.

¿Qué es más fuerte que hacer que hermanos se odien entre sí? Hacer a un pequeño de ochos adicto a sustancias peligrosas y a conductas de adultos. Odiarlo por ser listo, por no encajar y luego por ser más inteligente que tu hija.

Los motivos por los que Magda mojaba la cama iban más allá de ser atacado por su hermano. Las extensas jornadas de estudios, castigos por notas bajas y el no aceptar que no era un genio la llevaron a ello.

Damián fue solo quizás tres puntos de los más de veinte motivos que la chica poseía para hacerlo. Sí, era más lista que los demás, pero jamás en el grado de su primo.

Eso hizo al viejo ensañarse con él aún más. Magda tuvo que ir a una escuela especial para desarrollar más habilidades. Él le bastaba horas enteras en la biblioteca o platicas con profesores para ampliar a terrenos maravillosos.

Se detiene al pie de la puerta del estudio pide el arreglo para el cumpleaños de Evy mañana con motivo de su cumpleaños. Agudiza el odio cuando alcanza a escuchar extractos de conversación entre sus supuestos padres.

—¿Debo recortarte que Magda es tu hija y ese monstruo no? —sonríe mientras busca el arreglo perfecto y niega.

Ha escuchado esa conversación muchas veces, de pequeño lo hizo llenarse de rencor. Se ensañó aun más con alguien que al igual él era víctima de los complejos de ese anciano.

—¿En verdad crees que nos perdonara tan rápido?

—Estuvo en terapia ¿Por qué el temor?

—Es demasiado listo Damián, lo estas subestimando.

—Se lo que cree Silke, te aseguró que no hay una capa de él que no conozca. Pueda que muestre ser diferente, pero en el fondo es el mismo ser incontrolable de siempre —Damián le escucha recalcar cada frase y aprieta las manos — volvió a nuestro lado ¿Qué hizo tu hija?

—Alejarse porque le hacías daño al no impedir que la dañara.

—Tu tampoco eres inocente...

Morir para Damián y Silke es un paraíso comparado con lo que sufrió él y los suyos. Por desgracia las grandes guerras se ganan a base de sangre y ofrendas de inocentes. Apoya los nudillos a centímetros de la puerta llenándose de todo el auto control que puede antes de tocar.

Escucha la orden de entrar y lo hace con el cheque en las manos que deja en el escritorio de Damián. Se acerca a Silke besa su frente cuando lo que desea es asesinarla.

—¿Cómo lograste esto? —alza el trozo de papel y Damián se alza de hombros.

—No quiso exponer a los niños a un escándalo. —la avaricia se refleja en sus ojos al ver la cifra y Damián sonríe.

Silke se levanta molesta y ambos la ven salir dando un portazo. Se queda viendo la puerta cerrada por largo tiempo hasta que decide hablar.

—Se donde esta Evy ...