Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 14

Jason

—Lo siento —me excuso con Terry —no debí ser tan duro.

Olvidé el lazo familiar cuando le dije aquello. Los Nielsen era más que empleados para mi, los hice parte de mi familia. Sin embargo, el interés de Julia estaba causando en mi cierto rechazo.

Terry guarda silencio, aparentando con fuerza las manos en el volante. Demasiado tarde entendí que era necesario poner límites. La pequeña Julia creció ante mis hijos sin darme cuenta. Seguí tratándola como siempre, ignorando que se estaba convirtiendo en mujer y podía confundirse.

Ya me había pasado, con mujeres y hombres, era el motivo de ser distante y odiar el coqueteo femenino. Una mujer no necesita más que de ser ella misma para llamar mi interés. Me gusta el cortejo, el ser yo quien tome la iniciativa. Todo lo contrario, me aleja, sin importar que tanto me guste.

Las personas están tan acostumbradas  a   tratos hostiles que cualquier comportamiento amable es visto como coqueteo. Lo normal es ser tosco, eso las mantiene al margen. Con Julia no podía, no dejaba de ser para mí, la chiquilla de rostro inocente que vendía caramelos en los semáforos con su madre.

—Somos nosotros los que le debemos disculpas. Julia se ha convertido en un problema para usted —empieza —No tiene que negarlo, se que es así —sigue diciendo al ver que niego —los acosos no distinguen sexo señor.

Decir acoso era exagerar, hasta el momento ella no ha llegado tan lejos. Me dolería que lo hiciera, pero eso implicaría que salieran de la mansión.

—No pensé que tomará estos terrenos. —confieso —al comienzo pensé que eran celos con mis hijos….

Sonríe viéndome un instante con las cejas alzadas. Devuelvo la sonrisa porque en el fondo se a que se debe. No es solo por mis hijos, es más por la presencia de Evy. La chica de cabellos de oro, como le dice de forma despectiva. La que acosa por toda la casa por que su comportamiento es sospechoso.

—No debió decir eso de Evy,  carece de veracidad y usted le ha dejado claro que no le gusta que la moleste o la trate mal.

—Evy no necesita de mi ayuda, pero están mis hijos por el medio.

—No es necesario que se excuse, Margaret y yo se lo hemos advertido.

Aseguró que Evy estaba poniendo a los niños en su contra y le estaba inculcando el rechazo por su color. No he visto ese tipo de escenas en ella, habla con Margaret, ríe con ella y dejarse abrazar.

Margaret por su parte, la estima y asegura que es una chica que no está acostumbrada a roces amistosos. Es una costumbre muy de ese país y no es de extrañar entre ellos. Sin embargo, al salir a otros lugares pueden parecer duros y clasistas

—Acusarla de inculcar racismo en ellos —sonríe —son sólo dos ángeles y tendrán sus motivos para querer más a Evy que todos los demás.

—Sebastián y Susan no se dan con nadie desde pequeños. Es absurdo lo que sugiere. —Terry no  deja, de sonreír —será difícil encontrar a alguien que les agrade de la manera en que lo hace Evy.

—Dudo que Julia logre quebrar la fortaleza de Evy.  Tengo  la sensación de estar frente a una máquina.

Sonrío negando, hace unos minutos no fue una máquina lo que vi. Sus pupilas estaban dilatas, la reacción que tuvo ante mi amenaza causó en mi piel escozor. Evy Becker escondía muchas emociones debajo de ese aura de frialdad.

—Espero que ahora si decida ayudarme —afirmo y regresa la vista a la vía—es lo mejor.

Mi temor es que el rechazo la haga dañar a mis hijos o hacerle algo a Evy. Los niños están adaptados a ella, desde el primer instante lograron conectar. Estoy convencido que sí sale de sus vidas,  sufrirán.

Necesito ese lazo de amistad, mientras me llega la baja. Ella podrá descansar siempre que yo lo haga. En ese tiempo podrá verse con su enamorado. Es una manera que los bebés se acostumbren a que ella no estará en algún momento.

Aunque la idea que vea a Klein me haga sentir como el esposo  que se queda con los chicos mientras la mujer se va de fiesta. Gruño fastidiado ante los recuerdos de ambos abrazados o de él consolándola.

El auto se detiene cerca y ambos nos bajamos. Observo la figura en traje gris que me espera en las sombras con una carpeta en las manos. Retiro el equipaje del baúl sin perder de vista a Gaspar.

—Te encargo a mis hijos —le pido.

—Estaré pendiente. —promete —Buen viaje señor —se despide  y alzo la mano distraído dirigiéndome hacia Gaspar.

—Espero tengas una buena excusa para sacarme de casa tres horas antes —sonríe ante mi malestar y me indica entrar al restaurante.

A pocas cuadras de la base, desde donde debo viajar a media noche. No tengo claro cuantos días, todo depende de mi capacidad para negociar o hacer un buen trato. Gaspar pide la carta y se entretiene leyéndola, mientras yo vuelvo a los mensajes compartidos con Susan y esa chica.

No hay nada allí que me de pistas, pero intento creer que Susan me dejó alguna que seguir. Desde donde esta ella me llevará de una u otra forma a los culpables.

—¿Y bien?

Hablo una vez estamos solos y me entrega la carpeta que trae  en sus manos al mismo tiempo que deja el maletin en la mesa.

—Encontré detalles que no pueden esperar a que regreses —comienza. —Susan investigaba la muerte de Amelia y Konrad Klein. Sucedió en Berlín hace aproximadamente diez años atrás.

Susan y un familiar de la pareja eran amigos muy cercanos. Gaspar cree que lo conoció cuando llegó a ese sitio con lo de los embriones.

—Amelia y Konrad. —hablo en voz alta y me enderezó en la silla al recordar que eran los nombres de ese documento. —un suicidio con detalles confusos…

—Así es… ¿Tienes idea de que amiga es? —sigue y guardo silencio.

—Susan era muy cuidadosa, jamás me lo diría —suelto el aire y leo lo que hay allí. —¿Qué tiene que ver Klein en todo esto?

Aparte de ser su hermano.

—Amelia Klein (su cuñada) no podía tener hijos. Llevaban tres años de casados y muchas ganas de tener hijos. —abre el maletín encima  y empieza a sacar documentos que va entregándome—Damián tenía en ese instante la clínica en Berlín y Konrad buscó su  ayuda.

Hasta ese instante ambos estaban distanciados por una herencia. Damián aceptó ayudar a su hermano y todo empezó a marchar conforme se esperaba.

—Encontraron la persona que la gestaría, acordaron pagos...

—Conozco el trámite —le digo para que se apresure a llegar al punto.

—En la semana 35 Damián llama a su hermano y le da la fatal noticia que la mujer tuvo un aborto espontaneo. Eso acabó por dañar la relación entre hermanos y Damián de refugió en América.

—¿Huyó? —Gaspar asiente y deja en la mesa la foto del hijo de Damián.

El hombre que visitó a Evy el día de ayer, tomo la fotografía en mis manos cuando entendiendo es antigua. No es él, aunque la persona de la foto se parece considerablemente. Le intenté buscar un defecto cuando entró a ver a los gemelos. No hallé ninguno y eso me frustró sin entender el por qué.

—Te presentó a Konrad Klein. —señala la foto en mis manos —en este momento no es necesario decir que el embarazo sí llegó a feliz término.

Los detalles de su nacimiento en América los tengo en mis manos, también los del hijo supuestamente no nacido de su hermano. Ambos datos coinciden con unas semanas de diferencia.

—¿Por qué decir que no?

Dejo los documentos en la mesa y espero a que siga hablando. Hay mucha tela por cortar o de lo contrario esperaría mi regreso.

—Se enamoró de su cuñada,  insistió en conquistarla. Mi fuente no encontró fotos de ella o algún dato, lo mismo ocurrió con la hija que se sabe tuvo. Alguien se ha esforzado en borrar el paso de ambas por este mundo.

—¿Qué pasó con después?

El rechazó de la mujer hizo que se desquitara a través de su hijo. Huyó con la mujer a América sitio en el que se refugió por un par de años.

Mientras tanto su hermano y cuñada en Berlím, tras someterse a un largo tratamiento de fertilidad. Logran tener un hija, la mantienen lejos de ellos por temor.

—Podría ser genes lo de su físico —excuso viendo de nuevo la foto. —el pequeño Gregory se parece a papá y el pequeño Jason a mí —mi compañero vuelve a negar.

—No dirás lo mismo cuando sepas quien es la mujer que gestó al primer hijo de la pareja.

La actual esposa del científico loco, socia y miembro activo de la misma. Silke Klein compañera en Berlín. Enamorada de su jefe desde que empezó y dispuesta a hacer cualquier cosa por él. Después del nacimiento del pequeño se casan y la convierte en su socia.

—Para callarla…

—Y no es todo. —alzo el rostro de la foto  y sonríe —la pareja visitó a América cuando la niña tenía dos años. Habían recibido la nacionalidad honorífica por el servicio prestado a soldados americanos en su país.

—¿Conoció al pequeño?

—Lo suficiente para dejar la duda. Era un hombre con una inteligencia especial. —guarda silencio cuando el mesero llega y sólo continúa al quedar solos —pagó a un investigador privado en América. Este le traería noticias justo el día en que fue asesinado.

Nadie sabe el nombre o si llegó aquel día. Solo que Amelia estaba feliz y su esposo furioso. Quienes lo conocían le extrañó aquel comportamiento. Siendo ese la base para que las autoridades creyeran que fue suicidio.

—Si Susan estaba investigando esto… Es un buen motivo para asesinarla —resume Gaspar y leo le documento una vez más.

Damián y Silke Klein usaron el esperma de Konrad en varias oportunidades. Hasta hace un poco más de un año en que una falla en el sistema de energía y enfriamiento los dañó junto con varios embriones.

—Damián tiene a varios hermanos por allí, que pueden junto con él demandar a la clínica y a la pareja por lo sucedido.

Solo Damián  y su hermana podrían hacerlo o todo aquel que sea hijo de la pareja. Los demás pagaron por el esperma, no es importante los detalles de quien fue el donante. La gran mayoría quiere que sean de hombres sanos, inteligentes o con algún tipo de detalles físicos.

—Sólo los hijos de Konrad y Amelia pueden demandar —finalizo.

Acabo de saber el porqué del asesinato de Susan y también el rostro de la persona que mandó a ejecutarla. Faltaba solo el del investigador privado. Conociendo a Susan ella llegó hasta el final de la investigación.

—¿Tienes los detalles de la hija?—pregunto y Gaspar toma los cubiertos empezando a comer.

Narrador

El silencio que dejaba la ausencia de Jason en la casa a Julia no le gustaba, como tampoco la presencia de Evy Becker y la cercanía con los mellizos. Aprieta las manos en un puño molesta al escuchar las risas infantiles, cantos y el júbilo de todos los empleados.

—Todo cambió desde que ella llegó. —susurra en voz baja viendo a la mujer.

Antes que  la chica llegara, solo era ella. Jason solía ver películas con ella, algunas veces le pedía a su madre permiso y la llevaba a comer helado. Con la llegada de Evy Jason se alejó, le prohibió subir a las habitaciones. Ordenó no acercarse a Evy, decisión que fue respaldada por sus padres.

Había visto el interés en Jason por ella, cuando nadie lo veía. La forma de sonreír cuando estaba con los niños. En varias ocasiones lo ha pillado en la habitación de ella, revisando sus cosas.

—Julia.

La voz de su madre la hace saltar y al volver su rostro la encuentra apoyada en la entrada que da a la cocina, sosteniendo la correspondencia.

—¿Segura? —pregunta al ver su rostro alegre y afirma. —¿Me aceptaron? —insiste y su mamá sonríe.

—Felicidades cariño, sabia que ibas a lograrlo —deja un beso en su frente y le abraza avanzando hacia Evy —linda, tienes correspondencia de tu novio que es amigo, pero que se comporta como lo primero.

La rubia solo sonríe recibiendo el sobre. Lo razga ante la mirada atenta de Julia que nota como sus manos tiemblan. No es una mujer de ese tipo de comportamiento. Aquella rareza la lleva a querer saber que había en ese sobre, que la hace reír y llorar al mismo tiempo..

—Si en verdad quieres a Jason y te sientes agradecida por lo que ha hecho por nosotros… Aléjate de Evy —le advierte su madre al ver el interés —Te lo ruego Julia, no te gustará verlo enojado si llegas a hacerle daño.

—¿Tan importante es? —quiso saber.

Pero no hay respuesta, Margaret sólo regresa a la cocina. Saca de su bolsillo una tarjeta que lee por enésima vez. Se la dio la doctora que ayudó a que Jason tuviera a los niños.

Silke Klein, quien le dijo le pagarían muy bien si llamaba a ese número y le decía que sabia donde estaba Evy. Le darían mucho más por el móvil que ella usaba en este instante.

Niega al recordar las palabras de su madre, pero guarda la tarjeta.



No podré actualizar y no tengo idea cuando lo haga. No la pondré en pausa o la sacaré de la plataforma. Tengo otros proyectos que necesito acabar. Las actualizaciones serán lentas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro