Introducción
Al terminar la grabación, Katsuki sale de la cama donde estuvo participando cerca de tres horas sin descanso. Estira el cuerpo, los músculos le duelen, quiere ducharse de una vez para poder relajarse al llegar a casa y quedar tumbado en un buen sueño.
—Nada mal, Bakugō.
Palmadas en el hombro, mierda, ahora mismo siente las piernas engarrotadas por estar en la misma posición. Estúpido Midoriya que no puede acomodarse, como si su pito fuera tan gordo como para tener que cortar la grabación a cada rato.
—¿Ella está afuera?
—Sí, Uraraka-chan tiene rato esperándote fuera —comenta sonriente, aquello lo hace imitarlo con un rubor en las mejillas.
Si bien es un actor porno, no quita que tenga una excelente vida a lado de una mujer maravillosa que siempre lo espera sonriente. Y, al salir de la sala, ahí está, con el rubor tiñendo sus mejillas, corriendo hacia a él para llenarlo de besos en el rostro.
—¡Te extrañé demasiado! —susurra cariñosa, a nada de subirse encima de él para que la cargue.
—Cariño, cariño... Estoy sudoroso, espera —ella ríe ante el regaño.
—Cochino, ¿no pudiste decir que apenas ibas a bañarte? —Cualquier otra persona no soportaría salir con alguien con su oficio, pero Uraraka es una mujer fantástica que entiende el medio porque se dedica a lo mismo.
—Te ibas a dar cuenta si terminaba cargándote, me duele la cadera... —Acaricia sus costados.
Detrás de él aparece Midoriya, quien sonríe al verlos en la entrada.
—Oh, Uraraka-san, lamento lo de tu novio —habla con vergüenza—, la grabación se complicó por mi culpa.
—No pasa nada, entiendo, Mido-kun —expresa sonriente—. Katsuki va a bañarse, espero no atraparlos de nuevo platicando haciéndome esperar.
Ambos ríen sonoramente, captando la atención de Todoroki, quien se asoma ajustándose la camisa.
—Buenas tardes, Uraraka. ¿Cómo va tu lesión? —pregunta sereno, una suave sonrisa que ella imita.
—Nada mal. —Abraza el brazo del rubio, quien se pinta en colores—. Tengo al mejor enfermero del mundo.
—Sólo aplico gel, cara de ángel...
—No puedo creer que te hayas arriesgado tanto en un gangbang.
Ríe nerviosa—. Gajes del oficio.
Katsuki aprovecha a abrazarla, darle un beso en la mejilla y susurrarle que lo espere. Entonces la abandona en la sala de espera siendo seguido por Midoriya, Todoroki, Kirishima, Aizawa, Shinsō, Kaminari, Sero y Monoma para ducharse de una vez.
—Es cierto, ¿no, Bakugō? —ríe Kaminari.
—Calla.
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