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8."Deambulando"


» Es dudoso que el género humano logre crear un enigma que el mismo ingenio humano no resuelva.

Fredrika.

He esbozado una sonrisa cuando Erik se ha sentado a mi lado en el suelo, junto a Reign y otros adolescentes que no parecían muy sobrios precisamente, pero que cómo no, se han unido a jugar.

Bien, he de admitir que retiro lo dicho, si bien este juego era para "adolescentes con hormonas revolucionadas", le pondré un nombre que no suene tan parental, lo llamaré "aburrimiento", porque es lo único que tiene coherencia.

Ni si quiera sé por qué he aceptado jugar, ha salido la propuesta y yo solo he pensado en decir que sí cuando Erik se ha unido. La verdad, no me ha preocupado que le guste Eider, porque yo no sé si a ella le gusta, por ende puedo disfrutar algo más junto a él.

« ¿Y aún sabiéndolo, lo detendrías? »

Sí, por supuesto, yo no era de esas que se metían con los intereses amorosos de sus amigas. Eso era quedar muy bajo.

« Eider y tú no soy amigas, y una no elige de quién enamorarse »

No, no éramos amigas, pero mi moral siempre me ha controlado, porque tengo dignidad y respeto hacia los demás. Nunca me he metido con nadie, ni he tenido problemas, por eso nunca he recurrido a la fuerza ni a las malas palabras. No he tenido que verme en situaciones criticables o que pudiesen perjudicar a mi reputación.

Y eso, no iba a cambiar por un chico.

—Erik, ¿por qué no lanzas tú primero? —un chico de ojos verdes sentado en frente de nosotros, ha decidido hablar.

—Sois unos cagados —ha respondido él— sabéis que si no es con Fredrika o Bella, os tendréis que besar con un tío.

—Entonces intentaremos tener más precisión —guiña un ojo.

Bella, una chica que también ha decidido unirse, de baja estatura, cabello corto castaño y ojos marrones, se ha estado mordiendo las uñas todo este tiempo, se le nota que está nerviosa. De hecho, parece algo menor a nosotros, eso me ha preocupado, pero luego han dicho que su hermana también estaba en la fiesta.

No obstante, no he apartado ojo a la mano del chico a su lado, que me ha parecido ver cómo se movía en dirección a su muslo, y cuando le he mirado, rápidamente la ha apartado.

Erik ha girado la botella con una precisión envidiable. Los segundos se me han hecho eternos hasta que poco ha poco, la botella se ha ido deteniendo.

Bien, si salía apuntando hacia mí...pues no he pensando en eso, a decir verdad.

Si no salía, he decidido mantener mi rostro exactamente igual que antes.

« Lo conociste hace apenas dos horas, ¿qué esperas de él? »

Nunca antes he creído en el amor a primera vista, ahora me empezaba a cuestionar mis propias creencias.

1...

2...

3...

Y se ha detenido definitivamente, la expresión en mi rostro ha sido exactamente igual que al principio. Aunque se ha detenido claramente en mí, las palabras no han salido de mi boca.

Me he limitado a alzar la cabeza y buscar la mirada de Erik, confundida pero picarona a la vez.

Se ha acercado algo más hacia mí y por el rabillo del ojo he podido ver a Reign mirándonos (mirándome) fijamente. No he entendido lo que pretendía, de hecho he optado por ignorarlo y concentrarme en los ojos del chico en frente de mí.

De pronto, todo lo demás ha desaparecido, el ruido, el pinchazo en la cabeza, las emociones alrededor...todo se ha concentrado en esa energía que emanaba de mí y de él y que se ha mezclado.

He acercado más mi rostro, él ha inhalado aire al tiempo que cerraba los ojos, después ha acercado todavía más su rostro. Nuestros suspiros se han convertido en unos y he visto cómo se fijaba en mis labios.

Primero, ha sido un simple roce de labios, nada más. Luego, ha pasado su mano izquierda por detrás de mi cuello y me ha atraído suavemente hacia él.

He querido besarlo, esta vez, de verdad, pero el pinchazo que ha llegado de pronto a mi cabeza me ha obligado a apartarme rápidamente y aovillarme en el suelo mientras he apretado fuertemente mis sienes.

—¡Fredika! —la voz de Erik y unos leves empujones por mis hombros me han hecho abrir los ojos de golpe.

El ambiente en la fiesta ha cambiado, la música ha seguido sonando pero muchos de los invitados me han mirado sorprendidos. Erik, enfrente de mí, aún sacudiéndome por lo hombros, Reign a su lado con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa? —me ha preguntado el moreno.

He tragado mientras intentaba no desmayarme por el reciente dolor que me había abrumado. Casi al instante he podido reconocer que algo iba mal, muy mal.

—Tengo que irme...necesito volver, Erik.

Él ha asentido mientras me tocaba la frente para cerciorarse de que no tenía fiebre ni nada parecido.

—Creo que hay un bus en media hora...

—No —lo he interrumpido mientras negaba con mi cabeza —. Erik, necesito ir ya.

Me ha mirado expectante, sin saber qué decir o hacer, aunque la verdad es que yo tampoco lo he tenido muy claro en ese momento.

Me he doblado sobre mí misma cuando el mismo dolor ha atravesado cada milímetro de mi mente. Eso ha provocado que todo se tensara aún más.

—Yo te llevaré —la voz de Reign me ha tranquilizado —. Si tan urgente es, vamos.

Él se ha levantado del suelo y yo, con ayuda de Erik, lo he imitado. Con cuidado hemos ido atravesando a la gente que se interponía para ver el panorama, sin entender que nosotros (yo) era el panorama.

El aire fresco me ha dado de lleno, sin embargo, no tenía tiempo para reclamarle nada a Dios por no haber creado un clima más templado.

—¿Qué te ocurre, Fredrika? —me ha preguntado Erik mientras nos acercamos al aparcamiento.

—No lo sé, seguro son migrañas, el alcohol me afecta...

He apresurado el paso hasta quedar al lado del pelinegro, que parecía casi más impaciente por irse que yo.

—¿Cuánto tardaremos en llegar?

—Cinco minutos, si no tienes miedo —su voz grave me ha intimidado.

—Créeme, lo último que tengo es eso.

Finalmente, hemos llegado al aparcamiento y me ha sorprendido ver la moto. Había pensado que iba a ser un coche, pero definitivamente he estado equivocada. Una Yamaha 125 de color negra se ha presentado delante de mí.

El chico me ha pasado un casco y después, le ha hecho un gesto con la cabeza a Erik.

—Te veré...

—Mañana —he terminado por él —, por la mañana.

Se ha apartado mientras me ha dedicado una sonrisa para permitir a la moto continuar su proceso.

El aire ha azotado mis brazos provocándome algunos escalofríos, pero no me ha importado demasiado.

—¿Dónde vamos?

—Necesito que vayas a la Calle de las Palomas Muertas —he gritado, dado que el viento no me permitía sonar todo lo alto que me hubiese gustado, no obstante creo que lo ha entendido.

—¿Vives allí?

—Simplemente necesito ir allí.

El dolor en mi cabeza ha ido en descenso, pero no era tan leve como solía serlo normalmente.

Hemos parado en frentre del edificio donde vive Eider. Me he bajado a toda velocidad de la moto y he apoyado el casco sobre esta y corriendo he avanzado hasta el portal. Me ha dado tiempo a escuchar cómo Reign apagaba el motor y después andaba a pasos poco apresurados hasta llegar a mí.

—¿No entras? —sus ojos oscuros me han intimidado cuando con voz ronca ha hecho esta pregunta.

—Sí, em...claro —he respondido nerviosa.

La realidad es que no he tenido ni idea de qué hacer o decir. Ha sido mucha presión en ese momento, demasiado para mí. Además, Eider nunca me dijo dónde vivía, yo sola he podido deducirlo ya que es cómo si la pudiese oler, como un perro y un hueso.

—Oye, estás sudando, creo que es mejor que entres.

He tragado saliva antes de mirar el aparato. ¡Maldición! Ese edificio tiene como diez plantas, ¿cómo se supone que debería dar con la correcta?

—Fredrika... ¿qué está pasando?

—Y-yo...oye está refrescando, es mejor que...te vayas a casa.

—No sin antes saber que estás bien, y no te ves para nada bien.

Estaba en lo correcto en todo momento, mi piel se ha puesto más palida y las manos me han comenzado a temblar más de lo normal. Sabía que ella no estaba bien, porque el pinchazo seguía estando ahí, ¿qué mierda pretende hacerle?

—Yo vivo con mi...amiga aquí —he respondido —nunca me acuerdo de coger las llaves y el... telefonillo no funciona.

Él ha asentido con la cabeza, después se ha pegado a la puerta de cristal y con un golpe seco ha roto este por el lado de la cerradura, para introducir su mano y abrir la puerta.

Me he quedado sin palabras, ¿quién iba a arreglar ese desastre?

Ha entrado el primero, yo lo he seguido y después he avanzado hasta el ascensor, no sin antes ver todo el edificio. Las paredes de mármol tenían un color blanco, las lámparas grandes del techo eran doradas y todo parecía hecho con tanto detalle que era agradable de ver.

Antes de llegar al ascensor, he intentado crear comunicación con Eider, he pensado que quizás él no podía torturarla y bloquear su mente al mismo tiempo, pero me he equivocado porque el mero hecho de intentarlo, ha provocado que me doble hacia delante, presa del dolor.

Reign me ha sostenido por los hombros y he visto como su rostro ahora era mucho más de preocupación.

« Fredrika, puedes rastrear a Eider ahora »

Definitivamente debería escuchar más a mi subconsciente, no sé ni por qué no lo había pensado antes. Con un rápido olfateo dentro del ascensor, he deducido que se encontraba en el piso más alto, quizás vive en un ático o algo así.

Así que he pulsado el botón nueve, ya que al contrario que mis creencias, solo habían nueve pisos habitables y una azotea.

—Te ves muy cansada, ¿has bebido en la fiesta? —he negado con la cabeza, ni si quiera me ha dado tiempo a hacerlo —. ¿Has comido algo?

« Dile que sí, tiene que sucederte algo creíble»

—Sí, creo que un trozo de pastel...no estoy segura de que fuese pastel...de hecho, no sé si era comestible.

—Agh...nunca debes comer nada de dulces, tienen droga, Chelsea lo intenta prohibir pero al final, es mucha gente.

—Anotado.

En el trayecto hacia la novena planta, las rodillas se me han doblado en ocasiones y siento que no puedo aguantar ni mi propio peso. Él ha estado en todo momento para sostenerme, hasta que finalmente ha decidido obligarme a que pase mi brazo por encima de su hombro para poder mantenerme en pie.

El ambiente se ha sentido tan pesado, que me ha abrumado completamente, Reign por supuesto, no ha podido notarlo, pero yo sí y he sabido nuevamente que tenía que entrar a aquel apartamento costase lo que costara.

—Al final —he pronunciado señalando la última puerta.

Él me ha ayudado hasta llegar, he tocado el timbre aún sabiendo que no iba a abrirme. Desde fuera no parecía oírse ningún ruido y eso me ha asustado aún más.

De pronto, todo dolor en mí se ha disipado por completo, mi piel ha comenzado a tener su tonalidad pálida pero sana que siempre he tenido.

« Ha parado »

Nunca he sabido si eso era bueno o malo, él podía parar por muchos motivos, hasta ahora he sabido que no la mataría porque no puede hacerlo aún, pero la debilita y eso me afecta en gran parte a mí.

Estas últimas semanas he sentido cómo, aunque sigo sintiendo cada una de las emociones, la intensidad ha disminuido y eso me asusta. Sé que no voy a perder mis habilidades, eso es imposible, pero necesito un par de semanas para recuperarme y él, no nos lo permite a ninguna.

—¿Puedes...? —no he terminado la frase cuando él estaba estrellándose contra la puerta para abrirla, y esta, ha cedido bastante más rápido de lo esperado.

Hemos entrado, aparentemente no había nadie, lo cual me ha hecho sospechar porque yo aún la he podido sentir.

—Gracias, Reign...supongo que nos veremos por Weilotte.

—No hay de qué —se ha encogido de hombros —. Deberías descansar un poco para mañana, dile a tu amiga que te prepare sopa o algo así.

—Dudo mucho que esté aquí...pero se lo diré —le he dedicado una sonrisa.

—Bueno, adiós.

Se ha dirigido hasta la puerta, iba a salir corriendo para investigar todo el apartamento cuando se ha detenido bajo el marco y ha revisado un mensaje en su teléfono.

Segundos después ha suspirado y mientras cerraba la puerta, se ha girado hacia mí mostrándome la pantalla del móvil.

"Cuida de ella y procura que descanse, como me entere de que te has ido, le digo a Vanessa lo capullo que eres".

—¿Quién es Vanessa?

—Digamos que mi nuevo ligue, está bastante buena y bueno...ambos queremos lo que el cuerpo nos pide.

He soltado un bufido mientras negaba con la cabeza.

—Dile que lo has hecho, en serio, voy a estar bien.

Él deslizó el dedo por la pantalla mostrándome más conversación.

"Y mándame pruebas, no me fio una mierda de ninguno :)".

Bien, ahora si que estaba jodida.

—Bueno, voy a darme una ducha... tú quédate aquí mientras y...haz una sopa.

¿Dónde están los fideos? —se ha dirigido a la cocina mientras rodaba los ojos.

—Yo no cocino, soy sueca.

—¿Y eso qué tiene que ver?

—Pues...em, bueno, pues mucho, ¿sabes? Porque los suecos no cocinamos jamás, sobre todo los adolescentes, la cocina es como...un exámen de inglés, lo odiamos.

—Como sea.

Se ha puesto a buscar en los cajones hasta que finalmente ha encontrado los fideos. Yo he aprovechado para darme la vuelta e ir casi corriendo a las habitaciones. Al parecer están en la segunda planta así que he tenido que subir las benditas escaleras de caracol.

Mientras, he aprovechado para cruzar los dedos, sabía que era bastante tarde para eso, pero no me ha importado.

Primero he revisado una gran habitación con cama de matrimonio, Eider nunca me ha hablado sobre sus padres, he supuesto que ahí dormirían, por lo que he pasado a otra habitación que ha resultado ser el baño. Solo me quedaba una.

Cuando he abierto la puerta un grito se ha formado en mi garganta y lo he dejado ir porque la escena me ha impactado bastante. Un par de lágrimas han rodado por mis mejillas y he escuchado los pasos de Reign subiendo rápidamente hasta llegar a mí.

Me he metido en la habitación sin saber qué hacer, Reign ha parecido actuar mucho más rápido que yo, porque se ha arrodillado frente a ella. Al principio se ha sorprendido al darse cuenta de quien era (¿se conocen?), pero luego ha vuelto a la acción.

Eider.

La he encontrado tirada en el suelo, con una piel tan pálida que me ha asustado, las venas se estaban tornando azules y me ha parecido verla casi muerta. Sus párpados han permanecido cerrados y solo he escuchado una leve respiración dificultosa.

Reign la ha sacudido por los hombros pero ella no ha reaccionado, aunque estaba viva, he temido por su vida.

—Está helada, Fredrika —ha puesto dos dedos en su cuello y un alivio ha surcado su rostro la ver que sí tenía pulso —. Hay que llevarla a un hospital.

—¡No! —he gritado—, n-no creo que sea para tanto...podemos meterla en la bañera con agua caliente, ¿si?

—Fredrika...no creo que eso la ayude. —Se ha pasado las manos por el rostro.

—A ella le asustan los hospitales, tiene un trauma con ellos.

La ha tomado en brazos y se ha dirigido al baño, yo me he encargado de encender el grifo y hacer que cayese agua caliente. Quizás no iba a funcionar mucho...no he sabido qué hacer.

—¿Qué coño le ha pasado? —La ha mirado fijamente durante unos segundos, solo he detectado algo de preocupación, pero no como lo hizo conmigo, era más repulsivo hacia ella.

Cuando la bañera ha estado llena, rápidamente la ha soltado en el agua provocando que esta salpicase fuera.

Eider se ha abrazado a sí misma con sus delgados y pálidos brazos y algunas lágrimas han recorrido su rostro.

—Voy a buscar una toalla, quédate aquí, ¿vale? —le he dicho, él ha asentido forzosamente.

Eider, ¿qué mierda?

.....

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