PARTE VI
Su Jimin era un chico dulce, alguien alegre que siempre hacía el tonto con tal de sacarle una sonrisa. Alguien sencillo y tranquilo que jamás lo presionaba o exigía. Él sólo daba. Era alguien bueno, que resumaba amor. Alguien tan transparente como un fantasma cuando de sus emociones y sentimientos se trataba. Alguien que no creía en la maldad, por lo tanto jamás la veía.
Para él, el mundo se movía según lo que debía ser y no lo que era.
Su Jimin era un soñador.
Jungkook se esmeró escribiendo la letra de la canción que llevaba rondandole en la cabeza.
Las rupturas amorosas son un asco y el tiempo que les sigue aun peor, Jungkook no se estaba salvando de eso. Y más cuando estaba recordando todas las cualidades de su amor para inspirarse.
Eramos sólo chicos
Tu cabeza recargada en mi hombro
Tu sonrisa de ojos
Yo podía protegerte del mundo...
Su lápiz se movió por encima del papel.
—Tienes que estar bromeando. —Jimin entró en la habitación del maknae y cerró la puerta tras él con un leve portazo.
Se le veía alterado, su cejo fruncido y el cabello opaco.
—No sé a qué te refieres. -Jungkook ocultó lo que estaba escribiendo cerrando la tapa del cuaderno de garabatos.
—Lo sabes perfectamente. —dijo Jimin avanzando hasta él en el escritorio y apuntándolo con el dedo. —Muy conveniente que Yve sea una chica. Ella no presenta una prueba para ti.
Ah, así que ahí estaba.
—Averiguaste su nombre -Jungkook dijo con un encogimiento de desinterés. Él quería reír en regocijo. Él había esperado que Jimin preguntara. Él había esperado que se interesase. Pero no le gustó como sonaba lo que estaba diciendo. -Es una amiga, una army. Nos conocimos esta mañana.
—Ella puede darte cosas que yo no —Jimin respondió con los dientes apretados. Su barbilla tembló ligeramente y él encajó tan fuerte sus molares al punto de hacerlos crujir.
Jungkook negó ante la escena.
Que equivocado estaba Jimin y que difícil era mirarlo estar tan enfadado.
—Esto no se trata de nosotros, eso ya... eso ya fue. A mí me gusta Yve. Nos estamos conociendo y me agrada lo que veo.
La verdad sea dicha, todo se trataba del destino.
Jungkook no estaba esperando a nadie que ocupase el lugar que Jimin había dejado en su corazón. Ni siquiera creía posible que alguien pudiese llenar ese espacio, pero ese ya era otro tema. Él sólo le había cantado a una fan en el aeropuerto. Él sólo había visto a la misma chica en el concierto y sonreido para ella. Él sólo se interesó. No pudo no interesarse. Eran demasiadas las coincidencias y para una persona que creía en el destino, eso significaba algo.
—¿Y que puedas ser visto en público en su compañía no tiene nada que ver? -Jimin exigió saber totalmente perdido en su idea. -¿No se trata sobre tener una relación aceptable?
Eso fue un golpe bajo y ambos lo sabían.
—¡Yo no lo planeé! -Jungkook se puso de pie ofendido. -Ella apareció sin más y nos llevamos bien. Le pedí a un mánager que la buscara para hablar y cuando tu nos viste estaba haciendo justamente eso.
No sabía porqué sentía la necesidad de explicarse ante Jimin. Él no había hecho nada malo. Él podía tener amigo. Él podía enamorarse de alguien si quería. Pero no quería, no quería crear una idea que no existía.
Jimin negó esta vez, cabezota y dolido. Sus emociones estaban nublado su juicio, Jungkook podía ver eso. A diferencia de cuando ellos eran algo, en esta ocasión no podía acortar la distancia entre ambos y aclarar las dudas abrazándolo. Dejando a sus cuerpos hablar. Ahora sólo podía mirarlo y verlo distanciarse agregando más material a su dolor.
—Dijiste que querías mucho más en una relación. -dijo en un susurro apenas audible.
Jungkook suspiró.
—Ella y yo aún no estamos en una como tal, solo somos amigos pasando el rato. -No sabía lo que decir eso implicaba. No sabía lo que Jimin podría terminar entendiendo. No sabía lo que era para la chica con quien no había compartido mas que dos palabras y un par de encontrones comprometerse así. Él no sabía nada.
Los ojos de Jimin se cristalizaron y un armazón fue puesto ante él pues su rostro se transformó en aquella mueca de temer que aparecía sólo cuando estaba muy enfadado.
—Supongo que es cierto lo que dicen, uno nunca termina de conocer a las personas.
Ojos cristalinos por las lágrimas, mejillas coloreadas por el esfuerzo de decir lo que decía.
Jungkook tuvo que tragar la emoción que cerraba su garganta antes de obligarse a desviar la mirada.
¡DÉJENME SABER QUÉ LES ESTÁ PARECIENDO LA HISTORIA! ¡AMO SUS COMENTARIOS!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro