Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Parte II

Park Jimin estaba totalmente agradecido con la vida, con todo lo que había logrado en sus cortos años, lo hacían mirar hacia atrás y no sentir remordimiento alguno. O quizás sí, quizás albergaba solo una espina dentro de su corazón.

—¿Has visto a Jungkook? —consultó a Suga interrumpiéndolo a mitad del pasillo. Ellos habían tenido un día pesado tras entrevistas intensas y se encontraban ya en su hogar, habían llegado hacía unas pocas horas y el maknae se había escabullido quién sabe dónde.

Min Yoongi se encogió de hombros.

—No, ha de estar en su cuarto.

—No lo creo, ya lo busqué allí. Quizás deba consultarle a TaeTae. —dijo dando media vuelta para ir al cuarto del nombrado. Yoongi le detuvo.

—Él y Hoseok se han pasado el rato en el cuarto de Jin, he podido escuchar sus risas desde mi habitación, así que pierdes tu tiempo. —Y con eso se retiró a sus propios aposentos, llevaba ya puesta la pijama, por lo que, no era difícil entender que se iría directo a la cama. Picado por la curiosidad dado el rostro de Jimin, se detuvo. —¿Pasa algo?

Jimin rascó su cabeza, viendo las opciones que le quedaban. Estaba cansado, no quería nada más que posar su cabeza en su almohada y envolver a Kook entre sus brazos para conciliar el anhelado sueño, tenía cosas burbujeando dentro de sí, un mal presentimiento tras las pasadas horas. Jungkook se había mostrado ansioso aquella mañana en el auto compartido y más en la entrevista con las preguntas de las fans en donde el entrevistador había sido particularmente insidioso.

—Nada hyung, solo... cosas, supongo —Lo desestimó con una sonrisa.

Los ojos de Yoongi se volvieron rendijas.

—¿Estás seguro? Mi puerta está abierta si deseas hablar.

Jimin se enterneció por la comprensión de su mayor y hubiese tomado la oferta de buena gana, pues de todos los miembros, Yoongi era bueno para comprender temas que escapaban al entendimiento de la mayoría, pero de nuevo, él solo quería ir a la cama.

—Gracias Yoongi hyung, quizás en otro momento.

Con un asentimiento de cabeza, Yoongi lo dejó estar y desapareció doblando el pasillo.

Jimin se quedó allí, con las manos en la cintura pensando en dónde diablos podría estar Kookie, necesitaba verlo. Necesitaba conversar sobre aquella tarde y el revoloteo en su estómago solo se calmaría tras el contacto de sus labios sobre los del maknae.

Siguiendo la corazonada que lo atacó de pronto, se dirigió a la sala de ensayos, bajando las escaleras, hasta lo más alejado de las habitaciones. Puede que aquel lugar fuese a prueba de ruidos, pues al comprar la nueva casa, todos habían coincidido en hacer de ese espacio un mundo aparte de la simpleza de un hogar como cualquier otro.

Efectivamente, Jungkook estaba sentado en uno de los sofás dobles que estaban ubicados en una esquina de la gran sala. Tenía las manos tomadas colgando entre sus rodillas y el aura que le rodeaba era por completo gris.

Jimin se extrañó.

Llegando hasta él, se dejó caer a su lado, obteniendo una reacción de su parte, solo cuando posó su mano en la baja espalda del menor. Este dio un respingo.

—¿Qué haces aquí tan solo? —Jimin cuestionó con una sonrisa queda.

Los ojos del maknae recorrieron su rostro por un minuto, antes de alejar la mirada y negar.

—Nada, solo necesitaba algo de silencio.

—¿Para?

Jungkook se encogió de hombros.

Él había crecido mucho, demasiado, a decir verdad. Jimin aun se maravillaba en ocasiones al ver el cambio en sus facciones, la anchura de sus hombros, el endurecimiento sutil en su tono de voz. Jungkook había sido un chico adorable en sus años más tiernos, pero ahora él se estaba convirtiendo en un joven arrebatador.

Viendo que el menor seguía perdido en sus pensamientos, Jimin aprovechó para masajear sus hombros y notar lo tenso de estos.

Quizás solo está cansado, se dijo a sí mismo para no sobre pensar las cosas. Y se inclinó en busca de un beso. Beso que Jungkook correspondió de inmediato. No importaba las circunstancias o el lugar, si Jimin quería un beso, Jungkook se lo daría. Esa había sido su dinámica desde la primera vez que Jimin se acercó a robarle un choque de labios antes de una presentación y, desde entonces, la respuesta de Jungkook no había cambiado. Él se entregaba por completo a la acción, sus labios suaves y delgados dóciles, su actitud dispuesta, suspiros bajos dejando ver lo mucho que le gustaba.

—No, no más —Jungkook detuvo sus avances de pronto, echándose atrás y alzando sus manos como una barrera entre ellos.

Jimin titubeó, inseguro y aturdido. No había momento en su memoria en donde el maknae hubiese roto un beso antes. Él por lo general, pedía más y hacía adorables pucheros cuando se le eran negados.

El mayor alzó su mano para tomar una de las de Jungkook entre las de él, pero este en cambio las retiró para llevarlas a sus ojos y presionarlas sobre los parpados cerrados.

—Kook...

—Se terminó, Jimin.

La garganta del mencionado se cerró con un mal presentimiento.

—¿A qué te refieres?

—Sabes a lo que me refiero. —Jungkook se atrevió a mirarlo. Sus ojos tenían ligeras líneas rojas en ellos y estaban cristalinos por los sentimientos que estaba combatiendo en su interior, pero no había duda en la determinación que brillaba en ellos.

Se hizo un silencio entre ambos muchachos, uno aterrador que pareció absorber el lugar mientras se miraban a los ojos y cada una de las piezas de aquello que no se atrevían a decir, pero que estaban sintiendo caían en su lugar.

Jimin tuvo que tomar aire cuando comenzó a ahogarse.

—¿Esto es sobre nosotros? ¿Es por las preguntas pesadas de la entrevista de hoy? Porque yo...

Jungkook negó.

—No sé trata de eso, Jimin. —Él miró a su mayor y tuvo que tragar el nudo de todo lo que le atenazaba la garganta. —No solo de eso.

Jimin era tan hermoso, el ser más hermoso ante los ojos de Jungkook. Era bello más allá de lo físico y era de Jungkook, el menor sabía eso, sabía que una parte de su mayor le pertenecía y ese conocimiento lo había sostenido por meses, casi dos años en su totalidad, pero había un punto en donde él deseaba más.

—He estado pensando y yo, solo lo quiero todo. Quiero que todos lo sepan, la banda, army, la compañía, la gente... todos. Quiero que todos sepan que estamos juntos y que nos queremos. —Él respondió sincero.

Los ojos de Jimin se suavizaron.

—No podemos —dijo con pesadez. —Sabes que no podemos hacer eso.

Jungkook agitó su cabeza nuevamente en negación.

—Querrás decir que no te atreves. Porque existe la posibilidad de que todo se derrumbe, —Lo que no era menor y lo había hecho ser paciente. Él sabía las consecuencias. La perdida de fans que existiría tras todas las personas que no apoyarían su relación. La crítica de un país que no comprendía el tema. La censura en sus carreras y el riesgo al que se exponían. Sin embargo, como en todo, había otra cara de la moneda. —también existe la posibilidad de que a nadie le importe y nosotros seamos nosotros.

Jimin guardó silencio.

El día que aceptó sus sentimientos por el maknae, supo que en algún momento aquella conversación ocurriría. Y se dijo que sería fuerte y pensaría siempre en ellos. Siempre pondría su amor primero, porque, aunque él y Jungkook aun no dijesen la palabra con A al otro, ambos la sentían.

Y Jimin quería hacerlo, quería agarrar a Jungkook y corresponderle con toda su alma. Quería aferrarse al mismo sentimiento que él... solo que no podía. Joder, no podía y era tan difícil ver a Jungkook escurrirse entre sus dedos. Pero él no era egoísta, no estaba en su naturaleza serlo. Quería pensar en sí mismo y en su menor, quería pensar solo en ellos, sin nadie alrededor. No obstante, él era quien era gracias a las personas que le rodeaban y por mucho que quisiese apartarlas, no las podía dejar caer.

—¿A qué viene todo esto? ¿Por qué ahora? –preguntó firmando su sentencia de termino.

Jungkook lo comprendió y decidió ser sincero, pues ya no importaba de todos modos.

—Cuando el entrevistador ha preguntado sobre el amor, solo podía verte a ti. —Lagrimas se acumularon en sus ojos. Su pecho se sentía lacerado. Tomó la mano de Jimin y entrelazaron sus dedos juntos, apretados al punto de cortarse la circulación. —Fue... yo solo quería decir tu nombre, como si eso lo explicara todo. Y no pude. No puedo. Te miré y negaste. Supe que no estamos en la misma página.

Jimin quería echarse a llorar como un bebé. Un bebé al que le arrancaban una extremidad, al que le sacaban el corazón del pecho.

—Kook... —pronunció con tristeza. Apelando a que le maknae reconsiderara todo. Pero el chico estaba más allá de eso.

—Te quiero hyung, pero quiero más.

—Y yo no puedo. —dijo sintiéndose desgarrar.

Jungkook le limpió una lagrima que había escapado hasta su mejilla y le sonrió entre medio de sus propias lágrimas contenidas en sus ojos oscuros.

—Lo sé.

Dos palabras.

Las mas dolorosas que Jimin hubiese escuchado juntas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro