Capítulo ocho.
Astorya finalizó de desempacar sus cosas cuando el eclipse estaba a punto de comenzar. Su padre le daba miradas de vez en cuando, comprobando que su hija estuviera conforme con el lugar, o para divisar alguna mala señal en su rostro, pero ella no hacía más que suspirar de vez en cuando y le daba sonrisas honestas que lo tranquilizaban.
Tsireya les había mostrado su nuevo hogar, y ciertamente no era la vieja tienda en donde su madre la había dado a luz para luego perder la vida, no era la tienda llena de recuerdos y buenas memorias que tenía junto a su padre y los hijos de Jake Sully, pero podría acostumbrarse a la falta de familiaridad, debía hacerlo. Las opciones de regresar con el clan Omaticaya eran nulas, no podrían al menos hasta un par de años más, si es que volvían. Las historias que su padre le contaba sobre la guerra y la maldad que había en las personas del cielo le impedían ver algún futuro en donde volvieran a casa. Quaritch era un hombre con el alma fría, el odio estaba incrustado en su corazón y no descansaría hasta encontrar a Jake Sully.
—Hija. —El llamado de su padre la devolvió a la realidad, y con una sonrisa se giró para verlo. —Está bien si estás triste, ¿lo sabes no? Puedes hablar conmigo.
Astorya sonrió.
—Lo sé, papá. No estoy triste, es solo extraño, pero nos adaptaremos, ¿verdad? —Tsu'tey asintió, dándole ánimos a su hija.
—Lo haremos, cariño. Y Rya, procura portarte bien, ¿sí? Entre más metros de distancia hayan entre Lo'ak y tú, mejor. Ahora sal de aquí y ve a conocer nuestro nuevo hogar. No te alejes demasiado, el eclipse ya comienza.
—Sí, papá.
Sonriendo, Astorya dejó sus cosas y rápidamente salió en dirección al Marui de los Sully, tratando de localizar a Lo'ak. Pues Kiri estaría demasiado ocupada ayudando a su madre, no iba a molestarla cuando tenía deberes. Estaba obligada a buscar a su amigo, esta vez no podría obedecer a su padre, pero eran detalles que no lastimarían a nadie.
Al verla, Lo'ak se levantó y sonriendo se acercó a ella.
—Hola. A mamá no le gustó el lugar, tuviste que ver su rostro cuando la hija de Tonowari nos mostró el Marui.
La mención de Tsireya le sacó una sonrisa maliciosa a la na'vi, ahora podría molestarlo cuanto quisiera. Así que le dio un pequeño empujón mientras caminaban. Lo'ak se lo regresó, sin saber el motivo por el cual lo había hecho. El atardecer por alguna razón la hacía ver más bonita, como si la luz naranja que provenía del cielo fuera alguna clase de pintura que cubría su cuerpo y la hacía ver más hermosa de lo que era.
—Tsireya es muy bonita —opinó Astorya, viéndolo a los ojos mientras caminaba a su lado. Lo'ak sonrió.
—Lo es, sí, muy bonita. —La malicia en su tono de voz confundió a la chica, pues ella lo decía realmente.
Sus orejas se inclinaron hacia atrás cuando vio a Neteyam salir del Marui. Lo'ak se volteó parar ver lo que su amiga miraba con tanto entusiasmo. Y rodó los ojos al notar la presencia de su hermano acercándose a ellos. Tenía una sonrisa en el rostro que le molestó, y tuvo que ponerse a un lado de Astorya para no darle la espalda.
—Aquí estaban, ¿Qué les pareció el lugar? A mi madre no le gustó, tuviste que ver su rostro cuando...—Lo'ak lo detuvo.
—Sí, ya se lo dije.
La tensión era palpable, había algo entre ellos que inconscientemente los ponía en rivalidad. A Astorya no le gustó para nada la mirada que Lo'ak le dio a su hermano, y queriendo de alguna forma, eliminar el silencio incómodo que se formó, tomó a ambos chicos del brazo y les dio una sonrisa.
—Oigan, veamos el lado bueno de toda esta situación...—dijo animadamente, los hermanos Sully suavisaron sus miradas cuando sus ojos cayeron sobre ella.
—¿Cuál sería el lado bueno? —cuestionó Lo'ak.
Astorya pensó por unos segundos.
—Bueno, que seguimos vivos, ¿no? Que estamos juntos.
Neteyam sonrió y puso una mano en la cabeza de su hermano, Lo'ak bajó la mirada, también teniendo una sonrisa decorando su rostro, eliminando cualquier tensión que había entre ellos. Era su hermano, después de todo, la familia era su fortaleza, tal como su padre lo había dicho.
A la mañana siguiente, Astorya se encontraba junto a Kiri en el Marui de los Sully, trenzando el cabello de Tuk, recibiendo quejas por parte de la menor, reclamando que su hermana le apretaba mucho las trenzas, y que Astorya era demasiado lenta. La pequeña estaba apresurada por salir a conocer la aldea, mientras que sus hermanos mayores eran aconsejados por Jake y Neytiri.
Pronto Tsu'tey llegó al Marui para tener una charla con Jake y los niños fueron expulsados, todos realmente contentos porque ya podrían irse a explorar.
—¡Hermano, vamos! —le gritó Lo'ak a Neteyam, los dos se fueron corriendo para tirarse al agua soltando gritos.
Kiri, Tuk y Astorya los siguieron entre risas.
—¡Esperen! —se quejó la menor de los Sully.
Se sumergieron en las aguas cristalinas del arrecife y el frío invadió sus cuerpos. La chica Rongloa se desplazó por el agua con facilidad, admirando a las criaturas que los rodeaban, la diferencia de colores y criaturas que Astorya no había visto antes, ella tocó a una mientras sonreía, enamorándose de la belleza de su al rededor. Y un toque en su hombro la hizo girar, para encontrarse a Tsireya dándole una sonrisa, la chica le entregó un coral y le hizo una señal con la cabeza para que la siguiera. Más adelante se encontraban los hermanos de la muchacha.
Astorya les indicaría a los Sully que la siguieran, pero ellos se encontraban ya nadando a la superficie. Tsireya le hizo unas señales con las manos que ella no comprendió, y subió a recibir aire cuando vio a sus amigos arriba. Los hijos de Tonowari la siguieron.
—¿Están bien? —preguntó Tsireya, su voz calmada era agradable de escuchar.
—Son demasiado rápidos, espérennos —protestó Tuk. Astorya le dio una sonrisa.
—Sólo respiren...—les indicó Tsireya.
—No bucean bien. Saben saltar entre los árboles pero...—Las palabras mal intencionadas de Aonung fueron detenidas por el golpe que su hermana le dio en la cabeza, él solo rodó los ojos.
—No sabemos hablar con los dedos, no entendemos lo que nos dicen —explicó Neteyam.
—Les enseñaré.
—Lo'ak, ¿Kiri no estaba contigo? —preguntó de pronto Astorya, y el Sully se encogió de hombros.
Comenzaron a buscarla, nuevamente siendo ella quien desaparecía, por alguna razón Kiri solía conectarse más con Eywa que ningún otro Na'vi que ella hubiera conocido, y siempre se preocupaba por eso, era el tema principal cuando estaban juntas y su amiga se encontraba mal. Astorya no hacía más que dejar su cabeza sobre el hombro de su amiga y decirle que estaba bien, que no era una rara como se decía. Pero Kiri pocas veces la escuchaba.
Sintió un alivio cuando la vio salir a la superficie.
—¡Kiri! —la llamó, ella se acercó nadado.
—¿Qué ocurre?
—¿Donde estabas? Te buscamos por todos lados.
—Oh, no lo sé, solo estaba explorando, como ustedes...—Astorya le dio una sonrisa y decidió no preocuparla más.
—Ven, que el chico Aonung nos quiere enseñar algo.
Kiri negó con la cabeza.
—No, vayan ustedes, yo estaré por aquí.
—¿Estás segura, Ki? —La Sully asintió, y sin más que decir, acarició la mano de su amiga antes de sumergirse nuevamente en las aguas. Astorya suspiró y se dirigió a donde la esperaba Tsireya y sus hermanos.
Una vez visualizó a los Metkayina, Tsireya le hizo una señal con las manos para que se aproximara. Neteyam le sonrió, y le tendió la mano para que estuviera a su lado mientras escuchaban las instrucciones que Aonung les daría a continuación.
Luego de que el hijo de Tonowari hiciera un llamado, una criatura llegó a su lado, Astorya acarició la cabeza de esta y luego miró a Neteyam con los ojos iluminados por el entusiasmo, él sabía lo buena admirada que era de las criaturas.
—Estos son Ilu —explicó Aonung—, si quieren vivir aquí, deben montarlos.
—Yo voy primero— propuso Lo'ak, y Tsireya se acercó para enseñarle a como hacerlo.
Aonung llevó un Ilu hasta Astorya.
—Has que el vínculo sea suave, ¿de acuerdo? —La Omaticaya asintió, y con ayuda de Neteyam se subió a la criatura. —Sujétate.
Astorya sintió una mano en su espalda baja y miró a su proveniente. Neteyam le dio un asentimiento de cabeza.
—Respiren —les indicó Tsireya, y en cuanto sintió la conexión con la criatura, Astorya le pidió que avanzara.
Se desplazaron sobre el agua unos metros. Sin embargo, se sorprendió al ver como el Ilu prácticamente arrastraba a Lo'ak bajo el agua, mientras que el Ilu en el que iba Astorya era más tranquilo y podía dominarlo con facilidad, era una hembra, aquello la hizo sonreír y antes de sumergirse al agua tomó una gran respiración.
Tsireya llegó a su lado y le dio una señal con la cabeza para que fuera con ella. En el recorrido se encontró con Kiri y Tuk, las tres Omaticaya siguieron a la hija de Tonowari, mirando a su al rededor, admirando la belleza del arrecife. Salieron a la superficie, Tuk y Kiri continuaron explorando.
—Astorya, eres una muchacha muy afortunada. —Halagó la Metkayina, esa sonrisa en su rostro manteniéndose en todo momento. —Él está muy enamorado.
Aquello la confundió.
—¿Quién? No entiendo, perdón.
—Neteyam. Supongo que fue debido a que serían los próximos líderes, ¿no? El amor sobrepasó la obligación. Eres afortunada de tenerlo como compañero.
Astorya negó rápidamente con la cabeza y soltó una risa nerviosa. Pero en ese momento el recién nombrado llegó al lado de ambas chicas.
—Los dejo —se apresuró a decir Tsireya, dándole una sonrisa cómplice a la Omaticaya, alejándose para darles su espacio.
—Es una chica muy simpática —comentó Neteyam con una pequeña sonrisa.
—¿Sabes que no tienes que seguirme a todos lados, verdad? Todo el mundo piensa que somos pareja.
—Espera, ¿no lo somos? —La molestó, dándole una palmada en la pierna cuando pasó a su lado. Astorya rodó los ojos.
—Hablo en serio, Teyam. Puedo cuidarme sola.
El Sully negó.
—Lamento tener que contradecirte eso, Ma Rya. Lo aprendí con el tiempo y las veces que me diste el susto de casi perderte.
Aquellas palabras aceleraron el corazón de la chica, y el Ilu comenzó a moverse desordenado, casi tanto como el que había tomado Lo'ak, ella tuvo que bajarse cuando la criatura se comportó extraño. Neteyam le tendió la mano.
—Lo ves, siempre debo estar ahí para salvarte. Pero te consideré la petición, nos vemos, Rya —se despidió mientras pretendía alejarse de ella.
Astorya bufó, y viendo la gran distancia que había hasta la orilla, tuvo que tragarse el orgullo y detenerlo. Neteyam alzó las orejas cuando la escuchó llamarlo. Sin pensarlo demasiado la ayudó a subir al Ilu. Ella se sostuvo de Neteyam con fuerza. Pero la criatura se mantuvo en su lugar, luego se percató de que Neteyam se había girado a verla.
—¿Te molesta que piensen que puedo ser tu compañero? —Quiso saber, había cierta angustia en su voz.
Astorya no supo que responder, y sus orejas se inclinaron hacia atrás, justo como las de Neteyam. Sus corazones se aceleraron y latieron juntos, sin que ninguno se dieran cuenta sobre eso. A ella en realidad no le molestaba, pero había algo extraño en su pecho, como una advertencia, que le decía que no debía llevar la amistad que tenía con Neteyam a algo más. Por mucho tiempo quiso poder nombrar lo que sentía por él, pero simplemente no podía. Era más que amor, lo sabía. Porque era el efecto que él le causaba cuando estaba cerca, la gentileza y lo preocupado qué se mantenía con ella lo que le aterraba.
¿Y si algo pasaba luego y tendría que extrañar para siempre el cariño de Neteyam? No podría soportarlo. Pero tampoco quería quedarse con todo el amor que le tenía.
Astorya amaba a Neteyam, más de lo que se imaginó que podría amar a alguien.
—No quiero que unos rumores arruinen la oportunidad de que consigas a tu compañera. Quizás la chica se encuentre en este clan, Tsireya me dijo que habían muy buenas guerreras y...—Neteyam la detuvo.
—Ya he elegido a quien quiero, Ma Rya. Solo espero que ella me elija de vuelta.
Astorya sintió su corazón acelerarse ante las palabras de Neteyam, y el hecho de que se encontraran solos en ese lugar causaba que cualquier oración sonara más íntima de lo que era.
—Estoy segura de que lo hace, Teyam —masculló con una pequeña sonrisa.
rookiefilm✰ 𝟸𝙾𝟸𝟹
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