Capítulo dieciséis.
El corazón de Astorya latía con rapidez mientras intentaba alcanzar a Lo'ak. No tenía un buen presentimiento de todo eso. Cada vez que las personas llegaban con su destrucción, las cosas salían mal. Pero esta vez era diferente. Sus instintos le rogaban que se mantuviera cerca de Lo'ak, como cada vez que el chico se exponía al peligro.
Necesitaba hablar con él y aclarar las cosas, pues todo lo que había dicho antes, ella quería creer que lo hablaba desde el enojo, y que no era realmente lo que Lo'ak pensaba sobre ellos.
—¡Hermano, Lo'ak! Debes volver... —Le suplicó, habían lágrimas en sus ojos que eran disimuladas por la lluvia que empapaba su rostro y cuerpo.
El Sully continuó avanzando. Y detrás de Astorya, a unos cuantos metros, venían los demás chicos, Neteyam siendo quien lideraba. La angustia no dejaba su pecho, y no tenía más opción que ir por detrás de las dos personas que el más quería en el mundo. Sin importar el dolor que estaba cargando su corazón tras las palabras antes dichas por su hermano menor.
—¡Payakan! —Llamó Lo'ak, en busca del Tulkun.
Tan pronto como él lo llamó, este apareció frente a ellos. Soltaba quejidos y actuaba un poco inquieto. Algo andaba mal. Astorya quería regresar, pero no podía dejar a Lo'ak allí.
El miedo se apoderó de ella cuando vio el arpón en el lomo de Payakan.
"Díganles que si les disparan uno de estos, están marcados para morir".
Las palabras de Jake la hicieron tragar saliva y poner más nerviosa de lo que estaba. Si Payakan estaba marcado, significaba que debían salir de allí inmediatamente. Las personas del cielo estaban cerca.
—¡Mierda, Lo'ak! ¡Hay que irnos!
Él volvió ha ignorarla y nadó hasta Payakan.
—¡Mantén la calma! —Le pidió Lo'ak al tulkun, y prosiguió ha jalar el objeto para intentar sacarlo, pero este no cedía. —Vamos, ayúdame —suplicó el Sully, dándole una mirada fugaz.
Neteyam, Kiri, Tuk y los Metkayina se hicieron presentes. Entre todos intentaron quitar el arpón, pero era imposible. Ella intentó con todas sus fuerzas, pero sus manos temblaban, y estaba ese mal presentimiento incrustado en su pecho que no la dejaba actuar correctamente.
—¡Todos juntos! —exclamó Tsireya.
La situación empeoró de forma grotesca cuando una nave se visualizó a solo unos cuantos metros de ellos. En pocos minutos estarían allí, estaban tan cerca que era aterrador. Con más fuerza comenzaron a tirar, pero el objeto no salía.
—Hay que darse prisa, la nave se acerca —les anunció. Neteyam gruñó. Odiando ver el miedo en los ojos de su futura compañera.
—Llama a papá —le dijo a su hermano, Lo'ak dudó—. ¡Vamos, solo llámalo!
Astorya tomó una cuerda que se encontraba en la montura de su Ilu, luego se la lanzó a Neteyam para que la atara en el arpón.
—Vamos... —susurró para ella misma.
Los jóvenes cayeron al suelo cuando el arpón salió. Neteyam rápidamente tomó su Ilu y le arrebató el arpón de las manos a Astorya. Esta le dio una mirada confundida. Luego besó la frente de su chica.
—Ve con ellos, yo los distraigo.
—¡Vamos, rápido! —Gritó Tsireya, alejándose con su hermano y las Sully.
—No. Voy contigo —declaró, Neteyam negó con la cabeza.
—Ma Rya... ve con Lo'ak, ¿de acuerdo? Nos vemos luego.
Astorya fue tironeada del brazo por Lo'ak, y sin darle tiempo a responder, tuvo que tomar aire para sumergirse en el agua, tomada de la aleta de Payakan.
Se sintió horrible ver a Neteyam con el arpón en las manos.
La chica Rongloa se soltó de la aleta de Payakan y tomó su Ilu para regresar a la aldea. Ignorando las protestas que recibió por parte de sus amigos.
Necesitaba a su Ikran.
Astorya tomó entre sus manos el arco que Neteyam le había dado, lo sostenía como si fuera aquello que la mantenía con vida. Se aferró a él.
Volaba con su Ikran cuando notó desde las lejanías la nave de las personas del cielo. A unos metros de la nave se encontraban también parte del clan Metkayina, siendo liderado por Tonowari y Ronal. Jake estaba al frente también.
A su lado volaba su padre y Neytiri, a quienes había encontrado mientras ella se dirigía al lugar. Ambos protestaron por su permanencia allí, asegurándole que los chicos estarían bien y que era mejor que estuviera en la aldea. Astorya les dio un rotundo no ante aquella sugerencia, no podía estar tranquila sabiendo que sus amigos estaban en peligro, que Neteyam estaba por ahí afuera y ella no tenía conocimiento de su paradero.
Se mantuvieron en las alturas, siendo sigilosos y manteniéndose al tanto de la situación. Hasta que Jake dejó de contestar y lo vieron aproximarse a la nave, dejando a los Metkayina atrás.
—¿MaJake, qué ocurre?
Astorya se dio una mirada con su padre.
De un momento a otro, Payakan saltó a la superficie y aplastó parte de la nave, atacando a las personas que se encontraban cerca. Esa fue una señal para Astorya, y sin pensarlo dos veces se dirigió allí, siendo seguida por las protestas de su padre. La chica lanzó una flecha a una de las naves que comenzaron ha dispararles a los Metkayina, le dio justo en el pecho al piloto, provocando que la nave cayera contra una rocas.
Descendió para dispararle a uno de los humanos que estaban atacando a Payakan. El Tulkun dejó que la muchacha bajara de su Ikran para saltar a su lomo y desde allí disparar un par de veces antes de saltar al agua. Tuvo suerte y alcanzó a subir a su Ikran nuevamente.
—¡Cuídate el trasero, Astorya! —Escuchó por su auricular. Ella rodó los ojos ante las palabras de su padre y voló cerca de Payakan, para impedir que le volvieran a disparar el arpón.
Sin embargo, su atención se desvió cuando vio la nave avanzar hasta chocar contra unas rocas. Una sonrisa se formó en su rostro y solo una persona se le vino a la cabeza.
—Ahí estas, niño mono.
—¡Cuidado, hija!
La menor miró hacia atrás y rápidamente tomó el control para huir de las balas que la intentaban alcanzar. Quarich estaba detrás de ella, disparándole sin piedad alguna. No obstante, su intento de ataque falló cuando Tsu'tey le disparó una flecha al Ikran qué montaba el Coronel, haciendo que cayera al agua. Ella le gruñó y avanzó hasta su padre.
—Gracias.
—Gracias un carajo, ¿estás bien? —Preguntó sosteniendo su arco, Astorya asintió.
Se dividieron para continuar atacando al enemigo. Ella disparaba flechas de forma rápida, apareciendo de la nada para asesinar a quienes intentaba lastimar a los Metkayina. Se dirigió a la nave y sonrió cuando vio a Neteyam liberando a sus hermanos y Tsireya. Ella descendió para luego saltar sobre la nave.
—Ma Teyam —susurró, besando los labios del muchacho una y otra vez, aliviada de verlo.
—¡Hermano! —Lo apresuró Lo'ak, al ver que este lo dejaba para el último. Astorya cuidó sus espaldas mientras era liberado.
—Payakan destruyó uno de los botes. ¡Fue increíble! Lo vi desde arriba —dijo la Rongloa con entusiasmo.
Estaban por irse cuando Lo'ak se detuvo para tomar un arma.
—¿Qué haces? Hay que irnos —insistió Astorya.
—Tienen a Spider, hay que ir por él —Astorya inclinó las orejas hacia atrás. —Vamos, no podemos dejarlo.
Luego de soltar un gruñido, Neteyam se levantó para caminar detrás de su hermano y adentrarse a la nave. La chica tragó saliva y fue con ellos. Su arco listo para disparar en cualquier momento.
Cuando estuvieron dentro, se movieron con sigilo. Para su buena suerte, lograron encontrar a Spider casi de inmediato. El chico humano era dirigido a algún lugar por unos sujetos. Ella no esperó demasiado para abalanzarse sobre los humanos y atacarlos. Neteyam les disparó a algunos y Spider dio uno que otro golpe.
—Gracias —murmuró Spider con una sonrisa.
Astorya lo puso detrás de ella cuando vio a unos avatares aparecer cerca de ellos.
—¡Corran!
Lo'ak iba a disparar pero Neteyam se lo impidió. Ella los empujó para refugiarse de las balas.
—Dame eso —le exigió el mayor a Lo'ak, quitándole el arma y disparando a los avatares. Dándoles tiempo para huir.
Spider y Lo'ak saltaron al agua.
—¡Rápido, Rya, vamos! —La llamó el humano.
Neteyam le hizo una señal con la cabeza para que avanzara. Ella esperó a que él lo hiciera. Tomando su arco, disparó la última flecha cuando vio a un avatar apunto de dispararle a Neteyam.
—¡Astorya, no!
Su flecha dio con el pecho del hombre. Más la bala de este impactó directo al pecho de la chica también.
—Hija, ¿estás bien? —escuchó ella por el auricular, su padre preguntaba por su bienestar.
No hubo respuesta.
Neteyam sintió como el mundo se le vino abajo.
rookiefilm ✰ 𝟸𝙾𝟸𝟹
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