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Capítulo 14

Al escuchar su relato y la manera en referirse de su hermano, quise decirle mis sospechas, pero temí a su reacción. Jaken y el hijo no nacido de Alice contaban con más similitudes que la edad. El hospital al que Alice acudió a dar a luz, fue el mismo en que Senna Sanders (la madre de Jaken), buscó para su hijo dos semanas antes.

Y no era todo.

El centro médico era propiedad de los padres de Senna y un hermano era quien estaba el mando. Senna estuvo internada varios días luego de dar a luz, debido a una disminución en los glóbulos rojos que la afectó a ella.

Un diagnóstico que trajo según registro depresión posparto. Landon no estuvo con ella durante el embarazo, ni el parto. Según le cuenta a Jaken, lo sucedido con su madre fue un error y sus intentos por conciliar con ella, fueron inútiles. Tan seguro estaba que no había sucedido nada aquella noche, que esperaba el nacimiento del niño y la prueba de ADN para hablarlo con su esposa.

Algo que nunca sucedió.

En cuanto a Alice, el pequeño Gabriel (como sería llamado), no logró sobrevivir las primeras horas de vida. Alice suponía que el estrés de esos días por el comportamiento errático de su esposo fue el causante del parto prematuro.

De aquí en adelante comienza lo turbio.

Gabriel Giles Curtis, fue cremado por órdenes de su padre, sin intervención de su madre. Asi figura en registros, pero en la vida real es otra. Landon asegura que jamás pidió tal cosa y su deseo era saber con exactitud la muerte de su hijo. A quien solo vio el día por unos minutos cuando los doctores se jugaban la vida por él.

La cremación impidió estar al tanto de lo que en realidad sucedió o tomar medidas. Pese a que Jaken lo niegue, Landon insiste en que la muerte de Gabriel afectó en su relación. Su error fue lanzar su dolor en su socia y amiga, Senna Sanders, una mujer que estuvo en la relación con Alice, desde mucho antes de ser pareja.

Landon se centró en su esposa e hijo, superar el duelo se convirtió en su estandarte. Senna había pedido licencia y estuvo seis meses por fuera del despacho. Algo que Landon agradeció, por imaginar que había entrado en razón y descubrió que no era el padre de su hijo.

Nada más lejos de la verdad.

Llegó a la oficina con una orden para una prueba de ADN y la amenaza de destruir su matrimonio si no se hacía cargo a su embarazo. Comprobar que no era su hijo, lo llevo a una encrucijada en la que se mantendría por seis años. Decir la verdad significaba revivir el duelo de Gabriel y él no lo deseaba.

Alice y Patrick, eran su vida, no se veía en otro lugar, ese era perfecto. Un castillo que se vino abajo la tarde en que Senna llegó a la clínica veterinaria en que Alice trabajaba, con su hijo de seis años en las manos y le narró la verdad.

Su verdad.

Una de las cosas que impedía a Jaken llevarse bien con su madre, fue esa. No le perdona que, en su afán de cazar el amor, destruyó un hogar, a su padre y lo arrastró a convivir en un matrimonio sin amor.

Hace unos días tuvo la última discusión, la más fuerte, según Landon. Jaken no quiso darle detalles a su padre, por no destruirlo, pero se desahogó conmigo. Fue su madre, la que falsificó la orden de cremación del pequeño Gabriel. También ejecutó la orden de desalojo del apartamento en que vivía Patrick y su madre, además de un documento de divorcio que Landon jamás autorizó.

A Jaken, le ha sido difícil llevar a cuestas el peso de ser el causante que su padre permitiera tantos atropellos. Su madre no perdía oportunidad con amenazar en hacerse daño y a él, si Landon las dejaba.

Landon fue infiel, cobarde y se dejó manipular. Si alguien tiene la culpa de todo lo vivido es él y Senna. Jaken al igual que Alice y Patrick, fueron víctimas.

—La única diferencia es que ustedes tuvieron una segunda oportunidad —le digo a Patrick —se la merecían.

El momento escogido para decirlo fue en nuestro viaje. Estaríamos solo en la carretera por varias horas y sin nada que decir. Pensé mucho en hacerlo, siendo consciente lo que significaba hablar de su hermano. Era el mejor momento para hacerlo, si algo salía mal, estaba en la misma ciudad que Jaken y le buscaría.

—¿No estás molesto?

—¿Por qué?

—Por qué conozco a los Giles y no te lo dije — aclaro.

—Me preocupa más que su historieta revivan en mamá el dolor de perder a un hijo —el comentario me hace dejar de sonreír y a él verme enojado. —¿Mamá sabe de esta locura?

—No y tampoco Landon—me apresuro a decir —Jaken no ha querido mezclarlos.

—¿Por qué tiene sus dudas? —sonríe con sorna —¿Acaso no es feliz en su cuento de hadas?

—¿Y si es tu hermano? —increpo fastidiada por su poco tacto —si todo este tiempo ha vivido lejos de ustedes.

—Está bastante grandecito para saber soportarlo —se burla sacudiendo la cabeza —ese infeliz solo te está usando para llegar a mí y no te has dado cuenta.

—Jaken es incapaz...

—Es abogado —me interrumpe —y tu su cliente, hará lo que sea con tal de mantenerte feliz.

—¡Eres un idiota! —le acuso y sonríe.

—Y tu muy inocente. —contraataca —de vivir mi hermano Gabriel, tendría serios problemas de salud, que llevaría a la edad adulta —me mira un instante y sonríe —¿Es su caso?

No lo sé. Jaken nunca ha mencionado tener alguna complicación. Toma licor sin restricciones y cuando quiere, tiene excesos que su padre odia, lo normal en alguien sano. Palidezco al darme cuenta de que jamás se ha mostrado enfermo. Suele mofarse de ello con su padre, cuando lo ve con algún resfriado.

"—Eres débil, viejo."

—¡Lo ves! —bufa, fastidiado —te mantiene entretenida, es como lanzarle una bola de hilos a un gato para tenerlo quieto en un lugar. En el mejor de los escenarios.

—Quieres decir...

—Que se inventó todo esto para que te quedes a la vista —sigue por mí —ve la oportunidad, tus ganas de ayudar en la posibilidad de dejarte en un lugar.

No hace más comentarios y yo me sumo en mis pensamientos. Patrick tenía razón, es demasiado bello para Alice, pero doloroso para Jaken. Saco el teléfono de la guantera, presiono el botón de apagar y lo lanzo de nuevo al sitio cerrando con violencia.

Patrick sonríe lanzándome miradas divertidas, sobre todo al verme cruzar los brazos y fingir dormir.

—No puedes estar enojada conmigo por algo que no hice —se defiende cuando empezamos a cruzar la ciudad —no fui yo el que te mentí, fue ese subnormal.

—¡Me usó! —me quejo enfadada —por eso la insistencia en que no te dijera nada, sobre que éramos amigos —divago. —quería asegurarse que no huyera otra vez.

—Es eso o le gustas —el comentario me hace verle, pero ya no sonríe —hacerse la víctima le permitirá manipularte. Todo es posible, creció con Landon un mentiroso compulsivo y cobarde que no acepta sus culpas.

¿No me acusó de coqueta? ¡Sí! Cuando el dije que con su hermano todo resultaba fácil, porque era como estar con él. Describiendo a Patrick como una persona débil, que no podría soportar cuando yo me fuera.

"Puede mezclar sentimientos Luisa, son fáciles de salir a la luz contigo, he sido protagonista de ello. La diferencia es que siempre te he visto como una hermana, él, por el contrario, puede ver otra cosa."

Suelto un largo suspiro y sacudo la cabeza, alejando ese pensamiento. Me cuesta pensar en Jaken como alguien así. Jamás ha tenido un comentario fuera de lugar, tanto él como su padre me ven como familia. La hija y hermana que nunca tuve.

—¡Luisa! —me llama al notar mi silencio —no piense mucho en eso, son solo conjeturas mías.

—La buena noticia es que no te enojaste.

Por un momento ninguno dice nada, se concentra en llegar y yo en calmar a mi alocado corazón. El remolque se desvía y empezamos a ingresar a una zona privada.

—No quise destruir la imagen que tienes de él, lo siento —se excusa— no deseo que una conjetura sin bases, dañe a mi madre.

—Lo vi como una buena noticia, no le vi el lado oscuro —confieso —sé que Jaken, tampoco. Él solo busca respuestas o calmar su conciencia y el temor de herirte, era real.

Asi lo vi o lo quise ver. Tres hombres no salen al paso impidiendo a Patrick responder. Baja los vidrios y le entrega la invitación, que es verificada por radio y una vez garantizada le señalan una zona para parquear.

—Le entregaran el sitio en que dejara a los concursantes y el lugar en que se van a hospedar usted y su hermana —menciona señalando un punto.

—No soy su...

Me detengo al ver que ya el hombre se ha ido y el remolque ha avanzado.

—Me pedía no decirte nada, porque si lo hicieras, me lanzarías a la calle.

—Es bueno saber que me conoce, muy poco —sonríe por primera vez genuino y me hace un guiño —¿Cómo sacar a la calle a mi bufón preferido?

—¡Es así como me ves!

La carcajada que sale de sus labios eriza mi piel y hace dar saltos a mi corazón. Toma mi mano pese a mis protestas por impedirlo y se las lleva a sus labios.

—Un sexy bufón. —La mirada que me lanza es diferente, el brillo en sus ojos, también. —sé que te asusté ese día y lo siento —se excusa —no pude controlarme al enterarme de que fuiste dañada. Odié a quien te tocó de esa manera y quise destruir de alguna forma el dolor que vi en ti.

—No tengo nada que disculparte, me protegiste —confieso —hasta ahora solo los Giles lo hacen y le pagan por ello.

—Eso me deja a mí en un punto importante. —señala y apoyo la cabeza en el acolchado del sillón sin responderle. —¿Sientes algo por él?

—¿Por Jaken? —ante su silencio niego —es solo un amigo, ha sido mi apoyo y ha intentado (sin éxito debo confesar) —aclaro alzando el dedo índice—hacer de mí una dama.

—Pensé que hablabas con tu pareja —retira su sombrero y se rasca la cabeza de forma nerviosa —Ser diferente es un don, tú eres magnífica tal cual eres —me dice — Me gustas así, tal cual eres. Lo que desees ser, asegúrate de ser feliz.

—¿Aunque eso signifique no estar contigo?

—Puedo intentar que sea a mi lado, pero si no es así. —Sonríe volviendo a besar mi mano —a quien engaño, no pienso dejarte ir.

Ni es mi deseo huir, por primera vez soy libre y feliz. Sin cadenas, ni reglas en un lugar en que he encontrado todo.

—Vamos a ver esa cabaña —dice lanzándose a fuera y rodeando el vehículo —los hermanos Mallory, estarán dentro de los invitados especiales.

Me toma por la cintura y me alza en brazos hasta llegar a piso firme. Quédanos allí, tan cerca que él puede escuchar si se lo propusiera los latidos de mi corazón. Recuerdo que mis primeros pensamientos hacia él eran en lo incestuoso que se veía mi interés.

Lo pensaba por el parecido con Jaken y el que lo considerara un hermano. La similitud sigue allí, aunque no es tan obvio como creí y el lazo con su hermano, también. Lo que ya no está es la parte incestuosa. Si bien, poseen el mismo carácter, cuentan con forma distinta de ver la vida y protegerme.

—¿Puedo saber de te ríes? —pregunta tomando un mechón de mi cabello y jugando con él.

—En que si soy tu bufón ¿Qué eres tú?

—Seré lo que tú quieras, me adapto a las circunstancias —toma mi mano y me insta a caminar —lo descubrirás pronto.

—Eso es bueno.


—Muy bueno. —corrige soltando mis manos y dirigiéndose a los candados para sacar a sus chicos.

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