
Capítulo 15: Incógnitas Y Consejos.
Capítulo dedicado a Esme_717 gracias por tu apoyo, significa mucho para mi.
Entre lágrimas Bell relata todo a ambas vampiresas, las cuales permanecen anonadadas ante la confesión de semejantes acontecimientos los cuales caen sobre ellas como valde de agua tibia, al saber ahora toda la verdad acerca de lo ocurrido con Dak y Drycon.
Todo este tiempo, el Noreste tuvo razón en creer que Dak asesinó al destinado de Bloody.
Cuando Bell finaliza el relato, los ojos de la vampiresa antes mencionada se prenden en un carmín intenso y su expresión se oscurece.
—¿Evanescense? —inquiere Lotto sin saber de quién puede tratarse.
Sin decir una sola palabra y con expresión sombría, Bloody sale a prisa de la habitación, Lotto comprendiendo de que va, abandona la recámara igualmente, pero al no verla por ningún lado, corre a prisa hasta fuera de la mansión, allí la divisa a una larga distancia. Sin dudar siquiera un segundo Lotto le da persecución a una velocidad descomunal, hasta finalmente pisarle los talones a Bloody, la cual la ataca sin rechistar mandando a Lotto contra el piso, rompiéndole uno que otro hueso.
Ensimismada más que adolorida la peliblanca se incorpora con lentitud. De inmediato sus ojos se tornan en carmín para volver a darle persecución y al estar lo suficientemente cerca de Bloody, la taclea con fiereza, haciendo que rompa dos árboles hasta detenerse en el tercero.
—¡¿Cómo mierda te atreves a tocarme, maldita escoria?! —escupe Lotto, con furia —¿A caso quieres morir?
—No hasta haberle arrancado las vísceras a quién sea el mal nacido que se esconde tras el nombre Evanescense —limpia la comisura de sus labios, empapando su mano de sangre.
—¿Y pensabas hacerlo ahora? —Lotto niega con la cabeza —. Para tener casi doscientos años eres jodidamente, estúpida.
—Cállate, mierda —Bloody se revuelve el cabello en frustración —¿Tú que harías si fuera Lars? ¿Eh? Te recuerdo que si no te hubieramos salvado ese día ahora serías historia, no me vengas con sermones sobre la estupidez, puta.
—¿De qué te quejas? Si yo hubiera muerto tú serías la líder ahora.
—¿Y tú crees que quiero tu cochino puesto? —reniega haciendo una mueca —. Deja de decir incoherencias —se levanta con lentitud, para alejarse.
—¿A donde vas? —cuestiona Lotto, con irritación.
—Solo quiero pensar, lejos de ti —rueda los ojos.
—No vayas a hacer-
—Una estupidez, lo sé —Bloody se encamina a paso lento con su mente totalmente confundida, tambaleándose de un lado a otro, hasta alejarse lo suficiente.
Finalmente decide tomar asiento sobre el césped y undirse en su propia miseria, con su mente hecha un caos.
Mientras Lotto se dirige al salón principal de su mansión, marca el número de una vampiresa amante del alcohol.
—Lotto, lottito como un elotito —chilla la castaña.
—Si estás en un bar, voy a romperte los huesos cuando asomes tu nariz aquí.
—Uy, que tienes contra los bares ¿a poco no recuerdas que si no te hubiera llevado al night club aquella vez, no hubieras conocido a Lars? Aunque lo espantaste al inicio —suelta una carcajada.
—Te he preguntado donde estás —demanda saber.
—No es un bar, es un prostíbulo y estoy viendo a un sexy hombre bailando en el tubo. Uh, solo está usando una tanga.
—Deja de beber, puta ebria, te quiero en el imperio en cinco.
—No jodas ¿para qué?
—Primero que nada, estamos en vísperas de una posible guerra así que ni deberías preguntar y segundo, necesito que te mantengas al tanto de Bloody.
—¿Qué? ¿Ahora que hizo? —reniega.
—Descubrimos todo acerca del suceso con Drycon, gracias Bell, luego de ser convertido. Fue Dak su asesino y tenemos el nombre de quién lo impulsó. No quiero que ella cometa alguna estupidez —ante dichas palabras, la poca borrachera en Runa desaparece por completo.
—Estaré allí en cinco —es lo último que dice para colgar.
Al finalizar dicha conversación, un vampiro también conocido toca la puerta esperando el permiso de Lotto para poder ingresar.
—Adelante —indica la mayor.
—mi vampiresa, las unidades asignadas por Eclipse ya han sido desplegadas en todos los puntos estratégicos de la ciudad, a ciegas de los humanos —informa Tarik.
—Te lo agradezco —suelta, Lotto —. Necesito que las defensas del bosque tampoco bajen.
—Puede contar con ello, Runa ya nos ha brindado cuatro de su séquito para apoyo.
—Eso es todo, puedes retirarte.
—Sí, mi vampiresa.
Cuando la conversación finaliza, Lotto se apresura a llegar a su habitación. Allí se encuentra con Eclipse, quién permanece cuidando a Lars.
—Al fin llegas, ha estado preguntándo por ti, hasta que se quedó dormido —informa el peli azul, quién coloca un paño húmedo en la frente del menor.
—Acabo de hablar con Tarik, tus unidades ya están en posición.
—Me alegra mucho, estaré al pendiente de cualquier amenaza y me encargaré de la escolta del regreso de Delford —informa, bostezando.
—Te lo encargo y muchas gracias por cuidar a Lars.
—De nada, cuando quieras, prefiero cuidarlo a él que trabajar.
—Cuando no, eres un completo holgazán —Lotto rueda sus ojos.
—Prefiero el término, amante de la vida cómoda —le guiña un ojo.
—No lo creo —niega.
—Nos vemos Lotto —sonríe.
La antes mencionada se aproxima a su hermoso vampiro y se dedica a acariciar con cuidado los mechones de su cabello grisáceo, notando que ya necesita un nuevo tinte, entonces sonríe pensando en encargarse de su pelo cuando se recupere por completo.
—Lotto —susurra abriendo sus ojos.
—Hola ¿cómo te sientes?
—Mejor —sonríe, acto seguido la vampiresa le da un corto beso en los labios —. Te extrañé —admite el menor mostrando un puchero realmente tierno.
—Lo lamento, mi dulce de sangre, pero sabes que tengo otras obligaciones —besa su frente.
—Lo sé —extiende sus brazos y de inmediato la vampiresa lo envuelve en ellos.
Bloody permanece en el césped, cuando siente un presencia junto a ella, pero sabiendo de quién se trata, ni se molesta en voltear.
—¿Te encuentras bien? —suelta Runa, tomando asiento a su lado.
—¿No deberías andar de puta? ¿Qué haces aquí? —inquiere con molestia, puesto que lo que más desea en ese instante es permanecer sola.
—Primero que nada buenas noches.
—Cierra la puta boca.
—¿Puta yo o mi boca?
—Las dos son unas zorras —rueda los ojos, haciendo reír a Runa, la cual se vuelve a tornar seria rápidamente.
—Bloody, sabes que si hay algo que te moleste puedes decírmelo.
—Típica frase ridícula. Lotto te envío ¿verdad?
—No —Bloody entre cierra sus ojos, de forma acusatoria —. Está bien, sí. Pero eso no lo hace menos sincero.
—Jodete, Runa.
—Bloody, yo sé que lo de Drycon te dolió más que cualquier situación con la que te hayas enfrentado antes y sabiendo quién es el responsable, es normal que quieras arrancarle las vísceras, sin embargo y aunque no soy la más indicada para decirlo, tienes que ser prudente, una venganza no saldrá bien si te dejas llevar por tus impulsos. Además, creo que Lotto ya te dijo que debes ocuparte del chico, que a estas alturas debe ser un convertido.
—Ese es el otro problema —suspira con tristeza.
—Bloody ¿te gusta Bell?
—Yo... —muerde su labio inferior, indecisa a dar una respuesta errónea, puesto que Bell despierta nuevas sensaciones que a ella no le molesta y realmente le fascinan los momentos en los que pueden estar solos, sin embargo cada que su sangre sale a flote no puede dejar de pensar en Drycon, y es algo que no tolera en absoluto.
—¿Nuevamente dirás que es solo por su sangre? —Bloody suspira.
—No lo sé.
—¿Cómo que no lo sabes?
—Bell... Él, me gusta. Pero su sangre es igual a la de Drycon y ahora sé la razón, lo cual lo hace más doloroso y aunque no lo desee cada que pruebo la sangre del chico, solo puedo pensar en Drycon.
—Bloody, Bell es Bell y Drycon fue Drycon, no intentes mezclarlo porque no son lo mismo, y mientras sigas pensando lo contrario, te vas a destrozar tú sola. Tu destinado ya no está, y entiendo perfectamente lo de la sangre de Bell, pero debes dejar todo ello de lado porque no solo te lastimarás a ti misma, lo vas a herir a él y si no estabas segura de tu decisión, no debiste convertirlo en primer lugar.
—¿Te digo algo? Para ser una puta ebria das buenos consejos.
—Lo sé, debería empezar a cobrar, no ¿sabes que? Si voy a cobrar dame cien dólares.
—Te los daré si tus consejos funcionan.
—Contigo nada funciona, así que, dame mis cien putos dolares.
—Vete al carajo —suelta con molestia, pero de la nada un pinchazo en su corazón la hacen soltar un quejido y sostener el área doliente.
—¿Te encuentras bien? —inquiere la castaña, con preocupación.
—Sí, solo es Bell, está llorando desde hace rato —se soba el pecho —. Es lo que detesto de las conversiones o destinados, las sangres se entrelazan.
—Deberías ir a consolarlo y pensar en lo que te dije —Runa se deja caer en el césped —. Si no funciona, seré tu esclava.
—No gracias, no acepto porquerías. Pero trataré de seguir tus jodidos consejos —se pone en pie para alejarse, dejando a la castaña tarareando en el césped.
Bloody entra en su habitación, divisan do al joven de cabello azabache que yace con su rostro reposando sobre sus rodillas, las cuales permanecen sujetas con sus brazos, mientras llora en silencio, al recordar a sus padres en su triste final y la desdicha de saber que ya nos los verá más, pero aún así está condenado a la inmortalidad sin haber estado completamente decidido.
Sin decir una sola palabra, Bloody toma asiento en la cama y acaricia el sedoso cabello del menor, al ver que no levanta su cabeza pese a los mimos, Bloody recorre su rostro, hasta tomar su mentón y obligarlo a que la vea, entonces sin prestarle atención a sus ojos completamente empapados de lágrimas, lo envuelve entre sus brazos, desconcertando a Bell, pero aún así, haciéndole sentir seguro y acogido, trayéndole un sentimiento cálido en su pecho.
—Lo lamento —suelta de la nada, desconcertando aun más al adolescente —, por todo.
—Bloody... —su cuerpo se estremece al escucharle decir aquellas palabras, puesto que nunca la ha escuchado disculparse con alguien y que se tome la molestia de decirle eso a él, hace que su corazón se llene de regocijo, mientras su mente le indica que es especial.
—Te aprecio más de lo que imaginas —confieza, acariciando su mejilla para luego juntar sus labios, los cuales ya no se sienten fríos para Bell, más bien, esponjositos y de temperatura perfecta, haciendo que dicho contacto sea el mejor que ha experimentado.
Al finalizar el beso, lo acuesta con sutileza sobre el cómodo algodón para volverlo a abrazar y llenarle el rostro de suaves besitos, hasta finalmente dedicarse a acariciar los mechones de cabello que caen de forma rebelde en su frente, haciendo sentir a Bell realmente amado, después de tantos acontecimientos de infortunio.
Sin embargo, un hecho de relevancia le atraviesa la mente, haciendo que quiera solventarlo de inmediato.
—Bloody, dijiste que cuando me convirtieras, me contarías todo lo que quisiera sobre los vampiros —suelta Bell, con su garganta seca de tanto sollozar.
—Claro, pregunta lo que quieras —Bloody se acomoda mejor en la cama junto a Bell, y ajusta la sábana, para que los cubra a ambos.
—¿Cómo es que existen los vampiros? —ante dicha pregunta, la vampiresa sonríe con amplitud.
—Vaya forma de empezar —articula divertida —. Se dice que fue un veintinueve de Febrero hace casi doscientos años, cuando dos fenómenos astrológicos se mezclaron. La luna de sangre eclipsó al sol durante un día entero; sin embargo, los expertos en el área nunca supieron la razón de esto. Otros comentaron que había llegado el mundo y adivinos decían que las predicciones se hicieron verdad, aunque nunca mencionaron cuales. Todos los bebés nacidos durante ese período de tiempo, empezaron a manifestar cualidades extrañas luego de cinco años y la comida humana no los sustentaba en absoluto y aunque la mayoría parecía que sufrían de desnutrición, los médicos no encontraban nada. Todo eso era raro, pero no fue hasta que varios bebés fueron encontrados degollando a sus mascotas o alimentándose de su sangre, con enormes colmillos siendo manisfestados, que la gente realmente llegó a preocuparse, hasta que dicha situación se salió de control, el gobierno actuó. Llevó a todos los niños, a centros especiales y los tuvo allí durante muchos años, experimentando, analizando y muchas otras cosas.
—¿Tú estabas allí? —inquiere Bell, con asombro. Bloody asiente.
—Lo recuerdo de forma borrosa. En fin, cuando los niños se transformaron en jóvenes, escaparon de allí y por más persecución que se les dio, nadie los pudo encontrar, puesto que se refugiaron en el bosque y despistaron a los del gobierno usando la sangre para ilusiones.
—Tengo una duda, si estuviste allí ¿por qué lo cuentas en tercera persona?
—Para efecto dramático.
Una leve risa escapa de los labios del menor, haciendo que Bloody fije sus ojos en ellos; y sin poder evitarlo la da un corto beso en los labios atrayendo la atención de Bell, quien se acerca levemente y cierra los ojos para que la vampiresa vuelva a acortar la distancia y así lo hace para fundir sus labios nuevamente haciendolo más pasional, hasta que a ambos se les termina el aire.
—¿Tienes alguna otra duda? —inquiere, dejando a Bell, pensativo.
—Tienen poderes ¿verdad? —Bloody asiente —¿Cuáles son? —se limitó a hacer esa pregunta y no comentar que en su sueño anterior, vio a Drycon usar su sangre como diversas armas.
—Cada vampiro tiene solo dos poderes y varían dependiendo de sus rasgos genéticos, puesto que no somos completamente idénticos. Por ejemplo, Runa puede curarse más rápido que el vampiro promedio y su sangre sirve para crear ilusiones a gran escala.
—Increíble —chilla Bell, con emoción.
—Lotto, es demasiado veloz para mi gusto y tiene mejor visión, por lo que no intentes huir de ella o esconderte.
—Que miedo —comenta, pensando si a Lars no le incomoda ese hecho.
—Yo, tengo una mayor fuerza y el mejor de los oídos, así que ni se te ocurra insultarme a mis espaldas porque me enteraré y te torturaré.
—Pero... ¿Cómo es que solo tienen dos habilidades? A mi parecer todos son veloces y fuertes.
—Verás, todos los vampiros son rápidos y sus sentidos más agudos que los de un humano normal, sin embargo, posee dos habilidades sobresalientes al resto.
—Oh, ya veo —suelta cual niño pequeño, provocando a la vampiresa, que quiere comerle la boca.
—¿Eso es todo? ¿O tienes mas dudas?
—No entendí muy bien lo de la luna, además ¿cómo es que se formaron los imperios? Lo del gobierno, ay no sé —se cubre el rostro avergonzado, puesto que está haciendo demasiadas preguntas y lo que menos quiere es molestar a la vampiresa.
—Dicho fenómeno astrológico, ocurrió por única vez ese veintinueve de Febrero. Aún no se sabe con exactitud, pero nuestros expertos dicen que la radiación del sol mezclada con la luna de sangre, afectó a los más pequeños, es decir a los que recién nacían, distorsionando su metabolismo y su correcto funcionamiento, trayendo en consecuencias habilidades realmente aterradoras.
En cuanto a los imperios, como te dije anteriormente, gracias a nuestras habilidades, logramos burlar al gobierno y ocultarnos en un bosque en un país vecino, muchos decidieron que debían salvar al resto puesto que los tenían priscioneros en el Norte, Sur, Este, Oeste, Sureste, Suroeste, Noroeste, Noreste, partiendo como punto central desde una isla entre África y Europa.
—Impresionante —a Bell, todo esto le parece realmente interesante y hasta cierto punto fantasioso, como si se tratase de algún libro creado por una mente turbia, pero sabiendo que es verdad le emociona mucho más.
—Lo sé. Habiendo decidido aquello y siendo cuarenta vampiros, nos dividimos en grupos de cinco renivientes, para liberar a los prisioneros de cada punto, así también escogiendo un lider, en nuestro caso fue Lotto, ella guió nuestro trayecto y la hazaña de la liberación de nuestra especie. Al haber concluido dicha tarea, los renivientes decidieron que nosotros los gobernaramos y los cinco renivientes decidimos que Lotto fuera la primera, yo la segunda, Runa la tercera, Eclipse el cuarto y Delford el quinto al mando.
—Simplemente increíble, es más emocionante que la historia de muchos países —una sonrisa se forma en los labios de Bloody —. Una cosa más ¿puedes explicarme la transformación y sus hiervas raras?
—Como sabrás, la medicina normal no funciona en los vampiros puesto que no somos iguales a los humanos y aunque tengamos una gran ventaja en en habilidades, también necesitamos medicina, especialmente para los convertidos y las transformaciones. La hierva que usé contigo, se utiliza para poder curar las heridas de los convertidos en luna nueva, puesto que en esa fecha son tan frágiles como los humanos. La Amazonita, expuesta a seis meses de radiación lunar, sirve para transmitir dicha radiación a ambas sangres y que por medio de la otra hierva que utilicé, sea más fácil la transformación de un humano a vampiro —los ojos de Bell vuelven a iluminarse —¿Hay algo más que quieras saber? —inquiere Bloody, dejando a Bell, pensativo por unos segundos.
—Realmente, no se me ocurre nada más.
Bloody, con una sonrisa perversa plasmada en su rostro, se apega más a Bell y lo besa con sutileza, mientras recorre la espalda del joven, hasta llegar a sus bien formados glúteos, sacándole un jadeo al tocar con lujuria el área. Gustosa, Bloody se acerca nuevamente a los labios de Bell, pero esta vez lo vuelve más pasional.
Al dejar al menor sin oxígeno procede a lamer y chupar su cuello, haciéndolo gemir por acto reflejo, lo cual lo toma desprevenido, y avergonzado tapa sus labios.
—Dime, Bell —susurra la vampiresa, cerca de su oreja, haciéndolo estremecer —¿Cuánto falta para tu cumpleaños? —Bell sabiendo que pregunta, para robarle toda la inocencia, de inmediato se torna nervioso.
—S-Seis días —sus mejillas se tiñen de carmín.
—No mientas —lame con sensualidad su cuello, haciéndole sentir calor en su cuerpo, pese a que aún conserva una temperatura muy fría.
—Casi dos, a-ah —presiona los brazos de Bloody, al sentir como ella le hace un doloroso pero placentero chupón.
—Espero que tu propuesta siga en pie —lo mira directamente a los ojos, y el menor aprecia el color esmeralda de los ojos de la vampiresa.
—Lo está...
Hola mis astros, hasta aquí el capítulo de hoy.
¿Qué les pareció?
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Nos leemos la próxima semana.
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