Extra Parte 2
— Vete a la mierda, Kim. — Espetó caminando por el pasillo de aquel avión, ignorando la puerta del baño que comenzaba a abrirse y un Jimin que quedó completamente sorprendido al ver el cambio en la atmósfera con Namjoon corriendo detrás de Yoongi. — Si quieres irte, lárgate de una puta vez. No me interesa tenerte a mi lado solo por obligación. Ahora, dejarme a mí no significa que puedes dejar la organización y lo sabes, yo mismo te daré caza si lo intentas.
— Eso también lo sé, jefe. — Musitó tirando fuertemente de un Yoongi que lo empujó en respuesta.
— No me pongas tus putas manos arriba. — Espetó entre dientes al ver como Jimin se acercaba a la sala de juntas.
— ¿Qué está pasando entre ustedes dos? — Preguntaba preocupado y sin comprender qué pudo haber ocurrido en los minutos que estuvo en el baño.
— Jefe...
— No pasa absolutamente nada, Jimin. — Decretó acercando al nombrado para besar su cabeza, no quería que tuviera preocupaciones absurdas en el día de su boda. Al parecer, serían solo ellos dos o el menor con ambos. — Vamos a sentarnos.
— Tú y yo no hemos terminado de hablar, Min. — La voz de Namjoon salió más seria y firme de lo que él mismo esperó. Jimin miraba entre ambos confundido, pero cuando Yoongi ignoró a Namjoon para regresar a los asientos junto al menor de los tres, Namjoon finalmente tiró de él, arrastrándolo pese a las protestas hasta la recámara. — Estoy hablando contigo.
— ¿Estás perdiendo la jodida razón? — Llevando la mano a su espalda buscó su arma para rápidamente quitar el seguro y apuntarle a Namjoon. — En tu puta vida pienses que te vas a ir por encima de mí sin importar los sentimientos que pude haber desarrollado por ti. Soy y seguiré siendo tu superior te guste o no.
— A ver, ustedes dos deberían tranquilizarse. No sé qué es lo que ha sucedido en tan pocos minutos, pero creo que es necesario que todos nos calmemos. Yoongi, por favor, baja esa pistola. Un tiro más dado y podríamos morir todos los que están abordo de este avión.
— Min... — La mandíbula de Namjoon se mostraba mucho más tensada. — Baja el arma.
— ¡Estamos de luna de miel, carajo! — Exclamó Jimin entre nervioso y molesto. — ¿Me van a hacer esto?
— Eso pregúntaselo al hombre que está con nosotros solo porque no puede dejar la organización.
— ¿Qué? — Jimin ensanchó los ojos confundido, riéndose de sus palabras mientras pasaba su mirada a un Namjoon mortalmente serio. — Eso es mentira, esa no es la razón por la que nuestro hombre permanece a nuestro lado.
— Al parecer eres tú el único que no me conoce lo suficiente, el único que cree y está seguro de mis sentimientos por ustedes después de todo lo que hemos vivido, por lo que hemos atravesado, de mi lealtad y amor mostrado. — Habló esta vez el peligris ganándose la mirada de los menores.
— Te pregunté y...
— Y asumiste rápidamente lo peor sin siquiera dejarme responder, Min. — Le interrumpió antes de que continuara su frase. — Baja el arma, Min Yoongi, no te lo voy a repetir.
— Soy tu jefe, Kim, cuida el modo en que me hablas.
— En estos momentos no, solo eres un esposo con el que no he firmado papeles y con el cual intercambié alianzas. Ahora mismo, solo te veo como mi pareja, los rangos me importan una mierda. — Viendo el encontronazo de miradas, Jimin dio varios pasos atrás para ir y sentarse sobre la cama porque ese era un asunto que tenían que arreglar ellos dos solos. — Justamente el estar aquí después de todo demuestra algo más que lealtad, el amor que siento por ambos es más fuerte que todo. Incluso cuando en verdad me sentí nada y poca cosa junto a ambos, cuando ni siquiera volteabas a verme de verdad, cuando por momentos me desplazaban yo permanecí junto a ustedes. Desde el día en que te juré lealtad hasta hoy lo único que ha cambiado, es lo mucho que te amo, lo valioso que son los dos para mí junto a todo lo que despiertan en mi interior y realmente me gustaría que eso no se pusiera en tela de juicio por un mísero silencio. Si alguien debe con los ojos cerrados tener bien claro en cualquier situación que yo los amo y moriría por ambos, son ustedes dos. Eres tú, Min, es Jimin.
Sus ojos picaban, fue raro tiempo atrás sentirse tan vulnerable, pero ahora, junto a ellos dos, Yoongi no tenía mucho que esconder. Sabía exactamente por qué se sentía así y que era eso que hacía su corazón latir tan bruscamente contra su pecho, el nudo en su garganta y el picor en sus ojos. Estaba jodidamente emocionado por las palabras de Namjoon que siempre lo afectaban. Su mano sudaba cuando la bajó para volver a asegurar su pistola y guardarla. Cuando esto ocurrió, fue sorpresiva la forma en que Namjoon tiró de su ropa para acorralarlo contra la ventana cerrada de aquella zona del avión. La mano derecha del mayor se aferró a su cuello con fuerza para luego hacer colisionar sus labios.
— No olvides jamás lo mucho que los amo a ustedes dos, Min. Los tres somos permanentes en la vida del otro tal cual has dicho tantas veces. — Mencionó cuando ambos se separaron en busca de oxígeno. Lentamente buscó a Jimin con la mirada, encontrándolo recostado a la cama con una amplia sonrisa en su rostro. — ¿Recuerdas lo que te dije la noche en que Jimin recuperó la conciencia, justo antes de que fuésemos a eliminar a los Ruby? — Yoongi se sonrojó como pocas veces y Namjoon podría jurar que se volvía a enamorar de él en ese instante a pesar de ese carácter de mierda que se cargaba y lentamente mejoraba. — Te dije que cuando él despertara lo llenaríamos de amor, cosa que ya hemos hecho. Pero también te dije que te abrasaría y besaría tan fuerte que no te daría chance de quejar. Que te haría el amor por primera vez entrando en ti y no te abandonaría hasta que desfallecieras entre espasmos, entre los cuidados de amor de tus hombres.
— Recuerdo esas palabras.
— Por una razón u otra, hemos alargado este hecho, pero no creo que exista un mejor momento que este, nuestra luna de miel para que le permitas a tus esposos entrar en ti. — Musitó acercándose a besar nuevamente a un Yoongi que intentó huir nervioso sin éxito debido a la forma en que Namjoon apretó su cuello. — De nosotros, eres el único que nunca ha dado este hermoso trasero. — Mencionó apretándolo con la otra mano. — Quiero que se me permita estrenarlo. — Volteándose hacia Jimin, le sonrió al menor que descaradamente se había despojado de su ropa. — ¿Puedo, bebé?
— Claro que puedes. — La voz de Jimin salió un poco quebrada debido a la resequedad de su garganta.
— ¿Puedo, Min? — Volvió a preguntarle esta vez al líder de índigo, su jefe.
— ¿Por qué haces preguntas estúpidas? — Giró su rostro para no verlo, intentando empujarlo, pero tras un forcejeó, su rostro terminó presionando la pared. — Te estás pasando, cabrón, imbécil.
— Imposible, ni siquiera he llegado a donde debo aún. — Sonrió sobre su oreja, estirando su lengua para lamerlo suavemente aunque de forma obscena. — Prometo que te gustará, no debes estar tan nervioso... Jefe... — mencionó con cierta burla, pasando ahora a succionar la misma oreja. — Has enfrentado cosas peores que tener los miembros de tus compañeros de vida en ese ajustado y apretado culo.
Jimin quiso reír por un momento, pero su excitación y renuencia a estropear el ambiente lo hicieron mantenerse en su sitio callado. Ni siquiera se estaba acariciando, no había ocurrido nada aún, ese tipo de provocaciones ya las había visto, pero algo le decía que todo era diferente esa noche.
— ¿En serio todo esto es necesario? — Preguntó un Yoongi con respiración irregular justo antes de ser volteado.
— Muy... — Se acercó Namjoon a sus labios. — Muy necesario, mi amor. — Sus pupilas se encontraron con las del menor, ambos las agitaban de un lado a otro simultáneamente. — Te deseo tanto.
— Joder. — Maldijo Yoongi incrustando sus labios con rudeza, disfrutando de esa batalla que solo los labios del peligris le daban. — Ah... — Jadeó sacando su lengua debido a como su cuello volvía a ser agarrado con fuerza. — ¿Quieres asfixiarme?
— La idea es más que tentadora, me encantaría hacerlo. — Respondió acercándose para poder la lengua ajena. — Hoy quiero quebrarte con amor con nuestro bebé de testigo y luego permitirle unirse a nosotros. ¿Qué te parece la idea? — Preguntó sobre los finos labios de Yoongi, riendo cuando sintió su propio miembro ser presionado con fuerza por encima del pantalón.
— ¿Tienes con qué?
Eso fue todo lo que dijo antes de que Namjoon ladeara una sonrisa casi maquiavélica, llevándolo a la cama sin soltar su cuello, casi asfixiándolo con sus besos. Jimin, cómplice de la situación se acercó solo después de preguntar si quería que desnudara a Yoongi y, tras la afirmación del peligris, así lo hizo. Pronto regresó como espectador a un lado de la cama, acariciando suavemente su piel con la yema de sus dedos sin prisa.
— Te quiero de rodillas a lo ancho de la cama. — Hacer eso era un poco humillante para Yoongi. No había nada que no hiciese por ellos, pero hasta ahora no había estado jamás en ese tipo de situación. — Tardas demasiado. — Halando las negras hebras de su cabello, lo acomodó justamente como quería, sonriendo al ver su pálida piel ruborizada por completo y el anhelo en los ojos de Jimin. — ¿Quieres ver?
— No soy una pieza en exposición. — Se quejó Yoongi queriendo sentarse en la cama, pero la forma en que su cabeza se estrelló en el colchón se lo impidió. — Los voy a matar.
— De mucho amor, lo sabemos. — Rio Jimin acercándose para besar pícaramente a Namjoon. — Los dos se ven tan sexy cuando están juntos, los amo demasiado. — Sus labios volvieron a unirse y solo se separaron cuando Namjoon le indicó que mirara. — M-Maldición... — Su voz se fue cuando vio el modo en que la entrada de Yoongi quedaba completamente expuesta. Algo en esa situación, Min vulnerable y sometido a ellos, Namjoon separando sus nalgas para que tuviese la mejor vista. — ¿A qué crees que sepa?
— ¿Te gustaría comprobarlo? — Jimin no dudó en asentir haciendo a Yoongi maldecir muy bajo porque aún sin poderlo ver podía sentir su entusiasmo. — Adelante, bebé, sostén aquí...
Jimin sostuvo el glúteo izquierdo de Yoongi mientras se acomodaba detrás de él intercambiando posición con un Namjoon que no soltaba el otro glúteo. Ambos se dieron una mirada cómplice sin dejar de admirar a Yoongi, quien por primera vez estaba así frente a ambos. Estaba ansioso, por eso el menor de los tres no tardó en inclinarse lo suficiente para quedar a la entrada del pelinegro. Sus labios se posaron besando literalmente el lugar logrando que Yoongi se removiera un poco, pero no tanto como cuando su lengua se abrió paso.
— Mierda, eso es raro... — Murmulló Min contra la sábana cerrando los ojos. Al principio no sentía mucho, sabía lo que le estaban haciendo, pero creyó que no sentiría nada. Se equivocó. En algún punto toda su piel comenzó a erizarse, un extraño cosquilleo lo fue recorriendo hasta explotar en el momento en que la mano libre de Jimin fugazmente acarició la erección casi formada. — Mierda...— Gimió bajo.
— ¿Cómo se sintió, bebé? — Con sus labios húmedos y saliva escurriendo por su barbilla, Jimin se separó, relamiéndose una vez que vio a Namjoon.
— Delicioso. — Sonrió con felicidad, inclinándose para besar a Kim. — Deberías probarlo por ti mismo.
— A eso iba precisamente. — Viendo como Jimin regresaba a su posición inicial recostado a la cama. — Tú ahora solo disfruta. — Apretando con fuerza el trasero de Yoongi, el mayor de los tres los hizo gemir a los otros dos por igual. Uno obtuvo placer visual, el otro directo. — Gira la cara hacia el otro lado para que Jimin te vea bien, no te sostendré más, pero quiero que te quedes quieto. ¿Entendido? — El silencio se rompió cuando un fuerte golpe se posó en el trasero de un líder que en su mente le había disparado unas cinco veces a Namjoon en su mente.
— S-Sí, entendido. — Musitó ignorando la amplia sonrisa del mayor. — No sabes lo caro que pagarás esto, Kim.
— Lo que digas, Yoonie. — Jimin rio bajo y él solo se limitó a ubicarse detrás del pelinegro para abrir nuevamente su trasero y dejar la entrada al descubierto, los rastros del castaño todavía presentes. — Veamos si nuestro bebé tiene razón y sabes tan rico como dijo.
Yoongi no le respondió, solo su miembro se contrajo sin su autorización por unas palabras tan absurdas. Una parte de su cerebro todavía se rehusaba a caer en aquel juego, quería demostrarles solo para molestarlos un poco que no podrían simplemente doblegarlo de ese modo, pero sus pensamientos se vieron comprometidos en cuanto Namjoon se sentó en la cama y engrampó su cintura para llevar el cuerpo a su boca. Fue una sorpresa, sus piernas quedaron despegadas de la cama y su retaguardia comenzó a ser devorada como un jugoso durazno en temporada.
— M-Mierda, N-Namjoon... — Llamó, pero sus ojos simplemente se cerraron al sentir la extraña sensación de aquella lengua procurando entrar en él.
Ambos se habían dedicado a practicar el anilingus en Jimin y en el pasado en donde sus vidas no se habían entrelazado de ese modo con otras personas. Él incluso se lo había hecho a Namjoon, pero era la primera vez que estaba de ese lado de la moneda. Nunca antes había experimentado esa sensación. Con el menor de todos se sorprendió, gradualmente todo se fue sintiendo muchísimo mejor, sin embargo, el modo en que Namjoon comenzó a degustarlo simplemente se sintió demasiado.
— Oh por Dios, mierda... — Se sintió volar y no precisamente por el hecho de que estuviese a bordo de un avión haciendo el amor con sus esposos, su cabeza en verdad comenzaba a perder lentamente sus convicciones. Una larga y gruesa camisa le arrancó un suspiro, pero cuando esta cambió a obscenas succiones, cuando el mayor lo besaba en esa zona de un modo tan arrebatador, no pudo contener más sus gemidos. — A-Ah... — Min Yoongi gimiendo de esa forma, eso era algo que solo esos dos hombres lograban. — Ven aquí... — Llamó a Jimin para integrarlo, pero este lo rechazó abiertamente.
— Quiero ver. — Fue todo lo que dijo en respuesta.
Namjoon dejó caer las caderas de Yoongi en la cama, mirando a los alrededores para encontrar esa cesta que habían visto al llegar. Adivinando sus pensamientos. Park se inclinó para buscarla y alcanzarle el lubricante que usaría pronto, pero todavía lamería y chuparía gustoso el trasero de Min un poco más. Con dificultad una de sus manos vagó acariciando el resto de su cuerpo hasta llegas a las diminutas protuberancias de su pecho, pellizcando una de ellas con fuerza.
— Por favor, no pares, Joon... — Fue todo lo que dijo Yoongi llevando su mano hacia su propia erección porque estaba a nada de correrse con excesiva fuerza. — ¡Mierda! — No sabía si gritó de frustración cuando Namjoon le impidió masturbarse quitándole la mano o por la forma en que creía que se vendría aún sin tocarse, algo que jamás había logrado.
— Nos queda fácilmente dos horas de vuelo todavía, no terminaré esto tan rápido y no quiero que te vengas ahora.
— ¿Cuándo entonces?
— Cuando yo te diga. — Mencionó inclinándose para morder su espalda. — Sobre tu espalda.
Yoongi refunfuñaba casi por costumbre, pero no porque se sintiera incómodo o molesto con la situación porque solo el hecho de ver a los otros dos tan entusiasmados hacía que todo valiese la pena. Eso sin contar lo mucho que él mismo estaba disfrutando aquello. Todo se sintió mucho mejor cuando los labios de Namjoon volvieron a apoderarse de los suyos. Cerró sus ojos, entregándose a sus caricias, a esos besos y lengua dominante que subyugaba a la suya.
— Te amo, Namjoon. — El mencionado detuvo todo movimiento, alejándose unos centímetros para verlo a los ojos. — En verdad, te amo mucho más de lo que podría decirte o demostrarte. Hoy estaba tan feliz, pero también preocupado que... Cuando te quedaste callado y no respondiste mis preguntas tuve miedo, no quiero que te alejes de nosotros dos.
— No lo haré, los amo demasiado para hacer. — Musitó en un tono de voz muy bajo, acercándose a sus labios para ofrecerle su boca a Yoongi, dejando que la usara a conveniencia mientras buscaba a tientas la botella de lubricante sobre la cama.
Viendo su lucha, Jimin hizo el trabajo por él, untando su mano derecha de este líquido frío que lentamente llevó a la entrada de un Yoongi que en el fondo de su ser tenía un poco de miedo. Sabía todo lo que venía a continuación, como todo funcionaba, pero estar en esa situación personalmente lo tensó sin poder evitarlo. Desahogándose en los labios ajenos buscó un poco de calma. Namjoon podía leerlo bien y esa fue la razón por la que únicamente se dedicó a besarlo, invitando incluso a Jimin hasta que lo sintió completamente relajado. Mientras devoraba los labios de su eterno bebé, Kim aprovechó para introducir su índice hasta el primer nudillo solamente.
Desde su ubicación, estudió cada reacción de Yoongi. Esperó a que dejara de contraerse, lo quería desarmar, sí, pero una vez que estuviera realmente acostumbrado a él. Sabía que dar ese paso nunca era fácil, él mismo estuvo en esa situación tiempo atrás cuando se entregó al pelinegro por primera vez.
Esta vez, Yoongi besaba más profundo alternando entre una boca y otra hasta que Jimin volvió a alejarse. Namjoon empuja sus propios labios contra los de Yoongi con tanta fuerza que hace que este apriete su agarre en el cuello del peligris. Sus cuerpos se movían el uno hacia el otro y ambos levantan sus manos desocupadas hacia el cuello del otro, abrazándose más fuerte y más fuerte. Yoongi simplemente tenía miedo de soltarse.
Kim abría sus labios contra los de Yoongi con este siguiéndole el ritmo tomando el labio inferior del mayor entre los suyos, arrastrando su mano hacia el cabello gris, sosteniéndolo, abrazándolo, asustado pero con tantas ganas de follar ahora. Apenas respiraban, solo se besan, la habitación en silencio excepto por el sonido de sus labios al unirse, la agitada respiración de Jimin observándolos o el leve ruido del dedo de Namjoon abandonando y regresando a Min sin avanzar más allá de a donde llegó la primera vez. Ya no había palabras o burlas, solo algunos gemidos que se escapaban mientras se besaban.
Entre esos besos, el propio Namjoon gimió logrando que el corazón de Yoongi amenazara con dejar de latir porque creía que Nam solo gemiría así estado debajo de él y no al revés, por lo que lo besó con más fuerza, su cordura pendiendo de un hilo. El dedo del mayor se adentró hasta el segundo nudillo sin que Min lo sintiera. Él estaba entregado a ese beso, a la mano que en su cuello se aferraba y que comenzaba a apretarlo con más fuerza. Le gustaba esa sensación más de lo que se imaginó. Era demasiado, pero no era suficiente, se estaba ahogando y no podía respirar, maldición.
— Joder... — Un jadeó salió de la garganta de Yoongi cuando su cuello fue liberado y sus ojos viajaron a Jimin fugazmente, viendo que este seguía siendo partícipe del encuentro, disfrutando las caricias que se hacía a sí mismo mientras los contemplaba.
Cuando Kim constató que el contrario había recuperado correctamente el aire de sus pulmones, dejó de besar sus hombros y cuello. Su agarre volvió a afianzarse, pero sin buscar cortar su ciclo de aire. Sus labios volvieron a unirse, duro y desesperado. La espalda de Yoongi se arqueó sin que se diera cuenta, sus caderas luego elevándose hacia las de Namjoon con ese jodido sonido abandonando nuevamente su garganta, un gemido que ya no le importaba qué tan necesitado sonaba.
— Respira. — Demanda Namjoon viendo como Yoongi simplemente cerró los ojos y dejó de respirar pese a él no apretarlo. — Sé que se siente bien, pero soy yo quien lleva el ritmo aquí, respira.
Todo lo que hubo durante varios segundos fue una respiración áspera. Cuando sus bocas volvieron a unirse, todo fue un poco más lento y profundo, menos apresurado. Jimin lo agradecía porque eso lo obligaba a calmarse él también, había estado a punto de correrse de solo ver como Yoongi perdía todo control de su persona, había estado masturbándose tan frenéticamente que la orden de respirar también fue atacada por él.
Ambos desearon muchas veces ver ese lado de Yoongi, no es que nunca hubiesen logrado que rompiese su compostura, quitarle esa constante expresión hosca de su rostro y hacerle perder el control, pero era diferente si era Min quien lideraba. Ahora él era el liderado y los otros dos jefes de Indigo lo estaban disfrutando.
— Hazme el amor hasta que cumplas todas esas promesas que me hiciste, fóllame los sesos. — Provocó un Yoongi delirante de excitación, siseando cuando el dedo quieto finalmente lo abandonó, pero antes de que pudiese pensar, la mano de Namjoon se envolvió alrededor de su eje, cálida, gruesa, apretada. — Joder. — Exclamó arqueando la espalda y moviéndose en aquel agarre porque una sensación que debía ser mucho más familiar para él, en ese momento también se sentía diferente. — Joder, estás tan duro ahí. — Mencionó posando su vista en la entrepierna de Namjoon.
— Andas maldiciendo mucho.
— Siempre lo he hecho. — Sonrió con sus caderas moviéndose hacia el puño de Namjoon que iba secándose, la fricción era casi dolorosa así. Entonces, en vez de utilizar lubricante, llevó la mano de Namjoon hacia Jimin para que lamiera su palma, luego el propio Min repitió esta acción, entrelazando su saliva con la que el menor había dejado y, cuando alejó la mano de su lengua, la escupió sin dejar de mirar al peligris. — Ahora se deslizará mejor por mi polla.
— Sucio. — Se burló Namjoon con una sonrisa, intentando impedir sin éxito que la mano de Yoongi se metiera en sus pantalones, siempre con esa lucha de poder que a ambos los caracterizaba cuando estaban juntos.
Se perdieron en el sentimiento, juntando sus bocas mientras se masturbaban, moviéndose lentamente. Tomando un poco la iniciativa, volvió a forcejear con Namjoon solo para lograr que sus erecciones se frotaran mutuamente. El peligris volvió a gemir como un momento atrás, cerrando fugazmente los ojos cuando los finos y largos dedos de Yoongi llenos de callos por el continuo uso de armas envolvieron ambos penes.
Inclinándose, Namjoon succionó y mordió el cuello de Yoongi, jalando la piel suavemente, haciéndole estremecerse. Toda la piel de Min se erizó, su miembro palpitando cuando el mayor lo mordió más fuerte. Alejándose un poco, Kim terminó de desnudarse, regresando para que su mano relevara a la de Yoongi y comenzar él a masturbar sus miembros juntos.
— Joder, es... — Era simplemente abrumador sentir lo duro que estaba Namjoon contra él de esa manera. La mano que quedaba libre agarró un puñado de su trasero y no pudo evitar quejarse porque Namjoon no fue jodidamente gentil en la forma en que lo apretó. — Estoy cerca... — Avisó y como recompensa Namjoon lo besó ferozmente, dejando de masturbarlos.
Se untó nuevamente un poco de lubricante en su mano. El primer dedo gracias a la actividad anterior entró sin resistencia, fue el segundo quien se encontró ella. El ceño de Yoongi se frunció, pero mantuvo sus ojos abiertos, sosteniéndole la mirada a Namjoon, sabiendo que Jimin también los miraba a ellos. Se sentía un poco como si tuviera muy poco control sobre su cuerpo en ese momento, pero ya había renunciado a ello desde hacía un buen rato.
El tercer dedo llegó al borde, pero no entró inmediatamente, estuvo bromeando por algunos segundos alrededor de sus pliegues y perineo antes de regresar y empujar. Dolió más esa vez, pero Min sabía que esa sensación desaparecería en un rato. Lentos movimientos, la obvia expansión de las paredes internas y luego...
— ¡Oh mierda! — Exclamó Yoongi casi incorporándose cuando su próstata fue alcanzada. — Joder, estás ahí.
— Estoy aquí... — Afirmó Namjoon presionándola un poco, masajeándola muy suavemente mientras Yoongi estiraba sus manos para alcanzar al menor que protestó muy levemente cuando interrumpió sus caricias. — Jimin, aléjate, está buscando esconder sus reacciones.
— Hijo de puta. — Protestó Yoongi cuando Jimin se alejó, cerrando sus ojos al volver a gemir abiertamente. — ¿Vas a follarme o no?
— Sí, pero no es cuando a ti te dé la gana. — Comentó agilizando los movimientos de su mano, frotando a mayor velocidad su punto de goce para luego abandonarlo repentinamente.
El vació físico fue notable, ¿cómo podía extrañar en su interior algo que jamás había estado ahí? Incluso si tiene un poco de temor al dolor o al gusto excesivo por estar en esa posición, Yoongi quería sentir ya a Namjoon. Lo observaba esparcir lubricante por su eje y esta acción parecía tan lenta que su corta paciencia comenzaba a hacer presencia.
Cuando Namjoon finalmente se posicionó entre sus piernas, su cuerpo se tensó levemente, definitivamente odiaba no tener control total de la situación, pero solo por esa vez, no protestaría más. La punta del pene de Namjoon presionó la entrada sin entrar, solo bromeando, dejando que se enganchara en el borde para molestarlo un poco y tal vez desesperarlo más aunque sabía que Min era muy diferente de Jimin quien en una situación así hace mucho se hubiese penetrado solo. Hubiera seguido burlándose durante más tiempo, pero su propio deseo le estaba jugando en contra.
Yoongi pudo sentir el momento exacto en el cual aquella jodida polla lo comenzó a romper, apretaba jadeando y luego se relajaba soltando la erección contraria. El propio Kim se mordió su labio inferior con tanta fuerza que Jimin temió que pudiese rasgarse la piel, pero en realidad no podía hacer nada, no iba a interferir entre ellos por algo así.
Cerrando los ojos, Yoongi respira, se permite adaptar a la sensación del miembro de Namjoon llenándolo. Mantuvo los ojos cerrados incluso cuando las manos contrarias recorrieron su pecho, ignorando la pequeña punzada de inseguridad estando entregándose así. Eran sus esposos y confiaba en ellos con la vida, era solo un pequeño proceso por el que transitaba, pero a medida que los segundos pasaba, menos le importaba todo.
— Yoon, eres impresionante. — Jadeaba Namjoon adentrándose, arrugando su frente ante la estrechez que lo recibía, intentando concentrarse en masturbar un poco al pelinegro para que todo fuese más fácil. — Este culo no se me escapará más de ahora en adelante, quiero tenerlo más seguido.
Al entrar finalmente se quedó quieto unos segundos, buscando a Jimin para ver como este había dejado de solo acariciar su miembro, bromeando también con su parte trasera. Los movimientos de sus caderas comenzaron lentos, sabía que esos gemidos que escapaban de Yoongi no eran justamente de placer desbordante en esos momentos, posiblemente le dolía un poco. Regresó para agitar su eje, manteniendo su erección y ante esto Yoongi apretó de nuevo causando más dolor, pero siendo distraído por el placer.
Cuando el ritmo aumentó, los tres hombres que había en la habitación comenzaron a gemir sin contención. Cada envite era certero, fue creando un placer ascendente que solo incrementó cuando alcanzó la próstata de Yoongi.
— ¿Se siente bien? — El líder de Indigo casi asintió frenéticamente, su cuerpo sacudiéndose cada vez que su punto era tocado, conteniendo fuertes gemidos.
Sin embargo, cuando los dedos de Namjoon se ciñeron a sus caderas para traerlo a su encuentro dejó de contenerse por completo porque no había ninguna posibilidad de detener sus jadeos ahora. Él no era el único perdiendo el norte, el peligris estaba en igualdad de condiciones, pero se estaba conteniendo porque no quería arremeter con fuerza tan rápido a comienzos de su luna de miel.
Estirando una mano, se aferró al cabello negro de Yoongi, con la otra, metió sus dedos hasta la garganta para que los succionara y verlo hecho un desastre.
— Maldición... — Fue Namjoon quien maldijo esa vez, los gemidos de Jimin, Yoongi y su propia frustración evidenciada en sus ojos lo llevaba a eso.
— ¿Quieres follarme más fuerte, Kim? — Preguntó Yoongi sin obtener más respuesta que un gruñido. — Fóllame más fuerte entonces. — Le afirmó mirándolo directamente a los ojos para que no tuviese dudas. — Haz lo que quieras, yo lo tomaré, quiero que me goces como sé que quieres.
Namjoon gruñó ante esto una vez más y, antes de que Yoongi lo notara, estaba siendo levantado de la cama, al menos la mitad de su cuerpo. Su cabeza levantada golpeó el colchón, sus muslos fueron agarrados con gran fuerza y abiertos hasta que se quejó, recordándole que él no tenía la elasticidad de Jimin. El mayor no abandonó su interior ni un solo momento, en cambio embestía más profundo arrancando jadeos obscenos y enloquecidos.
— Mierda, sí.
— ¿Sí? — Indagó Namjoon porque no esperaba esa reacción aunque sí la deseaba. — No te vengas todavía, Jimin, saca los dedos de tu trasero. — Inquirió al ver como los gemidos de Jimin iban quebrándose.
Es que era imposible no imaginarse en el lugar de sus dos hombres. No sabía si quería ser Namjoon o Yoongi en ese momento. Deseó y esperó tanto porque algo así ocurriera entre los dos, toda esa escena era tan jodidamente caliente en un día y momento tan especial que simplemente estaba perdiendo la cordura de lo feliz que se sentía.
— Mierda... — Repitió Min tapándose la boca cuando vio a Jimin chupar sus propios dedos combinados con los envites de Namjoon en él.
No obstante, Namjoon apartó la mano de Yoongi, soltando los muslos de este e inclinándose para besarlo, bloqueando el cuerpo del menor con sus brazos. Las piernas de Yoongi se envolvían alrededor de la cintura contraria y presionaban sobre él, alentándolo, sus brazos rodeando a Namjoon también, sus dedos clavándose en esos prominentes hombros y cabello con fuerza.
— Tan hermoso así, joder. — Exclama Namjoon y en el segundo en que soltó los labios ajenos, Yoongi gime. Un cambio de ángulo, Namjoon estba golpeando su próstata y eso fue todo. El pelinegro gemía, alejándose del beso, sus ojos perdiendo el foco.
— ¿Hyung? — ¿Cuándo en el jodido tiempo que llevaban de conocidos Yoongi lo había llamado así? Susurra Yoongi cosas que el cerebro de Namjoon no procesó del todo hasta que vio su mano débil extendiéndose entre sus cuerpos para envolver su pene.
— ¿Cerca?
— Joon... — Gimió Yoongi asintiendo frenéticamente. Sus dedos estaban sueltos alrededor de su eje, pero de todos modos era suficiente. Estaba tan cerca.
— Joder. — Musitó Namjoon besando a Yoongi justo antes de salir por completo de su interior e inmovilizarlo para que no se tocara.
— ¿Qué mierda haces? — Yoongi a pesar de su molestia no se negó al beso que Namjoon se inclinó para darle, pero no pudo devolvérselo. Su boca estaba floja, se había quedado en silencio, jadeando y bajando de aquella cima abruptamente. Jadeos breves, bruscos y rápidos. — Mierda, esto nunca me ha pasado. — Ya no podía ver, todo se había vuelto borroso.
En algún lugar de su mente, es consciente de que Namjoon ha dejado de moverse y que lo están mirando, pero Yoongi no abrió los ojos, no podría aunque quisiera en esos momentos, pero él ya podría desquitarse más adelante. Por ahora, su cuerpo vibraba, la sangre corría por sus oídos, apretándose rítmicamente alrededor de la nada completamente callado. Jadeando, pero silencioso.
— Bebé, ven aquí. — Llamó Namjoon al castaño que se acariciaba perezosamente manteniendo su erección. — Entra en él.
Yoongi intentó protestar, no merecían tocarlo más después de hacerle semejante desplante a su orgasmo, negándoselo rotundamente. Namjoon no le dio la oportunidad de quejarse más de dos palabras, lo volteó para dejarlo de rodillas y propiciarle una fuerte nalgada. Los ojos de Jimin admiraban el trabajo de Namjoon, veía el modo en que la entrada de Min ahora estaba completamente enrojecida, pero se veía tan hermosa como el pene al que estaba acostumbrado.
Mientras Kim iba a acomodarse frente a Yoongi, Jimin tiró de sus cabellos color azabache con fuerza. — Cállate o usa tu boca para algo mejor.
Desde el comienzo, las penetraciones de aquel pollito no fueron suaves, todo lo contrario. No quería cambiar el ritmo anterior y lo cierto es que muchas veces deseó hacerle el amor así, follarlo fuertemente para hacerlo callar. Pudo deleitarse con jadeos provocados por él durante un tiempo hasta que Namjoon los cortó al llevar su erección a los labios de aquel sujeto con mirada felina. Quería morderlo, pero difiriendo de sus pensamientos sacó su lengua y permitió que ambos le hicieran el amor, poseyéndolo a la vez. No podía decir lo contrario, realmente lo estaba disfrutando, mucho, demasiado, más de lo que esperó.
Ahora recordaba algo que le dijo Namjoon aquella vez que entró en su apartamento para que ambos le mostrasen lo que era estar con un hombre. El hecho de que Jimin era un ángel que podría convertirse en demonio, ser sumiso, pero someterlo si se descuidaba. Estaba siendo implacable con sus embestidas, lo golpeaba constantemente en su trasero y cuando no, tiraba de su cabello hasta separarlo de Namjoon haciendo que este último tuviese que regresarlo poco después a su actividad. Solo tenía a ellos dos como referencia, era su primera vez, pero los dos desempeñaban ese rol tan genial como el otro.
Namjoon era muy observador y, a pesar de estar en la bruma con Yoongi intentando tragarse toda la extensión de su pene, pudo notar los erráticos movimientos de Jimin.
— Jimin, acuéstate aquí a mi lado. — Confundido, el nombrado fue ralentizando sus penetraciones, teniendo un poco de acción retardada. — Aquí, Yoongi va a subirse sobre ti ahora.
— No, me niego a cabalgar a alguien, no haré eso. M-mi orgullo no... — Cerró sus ojos y suspiró.
— Si tu orgullo no te deja, que bueno que tu orgullo no esté casado con nosotros, ¿cierto? — Le guiñó un ojo Namjoon antes de atraerlo a un beso. — Ven, gírate y apóyate en mi espalda. — Pidió cuando estuvo recostado al respaldo de la cama. — Dejemos que nuestro bebé vea con el mejor ángulo.
El mayor abrió sus piernas, acomodando las almohadas en la zona baja de su espalda para acomodarse mejor y, cuando finalmente estuvo en una buena posición, flexionó un poco sus piernas para poder apoyar sus pies en el colchón. La invitación fue tácita, Min la aceptó posicionándose entre sus piernas, pero todo lo que hizo fue apoyar las rodillas y manos en la cama mientras miraba a Jimin y le daba la espalda a él.
Comprendiendo que Yoongi no estaba acostumbrado a eso, fue Namjoon quien se inclinó hacia adelante para penetrarlo. Yoongi trató de incorporarse, pero perdiendo equilibrio volvió a caer sobre sus brazos y rodillas. Lentamente el peligris comenzó a guiar sus movimientos, atrayéndolo y alejando sobre su miembro, sintiendo como iba a profundidad.
— M-Me gusta... — Yongi dijo casi para él.
— Claro que te gusta, le estabas huyendo porque sabías lo mucho que amarías tener mi polla dentro de ti. — Abrazándolo, se echó hacia atrás y lo acomodó como deseaba. Sus piernas completamente abiertas y las de Yoongi por fuera de las suyas. Cuando vio que no podría apoyarse bien así cambió de idea y pasó a colocar las piernas de Yoongi correctamente entre las suyas, él sentado y el otro moviéndose contra él hasta pasó a tirarlo del cuello. — Pega tu espalda a la mía. — Min le obedeció, apoyándose bien sobre sus pies, pero con sus piernas en cuclillas lo más abiertas posibles para que Jimin observaba bien como el pene de Namjoon entraba y salía de su interior.
Era Namjoon quien hacía casi todo el trabajo así, movía sus caderas como quería, pero cuando lo mantuvo pegado en su pecho asfixiándolo levemente y empujó las caderas de Yoongi hacia adelante, su pene fue directamente hacia su próstata. Fue un ángulo perfecto que le permitía llegar a ella.
— Muévete, jefe. — Demandó Namjoon con firmeza, viendo como con dificultad el pelinegro intentaba encontrar un ritmo. Sus manos abandonaron todo lo que tocaban para juguetear con sus pezones, pellizcándolos, tirando de ellos.
— Oh mierda, sí. — Gimió comenzando a dejar que su cuerpo se moviera como quisiera sin pensar demasiado en ello. Jimin veía su pene gotear pre-semen y estaba costando todo de él mantenerse en su sitio masturbándose en vez de posar su boca ahí. — Ah, ah... — Yoongi gemía sin contención nuevamente, algo más ruidoso que antes de que su orgasmo fuese interrumpido y es que la sensibilidad de su cuerpo en ese momento no era una broma. — Más, ¡más, Joon!
— Puta madre, Min... — Maldijo Namjoon elevando más sus caderas. — Joder... — Deteniendo sus movimientos al sentir como lo apretaba con fuerza, apretó el miembro de Yoongi para evitar que se corriera una vez más, sintiendo como los movimientos erráticos e incómodo de este le estaban mostrando un límite. — Jimin, ven aquí.
El nombrado se acercó, posicionándose frente a ambos para tomar la posición de Namjoon dentro de Min, sin embargo, el peligris parecía no salir.
— Entra así.
— ¿Qué? — Jimin y Yoongi hicieron la misma pregunta, pero pronto este último cerró los dientes, qué más daba como sea le iba a doler su culo.
Sonriendo de forma ladeada, Jimin estiró su mano para volver a tomar el lubricante, envidiando solo un poquito a Yoongi porque él amaba sentirlos a los dos en su interior, pero entusiasmado porque sería la primera vez que entrara en alguien junto a alguien más. Fue introduciendo sus dedos uno a uno para estirarlo más, viendo al pelinegro fruncir su ceño cuando finalmente acercó su lubricado miembro. Fue muy diferente de rato atrás, la presión de Min, el acompañamiento del pene de Namjoon friccionándose contra el suyo, no creía poder aguantar mucho.
Los lascivos sonidos que el lubricante y las penetraciones causaban resonaban en sus oídos, era lo único que se escuchaba más allá de sus gemidos y maldiciones. Yoongi no sabía qué mierda estaba sintiendo, solo que se sentía desfallecer cuando su cabeza cayó para apoyarse en el hombro de Namjoon. Los dos le hacían el amor, Jimin se inclinaba y los besaba a ambos, dejaba que las bocas de los tres se unieran en besos muy incómodos, pero deliciosos.
Uno dentro de él, Yoongi sabía que esa posibilidad existía, ahora los dos, ni en sus putos sueños. Por alguna razón, para él, el único que tenía la capacidad de recibir a más de una persona en su interior era Jimin. Joder, nunca en su puta vía tuvo a alguien en su interior y el mismo día tenía dos. Como ellos luego quisieran moverlo de la cama, tendrían una discusión muy severa.
Los labios de Jimin se afianzaron en sus pezones, Namjoon succionaba su cuello mientras lo abrazaba. Cuando sintió una mano alrededor de su miembro, supo que finalmente lo dejarían liberarse y que esta vez, eso sí sería todo. No recordaba un solo orgasmo que hubiese tenido la potencia de este, había tenido con ellos muchos en los que incluso lloró follándolos hasta el cansancio, haciéndoles el amor de muchas maneras, pero ese... Como ese no había tenido uno que lo hiciese gritar y temblar con tanta fuerza. Estaba clavando sus dedos en los hombros de Jimin tan fuerte como pudo porque sentía que se resbala, como si su conciencia lo estuviera abandonando y luego volviese. Iba y venía gimiendo hasta que Jimin besó sus labios por un momento.
— Eso es... — Jimin no pudo terminar su frase, apoyando su frente en el pecho de Yoongi y apoyado en los muslos de Nam, aumentó sus movimientos hasta correrse en el interior de su esposo. — Uy, mierda. — Tuvo que salir rápidamente, por alguna razón le dolía hasta el más mínimo roce cuando usualmente no era así.
— Vente, hijo de puta. — Protestaba Yoongi sintiendo como Namjoon seguía haciéndole el amor a través de su ya obtenido orgasmo. Lo giró para que sus caras se encontrara, para besarlo apasionadamente mientras escuchaba los quejidos de Yoongi morir en su boca, él gimiendo a la par mientras juntos explotaban en otro potente orgasmos, solo que esta vez, fue simultáneo, el primero que compartían juntos. — No sabes lo que te has buscado, Kim. — Musitaba Yoongi con lágrimas cayendo por su rostro, hablaba, pero su cuerpo no le respondía, no quedaba nada de ese que todos conocían como el líder de Indigo.
Namjoon se retiró muy suavemente, acostándolo en la cama para abrir su trasero y mostrarle a Jimin como el semen de ambos se escurría por su entrada hasta la cama; una de las imágenes más eróticas de las que habían sido testigo. Por reflejo y curiosidad, Jimin extendió su mano para frotar esa zona, intentando colar sus dedos.
— No puedes hacerme eso ahora, estoy muy sensible, bebé. — Musitó luego de dar un respingo.
— L-Lo siento. — Se disculpó retirando su mano, pero sin dejar de verlo baja la amplia sonrisa de Namjoon.
Acomodándose en la zona más limpia, Namjoon les ofreció sus brazos abiertos. Jimin fue a él rápidamente y Min, aunque sonrojado y odiando la idea, también se acercó y entregó por completo a aquel abrazo que tan bien se sintió una vez que lo recibió. Escucharon por el altavoz que quedaba media hora para llegar a una de las islas de Filipinas.
Aquí estoy de regreso varias horas después. Acabo de terminar de arreglar esta segunda parte porque no estaba escrita, solo la primera y última, no pensé que se me fuera a alargar tanto, 7k de palabras. En fin, espero que no se les haya hecho muy extenso o tedioso. No sé si quieran la tercera y última parte del extra o ya lo dejo así.
LORED
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