Capítulo 9
Inesperadamente, varios días habían transcurrido y Jimin aún no le había vuelto a dirigir la palabra a su por nueve años apodados "su mejor amigo". Merecía un trofeo por eso.
Le estaba yendo bastante bien, teniendo en cuenta que su lucha era contra Min Yoongi, ese hombre tenaz y que sabía exactamente qué botones presionar en él para debilitarlo. Con cada oportunidad que tenía de hacerle romperse o debilitarle, lo aprovechó y lo empujó más allá de la comodidad de Jimin.
En varias ocasiones casi se rindió y habló con el mayor. Pero a pesar de hacer todo lo posible para molestarle, Min sabía exactamente cuándo y dónde trazar la línea para detenerse antes de saber que no el menor seguiría soportando sus tonterías. Sabía cómo leerlo, cómo detener sus tácticas justo antes de que explotara en su cara por ser un idiota obstinado y molesto.
Sin embargo, Jimin también sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que olvidara lo enojado y herido que estaba por sus acciones. Bueno, su falta de acciones.
En ese momento, estaba al tanto de que el pelinegro ya podía sentir haber ganado la mitad de la batalla contra su mejor amigo. Ya se las había arreglado para eliminar por completo esas miradas negras y cortantes que Jimin solía darle y a pesar de no estar listo para perdonarlo, estaba consciente de que se estaba debilitando rápido.
Al demonio todo. Sabía que se le permitía estar enojado con Yoongi durante mucho tiempo, tal vez nunca lo perdonaría. Pero ese hombre, simplemente lo desarmaba con su sonrisa, esas que revelaban hasta sus preciosas encías, con una mirada suave en sus ojos. Le hacía considerar que realmente solo necesitaba unos días más de furia y autocompasión. Algún tiempo para sanar, entonces tal vez volviera a estar bien. Podría ser que no olvidara lo que sucedió y lo usara contra Min durante mucho tiempo, pero lo perdonaría de alguna manera eventualmente.
Solo deseaba que Yoongi pudiera decir las palabras "lo siento". Si pudiera decirlas, probablemente lo perdonaría en un instante. No, lo perdonaría en un suspiro porque sabía cuán difícil y raro era para él pronunciar esas palabras. Incluso podría ser algo imposible. No obstante, creía firmemente que la situación justifica una disculpa de él. No estaba pidiendo mucho. Ni siquiera si era algo que para Yoongi pudiese parecer demasiado.
¿Qué estaba pensando? A quién le importaban los sentimientos de Min cuando los suyos estaban rotos y esparcidos por todas partes. Tenía que controlarse y organizar su mente. Si seguía siendo considerado con el mayor, iba a caer de nuevo de la cumbre más alta y no estaba nada seguro de que Yoongi fuera a estar allí para atraparlo incluso si se lo prometió. Todo fue una mentira que por momento continuaba creyendo.
No le había dicho a Yoongi, es decir, ni siquiera hablaba con él así que no había manera que supiera, al menos no de su parte, mas había empezado a conversar e interactuar más allá de un simple saludo con Namjoon. Todo esto secretamente por supuesto. Solo cuando el pelinegro no estaba en casa.
Aunque a veces tenía frases que lo confundían como en sus antiguas clases de filosofía, él siempre decía algo interesante y todo profundo. Asentía sin entender, pero era agradable. Jimin creía que el peligris tampoco le había comentado a Yoongi que habían estado conversando. Por un lado, estaba seguro de que fue por puro instinto de autoconservación, solo Dios sabía cómo reaccionaría Yoongi si se enteraba de que el mayor de los tres logró sacarle una palabra primero que él.
Por otro lado, no era difícil notar que Namjoon sí comprendía la razón por la que estaba guardando silencio con Yoongi, algo más que solo empatía por su persona. Namjoon entendía su actuar, que ese castigo era algo necesario que precisaba dar, necesitaba hacerlo. No tenía otra manera de tomar represalias, aquello no fue un pequeño incidente sin resultados. Podría, posiblemente, haber perdido la vida. Además, así le enseñaba a Min que realmente no debería hacer promesas que no podía cumplir.
Sacudiendo su cabeza se acomodó, no quería pensar en eso. Los fragmentos del recuerdo de aquella fatídica noche habían regresado, principalmente en forma de pesadillas. Ya tuvo que sufrirlos cuando se quedó dormido, odiaba pensar en eso voluntariamente durante el día cuando estaba completamente despierto también.
Suspiró mirando al peligris fruncir el ceño ante su computadora portátil, antes de estirarse para tomar su café y tomar un largo trago.
Los dos estaban en la sala de estar como de costumbre. Jimin estaba cansado de estar encerrado en su habitación, Yoongi estaba fuera y no regresaría hasta altas horas de la noche. Mientras tenía la seguridad de que no tendría que encontrarse con el pelinegro, le gustaba mucho pasar tiempo abajo, donde estaba la televisión, la cocina y, curiosamente, Namjoon.
Sí el raro de Namjoon. Sorpresa, sorpresa... Ellos tampoco llevaban mucho tiempo conversando hablaron hacía un par de días por primera vez. Aunque ya era hora de todos modos. El menor estuvo a punto de volverse loco por no hablar, con Yoongi no hablaría por ahora, así que sus primeras palabras fueron para el hombre fiel y leal. La primera vez que sucedió, Jimin no recordaba haber visto a Kim más feliz.
Fue algo tan simple que no esperó obtener esa reacción. Simplemente le respondió en voz alta cuando dijo algo sin importancia. Lo había sorprendido aunque no fue con ese propósito, ni lo pensó en realidad. La expresión de su rostro, con solo recordarla, le hizo querer reír. Parecía que acababa de presenciar un milagro. Sus ojos se agrandaron, antes de que sus gruesos labios se separaran y mirara a su alrededor en busca de Yoongi, recordando que este no se encontraba en casa y que Jimin efectivamente le había hablado a él.
El menor recordaba que Namjoon se acercó a él y pudo sentir que estaba listo para un abrazo, pero él no, así que retrocedió un poco. Frente a eso Namjoon se disculpó de inmediato, explicando que estaba aliviado de que ya no le guardara tanto recelo y permaneciera encerrado en su concha. Ahí le empezó a decir que no era saludable, que incluso si solo era un gruñido de respuesta, lo apreciaría tanto él, como el propio Jimin.
Compartieron pequeñas conversaciones desde entonces. No fue tan incómodo como esperaban, especialmente porque nunca antes habían sido particularmente amigables el uno con el otro. Pero la agradable vibra que Jimin recibió de él le animó para hablar con un poco más cada vez.
Cada vez que Yoongi salía de la casa y dejaba a Namjoon atrás para cuidarlo, se encontraba bajando las escaleras y encontrándolo a mitad de camino, donde el peligris le ayudaría por el resto del camino. Era su pequeña rutina. Era la única rutina que el castaño realmente esperaba.
Solo un par de días juntos, se dio cuenta de que Kim era un buen hombre. Él realmente lo era. A veces incluso podía olvidar que trabajaba como la mano derecha de su mejor amigo mafioso. Eso lo desarmaba porque a pesar de su intimidante semblante que siempre mostraba al trabajar, podría llegar a ser encantador. Ellos hablaban, se reían de cosas que al pelinegro le hubiesen parecido idiotas. Le seguía bastante la corriente y el hilo de cualquier tema.
Era fácil estar cerca de él. No era para nada como estar cerca de Yoongi en los últimos años, asfixiante. Podría haber ayudado que Namjoon hubiera sido quien lo despertara de sus pesadillas la mayor parte del tiempo. Jimin creía que de alguna manera había asociado su presencia con la comodidad y la tranquilidad. Como había pensado antes, realmente era como su propio superhéroe.
Dios, aún recordaba la vez que Kim me salvó de mi hermano.
El protagonista de los pensamientos del menor en esos pocos minutos finalmente dejó su laptop y se volteó para mirarle. Jimin sonrió muy levemente cuando sus labios elevaron las comisuras. Él era realmente encantador y ni siquiera se daba cuenta de ello. A sus ojos, no tan guapo como Yoongi, pero aun así. Ese hombre sabía cómo hacerlo sonreír siempre de alguna manera. Siempre tenía las palabras justas y aunque algo torpe, era muy agradable
Jimin se percató de que ya no se sentía amenazado por él. Ya no lo veía como su rival amoroso. No recordaba cuándo sucedió ese cambio, pero pensaba que las muchas veces que había estado allí para él, fueron suficientes para olvidar todas las dudas que tenía sobre su persona. Era un buen hombre. De hecho, podría estar un poco interesado en él. Como amigo...
Apartó la mirada del peligris y miró la televisión, con el corazón un poco raro, como si hubiese corrido, acelerado, cuando se dio cuenta de lo que me había descubierto en ese instante. ¿Realmente solo estaba interesado en él como amigo? La palabra amigo para él nunca fue muy clara, debía admitirlo.
— Regresará después de la cena.— Namjoon anunció, mirando la hora en su reloj. — ¿Qué te gustaría cenar? — En respuesta el menor se encogió de hombros tratando de calmarse.
— Algo ligero. — Odiaba el temblor en su voz.
Esperaba que Namjoon no lo captara y le preguntara al respecto. No deseaba tener que inventar una mentira en ese momento. No tenía capacidad de procesamiento cerebral para hacer eso. Todavía estaba un poco asustado por el hecho de que podría haber desarrollado sentimientos por la mano derecha de Yoongi. ¿Pero tan rápido? ¿No sería que solo ha experimentado un trato con una persona normal en con quien se sentía bien y automáticamente lo confundió con atracción?
¿Ya no amaba a Yoongi, porque si lo amaba no entendía cómo podría atraerle algo más? Nunca sintió atracción por alguien más que no fuera su mejor amigo. ¿Se enamoró de Yoongi o se enamoró de Namjoon? ¿De los dos tal vez?
Sus manos vagaron hacia su pecho buscando respirar correcta y profundamente dentro, fuera...
No.
Todavía sentía ese dolor horrible en el pecho cada vez que pensaba en Yoongi. Nada había cambiado. Maldito sea, Min Yoongi, lo odiaba. Muy bien, tal vez odio era una palabra fuerte, pero realmente no le gustas, al menos algunas cosas de él.
¿Cómo era posible que alguien pudiese tomar su corazón tan fácilmente y hacer con él lo que quisiera sin pensar en las consecuencias? ¿Cómo era que sin importar lo que pasara entre ello, no podía cambiar lo que sentía por él?
— ¿Todavía no tienes apetito? — El peligris lo miró con tanta preocupación en sus ojos que tragó saliva.
— S-Sí, ya tengo un poco de hambre. — Mierda, su corazón debía detenerse.
¿Qué estaba haciendo? ¡Estaba enamorado de Yoongi, no de Namjoon!
Cuando Kim guardó silencio, no pudo evitar preguntarse si se había dado cuenta de por qué estaba casi al borde de un mini ataque de pánico. Podía sentir su rostro ponerse caliente y sus dedos cada vez más fríos.
— Perdónalo, Jimin. — El mayor dijo de la nada y no pudo evitar darle una mirada de reproche a pesar de su corazón acelerado. — Él está realmente arrepentido, ya sabes. No creo que tenga que decirte lo torturado que está por eso. Sé que es difícil para ti, pero por favor, considera cuánto se preocupa por ti.
— Tiene una gran manera de demostrar cuánto le importo. — Musitó apretando los puños. Realmente no quería hablar de eso en ese momento. Namjoon se volteó para mirarlo correctamente.
— Cometió un error. No voy a endulzarlo, lo hizo. Fue un tremendo error imperdonable. Pero ustedes son mejores amigos, Jimin. Además, lo conoces, él nunca te dejará ir, se aferrará a ti para siempre. ¿Quieres permanecer así, viviendo con Yoongi y en silencio por el resto de tu vida? — El maldito hombre tenía un punto, siempre lo tenía. Siempre supo las cosas correctas que decir, en el momento adecuado. Él siempre lo tomaba por sorpresa.
Dios, ¿qué sentía por ese hombre, si no era amor? ¿Atracción? Admitía que Namjoon era bastante atractivo. Debía comenzar por su personalidad, su manera de hablar, no es que pudiera ver su interior, pero tenía un sexy cerebro. Su altura, masculinidad, los muslos escondidos detrás de sus pantalones, su pecho ancho y pronunciado que generaba inadecuados pensamientos. Maldición. ¿Siempre estuvo así de bien?
— Bien, podría intentarlo. — Siseó, enojado con sus pensamientos mientras escuchaba al contrario exhalar por la nariz audiblemente.
— No quieres decir eso, solo deseas que deje de hablar. — Se cruzó de brazos con un puchero.
— Tal vez... O quizás lo decía en serio, no lo sé. Puedo ser bastante indeciso cuando se trata de Yoongi. — En un momento, estaba locamente enamorado de ese tipo y al siguiente, solo quería golpearlo en el estómago y patearle su cara.
— No va nunca a cometer un error como ese de nuevo, Jimin. — El mayor se relamió los labios y los frunció con una expresión comprensiva.
— Hasta la próxima vez que mi hermano decida usarme como saco de boxeo, no lo sabré con certeza, ¿verdad? — Puso los ojos en blanco mientras el más alto negaba con la cabeza.
— Kyung no será un problema para ti otra vez. Esta vez es seguro. — Le sorprendió esa respuesta.
— ¿Qué quieres decir? — Exigió, sentándose derecho.
— Esta vez es seguro. ¿Creías que Yoongo lo dejaría escapar una vez más después de lastimarte, Jimin? La primera vez nos detuviste, solo por ti salió vivo y mira lo que sucedió, regresó incluso con más personas. — Namjoon se rascó su inexistente barba. — Antes de decir algo, sé que probablemente no creas que se lo merezca, pero lo hace. Por todo lo que te ha hecho, ¿no crees que podría habérselo hecho a otra persona también? Necesita ser castigado. Puede que no te gusten nuestros métodos, pero él necesitaba saber que lo que ha hecho es malo, Jimin.
Cuando el menor abrió la boca para decir algo, el peligris levantó la mano hacia él para detenerlo.
— Puedes decir que es familia, ¿pero lo es realmente? Jimin, sabes que Yoongi ha sido tu familia, más que tu hermano. Todo lo que él ha hecho alguna vez... Siempre ha pensado en ti mientras tomaba esas decisiones. Te quiere más de lo que puedas imaginar. Nunca quiso que te lastimaras así y no allí cuando lo necesitabas.
¿Por qué él decía lo que esperaba oír de Yoongi? Realmente era bueno haciendo su trabajo, una leal mano derecha. Se frotó su rostro y lo miró. No dijo una palabra, no supo qué decir. Maldito sea Namjoon por debilitarlo aún más contra Yoongi. Podía sentir que los muros que había construido contra este comenzaban a flaquear. Namjoon era el operador y el pelinegro iba a ser la bola de demolición que lo dejaría en ruinas. Esos dos... No podía ganar contra ellos. Cuando guardó silencio, el mayor ofreció una sonrisa triste.
— Sé que piensas que él no lo hace. Sé que lo que sucedió esta vez definitivamente no ayudó a probar mis palabras. Pero él se preocupa por ti. Créeme. — Tomando su mano en la suya, Namjoon lo miró. — Sabes que pase lo que pase, Yoongi nunca te lastimaría, al menos nunca a propósito. Confía en su cuidado y preocupación por ti.
— No sé si puedo confiar en él, Namjoon. — Admitió buscando la fuerza para dejar salir lo que siempre había guardado para él y las paredes de su habitación.
No quería sonar como un niño berrinchudo o tan débil, pero necesitaba al menos una vez decir las cosas tal cual las pensaba.
— Sinceramente, no sé cómo se supone que debo actuar con Yoongi ahora. Cada vez que lo veo, siento la amargura dentro de mí subir hasta mi garganta, haciéndome sentir náuseas. Sigo pensando en cómo él no estaba allí para mí cuando prometió que estaría. Como me dio la confianza y la esperanza, pero fueron promesas vacías.
— Confía en los últimos diez años que has tenido con Yoongi. — Sugirió Namjoon y no pudo evitar soltar una risa amarga.
— Sí. No lo sé. — Tal vez lo sabía.
No había estado en peligro durante diez años. De hecho, diría que estuvo muy protegido y mimado por Yoongi. Lo había cuidado mucho cuando ni siquiera era su responsabilidad, desde el día uno cuando aún vivían sus padres. Para ser honesto, a veces era como un padre para Jimin y se avergonzaba no poder ofrecerle nada porque era muy débil e indeciso la mayoría del tiempo.
— Sabes. Lo sabes. — Namjoon extendió la mano para palmear su cabeza. — Si no lo supieras, Jimin, no importa cuánto intente Yoongi mantenerte aquí, ya habrías luchado por salir de esta casa hace mucho tiempo.
Dios maldijera a ese hombre por tener razón, de nuevo.
+++
Le había ido bien a Jimin, se las arregló a bien para evitar cualquier posibilidad de hablar con Yoongi. Pero ese día, supo que había perdido. ¿Cuándo y con qué confianza tenía que tratar de resistirse a Min? Ese hombre tenía una gran cantidad de conocimiento sobre el mundo y sobre él. ¿Cómo iba a luchar contra eso?
Se despertó esta mañana, pensando que iba a ser lo mismo que la última semana y media. Iba a mantenerse firme y ser terco, no hablar con su mejor amigo incluso si este le apuntaba con un arma a la cabeza. Ensayó lo que haría exactamente para poder molestar a Yoongi hasta con un pequeño gesto, tal vez una mirada, pero no se intercambiarían palabras entre ellos. Planeaba mirarlo con odio si era necesario.
Estaba comenzando a disminuir su ira contra el pelinegro, pero continuaba viendo cuál de los dos cedería primero. Iba a ser el tonto o Yoongi finalmente se disculparía con él. Realmente pensó todo sería lo mismo, pero el zorro astuto de Min cambió su táctica
En lugar de ser pegajoso, sensible e intentar molestarle para que hablara, Yoongi decidió... ¿Podría decirse "cortejarlo"? Es decir, no era nada sobre romance o citas, pero seguro me Jimin así se sintió, cortejado. Podría ser que le excitara y dejara volar su imaginación de nuevo con las posibilidades junto a Min.
Cuando vio al bajar a Namjoon sentado en el sofá, le dio una sonrisa cortés, antes de caminar hacia la cocina, buscando discretamente a Yoongi, solo para descubrir que el peligris y él estaban solos en la sala de estar. Cuando finalmente dirigió su vista a la cocina, se sobresaltó con lo que vio.
La mesa estaba llena de boletos y con su curiosidad, no pudo evitar acercarse a la isla, escaneando el contenido rápidamente. Había entradas para diferentes películas, juegos, museos, obras de teatro, musicales, conciertos, parques de atracciones y Dios sabía qué más, todo para la misma fecha, justo ese. No tuvo tiempo suficiente para echarles un vistazo antes de que Yoongi finalmente diera a conocer su presencia.
— No sabía para qué estabas de humor. Conseguí algo de todo lo que estaba cerca y te gusta. Si prefieres algo fuera del país, también se puede arreglar. — Se resistió a darse vuelta y mirarlo, porque sabía que ya me estaba desmayando como un chiquillo emocionado.
Ver su hermoso rostro sonriéndole no iba a ayudar. ¿Por qué todo lo que hacía su hombre era siempre tan condenadamente excesivo? No tenía puntos medios. Muy bien, lo admitiría. Eso fue muy amable de su parte. Pudo ver el esfuerzo que había hecho para sorprenderlo.
¿Era malo que quisiera alargar más su acto porque el pelinegro estaba siendo muy amable con él? Probablemente, sin embargo, quería sacarle el zumo a eso por todo su valor monetario o más.
— ¿Qué es esto? — Finalmente murmuró en voz baja mientras miraba las entradas sin pensar.
Escuché a Yoongi tomar una profunda bocanada de aire. Debió estar sorprendido de que finalmente le estuviera hablando. Podía oírlo y sentirlo dar un par de pasos más cerca de Jimin.
— Entradas para la mayoría, si no todas las cosas interesantes a las que puedes asistir o hacer esta noche, hasta mañana por la mañana. — Su voz sonaba sin aliento.
Tal vez se había ido por la borda con su "castigo". Quizás una semana y media de silencio absoluto hacia su mejor amigo fue demasiado tortuoso, sabiendo bien cómo lo tomaría si mantuviera su distancia de él.
Por otra parte, si no lo hubiera hecho, no se hubiera dado cuenta de cuánto poder tenía sobre Yoongi con solo mantener la boca cerrada. Jamás lo hizo antes, no así, media hora o máximo dos y Jimin siempre volvía a hablarle aunque nunca tuvieron realmente una discusión tan fuerte. De hecho, no recordaba haber discutido en lo absoluto, le daba siempre pase libre. Se mordió los labios para evitar sonreír demasiado.
— Puedo ver eso, quise decir, ¿para qué son? — Trató de usar un poco más su tono serio. No podía dejarle saber que ya había tirado la toalla.
— Para que disfrutes. — Su voz estaba peligrosamente cerca de él y esto le hizo alejarse cautelosamente. Necesitaba distancia antes de hacer o decir algo. — Elegí algunas de las atracciones y actividades que pensé que realmente disfrutarías. Solo quiero que disfrutes, Minie.
— ¿Por qué? ¿Por qué haces esto, Yoongi?
Todo se redujo al momento en que el aludido puso sus manos en los brazos del menor mientras permanecía detrás de este. Fue completamente derrotado cuando sus cálidas y pálidas palmas le agarraron los brazos helados. Ese imbécil tuvo la osadía de acercarlo a él. Él sabía el efecto que tenía sobre Jimin, él tenía que saberlo o no le estuviera haciendo eso sin motivo.
— Estás enojado, tienes todo el derecho a estarlo. Solo estoy tratando de compensarte. — Apoyó la barbilla en su hombro, el menor resistió el impulso de ignorarlo. Su corazón se saltó varios latidos y le pidió a Dios que sus orejas no estuvieran ardiendo en ese momento, exponiéndolo.
Vencido, Jimin recogió algunas entradas para ver, realmente había de todo.
—¿Entradas para un musical, películas, un juego de béisbol, un parque de diversiones? — Se estremeció ligeramente cuando se rio justo al lado de su oreja, encogiéndose de hombros.
— Los regalos ayudan, ¿verdad? Las mujeres parecen caer en la trampa de todos modos. — Jimin se giró para enfrentarlo con el ceño fruncido, sosteniendo su mano en el pecho contrario para mantenerlo a distancia.
— Para comenzar, me cuelgan los mismos que a ti. No soy una chica o mujer, Yoongi. — Le entrecerró los ojos, lo que había ganado lo perdió en un segundo.
¿Cómo pudo pensar que él se alegraría al escuchar un comentario tan estúpido como ese? Era como si le estuviese regalando una cartera a una prostituta cualquiera, metiendo a todas las mujeres y a él mismo en el mismo desagradable saco. Además, sin importar su carácter o esa belleza que alguna vez le señaló, él seguía siendo hombre, ser gay no significaba querer ser automáticamente una mujer o desear ser tratado como una. Los mismos comentarios sin sentido de muchas personas de mente cerrada, de homofóbicos incluso, tal cual Kyung.
Yoongi instantáneamente levantó los brazos en señal de rendición, intentando frenar todos los pensamientos de Jimin.
— No estoy diciendo que lo seas. Vamos, Jimin, realmente lo estoy intentando aquí. — Le hizo un puchero al menor. — Realmente lo estoy intentando.
Lo estaba haciendo, el idiota realmente lo estaba haciendo y lo podía ver. Incluso si su razonamiento pudiera ser defectuoso y medio retrógrado. Sabía que era una acción que rara vez había hecho, corrección, que nunca había hecho por nadie más. En realidad, nunca lo había visto hacer el esfuerzo de elegir un regalo para nadie.
Incluso podría ser idea de Namjoon. Aunque, no sabía mucho sobre cómo cortejaba a las mujeres que llevaba a su cama. Sin poderse contener, el castaño hizo una nota mental para preguntarle a Kim cuando estuviesen solos.
Pero el idiota lo intentó y consiguió. Él enloqueció a su corazón que estaba completamente preparado para ir a la guerra hacía unos minutos. Estúpido corazón el suyo. ¿Por qué no pudo mantenerse firme?
— Una disculpa sería suficiente, creo. — Jimin se cruzó de brazos, desafiante, y el mayor arrugó el entrecejo ante eso.
— Esto es todo. — Asintió señalando a los boletos.
— No, Yoongi, no debería ser difícil. — Espetó exasperado, sabiendo muy bien lo difícil que era para Min decir dos palabras simples.
"Lo siento" no estaba en su vocabulario, tal vez moriría antes que lo escuchara de él. Aun así, no le dolió intentar sacárselo. Yoongi levantó la ceja e inclinó la cabeza.
— Bueno, ya sabes cómo me siento. — Como esperaba. ¿Qué tan difícil era disculparse? Era un hombre tan orgulloso.
— Como sea. — Arrugó la nariz y se volteó para mirar las entradas.
Esa era una imagen alegre para el pelinegro que soltó una carcajada detrás de Jimin, acercándose a él, encerrándolo contra la isla de la cocina con los brazos estirados a cada lado de su cuerpo.
— Entonces, ¿cuál vamos a usar esta noche? — Cualquiera podría escuchar la alegría en su voz mientras hablaba. Estaba más que aliviado de que volvieran a hablar de nuevo.
Jimin lo fulminó con la vista, odiando que ya había perdonado al idiota porque a pesar de no querer reaccionar de la manera que él quería, lo conmovió e impresionó con ese movimiento. Además, su cuerpo estaba reaccionando a su proximidad. Literalmente se estaba quemando por dentro.
— Bien... Si realmente tengo que elegir uno, elegiré uno relajante. Dios sabe lo tenso que he estado últimamente. El paquete de spa está empezando a sonar bastante bien, ya que estoy casi completamente curado de todos los moretones. — Recogió los boletos, sacudiéndolo delante de su cara burlonamente.
—Sí. — Le miró con culpa en su rostro, pasándose los dedos por el cabello. — Entonces te dejaré allí. — Su voz era baja.
— ¿No vas a unirte a mí? — Preguntó con curiosidad.
La mayoría de los boletos eran en pares o en tres. Esperaba que Yoongi y Namjoon fueran a acompañarlo. Disfrutar de cualquiera de esos solo no parecía tan divertido.
— Esta noche no, Jimin. — Sacudió la cabeza.
— ¿Por qué no? ¿Por qué compraste tantos de estos de todos modos? Deberías haber obtenido como máximo tres opciones. — Min le sonrió.
— Pero entonces no te hubiera impresionado lo suficiente como para hacerte hablar conmigo, Jimin. — Le tocó la nariz. — Y los spas no suelen salir como los planeo.
— ¿Qué quieres decir? — Odio que su nariz ardiera como si tuviera una dolorosa quemadura de sol donde sus dedos habían tocado su piel.
— Digamos que los masajes me ponen un poco juguetón y no estoy de humor para eso esta noche. — Yoongi miró hacia otro lado. — Esta noche es para ti.
A pesar del fugaz desmayo mental, Jimin amordazó las imágenes en su cabeza que gritaban descontroladas. Masajistas afortunadas. Tal vez debería aprender una técnica o dos... En su cabeza, sus manos deambulaban sobre la espalda engrasada, ancha aunque pequeña y con los exactos músculos de su mejor amigo.
— Podríamos hacer otra cosa. — Volvió a bajar los boletos y buscó una alternativa en la mesa. Pero la mano de Yoongi deslizó los boletos que puso en el mostrador al instante de regreso a sus manos.
— No. Kim y yo debemos hacer un trabajo de todos modos. — Explicó, entregándole los boletos a un Namjoon que estaba de pie con su computadora portátil debajo del brazo.
Jimin recordaba que el peligris mencionó que estaban un poco atrasados en muchas cosas desde el ataque de su hermano. No habían podido estar al tanto de las cosas cuando Yoongi decretó no lo dejarían solo.
— Sí, si solo utilizas tu tiempo para algo más que cuidarme, probablemente serás productivo. — Rodó sus ojos, mordiéndose los labios, preguntándose si debería insistir en que fueran juntos de todos modos. No creía poder disfrutar de ninguna parte del spa sabiendo que Yoongi y Namjoon estarían trabajando mientras él disfrutaba.
— Solo estaba tratando de estar pendiente de ti, ¿de acuerdo? — La mano de Min salió disparada para agarrarle del hombro. —No quiero cometer el mismo error dos veces. — Sus ojos parecían estar cargados de dolor mientras lo miraba.
Eso era lo más parecido a una disculpa que iba a recibir. ¿Él admitiendo un error? Era enorme. Namjoon parecía estar de acuerdo con su pensamiento cuando levantó tanto las cejas que Jimin pensó que se iban a fusionar con su cabello.
Luchó contra el instinto de decir algo atrevido, eligiendo en cambio tomar su "disculpa" amablemente.
— Gracias, Yoongi. — El mencionado sonrió de oreja a oreja, abrazándolo.
— No, gracias. Gracias por hablar conmigo otra vez. — Había cegado al menor con esa sonrisa excesivamente encantadora que le hizo sonrojar. Miró a Namjoon brevemente, recordando la conversación que tuvieron hacía algunos días.
— Bueno, sabes lo enojado que estaba contigo. No lo vuelvas a hacer, ¿de acuerdo? — El pelinegro sacudió la cabeza con una sonrisa.
— Yo nunca, jamás te haré algo así de nuevo. Serás mi prioridad, ¿de acuerdo? — Jimin asintió, complacido por ahora.
Muy bien, ¿a quién estaba engañando? Prácticamente se estaba desmayando por cada una de sus palabras. Solo estaba tratando de mantenerse fuerte porque de lo contrario se vería como un tonto absoluto y todavía no quería que viese como verdaderamente se sentía.
— Me cambiaré entonces. — Habló por lo bajo mientras se alejaba de Min, mas sus manos se lanzaron para agarrarlo del codo antes de que pudiera alejarse.
— Jimin, quiero presentarte a algunas personas. — Tenía una mirada cautelosa en su rostro y esto hizo al aludido arrugar su frente. — Necesito presentarte a algunas personas.
— ¿Por qué siento que estas personas son diferentes de las que ya he conocido? — Lamí mis labios tentativamente.
Por la forma en que su cuerpo se tensó, se dio cuenta de que tenía razón. No era estúpido. Sabía que en algún momento tendría que interactuar con personas más influyentes o tan poderosas como Yoongi. Estaba al tanto que trabajó o trabajaba para alguien, no esperaba que comenzaba su propia mafia a la edad de diecisiete años. Lo único era que sabía que Yoongi había subido rápidamente sus escalones y no estaba seguro de cuán alto había llegado en la jerarquía. Min asintió, su agarre en aquel codo se tensó.
— Sí. Esas personas que ya conociste son mis hombres. Trabajan para mí. Creo que es hora de que conozcas a otros de mi.. — Se aclaró la garganta. — Estatus.
Park exhaló fuerte mientras asentía. Realmente no tenía otra opción disponible. Incluso si protestaba, no queriendo tener nada que ver con lo que Yoongi estaba sugiriendo, estaba seguro de que tenía buenas razones para planteárselo. Además, en realidad usaba la palabra necesidad. Tampoco creía que su mejor amigo tuviera muchas opciones.
— Esto me recuerda que quería preguntarte algo. No eres como un jefe de la mafia o algo así, ¿verdad? — Le preguntó con los ojos muy abiertos, finalmente recordando que había tenido la intención de hacerle esa pregunta durante mucho tiempo.
Namjoon lo llamó jefe, los hombres que conoció en ese edificio lo llamaron jefe, pero le gustaría fantasear con que no fuera tan aterrador como se imaginaba. El pelinegro le soltó el codo y se rascó la ceja.
— Lidero, pero... no soy... la cabeza. — Jimin le echó un vistazo a Kim. Tuvieron contacto visual y este miró hacia otro lado haciéndole estremecerse un poco. No estaba seguro de si le gusta lo que implicaban sus reacciones.
— Pero... ¿Eres alguien grande? — Trató de aclarar con cuidado y el mayor asintió.
— Sí. — Su voz era baja y el contrario supo que no debía preguntar más.
— Bien.— Parpadeó.
Yoongi respiró hondo, mirándole a los ojos con tanta seriedad que el menor extendió la mano detrás de él para agarrar la isla.
— Solo estoy a cargo de varias área y algunos hombres. Soy parte de la alta gerencia, pero no la cabeza principal y general.
Podrían matarlo, pero Jimin casi podía sentir la palabra "todavía" queriendo acompañar el resto sus palabras, pero se detuvo de preguntar. Algo le decía que su mejor amigo estaba en constante crecimiento y lo único que podía pedir era que estuviera bien. Se preguntan si en algún momento le tocaría a él también sostener alguna de esas armas para dispararlas junto a esos otros dos hombres.
— Podríamos dejarlo en que solo eres poderoso.
¿Entonces podría ser como el segundo más poderoso? ¿El tercero? ¿El décimo? Necesitaba averiguar cómo funcionaba toda esta estructura de la mafia si realmente iba a permanecer ahí, cerca de dos hombre por completamente zambullidos en ella. Quizás cuando Namjoon tuviera tiempo, le preguntaría. Bueno, ese era si este tenía al menos permitido revelarle algo, lo más mínimo.
— Lo entiendo. — Se tranquilizó lentamente, no queriendo preocupar a Yoongi.
Sabía que si fuera tan simple como contarle todo, ya lo habría hecho. Prometió contarle todo. Estaba bien, claro, él no cumplió con su última promesa, pero aún así, creía que tenía que darle otra oportunidad.
— Te explicaré más después de conocer al resto, ¿de acuerdo? — Le dio unas palmaditas en la cabeza. — Es un poco abrumador, pero cuando te encuentres con lo grande jugadores, deberías comenzar entenderlo mejor. — Jimin asintió en silencio. Como siempre, preguntándose si alguna vez tendría la oportunidad de ir en contra del ritmo o estilo de vida de Yoongi.
Dios, revisando por arribita los capítulos de esta vieja historia almacenada, me doy cuenta de lo largos que solían ser todos mis capítulos. Ninguno hasta ahora ha tenido menos de 5k de palabras y este casi llegó a 5k. 🤦🏾♀️ Con razón cuando empecé a dividir capítulos mis historias siempre parecían tan largas. 😂😂😂
En fin
¿Qué les pareció este capítulo? Por lo que voy leyendo quizás altere algunas cosas. Era muy frustrante mi escritura antes enfocada más en una persona que en el reste. 😩 Bueno, igual espero que la estén disfrutando.
LORED
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