Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37

Todo fue como un torbellino loco de un día. Del tipo que parecía pasar demasiado rápido, que dejaba sin aliento y con dolor de cabeza tratando de averiguar qué estaba pasando exactamente, y si algo de eso era real.

Fue como si Jimin estuviera viendo pasar una película delante de sus, con la única diferencia de que él era uno de los actores principales. Fue surrealista, sintió que podía cerrar los ojos, despertarse a la realidad y fingir que todo eso no sucedió. Excepto que eso era real y ya estaba despierto por completo.

Una vez que terminó la reunión con Padre, Yoongi los llevó a ver a un Taehyung, que estaba muy contento envuelto en besos poco comedidos de un rubio que puso distancia con un poco de fastidio cuando los vieron. Sin embargo, la alegría del pelirrojo pareció solo ir en aumento cuando los vio, algo avergonzado cuando Min lo reprendió por bajar la guardia lo suficiente como para salir lastimado. Por supuesto, Jungkook y Jimin salieron a su rescate de inmediato.

Todos rieron ante esto. Era completamente innecesario para Yoongi reprendiera a un hombre gravemente herido que no hizo nada malo excepto sobrevivir al ataque provocado por pandilla rival. Además, que fue gracioso ver la mirada que el rubio le daba luchando contra todos sus instintos porque sabía que Taehyung odiaría que lo continuara defendiendo contra Yoongi.

Protestó un poco, pero luego de un beso que hizo a todos voltearse, Jeon decidió salir por un momento del hospital para encargarse de varios asuntos. A Min, por otro lado, aunque sabía de la relación entre el pelirrojo y el rubio, no le hizo gracia una vez más el intercambio entre Taehyung y Jimin.

Si la situación no fuera tan grave, Park incluso habría encontrado sus celos bastante adorables. Excepto que Taehyung había recibido un disparo, aparentemente había miembros de pandillas rivales plantados entre ellos, agregando a todo eso que su vida corría peligro también. Era difícil reírse cuando se encontraba en ese juego de la vida que parecía condenarlo a ser asesinado antes de que pudiera llegar a la siguiente etapa.

Hablando de la próxima etapa, el trío se mudó oficialmente a su nuevo hogar. Los apartamentos ya no existían. No más regresar a la humilde morada de Namjoon con una habitación y un baño, ahora tenían suficiente espacio para andar en bicicleta por toda la casa. No más regresar al extravagante departamento de dos pisos de Yoongi que todavía dejaba cierto rencor en la mente del menor cuando lo recordaba. Un nuevo hogar impresionante y caro.

Min estaba orgulloso de su logro. Una casa con playa privada en Incheon. Literalmente estaban viviendo la vida de una docena de películas que Jimin había visto. El menor estaba extremadamente impresionado. El único problema era que no le permitían recorrer el vasto espacio de su nuevo hogar por su cuenta.

Cuando no estaba terriblemente agotado por todo lo que Namjoon lo hacía correr o le entrenaba para ganar resistencia, ellos lo mantenían en lugares estratégicos. No podían darle aún total libertad cuando había miembros locos de pandillas rivales que querían matarlo. No cuando existían dos amantes sobre protectores que lo perseguían a donde quiera que iba.

Al principio fue adorable, luego se volvió completamente molesto y ahora... Jimin simplemente se resignó a su destino, que tendría dos sombras más aparte de la proyectada por la luz que golpeaba su cuerpo y que este emanaba. Estaba bien, no podía quejarse demasiado por su privacidad cuando podría tener un sicario respirándole en el trasero.

— Baja la tableta, Yoon. El desayuno está listo. — Lo miró fijamente cuando levantó la vista de su aparato con una ceja enarcada.

Había estado pegado a ese dispositivo durante los últimos días, estaba empezando a volverse insalubre. Sabían que había asuntos urgentes que atender especialmente porque tenía que hacer algún tipo de "limpieza de primavera", pero cuando Jimin lo veía la mitad del tiempo con esos aparatos y la otra mitad en su guarida por teléfono, empezaba preocuparse si incluso tenía algo más en mente que no fuera el trabajo. Últimamente tampoco lo estuvo molestando con afectos físicos y esto definitivamente comenzaba a ser una preocupación para él, ya que estaba completamente fuera de lugar para Yoongi ser así.

Namjoon se echó a reír a su lado cuando rodeó la isla y caminó hacia Jimin con los brazos extendidos para un abrazo. Jimin se alejó de él rápidamente, con cuidado de mantener la sartén caliente lejos de su cuerpo mientras el de Namjoon chocaba contra su espalda. Sus brazos lo rodearon, inhalando profundamente su cuello para luego besarlo.

Kim, a diferencia de Min, parecía extrañamente relajado para alguien que era la mano derecha de un subjefe que estaba tratando de eliminar las ratas de la familia.

— Realmente no quiero regañarte, pero he dicho esto muchas veces, Namjoon. No te acerques tanto cuando cocino, especialmente cuando sostengo una sartén que acaba de alejarse de la estufa. ¡Podría quemarte!

Espetó, moviendo sus caderas hacia atrás para empujarlo sin éxito. Sus brazos todavía estaban pegados a él como tentáculos. El peligris solo lo abrazó con más fuerza mientras besaba un lado de su cabeza.

— Solo arderá un poco, me recuperaré. — Bromeó provocando los bajos instintos de un Jimin que realmente deseó quemarlo para ver cómo reaccionaría, a ver si le gustaba tanto que continuaría abrazándolo de ese modo.

— O podría esperar a que termine. ¿Eso me llevará cuánto, cinco segundos? —Puso los ojos en blanco.

— Cinco segundos es demasiado, me gusta aprovechar el tiempo a tu lado. — Le susurró al oído mientras lamía y mordisqueaba, haciendo que el corazón contrario se acelerara y su cuerpo reaccionara a él.

— ¡Basta! — Le advirtió con el sonrojo en su rostro aumentando hasta hacerse notar.

— ¿Van solo a seguir coqueteando o alguien su unirá a mí para desayunar? — Min habló detrás de ellos. — Si vamos a seguir coqueteando, me gustaría volver a mi tableta. Tengo cosas más importantes que hacer que ver el espectáculo que están montando. — Ahora Jimin quería lanzarle al pelinegro el sartén por el tono que estaba usando.

Hubo un tiempo en que ver cualquier espectáculo que Namjoon y el menor hacían, era lo único que le interesaba a Yoongi. Comprendía la situación, mas la forma en que a veces contestaba seguía sacándolo de quicio. Se mordió los labios para asegurarse de no decir una palabra, sabiendo lo estresado que había estado en los últimos días, trabajando día y noche para mantener a la familia unida y segura.

— Vamos a ir. Solo déjame soltar este sartén. — Se alejó de Namjoon, quien de mala gana lo soltó mientras daba un par de hacia la estufa.

— Sabes, podría tener otras ideas sobre el desayuno.

Namjoon arrastró las palabras en silencio mientras se lamía los labios, mirándolos con una mirada que a Jimin le hizo temblar y su trasero apretarse. El menor Soltó un suspiro tembloroso mientras volvía a colocar la sartén sobre la estufa, dándose la vuelta con los ojos entrecerrados.

— Después del desayuno. —Espetó buscando con la mirada a un Min que los estaba mirando con una mirada cansada en su rostro.

Yoongi realmente no tenía la intención de criticarlos, él sabía a lo que ellos estaban jugando y en otra ocasión les habría seguido la corriente. No obstante, en ese instante tenía demasiado con lo que lidiar.

Jimin agarró el brazo del mayor, tirando de él para guiarlo a la isla, sentándose junto a Yoongi mientras el peligris tomaba su asiento frente a ellos. Envolviendo un brazo alrededor de la cintura de Min, se apoyó en su hombro ligeramente mientras besaba el costado de su brazo.

— Lo siento. Sé que estás ocupado y tienes cosas muy importantes que hacer. Pero realmente no me gusta cuando te pierdes una comida.

Yoongi asintió en silencio, sus ojos se posaron en el mayor, quien tenía una sonrisa molesta y cegadora sacando oleadas de irritación de Min. Namjoon realmente estaba cavando su tumba con su disposición positiva cuando su jefe estaba claramente frustrado por todo en ese momento.

Jimin se aclaró la garganta, alejándose de Yoongi mientras hacía una nota mental de que debía hacer algo para aliviarle estrés que estaba acumulando. Quizás la frustración sexual también se estaba acumulando, ya que no tenían mucho tiempo para hacer algo juntos en esos días y eso era algo que ponía a Min de los nervios aunque no lo quisiera aceptar. Recogió los cubiertos, lanzándole una mirada a Namjoon, esperando que entendiera que debía bajar un poco su alegría.

— ¿Quieres mantener tu apellido o estás de acuerdo con tomar solo el mío? — Yoongi preguntó mientras apuñalaba su huevo con fuerza mientras parpadeaba casualmente hacia Jimin. Los dedos del menor se congelaron, todo su cuerpo lo hizo, incluso su corazón se había detenido.

— Y-Yo... Estás p- — Tragó. — ¿Estás proponiéndome matrimonio, Yoongi? — Preguntó intentando poner un tono de broma, pero falló miserablemente.

Los oídos de Namjoon se pusieron alerta al escuchar esas palabras. Su risa verdaderamente desapareció mientras los miraba a los dos. El cuello de Jimin se traqueó ruidosamente al voltearse para mirar al pelinegro.

— También tengo la intención de cambiar el apellido de Namjoon. — Añadió con indiferencia mientras tocaba su tableta.

— ¿Qué? — Inquirió pasando ahora a mirar al mayor de los tres, parpadeando estúpidamente entre ambos. El corazón de Jimin latía acelerado y sus palmas sudaban.

Uno, Yoongi no había negado que le estaba proponiendo matrimonio. Dos, al parecer también le estaba proponiendo matrimonio a Namjoon. Tres, estaba teniendo un ataque al corazón. Porque por el trueno de su pecho, era lo más probable, podría desmayarse en ese instante.

— ¿Nos propones matrimonio a los dos? — La mandíbula del menor cayó dramáticamente mientras jadeaba levemente. Estaba empezando a sentirse mareado.

— Eso es un poco romántico. —Comentó Namjoon con una sonrisa descarada después de escuchar que podría ser una proposición para los dos, no lo estaba dejando completamente afuera.

— Cállate, Kim. — Respiró hondo. — No nos vamos a casar. Estás siendo adoptado por la familia Min. Eso es todo.

¿Adoptado como una mascota? Namjoon enarcó una ceja esperando que se esclarecieran un poco más sus palabras.

— Oh.— Jimin no pudo evitar la decepción en su pecho, aunque una especie de alivio también barrió su ser. El matrimonio, era una gran cosa, al menos para él y no le gustaría que fuese tomado a la ligera.

— No te estaba hablando a ti, Jimin. Me caso contigo, pero adoptaré a Kim. — Dejó sus palillos a un lado de la mesa y lo miró.

Jimin repentinamente dejó de comprender, tragó saliva mientras hacía su mejor esfuerzo para concentrarse en la cara de Yoongi, pero sus ojos estaban corriendo por todo el lugar.

— No creo que sea legal que se casen tres personas, Jimin.

— Jefe... — Aún algo desconcertado y poco a gusto con esa determinación sin que se la haya consultado antes, Namjoon intentó hablarle. — Eso es... — Min simplemente agitó la mano para evitar que hablara.

— El abogado llegará al mediodía. Padre estaba claro que tenía que resolver esto tan pronto como pudiera. No habrá duda de si perteneces a la Familia una vez hecho esto, después de todo, mis abuelos fueron parte de los cimientos de La Familia y mi padre también se ganó un lugar aunque muy diferente al mío. Después de esto, veremos cómo esos idiotas te van a llevar lejos de mí. Los haremos pedazos, yo y esta Familia. — Musitó mirando a Jimin.

— ¿Q-Qué? — Jimin seguía sin entender la idea haciendo que Min sonríera ladeado.

— ¿En qué crees que estaba tan ocupado estos días? — Preguntó, extendiéndose para sacarlo del asiento u dejarlo en su regazo. — ¿Sabes cuántas personas necesitaba contactar para asegurarme de que todo saldría como yo quería? — Se inclinó para besar a Jimin casualmente en los labios.

— Eres mío, Jimin. Eres permanente. ¿Entiendes ahora? — Ruborizado, el menor se balanceó para abrazarlo entre lágrimas, sin notar la forma en que el peligris se levantó de su asiento y salió a cumplir con el encargo que Yoongi le había dado días atrás.

+++

Namjoon llevaba su pequeño maletín mientras descendía del vuelo comercial que tuvo que tomar para ir hacia Japón. A él se le encargó la misión de ir a encontrarse con uno de sus antiguos hombres que también resultó siendo una de las ratas a bordo del barco. Debía matarlo y luego regresar a Corea del Sur, pocas veces se entusiasmaba con matar. Para él jalar el gatillo nunca lo alegraba al no ser que fuera contra un hijo de puta que se lo merecía el triple de lo normal.

No obstante, ese sujeto aunque merecía morir, no era su causa de euforia, solamente quería canalizar su molestia, esa que lo estaba azotando desde que horas antes Yoongi se le propuso a Jimin.

Tomó un taxi hasta una zona en donde le cambiaron su maletín por otro repleto de dinero. De ahí, siguió hacia un hotel en donde le tocaría esperar a que avanzaran las horas para ir al encuentro de su cita. Llegó con su largo sobre todo que dejó en un sofá de su suite y avanzó hacia la cama, liberando con rabia todo el contenido del maletín. Vio todos los fajos de billete junto a las armas y municiones que debía usar.

— ¡Maldición! — Exclamó dejando todo así sin poderse concentrar correctamente, avanzando hacia el mini bar para servirse un trago.

Se sentó en el borde de la cama sintiendo que el ardor de la bebida no era suficiente para calmarlo. Tragó todo lo restante y dejó caer el vaso antes de frotarse su rostro con frustración. Por momentos olvidó su lugar, a veces realmente creía que los tres estaban en una relación, pero tenía que llegar la verdad a despertarlo de la manera más brusca.

Jimin no solo era de Yoongi, también era suyo, pero él lo reclamaba siempre para él. Olvidaba decir "nuestro Jimin", olvidaba que él también tenía sentimientos, por los dos. Podía comprender que Yoongi no le correspondiera, su jefe nunca fue un amante de los hombres y le gustó Jimin exactamente por la conexión que por años tuvieron, su físico, como su belleza podía opacar a la de cualquier mujer, muy diferente de él.

Porque Namjoon sabía que él era varonil, musculoso, alto y carente de atractivo o belleza en su rostro. No era para nada lo que Min observaría y estaba bien con eso, lo aceptaba, podía ser completamente feliz solo con Jimin, pero hasta esto le quitaba. Odiaba que ni siquiera podría ofrecerle su apellido porque él era un Kim cualquiera, no provenía de una familia como la de Yoongi que tenían negocios tanto legales como ilegales, que tenían contacto y poder.

Él no era el jefe de una organización, no podía ofrecerle una mierda. Pero lo amaba aunque lo único que tuviera para dar fuera él mismo, su amor, su cuerpo, su vida. No obstante, parecía ser insuficiente para todos. Debía dejar de lado su apellido para ser adoptado como una mascota que estaba ahí solo para hacer felices a sus dueños, moviendo la cola alegre con cada jodida orden sin tener voz o voto.

Su lugar era como el limpia lágrimas de Jimin, el mediador cuando ellos tenían problemas, la mano derecha de Min, la mano extra disponible para lo que hiciera falta. Ese parecía ser su jodido papel en esa relación de dos donde por momentos lo dejaban entrar y le hacían creer que era de tres. Comprendía que los amares fueran diferentes, maldición, ningún amor era igual, no le importaba si se amaba uno más que otro, solo deseaba un poco de igualdad, que lo tuvieran en cuenta no solo cuando había problemas.

Conociendo los sentimientos de Yoongi, a él le tocaba amar a Jimin, este amaba a su jefe y su jefe amaba al menor de regreso, ¿quién lo amaba a él? Deseaba hacerse a un lado, pero con su posición, con todo lo que sabía y en el mundo en el que estaban, eso sería pintarse un jodido blanco en su cuerpo para que todos tiraran a él. Desde su niñez, esa era la primera vez que maldecía estar metido ahí.

Miró su reloj sin darse cuenta cuántas horas exactamente habían pasado, pensando en cuál era el paso a dar cuando regresara a Corea del Sur. Echó todo el dinero de regreso en el maletín, tomó las armas y, con gran elegancia, volvió a abandonar su Suite cerca del amanecer. Un auto esperaba por él en el estacionamiento, ese que lo llevó a su destino donde pudo darle un tiro preciso al sujeto en su cabeza, prendiéndole fuego para dañar la evidencia. Le pagó a cada una de las personas involucradas, se deshizo del arma y regresó en el primer vuelo a su país.

¡Triple actualización para cuando despierten! Nos faltan relativamente pocos capítulos para el final, así que pondré todo de mí para terminarlos de sacar antes de que termine la semana. No voy a dar días exactos porque si me paso, después me siento mal. Espero que les haya gustado el capítulo, nos vemos en el próximo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro