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Capítulo 3

Jimin tenía la espalda pegada a la pared de ladrillos sucios, su cabeza clavada en esta, tratando de mantener la distancia de su hermano mientras el mayor miraba con una expresión que parecía puro odio y asco.

Sus ojos se movieron de un lado a otro mientras parpadeaba rápidamente, incapaz de mantener la mirada en el rostro de su hermano. En el pasado lograba enfrentarse a cualquiera si así lo deseaba, mas su confianza desaparecía junto a su fortaleza cuando de su familia se trataba. Lo intimidaban, ellos y en especial Park Kyung siempre lo han hecho. Solo mirar su rostro le traía una avalancha de recuerdos de cómo solían ser cuando eran solo infantes.

Tuvieron una buena infancia, por un tiempo. Pero a medida que crecían, descubrían que estaban creciendo de manera muy diferente entre ellos. Ambos era ruidoso y les gustaba estar cerca de los demás. Siempre que se encontraban junto a un grupo de personas, su hermano era el líder entre ellos. Siempre se destacó y fue popular entre las chicas. Sus padres estaban orgullosos de su beca deportiva en la escuela secundaria y siempre se mostraban encantados hablando de él con sus amistades y familiares. Era su preciado hijo, podía jurar que todavía lo era.

¿En qué estaba pensando? Debía hacer una corrección en sus pensamientos. Kyung era su único hijo ahora, así se lo dejaron saber.

Él también solía ser alegre y encantador. Hubo un tiempo en que sus padres lo adoraron y hablaban de él muy parecido a como hicieron con su hermano. Pero cuando lentamente comenzó a desarrollar sentimientos extraños y que no comprendía día hacia sus amigos varones, empezó a distanciarse de sus amigos por temor a que descubrieran lo que sentía por ellos, y por miedo a que se burlaran de sus sentimientos. Eso fue lo que lo llevó a volverse una pequeña bola de nieve fría a ojos de todos.

Jimin fue su mayor secreto, ocultándose incluso para sí mismo. Nunca salía con mis amigos a menos que tuviera que hacerlo. Evitaba practicar deportes, porque se dio cuenta de que pasaría una buena cantidad de tiempo teniendo pensamientos inapropiados sobre sus compañeros y algunas veces descubrió que su cuerpo respondía a esos pensamientos.

Dejó de entablar conversaciones innecesarias con la gente porque no quería perder el tiempo y dejar que alguien supiera cómo se sentía sobre su mismo género. Ya no miraba a las personas a la cara cuando hablaba porque tenía miedo de que su mirada se desviara temblorosa y que lo malinterpretaran.

Cuando cumplió doce años; sus padres no supieron qué hacer con él. Intentaron de todo, desde tener una intervención familiar, conferencias de profesores, asesoramiento generales o psicólogos. Pero no se puso "mejor". Poco a poco empezaron a dejarlo fuera de las reuniones familiares, sabiendo que solo asistiría para calmar los ánimos de todos. Nunca lo llevaron de excursión porque no las disfrutaría. Se sintió como un extraño incluso cuando estaba con su familia. Entonces comenzó a darse cuenta de lo solo que estaba, como si no tuviera una familia en absoluto.

Fue entonces cuando encontró a Eunwoo. Un niño extremadamente atractivo en su escuela que era igual que él. Se percataron de la existencia del otro desde el inicio del primer año de secundaria, mucho tiempo en realidad, pero ambos fueron iguales, manteniéndose ocultos a simple vista, sin querer problemas. Entonces hubo un punto profundo en donde sintió la soledad arrastrándose sobre él, consumiéndolo.

Justo ahí, ellos dos se acercaron un poco. Cuando lo hicieron, fue solo un corto período de tiempo antes de notar cuán similares eran. Al igual que Jimin, Eunwoo también se sentía atraído por los chicos. Justo como él, se mantuvo solo porque no quiso problemas, no deseaba ser mirado con desprecio o criticado por la sociedad. Ninguno deseó destacarse, no querían que nadie se enterara de sus sentimientos.

Con cada similitud que compartieron, fue creciendo la conexión entre ellos, lamiéndonos las heridas juntos como pequeños animalejos heridos, confiando el uno en el otro cuando nadie más lo haría. No fue tan descabellado el pensamiento o la idea de experimentar el uno con el otro.

No obstante, la primera vez que decidieron besarse para descubrir cómo se sentiría, Park Kyung los atrapó. Andaban en su habitación en ese momento y solo pasaron dos segundos antes de que sus padres entraran en esta detrás de su hermano, después de que él gritó que Jimin era un "monstruo asqueroso que debería morir y pudrirse en el infierno por ser tan anormal, una criatura aberrante".

Eunwoo prácticamente fue arrastrado fuera de la casa con entre gritos y tirones con lágrimas en los ojos. Desde ese día, nunca más lo volvió a ver. Ese día, se dio cuenta de lo aterrador que podía ser su hermano. Descubrió que debido a que se había reservado y aislado tanto, nunca practicó deportes. Kyung había adquirido una gran ventaja física sobre él, no podía hacer nada para defenderse, excepto encogerse y llorar ante su dominio. Nunca se sintió tan impotente y temeroso.

Se llevaban solo tres años, pero Kyung siempre había sido más grande que él, ahora la diferencia era un poco absurda y muy notable aunque no lo quisiera. Él lo dominaba por completo y se deleitaba con el poder que tenía sobre el menor cuando le recordaba que era una "abominación" y que "Dios nunca lo perdonaría".

Sus padres no lo detuvieron. Salieron de la casa, alegando que necesitaban espacio para pensar en lo que deberían hacer con Jimin. Regresaron más tarde esa noche después de que apenas estuviera consciente, para decirle que no tenían un hijo como yo.

A partir de ese momento, lo desconocieron como parte de su familia. Su hermano aprovechó la oportunidad para reiterar su punto nuevamente, con sus puños, por supuesto. Patadas, lanzándolo hacia las paredes, muebles que su madre protegió más que a él y al suelo, ese fue su destino principal la mayoría de las veces que fue golpeado.

Doce años después y nada parecía haber cambiado. Kyung aún era más alto y seguía muy bien construido, con músculos más prominentes, más aterrador. El menor observó sus puños con nerviosismo, notando que eran mucho más grandes de lo que recordaba. Si él pudo vencerle incluso cuando intentó defenderse y le pegó solo enfureciéndolo más en el punto más bajo de su vida, cuando solo estaban en la adolescencia, esta vez con seguridad, podría enviarlo directamente a su tumba.

— K-Kyung. — Exhaló, estremeciéndome al recordar cómo se sentían sus golpes contra su carne. Ese miedo que calaba su cuerpo mientras se cubría y cerraba sus ojos. No quería una repetición de eso. — No hagas esto, por favor. — Suplicó.

Rezaba para que Namjoon ya hubiera terminado con su pago o que Yoongi hubiera terminado con su llamada telefónica y que ambos pudieran estar buscándolo en ese momento. Solo necesitaba que lo alcanzaran antes de que el hermano lo golpeara en ese sucio callejón.

— ¿Hacer qué? — Park Kyung se burló antes de darle un puñetazo en el estómago. Jadeó, inclinándose cuando el dolor explotó e irradió a través de cada nervio de su cuerpo. Lo sintió empujar su frente con tanta fuerza hacia atrás que la parte posterior de su cabeza se estrelló dolorosamente contra la pared de ladrillo nuevamente, haciendo que las estrellas aparecieran en su visión mientras se balanceaba ligeramente, — ¿No estás feliz de verme, Chim? No nos hemos visto en un tiempo.

— Tienes razón. — Diría cualquier cosa para dejar que eso pasara más rápido. No quería enojarlo. Dios sabía de lo que era capaz si perdía los estribos.

El cuero cabelludo del menor de los Park ardió cuando agarró su cabeza por su cabello y golpeó con sus puños repetidamente su estómago como si de su privado saco de boxeo se tratara. Trató de bloquear sus golpes, no era un imbécil que simplemente se dejaba dar, pero cuando sus puños golpearon sus brazos, sintió que estallaban de dolor, antes de que el entumecimiento pareciera extenderse a su alrededor, haciéndolos inútiles. Trató sin éxito de alejar a Kyung de él, parecían que los golpes de su hermano tenían un contrato exclusivo con su cuerpo.

— Estoy muy feliz de verte también, Jimin. — Escupió entre golpes.

Soltó su agarre del cabello dejándolo caer de rodillas. Las manos del golpeado se dispararon para apoyarse en el suelo y así evitar que su cara golpeara el suelo, pero apenas lograron mantener mi cuerpo erguido. Gemí, sosteniendo mi mano en mi estómago.

— Veo que todavía no has cambiado. Aún te atreves a caminar y mostrar tu cara con un maldito hombre en público. — Kyung levantó la rodilla para estrellarla contra su cara.

Fue inevitable dejar escapar un grito, sosteniendo su rostro mientras lágrimas y sangre brotaban de sus ojos y nariz. Le dolía toda la cabeza, su cuerpo. Soltando un gemido ahogado, sintió a lo lejos como su cuerpo caía en el suelo. El mayor lo pateaba con saña imposibilitándole el levantarse de nuevo.

El dolor ya se tornaba insoportable, podía sentir los hematomas que ya habían comenzado a formarse. En su extraña nebulosa, vio que algo cambiaba por el rabillo del ojo, se preparó para el golpe, pero este nunca llegó.

— ¡Jimin! — Gritó Namjoon, deslizándose hacia el callejón como su superhéroe particular.
Decidió allí que si lo salvaba, si Namjoon quería tener a Yoongi, realmente podría dejarlo que tomara a su mejor amigo para el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena porque era como un enviado de Dios.

Daba gracias a lo que sea que existiera por permitirle a Namjoon llegar cuando lo hizo, porque estaba empezando a sentirme mareado por todos los golpes a los que fue sometido. Podría tener una conmoción cerebral porque podía sentir cómo le subía a la garganta la comida de la cena. Pero podría estar equivocado. Tal vez no fuera una conmoción cerebral, sino los múltiples golpes en su barriga que le dieron ganas de vomitar. Cualquiera que fuera el caso, no importaba, solo necesitaba que se detuviera.

Sin embargo, era demasiado temprano para celebrar la maravillosa entrada de héroe que hizo la mano derecha de Min. Se sorprendió cuando vio a su hermano meter la mano en el bolsillo de su pantalón y sacar un cuchillo plegable que deslizó rápidamente para revelar el filo. Contuvo el aliento notando que el peligris permaneció en el mismo sitio. El mayor de los Park tenía su cuchillo apuntando hacia Jimin mientras daba un paso atrás para alejarse de Namjoon.

— ¿Es este tu novio, Chim? ¿Es este el hombre que te folla por el culo? ¿Te gusta eso? — Se burló y blandió su cuchillo en la dirección del aludido cuando el peligris dio un paso hacia Jimin.

El castaño adolorido gimoteó, bajando la cabeza para que no le quitara accidentalmente un trozo de carne de la cara. Soltó un sollozo, deseando poder desaparecer en el suelo, que se abriera y lo tragara. No quería que Namjoon saliera lastimado, o escuchara nada de las atrocidades que decía su hermano.

No merecía que le hablaran así. Más importante aún, no quería pensar en lo que Namjoon podría hacerle a Kyung con todo su entrenamiento y conexiones de pandillas. Porque él no era tonto, podía ver en su mirar los deseos que tenía de acabar con su hermano, matarlo, triturarlo con sus propias manos.

—P-Por favor, Kyung. D-Detente... — Tartamudeó débilmente, intentando arrastrarse lejos de él, pero el pie del antes mencionado salió para pisotearlo con fuerza en sus tobillos. Gritó de dolor, acurrucándose mientras alejaba su pierna de él.
— ¡Oye! Oye, Kyung, ¿verdad? Vamos, aléjate de Jimin. — Espetaba Namjoon controlando los deseos de sacar un arma y disparar porque la seguridad de Jimin era lo primordial. Se acercaba a él, con las manos en alto en fingida rendición. — Déjalo ir y podremos olvidar que todo esto pasó. — Inclinó la cabeza ligeramente mientras trataba de avanzar hacia ellos.

El peligris le echó un vistazo a Jimin, viendo como este le rogaba en silencio con los ojos que lo salvara. Creía que le habían roto el tobillo. No podía correr por eso y el inmenso dolor. Tuvo la tentación de recostar la cabeza hacia abajo y rezar para poder dormirse con ese dolor y terminar con eso.

— ¡Maricones repugnantes! ¡Ven a tomarlo de mí si lo quieres de vuelta! — Gritó Kyung, bajando la mano para agarrarlo por el pelo, pero Namjoon fue más rápido, mientras gruñía en voz baja, corrió hacia él con todas sus fuerzas.

Todo ocurrió en fracciones de segundo, Jimin solo parpadeó una vez y lo siguiente que supo fue que Namjoon había clavado a su hermano en la pared donde había estado unos minutos antes. El cuchillo que Kyung había estado agitando como un juguete cayó al suelo cerca de a donde el peligris le había estrellado su muñeca.

Todos solían decir que a la familia se le perdonaba todo, que la sangre era más espesa que el agua y que ellos siempre serían los que estarían ahí para uno. Pero esos eran falsos argumentos, absolutamente nadie tiene la obligación de soportar callados los abusos ya fueran físicos o mentales. No se perdían verdaderos amigos, reales oportunidades o sinceras relaciones ya fueran sentimentales o no cuando se comienza a defenderse a uno mismo. Cuando se iniciaba a establecer límites claros.

Lo que se pierde son abusadores, manipuladores, narcisistas, fanáticos del control, buscadores de atención, sanguijuelas, personas tóxicas que destruyen la salud física y mental. Padres, hermanos, abuelos, pareja absolutamente nadie tiene el derecho de hacer sentir menos a alguien y, aunque Jimin aún no lo ponía en práctica, necesitaba comenzar a entenderlo.

Jimin no podía girar su cuerpo para verlo todo, pero logró elevar un poco su cabeza. Pero sus vítores fueron de corta duración. Se tragó el vómito que llegó a su boca cuando vio a Yoongi precipitarse en el callejón en el que se encontraban. Sus ojos se dispararon hacia Namjoon, Kyung y el menor de todos que yacía retorciéndose en el suelo. Un brillo peligroso en sus ojos cuando levantó un lado de sus labios, mostrando los dientes.

— ¡Jimin!

Se estremeció ante la voz profunda y gutural que raspó sus oídos y sacudió su núcleo. Daría un brazo para escucharlo usar esa voz con él en la cama. Por Dios, que lo salvaran de sus pensamientos traviesos. ¿Cómo podría estar tan distraído ante el peligro, ante el hecho de que estaba tirado en el pavimento, golpeado ensangrentado en algunas zonas?

— ¿Otro de tus novios, Chim? Estaba seguro de que eres una puta barata, tomando dos a la vez. Ni siquiera sé cómo te sigues viendo masculino, solo te falta el vestido y el maquillaje para ser una asquerosa mujerzuela, puta. — Kyung se atrevió a decir antes de que los gruesos brazos de Namjoon lo asfixiaran por la garganta.

El castaño notó la mirada de Yoongi fija en su hermano y obscenamente hablando, casi se mojó por la forma en que lo estaba mirando, como si fuera algo que fuera a destrozar con sus propias manos y cenar. Su corazón saltó varios latidos y jadeó buscando un poco de aire cuando se dio cuenta de que estaba empezando a hiperventilar.

Era como si él fuera el único que podía ver cuán cerca estaba Yoongi de matar a Kyung, porque su hermano volvió a ofenderlo a pesar de que Namjoon le clavó los dedos en la garganta con firmeza.

— Te gusta follarlo por el culo, ¿eh, maricón? — Jimin cerró los ojos y rezó para que la muerte fuera por él y su hermano rápidamente. No creía que pudiera vivir consigo mismo ahora que Yoongi sabía la verdadera relación que tenía con el mayor de los Park. A pesar de lo mucho que odiaba a su hermano, no deseaba ver cómo se vería después de que Yoongi, su mejor amigo, terminara con él.
Cuando escuchó los pasos del pelinegro comenzar, se levantó del suelo ayudado por las manos, mirándolo con los ojos muy abiertos mientras se acercaba a ellos. Había un aura amenazante en la forma en que daba cada paso, lo calcularon y le hicieron temblar como una hoja a pesar de que su mirada estaba fija en Kyung y no en él.

En el momento en que las manos de Min salieron para agarrar el cráneo de Kyung ofrecido por Kim, Jimin tragó saliva audiblemente. Incluso su hermano pudo notar que estaba jodido. Lo pudo ver en sus ojos. Prácticamente podía percibir oleadas de miedo saliendo de él.

Observó el momento en que Yoongi ejerció fuerza sobre la cabeza de Kyung. Oyó a su hermano dejar escapar un grito infeliz. Miró durante unos segundos la escena delante de él. El pelinegro estaba literalmente tratando de aplastar su cráneo con sus propias manos y su hermano no pudo hacer nada al respecto porque Namjoon lo tenía completamente dominado. Oh Dios, sintió la bilis en su garganta ardiendo.

Solo podía imaginar la cantidad de víctimas que también habían muerto de esa manera. ¿Cuántos habían sido?

— Yoongi. — Musitó, su corazón se aceleró y su cuerpo sudaba dolorosamente, — ¡D-Detente! ¡Tú, vas a matarlo! — Se arrastró hacia sus piernas para tirar de sus tobillos cuando vio que la cara de su hermano se ponía roja y ligeramente morada.

Solo podía imaginar el dolor por el que estaba pasando. Pero no fue su pesar lo que hizo que su pecho se contrajera de dolor, fue el miedo de que Yoongi pudiera ir a la cárcel por agredir, tal vez incluso matar a alguien.

Yoongi parecía no haber escuchado una sola de sus palabras, su mano derecha mucho menos, por lo que envolvió sus manos alrededor de sus piernas desesperadamente. Esos dos juntos eran de temer, su mejor amigo, el hombre que él amaba en silencio, era peligroso.

— ¡Yoongi! ¡Por favor! ¡Detente! — Gritó tan fuerte como pudo, pero estaba tan débil por sus heridas y tan asustado que sonó más como un patético gemido.

Pero fue suficiente, evidentemente, porque vio a ese bajo, pero aterrador hombre mirarlo, antes de que sus ojos se movieran sutilmente. Lo miró a la cara durante unos segundos, sus pupilas escanearon su cara y el resto del cuerpo, antes de que finalmente soltara a su hermano con tanta fuerza que notó y escuchó la cabeza de Kyung rebotar en la pared con un crujido. Haciendo una mueca al ver que el cuerpo del mayor de los Park se aflojó un poco y sus ojos parpadearon rápidamente.

Había sangre corriendo por la pared donde se deslizó lentamente. Las manos de Yoongi se acercaron a Jimin en poco tiempo. Se estremeció un poco, rehuyendo a su toque, viendo que el mayor estaba más que disgustado con él por hacer eso, cuando sus labios se curvaron ligeramente. Pero no pudo evitarlo. Acababa de verlo tratando de arrancarle la vida fuera a su hermano. Quizás tenía miedo de que esa misma mano se acercara a él, aunque racionalmente sabía que Yoongi nunca le haría daño de esa manera.

Min ignoró su queja cuando lo levantó como si no pesara nada pese a ambos tener prácticamente la misma altura. No se movió ni volvió a quejarse incluso cuando lo abrazó como una delicada pluma. Su orgullo en ese instante era la menor de sus preocupaciones. Tenía otras cosas en las que pensar. Como por ejemplo, cómo explicarle a su mejor amigo sobre su hermano, cómo todavía le quedaba un pariente vivo y cómo no lo enviaron al sistema porque toda su familia había muerto.

Necesitaba explicarle a Yoongi sobre las cosas que mi hermano había insinuado, dicho y hecho. Lo que lo llevaba de vuelta a la verdadera razón por la que lo enviaron al sistema de cuidado de crianza. Lo que significaba que tendría que enfrentar el hecho de que le mintió a su mejor amigo durante diez años.

¿Hola, muerte? A Jimin le gustaría tocar el timbre ahora.

Yoongi lo llevó al auto sin siquiera un empujón o tropiezo, una parte de Jimin se sentía patético por su torpeza y debilidad, por tener que ser socorrido de ese modo. La otra parte, se encontraba feliz por tener la oportunidad de enterrar la cara en su pecho cuando lo sintió llegar al auto. Estaba tan cerca de él en ese momento, que le dolía pensar en que iba a perderlo pronto.

Lo estaba acomodando en el auto con cuidado cuando Namjoon los alcanzó. El menor solo esperaba que su hermano todavía estuviera vivo en ese callejón porque no emergió junto al peligris. Si bien en muchas ocasiones había tratado de aceptar el hecho de que el pelinegro y Kim podrían haber cometido un asesinato antes en su negocio, solo el pensamiento de que podría suceder ante él, con su propio hermano, le hizo temblar en su asiento.

Con la mandíbula tensada, Yoongi lo miró antes de tocar su rostro donde sabía que había un moretón.

— Debería matarlo. — Susurró, antes de desabrocharse la chaqueta del traje agitando su melena antes y ponerla sobre Jimin, cerrándole la puerta en la cara.

Suponía que eso significa que Kyung todavía estaba vivo. Estuvieron completamente en silencio en el viaje en automóvil a casa. Total y absolutamente silencioso. No había ninguna estación de radio en el fondo mientras Namjoon conducía con los ojos al frente. El motor estaba tan silencioso que casi podía ignorarlo. Park solo podía escuchar un suave zumbido en sus oídos y su propia respiración.

Ni siquiera se atrevió a girar la cabeza para mirar a Yoongi. Tampoco es que pudiese, con el dolor que le atravesaba con cada respiración. Se preguntaba si le había roto alguna costilla. Mantuvo la cabeza baja, las lágrimas caían sobre su regazo y no hizo ningún movimiento para limpiarlas. ¿Cómo se suponía que iba a arreglar eso ahora?

3:3
Por hoy,  esto es todo... 💜
LORED

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