8.En busca de una respuesta.
6:34 PM
T
odo pasa como en una película.
La familia Hale se encuentra destrozada.
Cientos de personas han venido y lloran amargamente en todas las partes de la funeraria, aunque a decir verdad, me sorprendió ver a un grupo de personas de apariencia adinerada vestidos de negro y sin derramar ni una lágrima.
Recién habían sacado el ataúd que contenía el cuerpo del joven y Emma Hale empezaba a lucir terriblemente mal. No quise hablar con ella, pues sé que eso tan solo empeoraría las cosas.
Me alejé un poco de la familia y me acerqué a la mini-cafetería de la funeraria para tomar algo de café, debido a que esas escenas me causaron ansiedad.
Entonces intercambié miradas con Zayn Beckett, estando él solitario en una esquina, apoyando su pie sobre la pared casualmente.
Me acerqué sin pensarlo dos veces y lo miré sintiendo otra vez esa empatía por él.
—Hola —le saludé.
—Hola —respondió secamente y cortante.
—No tengo idea de lo que afrontas... —expresé mi opinión— Nunca perdí a ninguno de mis hermanos, pero pienso que debe ser muy duro
—Es más duro para mis tíos y para Emma —volvió a sonar seco.
—¿No te sientes destrozado? —me entrometí.
—No te incumbe —respondió de mala manera.
—¿Sabes? No quiero pelear otra vez contigo, menos en una ocasión como esta —dije y respire profundamente— Pero, aun así te pido disculpas, no debí haber hecho esa pregunta.
Me mira fulminante, de una manera tan fría que me da ganas de salir corriendo.
—Si no quieres hablarme más, lo entiendo. Sé muy bien como desaparecer.
Me senté en uno de los sofás de la sala mientras bebía mi café.
—Aléjate de Nate Parker —su fría voz sonó repentinamente, dejándome inerte en el sillón.
—¿Qué? —me sorprendí.
—Lo que oíste —dijo sin dignarse a mirarme.
—Primero, ¿Cómo sabes que conozco a Nate Parker? Y, segundo, ¿por qué debería alejarme de él? —me crucé de brazos y esperé atentamente su respuesta.
Suspiró con algo de irritabilidad.
—Respuesta de la segunda pregunta —me miró indiferente— Nate Parker es un desgraciado que se aprovecha de las chicas como tú y después de hacerlas sufrir las deja tiradas como un niño a un juguete.
Levanté mi ceja derecha.
—¿Cómo sé que no me mientes?
—Escucha. NO ME INTERESA SI NO ME CREES —enfatizó— Si quieres información, habla con Danielle Cocks —concluyó desde la esquina, y dejando todo en el aire, se marchó.
¿Quién es Danielle Cocks? Y, ¿Por qué debo hablar con ella?
¿Debería creerle a Zayn? ¿O él me estará mintiendo sobre Nate?
Todas esas preguntas invadieron mi cabeza, haciendo que no pudiera confiarme en ninguno de los dos. Así que decidí tomar la iniciativa e investigar por mi cuenta.
....
Ese día no paré de ver a Zayn durante el entierro, no dejaba de mirarlo literalmente. Pensaba en lo que me dijo, en aquellas frases de advertencia "Aléjate [...] de Nate Parker [...] se aprovecha de las chicas como tú y las hace sufrir".
Y me pregunté por una vez más: "¿Debería creerle?"
Aquello me confundió, pero sé que Nate Parker no es la clase de chico que creí que era. Y de eso aprendí: que no porque un chico sea realmente lindo por fuera, signifique que por dentro sea una de las 7 maravillas del mundo.
Sobre todo aprendí a no confiar en palabras, sólo en hechos.
[...]
Me concentré el resto de la tarde en escuchar música directamente de mi teléfono, mientras me hallaba recostada.*
Escuchaba mi canción favorita y, aunque con mi voz la cantaba, en mi mente pensaba en descubrir dónde podría encontrar a Danielle Cocks.
Lo que sé de ella es que es una chica de último año, con el cabello oscuro y algunas mechas verdes en el, estilo tosco y poco culto, además de que obviamente estudia en Beverly High.
Por los momentos, eso es todo lo que sé.
Alguien tocó a mi puerta, sin siquiera yo tener el consentimiento, e inmediatamente grité concediendo el permiso para entrar.
Drake entró en mi habitación, lo primero en hacer —además de fastidiar con su presencia— fue acostarse en mi cama.
Algo típico de mis hermanos: Interrumpir mi privacidad.
—¿Qué haces aquí, Drake? —interrogué cerrando la puerta.
—Tú cuarto tiene mejor señal telefónica que el mío —confesó alzando su celular hacia arriba.
—¿Y por eso viniste?
Me crucé de brazos.
—Algo así —me miró haciendo el gesto con las manos de "más o menos..."—También necesitaba un consejo.
Me sorprendí.
—¿Un consejo?, ¿Para qué?
—Ya sabes, esos que un chico necesita cuando le gusta una chica —me aclaró con sus palabras— Supuse que como eres una chica, sabrías lo que les gusta a las chicas.
—¡No me digas! –exclamé para hacerlo enojar— ¡A mi hermanito le gusta una chica!
—Shuu...habla más bajo —me acalló—¿Quieres que Marcos, Logan y Luke se enteren?
—Buen punto.
—Sí, me gusta una chica —contó en voz realmente baja— Es agradable, inteligente ¡Y súper bonita! Es perfecta, sólo que no sabe que existo.
—¡Qué mal! Esa chica no sabe que partidazo tiene enfrente —intenté animarlo hasta sacarle una cálida sonrisa.
Drake ríe.
—De hecho sí lo sabe. Se lo recuerdo siempre —dijo dañando el momento.
Ya veo cuál es el problema, o mejor dicho, quién es el problema.
—Es broma —aseguró.
—¿Y cómo se llama la chica? —planteé curiosa.
—Rose Gray —contestó levantando ambas cejas a la vez de manera divertida.
¿Rose Gray? ¿Mi amiga?
Claramente no hay nada malo en ella, es muy bonita y es mi amiga, pero es muy grande para él. No imaginaba que esta fuera la crush de mi hermano.
—¿Enserio? Sabes que está afuera de tu alcance —dejé aun lado el positivismo— Es tres años mayor que tú, y conociendo a sus padres, si estuvieses más grande, jamás la dejarían salir contigo.
—¡Waoh qué buena consejera eres!.. —dijo sarcástico.
—Lo siento. No debería desilusionarte, pero así son las cosas —le cuento.
—¿Qué debo hacer, Lily? ¿Crees que debo dejar que las cosas pasen?
—No. Creo que debes armarte de valor y decirle a la chica lo que sientes.
—Tienes razón. No debería actuar como una gallina, o peor aún, como Marcos.
—¡Ahora ve y conquista a tu chica! —lo saqué con un empujón de mi cuarto y volví a cerrar la puerta.
Suspiré aliviada.
—¡Al fin sola! —declaré sentada en mi cama.
—No estés tan segura —oí una voz conocida pero perturbadora y distante, que me hizo temblar desde donde estaba.
Asustada miré hacia la ventana que conduce al balcón, y sorprendentemente se encontraba parado en aquel punto Zayn Beckett.
—¿Conseguiste a Danielle Cocks? —preguntó irrumpiendo en mi habitación.
—No —contesté— ¿Cómo entraste aquí?
—La respuesta es más que obvia ¿no lo crees? —dijo señalando el balcón.
—¿Dónde puedo encontrar a Danielle? —fui directo a la pregunta.
—Ve a la estación de trenes número 802 de Goldenville y entonces la encontrarás —dio la dirección.
—¿Te molestaría acompañarme?
—Lo haré —sonó relajado.
—Okay, pero espérame abajo.
El chico saltó desde mi balcón.
Después de asegurar muy bien la puerta en dirección a este, me cambié y me coloqué una chaqueta de un tono marrón claro. Tomé un bolso pequeño, y en el guardé un lápiz junto a una libreta.
Respiré hondo y salí de mi habitación.
Él esperaba mi salida dentro de su auto. Me subí en el asiento de atrás mientras colocaba en mi libreta: "Danielle Cocks" después de la hoja que decía "Dean Beckett".
En esa libreta, no solo tenía escrito esos nombres, también tenía escrito los nombres de las personas en las que sospechaba ser culpables de la muerte de Dean, y justamente hasta ahora solo contenía un nombre: Zayn Beckett.
Zayn iba conduciendo, pero miraba lo que hacía desde el espejo de su auto.
—¿Qué se supone que haces? —en verdad no sonó interesado.
—Escribo notas... —encubrí un poco— y así establecer prioridades, para no desperdiciar mí tiempo.
Siguió manejando su automóvil, ignorando mi comentario sin importancia que hasta yo ignoraría.
Me dediqué a mirar por la ventanilla para concluir en mi mente que hemos llegado. Al ver el gran letrero hecho de una base muy fuerte que contenía el nombre escrito en el "estación 802", no me quedaba duda alguna, hemos llegado.
Bajé del auto y Zayn hizo lo mismo.
Se encaminó hasta una esquina del área en la que no había tantas personas esperando el metro, seguí tras él y miré a los lados para identificar a Danielle. Otras veces la había visto, pero no me enfoqué en recordar su rostro.
—Allá está —me informó señalando con la vista.
Danielle Cocks se encontraba de pie con una guitarra clásica en una esquina de la estación. Ella entonaba armoniosamente una vieja canción de Taylor Swift, tocando suavemente el instrumento que tenía, a saber, una guitarra clásica. Noté inmediatamente que a su lado había una caja porta guitarra en la que había dinero en efectivo.
A simple vista esa chica parecía más del rock o punk que de lo clásico, sin embargo se podía observar con claridad que tenía talento.
La chica que parecía oscura por su vestimenta, poseía un gran talento que quizás no había sido descubierto. Sé que nunca estuvo en un instituto de música, pero por su manera de interpretar podría pensarse que sí.
—¿Quieres acercarte de una vez? ¿O prefieres que lo haga yo? —habló bruscamente.
—Yo lo haré —observé a la chica con algo de nervios, pues la pregunta que voy a hacerle quizás sea duro para ella.
Respiré profundamente acercándome de una buena vez.
Para mi suerte ya había acabado de entonar su canción y el público que la aplaudía se retiró.
Me acerqué intentando parecer casual cuando ella recogía la caja con el dinero.
—Amm... disculpa, ¿eres Danielle Cocks? —pude sentir que Zayn golpeó su frente en ese momento, debido a que, es obvio que ella es Danielle Cocks.
Su respuesta, tal cual lo esperaba, fue afirmativa.
—Soy Lilian Jones, tal vez conozcas a mi hermano —le di un punto de referencia— Se llama Marcos.
—Sí y ¿qué quieres? —pregunto sin interés.
Volteé a mirar a Zayn, sabiendo que por dentro se burlaba de mí.
—Quería hacerte unas preguntas —le informé— Con tu permiso, claro.
—No tengo tiempo para eso —terminó de recoger sus cosas.
—Seré los más rápida posible y haré las preguntas de forma concisa —intenté hacerla cambiar de opinión.
—Bien —sonrió falsamente.
—Conoces a Nate Parker ¿no es cierto?
—Sí —hizo una mueca de odio.
—Bueno... —miré a Zayn. Él me hacía señas para que siguiera la conversación, pero me veía fijamente, y empecé a darme cuenta de que no puedo hacerlo— No puedo hacerlo.
Me retiré de allí en dirección hacia donde estaba Zayn. Comencé a sentirme horrible y para empeorar las cosas, él tomó fuertemente mi muñeca y me susurró al oído.
—Sí no querías hacerlo ¿para qué me hiciste traerte?
—Es porque ahora me acabo de dar cuenta —murmuré haciéndoselo saber.
—Dame tu libreta —pidió.
—¿Para qué? —cuestioné.
—Escribiste las preguntas allí ¿no?
—Sí ¿por?
—Las usaré, solo ve al auto.
El chico se fue dejándome sola en ese espacio céntrico y se dirigió a la chica.
No tardé en hacerle caso y subirme al auto como mandó, pero en esos largos minutos en que se halló hablando, yo estuve sentada en el auto observando a muchas personas entrar en la estación. Y descubrí a Peter Kaplan y Nate Parker teniendo una conversación muy cercana al auto de Zayn.
No quería quedarme allí, por lo que salí del auto e intenté entrar en el área del metro para evitar ser vista por Nate. Pero fui detenida al instante por alguien que me puso las manos encima como si fuera a raptarme.
Forcejeé un buen rato para zafarme del agarre, igualmente no sirvió de nada.
Un hombre alto, parecido al que había visto con Zayn la otra noche, puso sus manos (cubiertas con guantes negros sin dedos) sobre mi boca y otro de ellos me vendó los ojos para que no pudiera ver absolutamente nada.
Me subieron en algo que supongo es un camión. Entonces empecé a escuchar voces conocidas, de hecho similares a las de Nate y Peter.
Tienen que ser esos dos.
El temor se implantó en mí, tan solo el hecho de no poder ver nada, me hace sentir aún más asustada, sobre todo porque ni siquiera puedo hablar debido a que me amordazaron.
¿Qué quieren de mí? ¿Qué les he hecho? Sobretodo a Peter.
Comprendo que Nate tal vez sea un psicópata o desgraciado como lo llamó Zayn.
¿Pero Peter? ¿Acaso lo conozco?
El auto arranca manteniéndose en constante movimiento.
Empiezo a sentirme fatal y realmente asustada. Y del temor empiezo a preguntarme: ¿Qué va a pasarme? ¿Zayn se habrá dado cuenta?
—¿A dónde la llevaremos, jefe? —preguntó uno de los toscos hombres a mi lado.
—Ya saben a dónde —respondió según creo Nate— Apenas lleguen no le tocaran ni un pelo. Yo me encargaré de ella personalmente.
Nuevamente el miedo se apoderó de mi mente y mi cuerpo, y comenzando a temblar levemente, terminé pensando en que sería mi fin.
[...]
Estuve atada a una silla por un largo rato, sin escuchar voces ni sonidos. Todo estaba totalmente en silencio.
Prontamente oí los pasos de alguien caminar hasta mí, e inmediatamente sentí tanto miedo que me paralicé.
—¿Estás cómoda preciosa? —me quitó la venda de los ojos. Nate Parker estaba parado enfrente de mí, observándome con una sonrisa maléfica— Tranquila, tú padre vendrá por ti en algún momento. Si de verdad le importas.
Rió y centró sus intensos ojos azules en mí.
—No estarías aquí si no fuera por la culpa de tú padre, debido a rebelarse contra el mío y ocasionar que los demás trabajadores se largaran de su empresa.
Me quitó el pañuelo de la boca.
—Haces esto por tu padre ¿no? —cuestioné alzando la voz fingiendo que no me intimidaba.
—Supones muy bien —se agachó para mirarme de cerca— Todo esto es un asunto entre tu padre y mi padre. Pero ya que eres lo más preciado para él, me aseguraré de que se entere de que estás aquí y así se entregue en vez de ti, si no, pues sufrirás las consecuencias.
Nate apartó un mechón de mi cabello, colocándolo tras mi oreja.
No puedo dejar de pensar en que no le creí a Zayn.
En ese momento estaba segura de que era mi fin.
—Eso no pasará —mencionó una voz conocida.
Pronto una silueta en medio de la oscuridad pudo apreciarse.
Nate se levantó y poniéndose de pie, volteó a mirar a quien hablaba. Tal como supuse, era Zayn.
El castaño se hallaba en una posición que parecía de película, y este con un arma entre sus manos, le apuntaba al chico.
—Baja el arma, Beckett —Nate sacó de su bolsillo también un arma— Si no ella tendrá el mismo destino que tu hermano.
—¡No lo hagas, Zayn! —grité pero este apuntó el arma en mi cabeza.
—¡Te lo repetiré una vez más, Beckett! ¡O bajas el arma, o la mato! —amenazó subiendo el tono— Es tu decisión.
—Tengo una mejor opción —él le disparó a Nate, usando su arma como si fuese un juguete.
Tapé mis oídos y cerré mis ojos del impacto.
No quería enterarme de que lo mató o algo así. Pero al abrir los ojos vi a Nate caer al suelo y su pierna emanaba sangre. Este chico empezaba a quejarse del dolor.
Zayn caminó rápidamente hacia mí y me desató de la silla, me tomó entre sus brazos y me dio un abrazo para calmarme. Pero todo lo que salía de mí era miedo, temor y lágrimas.
—Mírame —se notó en su rostro una mirada dulce. Lo miré resolviéndome en mi mente a contener las lágrimas—. Estarás bien, ahora vámonos de aquí.
—¿Estará bien? —pregunté por Nate.
Miró hacia el techo fingiendo pensarlo.
—Sí.
Nate se encontraba sin movimiento a pesar de que fue disparado en la pierna, según pude ver. Eso me hacía pensar en que tal vez era por el dolor que le causó el disparo.
Me ponía cada vez más nerviosa, no quería tener nada que ver con esto.
Salimos de ese horrible lugar, Zayn rápidamente me abrió la puerta de su auto y se subió también en el. Al encender el auto notamos que estaban acercándose a nosotros Peter y dos hombres armados.
Zayn colocó el carro en marcha, y estos dispararon contra el auto.
Volví a sentir que el temor se apoderaba de mí en cada momento que escuchaba a Zayn pidiéndome que bajara la cabeza mientras volaban en pedazos los vidrios del vehículo.
Él pudo percibir mi angustia, y en ese momento intentó calmarme.
—No te asustes ¿okay? —me pidió. Asentí y él se concentró en conducir lo más rápido posible, sin siquiera observar las leyes de tránsito y el semáforo—Todo va a estar bien.
El sonido de las balas golpeando el vidrio eran aún más alarmante y me puso inquieta. Sentía como si una de ellas se hubiese clavado en mi brazo izquierdo, comenzando a sufrir por un dolor intenso que quizás creó mi mente.
Zayn me vio a los ojos y pidió que no me inquietara, y me recordaba vez tras vez que todo saldría bien.
Dobló hacia una calle que desconocía debido al dolor que me segaba, y por un momento nos habían perdido de vista aquellos hombres. Sin embargo, me paralicé y mi vista se nubló, aún así pude sentir cuando Zayn me agarró y me cargó llevándome consigo.
Desperté acostada en una camilla de hospital. Zayn Beckett se hallaba sentado en una silla a mi lado, mirando preocupado hacia el suelo.
Observé confundida el entorno que me rodeaba y uní los puntos al ver partes de mi brazo izquierdo cubiertos con gazas, también por ese terrible dolor que se ubicaba en el al tocarlo.
—¿Qué me sucedió? —pregunté confusa.
—Uno de los vidrios te hirió —contestó el chico.
Colocó su mirada sobre mí, y luego la centró otra vez en el piso.
—¿Cómo es que no me di cuenta? —volví a preguntar dejando de recostarme.
—Eso es porque te desmayaste apenas el dolor llegó a ti —me dio la respuesta retomando la mirada hacia mí.
Por una segunda vez miré a mi alrededor. Contemplé paredes blancas y tétricas, una camilla con sábanas azules y blancas en ella, enormes estantes probablemente llenos de cosas y una silla en la que Zayn se encontraba sentado.
Todo indicaba claramente que estaba en el hospital, no podría ser otro lugar.
—Llamé a tu padre en cuanto llegamos aquí —me avisó.
—Gracias por eso, y por todo —dije en verdad agradecida.
—Lo necesitabas —fijó sus ojos en los míos.
Suspiré recostándome sobre la camilla y observando el techo. Después, escuché el sonido de la puerta abriéndose, y entonces centré la mirada en ella.
Una enfermera de cabello teñido de rubio y apariencia joven entró en la habitación, junto con ella iban mi padre y mis hermanos.
Lucas Jones se acercó a mí, tomando mi mano con delicadeza me levantó un poco, de modo que ya no me hallaba recostada. Entonces me abrazó.
—Pensé que te perdería... —confesó en voz baja.
De pronto sus ojos azules se tornaron más claros y brillantes ya que estaban llenos de lágrimas.
—Estoy viva —sonreí poniéndome emotiva.
—Lo sé. Ahora, descansa —pidió.
Me recosté nuevamente.
—La paciente necesita descansar —dijo la enfermera— Por favor, retírense a la sala de espera.
Mi padre y los chicos le hicieron caso, retirándose del área. Zayn salió después de lanzarme una de sus típicas miradas, pero que esta vez contenía algo de dulzura, transmitiéndome la idea de que tal vez, solo tal vez, a él.... yo le interesara.
[...]
Zayn Beckett:
Todo sucedía de una forma lenta, el reloj parecía estancarse en cada minuto que pasaba. Seguía aquí, en el hospital, en la sala de espera a tan solo unos pasillos de la habitación número 15 donde se encontraba Lilian.
Sus hermanos estaban frente a mí. Marcos tenía una expresión en su rostro que relataba preocupación, pero que al fijarse sobre mí se convertía en enojo. Uno de los niños (el que aparenta unos 15 años aproximadamente) solamente veía su teléfono, los demás sólo se fijaban en el entorno que les parecía aburrido.
—¿Por qué estás aquí? —Marcos interrumpió el silencio.
Lo miré indiferente.
—Eso deberías preguntárselo a tu hermana —contesté.
Entornó sus ojos.
—No está en condiciones para responderme, en cambio tú sí —enfatizó.
—Ella quería encontrar a Danielle Cocks —conté— Es todo lo que diré.
—¿Por qué buscaba a Danielle?
Levantó una ceja.
—No me incumbe y mucho menos me interesa —espeté.
Los gemelos nos miraban expectantes.
—Oye, Luke. ¿Quién crees que ganará? —preguntó un gemelo al otro.
El otro le sonrió.
—No lo sé Logan, tú dime —susurró.
El chico de 15 río divertido.
—Chicos, yo sólo puedo decirles que no sé quién ganará, pero... le voy al chico desconocido —dijo y luego continuó— Marcos parece débil en comparación con él.
Marcos frunció el ceño.
La enfermera salió de aquella habitación donde está Lily, y unas pocas horas después la dieron de alta.
Al verla salir y abrazar a su padre, decidí regresar a mi departamento. Pero su padre me detuvo.
—Espera —pidió— Tú salvaste a mi hija. Por favor, cena con nosotros esta noche.
—Sí, acepta —me suplicó Lily con una gran sonrisa.
Lo pensé un par de segundos.
—Okay —acepté sin darle la más mínima importancia.
—Entonces nos veremos a las ocho —dijo ella y se despidió.
Conducí hasta mi departamento. Cansado miré hacia el techo y pensé:
"¿Cómo es que todo esto puede suceder en un día?"
Lilian Jones:
Acostada en mi cama, atendía una llamada de parte de Rose. Ella insistía en saber de mí. Ya le habían informado el estado en que me encontraba.
—No fue tan grave —afirmé— Pudieron ocurrir cosas peores.
—Qué bueno que estás bien, pero... ¿Lograste conocer la identidad de aquellos hombres? —preguntó ella.
Me quedé en blanco. Era obvio que los conocía, pero no quise decirle eso a Rose.
—Cuándo lo sepa no dudaré en decirlo —mentí intentando encubrirlos.
—Bueno, espero que pronto se sepa su identidad, así estarán de una vez en prisión esos criminales —dijo.
—Sí —concordé— Tengo que colgar, Rose. Hablamos luego.
Dejé el teléfono aun lado de la cama y comencé a elegir de mi closet la ropa que usaré esta noche.
[...]
08:15 PM
Ayudo a papá organizando la mesa y colocando en ella platos junto a cubiertos. Todo ya está listo en pocos minutos, pero pierdo las esperanzas de que Zayn llegue.
—¿Aun piensas que va a venir? —preguntó Marcos burlón.
Entreabrí los labios.
Justo al momento de responder, el timbre sonó adelantándose. Le hice un gesto señalando la puerta y este hizo una mueca nada agradable.
—¡Iré a abrir! —informé ansiosa.
Hice tal cual como había dicho.
Zayn se encontraba parado frente a mí en una pose que me dejaba atónita, difícil de admitir pero lucía muy apuesto.
—Si vi-viniste —titubeé contemplándolo.
—Dije que vendría, ¿no?
Quedé sin palabras.
—Pasa, adelante —lo invité.
Entramos en la casa y procedimos a sentarnos todos en la mesa, al poco tiempo la novia de Marcos, Mía, también nos hizo compañía. Como era de esperarse acabamos al mismo tiempo de comer, todo fue porque mi padre tenía una conversación con Zayn.
—Y dime, ¿Estudias en Beverly? —lo interrogó.
—Sí.
—Pareces un chico agradable.
Marcos rió por el comentario de Papá.
—Lo es —interrumpí.
Marcos y Zayn me miraron. Mi hermano no podía creer que yo admitiera semejante idea sobre Zayn. Este último me veía normal, con una mirada que no permitía percibir lo que sentía en ese preciso momento.
Al finalizar, luego de lavar los platos de la cena, salí hacia el patio para despedirme de Zayn. Y desde ese mismo instante, comencé a considerarlo un amigo.
—¿Te gustó la cena? —inquirí.
—Estuvo bien. Como una cena normal —me respondió.
—Debo agradecerte por llevarme al hospital, aunque sea una segunda vez —le agradecí nuevamente.
—No me agradezcas. No lo merezco después de insitarte a que fueras tras Danielle Cocks.
No me miró.
—Lo sé, pero eso ya no importa —me mordí el labio nerviosa—. Tú me calmaste cuando por dentro sentía miedo. Sentía que me quebraba en mil pedazos... ¿Alguna vez te has sentido así?
—Muchas veces —confesó.
Centró la vista en mis ojos y pude deducir claramente lo que sentía: Dolor. Rápidamente comencé a recordar lo que Emma me había dicho sobre él, y analicé los posibles motivos de su indiferencia.
¡La respuesta estaba allí!
En lo que Emma me había dicho.
Quizás el dolor que sintió y la manera en como fue despreciado, lo hizo desarrollar la personalidad que hoy tiene. Tal vez esa indiferencia la usó para ocultar sus verdaderos sentimientos, todo aquello que le causó alguna vez sufrimiento.
—Sé lo que sucedió con tu hermano, por eso quería pedirte que me dejaras formar parte de esto —le pedí— Quiero ayudarte a encontrar a el culpable.
—No puedes ayudarme —afirmó sin mirarme— No después de lo que pasó ayer.
—Lo que pasó fue mi culpa. Yo tomé la decisión de buscar a Danielle —admití— Y esta vez... vuelve a ser mi decisión. Enserio, quiero ayudarte.
—¿Y qué pasará si sales herida de nuevo?
Centró su vista en mí encubriendo sus sentimientos otra vez.
—Me arriesgaré —decidí.
Se quedó en silencio, como si estuviese examinando algo.
—Hoy me sentí igual que tú, cada minuto que trascurría —bajé la voz— No quiero que tu continúes sintiéndote así. Te considero un amigo.
Mis ojos empezaron a aguarse, no quería llorar. Pero no pude contenerme más, y una lágrima se escapó de mi ojo seguida de muchas otras.
Me miró frunciendo el ceño, aún así por dentro supe que en el fondo él me comprendía. Caminó hasta mí, entonces me acercó más hacia él, y me besó. Su beso hizo que perdiera completamente la cabeza. Haciéndome sentir libre, haciéndome olvidar totalmente aquel miedo que sentí en un principio.
Sus manos rodearon mi cintura, y me dejé llevar, colocando mis brazos sobre su cuello. Sentía sus labios tocar los míos y sentía como mi mente viajaba a otro extremo, aun lugar que nunca había visitado. A eso lo comparaba yo, aun lugar desconocido que de otra manera no hubiera querido conocer.
Él se detuvo, dejándome sin aliento.
Noté que me miraba distinto, ya no era esa típica mirada de indiferencia y de desinterés, su expresión ahora había cambiado por una distinta.
Pero entonces acabó con todo de una vez, y dijo:
—Tengo que irme.
Se dirigió hasta su auto. Contemplaba cada movimiento en él, y lo veía conducir hasta desaparecer de mi vista.
Nuevamente entré en casa. Subí a mi habitación y me lancé sobre mi cómoda cama, trayendo a mi cabeza lo que había ocurrido, que de un manera tan inesperada él me había besado.
Y me había gustado.
Esa noche fue muy difícil dormir para mí, dejar de pensar en Zayn no era algo que en realidad fuera fácil después del beso que depositó en mis labios. Pero quizás sólo lo hizo por compasión, es algo que debía averiguar con precaución.
Me gustó la forma en la que me miró esa noche, la forma en la que lucía a la luz de la luna, y sobre todo me gustó el hecho de que me halla besado.
Aunque para él tal vez eso no significó nada.
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