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(Narrador Omnisciente)
- Park Jimin, ¿Acepta como legítimo esposo al señor Min Yoongi? - Pregunto el juez.
- Acepto - Sonrió el castaño feliz y emocionado mientras sus manitos eran sostenidas por su pareja.
Yoongi sonrió y dejó una suave caricia en las manos de su hermoso novio. No podía creer aún que se estuvieran casando, en verdad era el momento más feliz de ambos.
- Min Yoongi, ¿Acepta como legítimo esposo al señor Park Jimin?
- Acepto - Respondió sin dudar el azabache.
- Por el poder que me confiere el estado, los declaró esposos. Pueden besarse.
Yoongi volteó a ver a su lindo chico. Lo tomo de la fina cintura y pronto apresó los pomposos belfos de este en un profundo y amoroso beso que sellaba su promesa de amor eterno.
Jimin sentía que su felicidad no cabía en su pecho, entre medio de su delicado beso dejó una suave caricia sobre el cuello de su ahora esposo. Le encantaba como sonaba aquello, era feliz y nada ni nadie jamás podría destruir tan hermosa felicidad.
Se separaron del dulce beso y se sonrieron, demostrando tanto amor y devoción uno por el otro a través de sus ojitos brillosos.
- Te amo mi hermoso Min Jimin - Dijo un Yoongi feliz mientras dejaba una delicada caricia sobre la mejilla de su esposo.
- Te amo demasiado Yoon - Respondió el castaño, dejando un corto beso más sobre los delgados labios.
Habían contraído matrimonio justo un mes después de que Yoongi se lo propuso, justo como lo planearon. Sus únicos testigos habían sido los señores Min. Esta demás decir que Yeo-been estaba realmente feliz por sus dos pequeños como ella los llamaba. El señor Min estaba orgulloso de su hijo y aunque ambos aún sean muy jóvenes, esperaba de todo corazón que su amor sea eterno, él siempre estará para apoyarlos.
Se habían casado solamente en lo civil, sin amigos o nadie más que no fueran solo los señores Min alrededor de ellos. Para Jimin y Yoongi era más que suficiente, no necesitaban de tantas personas para sentirse felices de haberse unido en matrimonio.
Tendrían una linda velada en casa de los Min. Yeo-been había mandado a preparar una deliciosa cena exclusiva para ese momento. Ella misma se encargó de confeccionar el traje de ambos chicos, así como el de su esposo y su vestido.
Dong-Yeon, padre de Yoongi se encargo del juez que casaría a su hijo y pareja de este. En un inicio se había ofrecido, pero Yoongi quería que fuera su testigo, así que acepto.
Todo había sido pequeño, íntimo y especial entre ahora los cuatro Min. Nada tan extravagante como Yeo-been hubiese querido o llamativo como Dong-Yeon quería. Todo había sido como Jimin y Yoongi lo pidieron.
- Bueno chicos, ya que no me permitieron celebrar en grande su unión - Dijo Yeo-been mientras estaban en la mesa antes de recibir la cena - Déjenme darles un agradable regalo de mi parte y Dong-Yeon.
- ¿Regaló? - Pregunto Yoongi - ¿Qué clase de regalo madre?
Tanto Jimin como Yoongi estaban curiosos. Recibieron un sobre en manos de parte de Yeo-been, ambos se voltearon a ver curiosos y sonrientes. Jimin fue quien se encargó de abrir aquel sobre y no ocultaron su sorpresa al darse cuenta de que se trataba.
- ¿Esto es... Un viaje pagado hasta Suiza? - Pregunto un asombrado Jimin.
- Así es - Hablo la mujer - Deseo que lo acepten chicos y no aceptaré un no por respuesta.
- Pero madre, esto es demasiado caro y...
- Olvida el precio hijo - Hablo está vez Dong-Yeon - Acéptalo, es un regalo de parte de tu madre y mío. Solo queremos que disfruten su luna de miel y quizá en un futuro acepten darnos un nieto.
Jimin se sonrojo efusivamente y se ocultó en el cuello de su esposo cuando la risa de los otros tres Min se dejó escuchar. Claro que el castaño quiere un pequeño de él y su amado, pero aún no está listo para aquel paso, seguirá respetando el implante puesto en su cuerpo y una vez se sienta listo dará aquel importante paso.
- ¿Qué dices amor? - Llamo Yoongi - ¿Nos vamos de luna de miel a Suiza? - Sonrió y Jimin asintió eufórico.
- Me encanta la idea - Volteó a ver a los Min - En verdad les agradezco por este regalo y de todo en general. Jamás nadie me había brindado tanto apoyo y atención como ustedes.
- Eres como un hijo más para nosotros Jiminie - Dijo Dong-Yeon - Haces feliz a nuestro hijo y eres parte de la familia desde el primer segundo en que entraste por la puerta de la casa como pareja de Yoongi. Sin importar nada, siempre serás nuestra prioridad.
Jimin sintió un calorcito cálido en su pecho. Sus ojitos se nublaron y no pudo evitar ponerse de pie y abrazar a los señores Min, quienes a lo largo del tiempo habían mostrado más amor fraternal hacia él, que de lo que alguna vez sus propios padres le habían mostrado. Le encantaba saber que ahora es un Min ante la ley y desea de todo corazón seguir siéndolo hasta el fin de sus días.
- Gracias, en verdad - Decía con tonos suaves mientras se formaba aquel fraternal abrazo.
Pronto la cena dio inicio. A pesar de que todo haya sido tan pequeño e íntimo, fue tan hermoso para Jimin y Yoongi. Su día había sido especial, único e inolvidable.
Ahora eran esposos, los Min y nadie jamás podría borrar aquello.
- Que disfruten su viaje chicos - Se despidió Yeo-been de los menores.
Pronto la nueva pareja de esposos emprendió camino hacia el aeropuerto, el cual los llevaría a su destino. Mientras iban en el auto, Jimin se recostó sobre el hombro de su esposo y entrelazaron sus manos.
- Me encanta esto Yoon - Suspiró.
- A mi igual cariño. Nuestra historia apenas está iniciando, somos felices y no importa las dificultades en un futuro, prometo siempre hacerte feliz y jamás abandonarte cielo - Prometía Min con suaves caricias en la mano de su esposo, la cual portaba su anillo de compromiso y matrimonio.
- Te amo Yoon - Sonrió Jimin, suspirando enamorado.
Una hora después el avión despegaba hacia su destino. La nueva pareja de esposos se acomodaron para aquel viaje, al inicio Jimin se aferró al brazo de su esposo ante los nerviosismos de viajar por primera vez en un avión, pronto aquella sensación aterradora paso y se fue quedando dormido sobre el pecho de su amado. Yoongi proporcionaba caricias y suaves besos, le alegraba saber que Jimin en ningún momento mostró miedo o malestar ante tantas personas, sus padres habían incluso pagado asientos de primera clase para ellos y su comodidad.
Las horas pasaron, disfrutaron de su viaje, la comida, largas charlas como suelen hacer y un descanso más. Pronto el avión aterrizó en su destino y la pareja se encontraba admirando la belleza de los vivos colores de Suiza, eran tan elegante y deslumbrante que Jimin no podía creer que estuviera en aquel paradisíaco lugar.
Un auto esperaba por ellos, que los encaminó hasta el lugar en que se estarían quedando y no era exactamente un hotel, lo cual los sorprendió a ambos. Era una dulce cabaña en las altas colinas de Suiza, apartada de la civilización, rodeada de la naturaleza y frescura, con privacidad y abundante comodidad.
- Esto en verdad es el paraíso Yoon - Chillo de emoción el castaño al ver aquella hermosa cabaña.
- Lo es amor - Respondió Yoongi pero viendo fijamente a su esposo.
Pronto los brazos del azabache se rodearon en aquel fino y delicado cuerpo que jamás debía ser tocado con agresividad nunca más. Solo Min sentía que tenía el derecho de tocarlo pero con delicadeza y amor, como si de una delicada rosa se tratase, una rosa siendo protegida por un delicado cristal.
Los besos dieron inicio y los suspiros en Jimin no fueron retenidos por ningún motivo. Pronto la ropa comenzó a estorbar, sus pieles se rosaban, los jadeos los acompañaban y el suave toque del mayor hacia su pequeño los hacia delirar.
Min lo llevo hasta la suave cama, en donde su apasionado encuentro amoroso dio lugar. Las embestidas dieron inicio de forma delicada, sensual y amorosa, pronto convirtiéndose en fuertes y rudas, que prometían tocar el punto dulce des castaño y complacerse mutuamente hasta satisfacer todas sus necesidades sexuales durante la noche entera hasta sacearse entre sí.
Los delicados gemidos del castaño eran música brillante para el mayor quien se deleitaba con tan increíble sonido resplandeciente. Hacer el amor era la mismísima gloria para ambos, era fascinante y tan delirante que jamás se cansaría de ello.
Pronto el orgasmo llegó, haciéndolos hasta temblar de placer. Sudorosos y con sus respiraciones erráticas, habían terminado nada más la primer ronda de la noche, pues Yoongi no pensaba terminar tan pronto y Jimin tampoco es como se fuese a negar.
- Quiero más Yoon - Dijo con sensualidad en sus palabras el castaño a su esposo.
- Como mi hermoso esposo pida - Sonrió ladino y sin salir de su interior inicio con nuevas estocadas.
La noche apenas daba inicio y ellos la disfrutarían en todo su esplendor. Era su luna de miel y no se cansarían de disfrutarse uno al otro.
- ¡Ah!~ - Gimió el castaño cuando sintió una fuerte embestida tocar su punto dulce.
Yoongi gruñó complacido con aquel sonido. Apretó las caderas de su esposo entre sus manos y siguió embistiendo una tras otra vez. Su miembro se sentía tan bien, jamás se cansaría de eso, sobre todo porque el interior de su esposo siempre lo apresaba con fuerza y eso le encantaba.
- Mgh Jimin~ - Jadeo cuando sintió el orgasmo cerca una vez más.
Jimin rasguño un poco la espalda de su esposo y pronto entre abrió sus labios al sentir su orgasmo cerca. Juntos se corrieron por segunda vez en aquel lluvioso día.
Estaban agotados, esa era la segunda ronda de su tercer día en su lugar de miel. No se cansaban, era como si sus hormonas se alborotasen el doble cada vez que se veían con deseo, ni siquiera habían salido a conocer el lugar, pasaban como dos conejos en celo dentro de la habitación, complaciendo sus necesidades sexuales entre sí.
- ¿Por qué carajos eres tan delioso cariño? - Gruñó Yoongi dejando lo último de su blanquesina esencia en el interior de su pequeño y sexy esposo.
- D-imelo tú - Jadeaba un agitado Jimin ante tanto placer desbordado.
- ¿Qué dices si tomamos un baño juntos y después vamos a conocer un poco de la ciudad? - Propuso el azabache.
- Me encanta la idea. Pero a tomar un baño Min, no más - Sentenció el castaño.
- No prometo nada mi amor - Río el mayor.
Jimin rodo los ojos y sonriendo se puso de pie para entrar al baño y tomar una refrescante ducha. Aprovecharían que la fría lluvia había cesado un poco.
El castaño sintió las fuertes manos de su esposo apresarlo con delicadeza y como estas bajaban hasta su miembro, tomándolo y masturbandolo sin esperar un permiso. Jimin dejo caer su cabeza hacía atrás y mordió su labio inferior al sentir aquel delirio ta fabuloso. Min satisfecho ante la reacción positiva de su esposo, no dudó en voltearlo, alzarlo entre sus brazos y contraminarlo con las baldosas del baño.
Jimin ahogo un ronco gemido al sentir el pene de su esposo entrar en su interior sin permiso alguno y comenzando una ola de embestidas que no prometían detenerse pronto. Jimin se aferraba a la espalda de su esposo y gemía con fuerza, mientras Min gruñía ronco cada que su miembro entraba sin delicadeza dentro de aquel agujero, entrando completo y logrando grandes estragos en su interior al sentirse complacido.
- ¡Agh! - Gimió alto Min cuando nuevamente se corrió por completo dentro de su esposo.
Jimin definitivamente estaba agotado y no creía por nada del mundo salir a ningún lado, su cuerpo estaba satisfecho sexualmente. Pero agotado físicamente, no se sentía capaz de dar un solo paso. Se dejó caer entre los brazos de su esposo y dejó que esté lo bañara y consintiera.
- Te amo bebé - Susurró Min depositando un dulce beso sobre el hombro de su esposo.
Lo llevo hasta la cama, se encargó de secar su cuerpo y cambiarlo a una pijama cómoda para que pudiera dormir tranquilo. Jimin solamente logró sonreír y dejarse mimar, unos segundos después el castaño había caído profundo entre los brazos de Morfeo. Satisfecho y complacido por hacer el amor con su esposo por casi toda la cabaña durante tres días seguidos, pero sin duda su cuerpo necesitaba un descanso.
Min sonrió, acarició la cabellera de su novio y después lo dejo descansar. Él decidió salir a comprar para la alacena, ya que no había mucho, aprovecharía que la tormenta se había calmado y su esposo estaba profundo.
Aún no podía creer que por fin estuviera casado con el único amor de su vida. Qué todo sea tan perfecto y único, aunque desea de todo corazón que su lindo Minnie sea el mismo chico seguro de si mismo que solía ser, no podía negar que en lo profundo de su interior, deseó que Jimin siguiera siendo ese chico temeroso, por muy mal que se escuche, tenía miedo que Jimin en algún momento se enfrente al mundo y este no sepa hacerlo, que sufra de alguna crisis y él no pueda protegerlo.
Ama a su esposo y por eso se ha prometido a si mismo de cuidarlo y protegerlo del mundo, para que nadie jamás le haga daño a su lindo corazón.
Dos horas después regresó a la cabaña. Le alivio ver que su lindo esposo aún seguía dormido. Se encaminó a la cocina a preparar la comida, quería sorprender a su Minnie, darle un delicioso banquete después de no dejarlo descansar mucho por casi tres días. Claro que tenían sus momentos de calma, donde solo habían caricias y dulces besos, pero los cuales duraban solo unas pocas horas para después regresar a la verdadera acción.
Cuando estaba terminando de preparar la cena. Vio a su lindo bebé salir de la habitación mientras refregaba sus ojitos por recién haber despertado, el mayor sonrió y salió en su encuentro para besar sus pomposos labios.
- Hola mi amor, ¿Descansaste bien? - Pregunto mientras repartía dulces besos en el delicado rostro.
- Si Yoon - Sonrió - ¿Qué huele tan bien? - Se relamió los labios ante el hambre.
- Ven, te prepararé una deliciosa cena mi vida. No te he dejado descansar mucho estos días - Río con picardía al ver el fuerte sonrojo en las mejillas de su esposo.
- Oh, se ve delicioso - Pronto los dos comenzaron a cenar y Jimin no podía evitar soltar soniditos de satisfacción ante la delicia de la cena.
Yoongi sonrió satisfecho por haber complacido a su esposo. Eran esos momentos los que más le gustaban con su esposo, tan íntimos y solo de ellos.
- Minnie - Llamo Yoongi, tomando de la mano a su pequeño.
- Dime Yoon.
- Tú..., ¿Crees que en unos dos años te sientas listo de poder tener un bebé conmigo? - Pregunto con ilusión.
Jimin bajo la mirada y dejó el cubierto a un lado. No es que no quiera, anhela un pequeño bebé que sea una mini versión de su esposo, pero algo lo detiene de aquello.
- Quizá en un par de años Yoon, yo por ahora no me siento capaz. Sabes que aún tengo muchas inseguridades de mí mismo, no quiero acorralar a un bebé a esto, quiero que sea feliz y que tenga a dos padres felices y que lo protejan, no que solo tú te encargues de ello, quiero un bebé cuando me sienta completamente listo y seguro de lo que quiero.
- Sabes que te estaré esperando el tiempo que quieras amor, no quiero que te sientas presionado. Solo tú puedes decidir cariño - Sonrió Yoongi y beso la mejilla de su chico.
- Gracias Yoon, amo que me comprendas y que me conozcas tan bien - Sonrió enamorado el castaño.
- Siempre lo haré mi vida, sabes que te amo Minnie y siempre serás mi prioridad, prometo protegerte con mi vida siempre y no permitir que jamás nadie te lastime, ni siquiera yo.
- No serías capaz de eso amor, tú sabes que confío ciegamente en ti - Jimin se puso de pie para después sentarse sobre los muslos de su esposo - Te amo Yoonnie.
- También te amo mi hermoso bebé.
Las promesas podían ser solo palabras que se las puede llevar el viento. De aquello ninguno de los dos era consciente aún, pareciera que su burbuja era muy fuerte y podía resistir los goles que la vida quería darles.
Pero una simple aguja podía llegar a explotar en un abrir y cerrar de ojos lo que con tanto amor y seguridad habían formado.
Pero lo primordial en una relación siempre sería la confianza, sinceridad y sobre todo... La fidelidad.
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¡Hola amigos!
¿Qué les pareció este capítulo?
En verdad espero que les haya gustado mucho. Se que la boda no fue súper detallada como suelo escribirla y también la luna de miel que normalmente están dividas en capítulos, pero eso tiene su propósito.
Quiero decirles que el drama será largo cuando llegue, habrán muchos momentos tristes, ahora ustedes sienten inseguridad supongo y después quizá sea odio, después comprensión y muchos otros sentimientos que espero terminen con felicidad.
Mientras tanto... Mantengan sus pañuelos cerca.
Sin más que decir...¡Nos leemos pronto chiquillos!
Bye💜
No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐
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