(Narrador Omnisciente)

Roto.

Esa era la palabra que describía perfectamente a Min Yoongi.

El hombre estaba destrozado, con su corazón en mil pedazos, cada día y noche intentaba hacerle ver a su mente que había perdido a su única razón de ser y existir, pero su corazón le recordaba una y otra vez que lo había perdido por sus mentiras, su traición y malas decisiones.

Yoongi se había encerrado en su antigua habitación en casa de sus padres, no comía, no salía a trabajar y no se levantaba. Con dificultad su madre hacía que ingiriera al menos una comida al día. El azabache se estaba matando a si mismo.

El brillo en sus ojos desapareció al igual que el que existió en los ojitos mieles de Jimin. Las profundas ojeras que marcaban su rostro eran preocupantes para su madre. Yoongi se ahogaba en alcohol y pastillas para dormir porque de lo contrario lloraba durante horas y cuando despertaba las lágrimas silenciosas bañaban su rostro.

Quizá el dolor de ambos chicos era el mismo, pero sus situaciones realmente eran diferentes en cierto grado. Jimin sufría día con día, pero intentaba seguir adelante y construir miles de barreras alrededor de su destrozado corazón. Mientras Yoongi ahogaba sus penas en alcohol porque no podía soportar el hecho que por su estupidez había perdido al único amor de su vida.

Lo cierto era, que ambos estaban rotos.

Yoongi recordaba con dolor las muchas veces que le prometió amor eterno a su pequeño Minnie, recordaba sus momentos felices. Recordó con pesar el día en que él mismo le dijo a su pequeño y bonito esposo que las personas cambian sin darse cuenta y lastiman en el proceso.

El azabache sabía que por más que intente recuperar a su pequeño no lo lograría. Él mismo se encargó de crear a un Jimin tímido, sensible y asocial. No sé dió cuenta del daño que le ocasionaba al no dejarlo salir del departamento, al prohibirle trabajar, al no querer que estudiará por miedo a que lo lastimen, pero no se dió cuenta que él mismo lo estaba destruyendo con mantenerlo encerrado en las mismas cuatro paredes.

Entendió muy tarde que aunque lo amaba tenía que dejarlo partir, tenía que dejarlo alcanzar sus sueños.

Yoongi no era consciente de las dificultades que Jimin estaba enfrentando actualmente. Por más que le doliera había respetado la decisión de su pequeño en alejarse y dejarlo reconstruir su vida.

Min dejaría vivir a su Minnie, aún si es lejos de él.

La puerta de su habitación fue tocada, pero él ignoró el sonido proveniente de esta. Sabía que era alguno de sus padres, no le interesaba saberlo, se mantenía viendo un punto fijo con la botella de alcohol en una mano y en la otra un cuadro dónde se encontraba su amado Minnie tan sonriente y dulce como solía ser.

Su habitación era un completo desastre. Había una cantidad increíble de botellas de vino, whisky, soju y más bebidas alcohólicas. Algunas de las prendas que Jimin dejó, estaban regadas  sobre la cama, el olor dentro de aquella habitación era asfixiante. Una irritante combinación de alcohol con humo de cigarrillos.

- Yoongi - Llamo Yeo-been cuando llegó donde estaba su hijo tirado en el piso - Tienes que comer al menos un poco hijo. Haz pasado dos semanas en estas condiciones, no puedes seguir así.

- No tengo hambre - Respondió simple.

- Pero Yoon...

- No me llames así - Gruñó el menor.

Yeo-been suspiró y dejó la bandeja de comida sobre el tocador. Se acercó a su hijo e intento quitarle la botella de las manos pero este no lo permitió. La mujer noto la fotografía de Jimin entre su mano y también sintió un pinchazo en su corazón al ver a tan sonriente chico al cual amaba como a un hijo también.

- ¿Hasta cuando dejaras de beber y destruirte de esta forma Yoongi?

- Hasta que muera.

- No puedes seguir así Min Yoongi. No puedes dejar morirte de esta forma, tienes una vida que continuar, un trabajo que mantener, está bien que aún te sientas destruido, pero debes seguir adelante hijo, dime, ¿Qué pasaría si un día Jimin regresa y te encuentra en esta situación?

El azabache la volteó a ver y por un momento Yeo-been sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo cuando vio aquella mirada tan fría y penetrante. Flaqueó en el proceso y solo pudo carraspear para alejar aquel malestar.

- ¿Qué quieres decir con eso? - Pregunto Yoongi.

- Eso Yoongi. Jimin está intentando rehacer su vida, se desmoronó unos días pero ha salido para seguir adelante, aún si se ve tan destruido como tú, está saliendo de su dolor y tu te estás ahogando en el con botellas de alcohol y convirtiéndote en un muerto viviente.

El ceño de Yoongi se frunció al escuchar las palabras de su madre y prestarle la suficiente atención a pesar de la cantidad de alcohol en su sistema.

- ¿Cómo sabes que Jimin está igual que yo y que está intentando rehacer su vida? - Cuestionó con un tono de voz tan profundo que una vez más hizo flaquear a la mujer.

- Bueno... Yo lo busque ayer, hablé con él y...

- ¿Qué hiciste que madre? - Yoongi comenzaba a enojarse.

- Calmate Yoon, escuchame, ¿Bien?. Solo quiero lo mejor para ambos, él aún sigue viviendo en el mismo lugar de mala muerte, eso es asqueroso Yoon, Jimin no tiene porqué vivir de esa forma, intenté convencerlo de regresar, incluso le ofrecí un departamento pero él se negó y está bien lo entiendo. Pero cuando tenga la oportunidad yo lo buscaré y trataré de convencerlo...

- ¡Basta madre! - Se enfureció Min - ¡¿Es que acaso no lo entiendes?!, ¡Jimin quiere libertad!, Si lo buscas no se la darás. No importa como este viviendo en este momento, ¿Tú crees que intentando sacarlo de ahí él se superará a si mismo?, ¿Crees que si le ofreces todo lo que una vez tuvo él sentirá que lo ha obtenido por si mismo?, ¿Es que acaso no entiendes que Jimin lo único que quiere es alejarse de quienes tanto lo lastimaron?, ¡Es de mi que está huyendo madre!, Y si tú lo buscas él sentirá que soy yo el que está haciendo todo y me odiará más.

Min Yeo-been estaba estupefacta. Proceso todo lo que su hijo le dijo y se sintió la peor tonta del mundo, ¿Por qué no se daba cuenta que Yoongi estaba intentando dejar ser feliz a Jimin aún si era lejos de él?, ¿Por qué ella no podía entender que su hijo estaba sufriendo todo lo que él ocasionó pero aún así estaba intentando dejar que su Jimin busque la libertad que tanto deseó?

La señora Min se sintió avergonzada de sus decisiones y su actuar. Su única intención era poder ayudar a su hijo y Jimin, quería verlos juntos y siendo felices como solían serlo. Pero no se dio cuenta que se estaba equivocanda con ello.

- Lo siento - Susurró Yeo-been y soltó unas pocas lágrimas.

- Solo... Mantente alejada de él madre, por favor. No lo presiones, no invadas su espacio y déjalo crecer por si mismo. No sabes cuánto hubiera deseado tener estos mismos pensamientos antes de arruinar todo, no sabes cuánto hubiese deseado ser yo una motivación para él y no su mayor obstáculo. Y ahora de la única forma en que puedo ayudar es mantenerme alejado y dejarlo ser feliz. Si el destino nos llegase a unir por casualidad en un futuro y llegase a ocurrir algo entre nosotros es porque estábamos destinados y si eso no ocurre, quiere decir que el destino tiene mejores planes preparados para ambos. Solo te pediré madre, que dejes en paz a Jimin, por favor.

El azabache se levantó y se dirigió al baño encerrándose en este. Dejando a una Yeo-been sintiéndose peor que antes consigo misma.

Sabía que cometió un error y nada lo justifica. Si Jimin le dejo en claro sus deseos y su hijo le acaba de hacer ver la realidad de los hechos, era su turno de entender y dejar que sus dos pequeños busquen su seguridad y felicidad por lados separados.

Así como Yoongi dijo. Si la vida los une por azares del destino una vez más es porque estaban destinados a estar juntos y si eso no ocurre es porque la misma vida o destino, tenía mejores planes para ambos.

Necesitan reparar sus corazones. Ambos chicos necesitan madurar, crecer y aprender de sus errores para ser mejores personas en un futuro.

Yoongi se había quedado dormido gracias a unas pastillas para dormir. Sin embargo aquello le pareció extraño en esta ocasión al padre del azabache, quien entro a la habitación para ver a su hijo, pero lo noto pálido.

Con cuidado se acercó y tocó la frente de este y poniéndole más cuidado a su rostro, se percató que Yoongi estaba sudando frío y sus labios estaban recesos y pálidos.

- ¡Yeo-been! - Grito el hombre y su esposa pronto entró a la habitación muy alarmada - ¡Llama al doctor Oh!, Pero pronto.

Yeo-been llamo al médico de la familia y se preocupó demasiado al ver el estado de su hijo y como este no despertaba. El doctor Oh no demoró en llegar y revisar al chico quien parecía no querer reaccionar.

Después de una exhaustiva revisión de parte del doctor Oh. Este les explico a los señores Min la razón del malestar de Yoongi.

- Yoongi ha estado ingiriendo una cantidad exagerada de alcohol y toma pastillas para dormir. Básicamente él se estaba drogando a si mismo sin darse cuenta. La presión se le bajo por ello, pero llegó a un extremo preocupante, no se alimenta y sus defensas están bajas. Ahora lo dejé conectado a una intravenosa, les recomendaré alguna enfermera para que esté al cuidado de los cambios del suero y las vitaminas que deben estarle inyectado - Explicó el médico.

- Pero, ¿Él estará bien no es así? - Yeo-been tenía sus ojos rojos ante el llanto por la preocupación.

Hacía una semana que había tenido aquella fuerte conversación con su hijo y desde ese día Yoongi había seguido igual de renuente, no le dirigía mucho la palabra y eso la había estado lastimando mucho.

- Lo estará si mantiene una dieta equilibrada y saludable. Debe dejar el alcohol completamente, mantener su mente ocupada en alguna actividad y que está se agote durante la noche y pueda dormir sin necesitar las pastillas, debe comer muy bien y si nada parece mejorar, yo les aconsejaría que lo lleven algún psicólogo porque Yoongi lo necesita en este momento.

Dong-Yeon acató cada una de las indicaciones y después de elegir un enfermero junto a la doctor, este último se retiró y prometió regresar en dos días para ver el avance de Yoongi.

El padre de Yoongi quería confiar en que la decisión de Jimin y Yoongi era la mejor y aunque aún seguía creyendo que era lo mejor que estén separados para que aprendan a vivir uno sin el otro, comenzaba a dudar de si esto al final estaba bien o no.

Aún así, prefería confiar y esperar.

A la mañana siguiente. El enfermero llegó y cambió el suero, reviso el avance de Yoongi y cuando todo estuvo bien salió de la habitación, una que ya había sido limpiada y arreglada para la comodidad del azabache al despertar.

Min Yeo-been entro a la habitación y abrió las cortinas, dejando la más delgada cerrada una que dejaba entrar la luz del día pero no tan molesta. Suspiró cuando sintió el ambiente de la habitación un poco diferente, pero le dolió ver a su hijo, postrado en aquella cama con una intravenosa en su mano y dormido, aunque sabía que era por los medicamentos seguía preocupada. Yoongi seguía estando pálido, más de lo que suele ser, pero sus labios se veían diferentes y con un poco más de color que antes, eso de alguna forma la aliviaba.

Yoongi comenzó a despertar y frunció el ceño al sentir una pequeña luz molestar sus ojos. Se quejó al sentir el dolor en su mano derecha y con dificultad abrió sus ojos, enfoco a su madre quien se mantenía de espalda acomodando unas cosas en los cajones del tocador y se observo la mano. ¿Por qué tenía una aguja atravesando está?, Se preguntó.

La señora Min se volteó y al ver a su hijo despierto y tocando su mano se alargó y corrió hasta él.

- ¡No!, Yoongi. Deja eso - Recriminó.

- ¿Por qué... Tengo esto? - Pregunto con dificultad ante la resequedad de su garganta.

La señora Min le dió un poco de agua y luego tomo asiento a su lado, tomando la mano izquierda de su hijo.

- Yoongi - Llamo con voz pausada - Necesito que salgas de esto mi pequeño - Rogó - ¿Sabes el susto que me hiciste pasar anoche?, Tuvimos que llamar al doctor Oh porque estabas sudando frío, parecías un muerto Yoongi. Yo... Te juro que mi corazón no resistiría si llegas a morir por culpa del maldito alcohol, deja las estúpidas pastillas para dormir, por favor Yoongi - Rogó con lágrimas rodando por su mejillas.

Yoongi se sintió peor que antes. No se había dado cuenta del dolor que le estaba causando a su madre por su falta de madurez. No quería ser la causa de seguir lastimando a su madre, no quería ser responsable de desilusionarla así como había hecho con su Minnie.

Apretó la mano de su madre sobre la suya y la llevo con cuidado hasta sus labios, dejando un cálido beso sobre esta ante la atenta y preocupada mirada de Yeo-been.

- Perdóname mamá - Pidió - Te prometo que intentaré salir de esto y está vez no serán promesas fallidas o vacías. Por ti, por papá, por él y por mi, seguiré adelante.

La mujer abrazo con cuidado entre sus brazos protectores a su único hijo y depósito un beso en la sien de este.

- Gracias Yoongi. Se que será difícil cariño y para ello debes mantenerte fuerte, alimentarte y alejar todo lo que te está enfermando, promete que dejaras el alcohol y las pastillas.

- Te lo prometo madre - Repitió.

Yeo-been se quedó junto a su hijo hasta que esté terminó todo su desayuno, luego se le fue cambiado el suero y volvió a dormir gracias a los medicamentos.

Con el pasar de los días, Yoongi iba recuperando las energías, después de dos días con intravenosa, está se le fue retirada y se le dió una dieta que mantener por cierto tiempo hasta alcanzar su peso ideal. No fue fácil, pero con una semana completa de reposo, Yoongi regresaba a ser el mismo hombre fuerte de antes.

A pesar de que habían noches constantes en que lloraba inconsolable con la fotografía de su Minnie sobre su pecho, recordaba sus momentos juntos o veía las fotos de ellos dos juntos en su teléfono. Aún así, Min Yoongi estaba haciendo el intento de seguir con su vida.

- Padre, ¿Puedo pedirte un favor?

- Claro, dime hijo.

Tanto Dong-Yeon como Yoongi, se encontraban en el jardín de la casa tomando un café caliente.

- ¿Tienes los papeles del divorcio? - Pregunto con pesar.

- Si. Yo los tengo - Asintió el señor Min - Justo mañana es el plazo para que firmes si así lo quieres y aunque no lo hagas... El divorcio se procesará, tal cual Jimin lo pidió - Explicó.

Yoongi asintió y observo su café por unos minutos sin darse cuenta. Su mente intentando negarse una vez más a la realidad.

- ¿Puedes... Traerme esos papeles por favor? - Pidió.

Min Dong-Yeon fue por ellos hasta su maletín, no demoró mucho tiempo, una vez estando en sus manos, se los entrego a su hijo. Yoongi los saco y leyó detenidamente el documento.

En este no pedía mucho en realidad. Jimin dejaba más que claro que no quería absolutamente nada de parte de Min Yoongi, que simplemente quería el divorcio por infidelidad y más nada. Aquello le dejó un amargo sabor de boca a Yoongi, pero no le quedó de otra más que aceptarlo.

- ¿Tienes... Algún bolígrafo? - Pregunto con pesar.

- ¿De verdad vas a firmarlos? - Pregunto con asombro el mayor.

Yoongi no respondió a la pregunta, siguió contemplando si su decisión era la correcta o no. El señor Min al no obtener respuesta, tomo un bolígrafo y se lo pasó a su hijo quién lo tomo entre sus manos y dudo al menos por cinco minutos, contemplando aquellas hojas.

Con dolor en su pobre corazón, veía la firma de Jimin arriba de su nombre como Park Jimin y eso fue aún más doloroso para él. Cerró sus ojos unos segundos y soltó un suspiro tembloroso ante la punzada incesante de su apretado corazón.

Llevó la pluma a la línea que le corresponde y con dificultad trazo su firma arriba de su nombre. Una vez terminó, fue como si un balde de agua fría le cayera encima al comprender que su feliz matrimonio llegó a su final.

Su pequeño y adorado Minnie había dejado de ser un Min y él había roto su mayor promesa, de amarlo y respetarlo hasta el último día de sus vidas.

¿Cómo seguir viviendo si tú único motivo de ser no está más a tu lado?

Eso es algo que Yoongi debe descubrir con el pasar del tiempo.

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¡Hola amigos!

¿Qué les pareció este capítulo?

Espero que les haya gustado mucho a pesar de lo triste que fue.

¿Qué opiniones tienen de Yoongi acerca de todo lo ocurrido?

¡Nos leemos pronto chiquillos!

Bye💜

No olviden dejar su estrellita si les gustó el capítulo ⭐