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💫 19 💫

(Narrador Omnisciente)

El día había comenzado medianamente bien para Jimin.

A pesar de que su corazón aún dolía y en ocasiones se ahogaba en llanto durante las noches al no soportar más el seguir sintiendo muy presente su vida con Yoongi, él intentaba seguir adelante.  Cada mañana se levantaba y se motivaba a sí mismo a seguir a pesar de la adversidades.

El castaño terminó de prepararse para ir esa mañana al primer día de trabajo. Estaba ansioso, ya que sería una nueva experiencia para él en todos los sentidos y quería dejar una buena imagen de sí mismo a Lisa, no quería fallarle cuando ella ha confiado ciegamente en sus escasas habilidades.

Salió del pequeño cuarto dejándolo bajo llave y bajó con más tranquilidad ya que iba con suficiente tiempo y lo bueno era que estaba a unas escaneas cuadras la tienda de convivencia, por lo que se ahorraba gastar en transporte público.

- Buenos días señora Ling - Saludo a la señora mayor.

- Buen día muchacho. Qué te vaya muy bien - Se despidió.

Jimin sonrió mínimamente, aunque no era la hermosa sonrisa que solía mostrar, está era una sonrisa por educación más que por simpatía. El castaño quería asegurarse de resguardar muy bien sus emociones y sobre todo no destruir el avance que ha ido creando de barreras alrededor de su corazón.

Camino tranquilamente hasta la tienda. Metió las manos dentro de su chamarra ya que el clima comenzaba a helar y no dudaba que muy pronto se acercarían las lluvias, tan intensas como siempre.

Cuando estuvo cerca de la tienda, se percató que está ya estaba abierta y un camión estaba llegando con nueva carga. Se apresuró a llegar y vio a Lisa, su jefa atender un cliente.

- Que tenga un buen día y disfrute su compra - Agradeció la chica - Oh, Jimin-shi, buen día - saludo.

- Buen día - Hizo una corta venía - ¿En que necesitas que te ayude? - Pregunto.

- Primero que nada, entra a la bodega. Deja tus pertenencias en el casillero que te deje libre y colócate una gabacha y luego juntos entramos la carga que acaba de llegar - Explicó la chica.

- Entendido - Sonrió Jimin e hizo lo que su jefa le explicó.

No demoró mucho en encontrar el casillero y colocarse la gabacha después de dejar su mochila bajo llave. Salió y corrió rápido hasta donde estaba Lisa quien traía unas cajas muy pesadas. Pronto se puso a su lado y juntos terminaron de recibir toda la nueva mercancía.

Mientras Lisa cancelaba el monto a los trabajadores, Jimin de encargo de meter las cajas hasta la bodega y comenzar hacer conteo del antiguo producto más el nuevo producto recién llegado. Limpio las estanterías, añadió nuevos productos, retiro unos cuantos que estaban por caducar, tiro otros que ya estaban vencidos y todo mientras Lisa le explicaba a cortos plazos como hacer cada cosa, debido a que ella estaba en caja y los clientes solían ser muchos durante la mañana, sobre todo porque estaban cerca de una zona escolar.

La mañana paso demasiado rápido y Jimin debía admitir que se sentía extremadamente agotado. No creía que el trabajo en una tienda de convivencia sería tan mortalmente cansado, se sentía morir, pero debía resistir ya que su turno terminaba hasta las 4:00pm, obteniendo plazos de 30 minutos de descanso claramente.

- Ten. Ve a descansar y comer un poco Jimin, has trabajado muy duro toda la mañana - Lisa le entrego un sándwich y un refresco.

- Oh, no te hubieses molestado - Acepto con vergüenza.

- No te preocupes, los alimentos corren por cuenta de la tienda, no tienes que gastar en esto, además que debo admitir que jamás nadie a trabajado tanto en esta tienda como tú. No debes sobre esforzarte - Lisa dejó una leve palmadita sobre el hombro del castaño y se retiró a la caja para atender un cliente.

Jimin solo pudo sonreir y agradecerle enormemente a Lisa por ser tan atenta con él. Se sentó en uno de los taburetes de la barra y suspiró pesadamente al sentarse después de horas sin descanso, comió tranquilamente su sándwich y refresco.

Jimin pensó que todo sería más fácil de ahora en adelante, que lograría ahorrar y buscar un mejor lugar para vivir, podría ir comprando sus propias cosas con el paso del tiempo y en un futuro sentirse más independizado. No sabía si su trabajo actual sería por mucho tiempo o solo es el impulso que necesitaba para iniciar su vida, pero haría todo lo posible para mantenerse firme ante sus deseos y metas.

Al terminar su comida, regreso al trabajo, estaba ordenando unos productos en una estantería cuando la campanita que anunciaba un nuevo cliente sonó.

Jimin observó una linda chica con cabellera rubia ondulada acercarse muy sonriente a su jefa. No pudo ocultar su asombro al verlas regalarse un profundo beso, sintió vergüenza de pronto al presenciar aquello, así que con sus mejillas fuertemente sonrojadas se alejó un poco al otro lado del estante.

- Hola cariño, ¿Cómo has estado? - Pregunto la chica desconocida a Lisa.

- Muy bien bebé, ¿Y tú? - Sonaban tan melosas, pero al mismo tiempo enamoradas una de la otra y eso solo causó un corto piquete en el corazón de Jimin.

Sin quererlo, recordó cuando él y Yoongi solían utilizar apelativos melosos y dulces para llamarse entre sí, recordó cuando todo a su alrededor era amor y felicidad. Una esquina de sus labios se curvo hacía arriba ante el inminente recuerdo, pero pronto todo aquello se vio destruido al recordar que nada de lo que vivió fue real y el hombre con el que una vez estuvo casado lo uso vilmente y no merecía estar en sus recuerdos.

Jimin suspiró sonoramente sin darse cuenta y se preguntó si Yoongi había firmado los papeles del divorcio o si el señor Min los proceso de todas formas. No tenía forma de saberlo ya que se deshizo de su teléfono y no podía llamar al señor Min para aclarar su duda, pero aún así, sabía que aquello debía suceder si los Min al fin aceptaron que su único deseo es mantenerse alejado de ellos.

- ¿Jimin-shi? - Llamo Lisa a su lado.

- ¿Eh? - Jimin no se dio cuenta que estaba perdido en sus pensamientos o más bien, recuerdos.

- Ven, quiero presentarte a mi pareja - Lisa lo llevo hasta donde se encontraba su novia, que era detrás del mostrador robando un chocolate.

- Lo siento, tenía deseos de uno de estos - Se disculpó la rubia y Lisa solo negó divertida.

- Mira bebé, te presento a Jimin, mi nuevo empleado. Jimin, ella es Rose, mi pareja - Presentó la pelinegra.

- Es un gusto conocerte Jimin-shi. Vaya que eres muy atractivo, Lisa me comentó mucho acerca de ti anoche que hablamos y no se equivocó al decir que pareces un pequeño Mochi adorable.

Las mejillas de Jimin rápidamente se tintaron de carmín ante el halago recibido por la linda chica rubia. Lisa río divertida al ver a su novia tan expresiva al revelar sus conversaciones de aquella forma y sobre todo por la notable vergüenza en las mejillas de su trabajador.

- El gusto es mío - Mostró una corta venía el chico.

- Rose era quien me ayudaba en la tienda antes junto a Jisoo, una amiga. Hace poco una agencia de modelaje contrato a Rose, así que, fue más difícil que siguiera ayudándome - Explicó Lisa.

- Si. La verdad es que mi jefe ha sido todo un sol al permitirme tener horarios accesibles, por eso logró venir al menos un rato en el día.

- Uh... - Jimin no sabía que decir exactamente - ¿Tú eres mayor o menor que yo? - Pregunto solo por hacer un poco de conversación.

- Oh sí, tengo 22 años - Sonrió Rose - Mi linda Lisa tiene 24.

- ¿En serio? - Dijo Jimin muy sorprendido - Bueno, yo tengo 23 años.

- ¡Maravilloso! - Dijo Lisa - Entonces tú eres Oppa de mi bebé Rosie.

- Si y tú eres mi Noona - Jimin se sentía bien entre aquellas dos extrovertidas chicas, era como si ellas evaporaran toda su timidez y lo hicieran mostrar una parte diferente de él.

Durante la tarde, Rose se quedó ayudarlos. Hasta que se tuvo que ir porque la llamaron de su agencia, la hora de salida de Jimin llego y no podía estar más que feliz por ello, necesitaba un descanso con urgencia, sus pies lo mataban y el dolor muscular parecía haberse hecho presente una vez que terminó.

Fue por sus cosas al casillero y cuando estuvo listo, salió. Lisa lo estaba esperando y Jimin se acercó a ella.

- Ten Jimin-shi - Le entrego una tableta de pastillas - Necesitarás tomar una de estas por lo menos durante esta semana antes de dormir y después de cenar. La primera semana siempre es difícil y agotador, esto ayudará a tus músculos y que duermas cómodo - Explicó.

- No sabes cuánto te lo agradezco - Las recibió - Has sido todo un ángel conmigo, has cuidado de mi me has ayudado mucho este primer día.

- No tienes nada que agradecer Jimin-shi, te apoyo mucho porque me recuerdas mucho a mi primer día de trabajo, era una novata en todo el sentido de la palabra y solo quiero ayudarte para que no tengas malos recuerdos de tu primer trabajo - Sonrió la pelinegra.

Jimin agradeció una vez más y se retiró a casa cuando Lisa se lo permitió. El clima parecía tranquilo a esa hora de la tarde, así que camino con toda la paciencia del mundo hasta su casa, recordaba que tenía un par de sopas instantáneas, así que tendría una deliciosa cena, se tomaría la pastilla que Lisa le dio y caería como tronco en la cama.

Era un excelente plan para un chico que acababa de tener su primer día de trabajo con éxito.

Llegó al edificio y como siempre, fue recibido por una amable señora Ling. Subió hasta el quinto piso y en ese momento deseo que existiera un maldito elevador, terminó mucho más agotado después de subir demasiadas gradas.

Entro a su pequeña habitación, tomo una fría y relajante ducha, comió tranquilamente su sopa instantánea mientras resolvía un crucigrama en un viejo periódico y pronto tomo la pastilla. Se metió bajo la frasada y en cuestión de segundos Park Jimin había caído al glorioso mundo de los sueños.

Sin importar que apenas fuesen las 6:00pm, Jimin dormía como todo un angelito sobre aquella mullida cama.


Los días fueron pasando lentamente. El trabajo para Jimin fue agotador la primer semana, le costó un poco acoplarse y encontrar un buen ritmo a todo lo que debía hacer en la tienda, pero al final lo logro.

Estando en su tercer semana de trabajo, Jimin había aprendido mucho, incluso atender la caja como Lisa le enseñó con esmero.

- ¿Estás seguro de que puedes quedarte solo Jimin-shi? - Pregunto Lisa colocándose su bolso.

- Claro, tu ve y disfruta tu cita. Si ocurre algo de urgencia te llamaré por el teléfono fijo. No te preocupes por nada - Aseguro Jimin.

- Bien, estoy segura que podrás con todo Jiminie, si necesitas algo, mi número está en esta tarjeta, el de Rosie también y...

- Tranquila jefa - Río Jimin - Tendré todo bajo control.

Lisa río bajo y después de confiarle su tienda a Jimin salió del lugar para poder tener una cita con su chica después de mucho tiempo.

El castaño vio a su jefa irse y él se puso a trabajar. Cómo cada día, arreglo las estanterías, hizo conteo de productos y atendía clientes con normalidad.

Mientras atendía un cliente, se dio cuenta que había un hombre que tenía mucho tiempo de estar afuera observando adentro de la tienda. Frunció el ceño cuando se dió cuenta de ello.

El hombre no parecía ser algún ladrón, su vestimenta solo gritaba guardia a los cuatro vientos, portaba lentes de sol, traje completamente negro y lo que parecía ser un intercomunicador en su oído. Jimin estaba seguro que aquel hombre era una especie de guardia o guarda espalda.

Se acercó a las cámaras de seguridad y por simple curiosidad reviso las de días anteriores y se sorprendió al percatarse que ese mismo hombre había estado en el mismo lugar todos esos días y no se movía de ahí hasta media hora antes de su salida. Aquello le hizo experimentar un terrible escalofrío recorriendole por toda la espina dorsal.

¿Quién era ese hombre y que hacía ahí?, Se preguntaba el chico.

Intento pasarlo desapercibido por el resto de su jornada. Ese día se iría hasta el cierre ya que Lisa se lo pidió, estaría trabajando horas extra pero lo bueno es que habían sido pagadas.

El resto de la jornada, Jimin intento concentrarse en su trabajo, se sintió más tranquilo cuando no vió al hombre por ningún lado y ni siquiera por las cámaras de seguridad.

Cuando las 9:00 de la noche llego, Jimin comenzó a cerrar la tienda y lo primero que hizo fue cerrar la puerta principal para que no entrará ningún cliente ni nadie sospechoso. Dejó todo ordenado y guardo el dinero en la caja fuerte, la llave la dejó muy bien escondida y la de la tienda se la llevaría consigo ya que era una copia que Lisa le dio.

Cuando terminó todo, se preparó para irse a casa, si es que eso se podía llamar así. Con mucho cuidado y sigilo, Jimin salió por la puerta trasera, para no ser visto por aquel hombre extraño y aunque tendría que darle toda la vuelta a la zona, sería más seguro para él que irse por su camino habitual.

Una vez llegó a la “seguridad” de su habitación pudo respirar tranquilo al no haberse sentido vigilado esta vez. Intentaría tener más cuidado, pero ya intuía de donde provenía aquella sofocante vigilancia.

Suspiró profundamente cuando la idea paso por su cabeza. Estaba seguro que la señora Min tenía algo que ver con ello. Intentando dejar todo de lado, se preparó para dormir, ya que el siguiente día siempre tenía trabajo.

Una semana más paso y Jimin se sintió mejor nuevamente cuando dejó de ver aquel hombre por los alrededores, ya ni las cámaras de seguridad lo captaban. Quizá Yeo-been retiro esa absurda vigilancia.

Sin embargo, sus problemas no parecían querer acabar. El tiempo pagado de un mes en aquellas habitaciones se agotó y Jimin necesitaba seguir pagando ese lugar, había ahorrado lo suficiente, pero si seguía gastando en aquella habitación, jamás podría terminar de ahorrar para un mejor lugar.

Tomo la decisión de pagar un mes más y después de ello, pensaría en mejores opciones para buscar un mejor hogar. Vivir en esa habitación es mejor que nada, pero es agotador en muchos sentidos, aparte de incómodo.

- ¿Cómo va Rose en su trabajo? - Pregunto Jimin a Lisa mientras ambos acomodaban productos en los estantes.

- ¡Super bien! - Sonrió Lisa muy feliz por su pareja - Se está preparando para un desfile de modas que se llevará acabo en dos meses.

- Eso es genial. Ella es muy hermosa y estoy seguro que debe ser la envidia de muchos.

- Es lo mismo que yo le digo - Asintió Lisa - Pero ella es muy humilde para aceptarlo.

- ¿Tú nunca has pensado en ser modelo al igual que Rose? - Pregunto Jimin.

- No es lo mío. ¿Sabes que si me gusta? - Jimin le prestó atención - Ser cantante, bueno, en el rap soy muy buena déjame decirte. Es como un sueño frustrado para mí. Cuando mis padres me dejaron está tienda, tuve que desistir de mis sueños.

Jimin se sintió mal por Lisa, no creyó que su jefa haya tenido que dejar todos sus sueños por aquella tienda, pensó que a ella le gustaba trabajar en la tienda.

- ¿Por qué no intentas calificar para ello?, Puedes contratar a personas calificadas para esta tienda y cumplir tu sueño - Aconsejo Jimin - Puedes trabajar en lo que tanto amas y tener esta tienda para otro tipo de ingresos.

- Nunca lo pensé así - Sonrió Lisa al pensar en que aquello era buena idea - Lo pensaré muy bien. ¿Y tú Jiminie?, ¿Algún sueño en tu vida? - Pregunto.

Jimin sonrió levemente, tan leve que fue imperceptible, pero no lo suficiente para Lisa quien se encontraba a su lado.

- Siempre soñé con una carrera en gastronomía, ¿Sabes? - Suspiró - Pero sin darme cuenta me fui inclinando al diseño de modas. Ambas áreas me gustan, pero se que ese es un sueño imposible para mí.

- Nada será posible si no lo intentas Jiminie - Palmeo levemente la chica al castaño - Piensa en grande, sueña en grande y un día todos tus esfuerzos serán bien recompensados.

- Lo mismo va para ti - Ambos rieron y siguieron con su trabajo.

Quizá la vida tenía mejores destinos para aquellos chicos que habían tenido que dejar sus sueños de lado. Pero pronto y sin menos esperarlo sus vidas cambiarían drásticamente.

Solo era cuestión de tiempo y positivismo.

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Espero que haya sido de su total agrado. ¡Nos leemos pronto chiquillos!

Bye💜

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