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Capítulo 6: Inocentes ༄

ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,
1 Pedro 1:20

El coche frenó. Estuvo a diez centímetros de tocar a la chica que por primera vez en mucho tiempo no hizo uso de sus reflejos para esquivarlo.

—¿¡Quieres morir o qué!?-gritó el conductor colocando las luces intermitentes y saliendo del vehículo. No era una carretera muy transitada y estaban en ciudad.

—¿Tú? —dijo la chica extrañada.Era el rubio que acababa de ver en la iglesia, el que cantaba con Catherine.

—¿Allan no te había acompañado a tu casa con Cathy ? —preguntó tocándose el pelo con la frustración de creer que casi mataba a una persona.

—No

—¿Cómo que no ? -preguntó Allan saliendo del coche. Al parecer de todos los coches con los que podía haberse topado, se encontró con ellos.

—¿¡Acaso estás loca o quieres morir!? -repitió Chris aún con el susto en el cuerpo. Temblando.

Allan levantó una ceja, cuestionandose si había vuelto a intentar suicidarse. Ella pudo adivinar lo que pensaba con solo mirarle.

—¡Qué hacías en medio de la carretera! - exclamaba Chris.

—Liz te llevé a tu casa - continuó Allan sin entender porqué lo negaba.

—No

—Pero Liz si estaba Cathy conmigo y ...

—No -repitió con la misma expresión fría. Ya respiraba con normalidad cómo si la carrera anterior no hubiese sucedido.

—¡¿Puedes explicarte?!-gritó Christian agobiado caminando de un sitio a otro.

—¿La chica está bien?—preguntó una voz desde el interior, Marc. El grupo había decidido quedarse a ensayar.

—Es Liz y está bien gracias a Dios—contestó Christian—.¡Pero nadie entiende que hace aquí!

—Chris entra al coche por favor —pidió Allan.

—Si crees que voy a conducir después de esto estás loco

— Conduzco yo pero entra al coche

—Allan escucha...

—Entra al coche por favor -volvió a decir con paciencia pero firme en su postura. El rubio frustrado entró cerrando la puerta con energía.

—¿Estás bien?-preguntó observando si tenía alguna herida o algo roto. En un intento de ver si se había roto el brazo cogió su muñeca. Vió unas marcas o arañazos, no podía distinguirlos bien pero, era claro que era algo.

—Sí

—¿Por qué estabas en mitad de la carretera?

Permaneció en silencio mirando hacia algún punto frente a ella.Él no dijo nada sobre las marcas aunque aquello le hacía pensar pues estaba convencido de que debía hablar de ello con calma.

—No era mi casa

—Está bien ¿De quién era?- La chica no dijo nada y él decidió no insistir con la pregunta. - Tú intentabas...

—No-respondió tajante al comprender a qué se refería. Existían muchas formas de suicidarse y atropellada por un vehículo no era una opción que aceptase.

—La próxima vez debes tener cuidado

—Vale —Allan sonrió, por lo menos había usado una palabra diferente.

—¿Sabes que si pasa algo puedes contármelo verdad ? Yo te escucharé

—Vale

El chico  suspiró. Era agotador hablar con alguien que sólo respondía con monosílabos pero había decidido tener paciencia con ella.Era un alma que necesitaba salvación y en verdad le inquietaba su forma de actuar. Le recordaba a su prima.

—Vamos, te llevaré a TU casa

—No

—No era una pregunta. Es tarde y no hay nadie en las calles

No tuvo más remedio que asentir con la cabeza y seguirle hasta el coche.
Christian, Marc y Bo estaban sentados en los asientos de atrás. El único del grupo de Generación Luz que faltaba era Sam que estaba enfermo en casa.

—¿Estás bien?—preguntó Marc. Liz se fijó por el espejo retrovisor en detalles que llamaron su atención cuando lo visualizó por primera vez en la universidad,antes de verle tocar el bajo a lo lejos en la iglesia. Como por ejemplo en que a pesar de tener los ojos marrones el pelo era de un tono rubio miel más oscuro que el de Christian.

—Nos has dado un buen susto...en mitad de la carretera y encima vestida de negro

—¿Dónde está tu casa ? —preguntó Allan.

—Sigue mis instrucciones — ordenó y el chico arrancó.Ella  indicaba la izquierda o la derecha.

—Liz perdoname por gritar.Me asusté mucho , pensé que te había matado -se arrepintió Chris.

Liz sabía que era impulsivo pero siendo extrovertido y con personas en las que confiar, le admiraba. Además su belleza no pasaba desapercibida. La forma en la que las chicas le contemplaban convertía los pasillos del instituto en el Olimpo.

—No pasa nada

—Bo ¿ Tienes una Coca Cola ?

—Sabes que no -respondió el moreno. Bo llevaba los auriculares puestos pero aún así escuchaba todo a su alrededor. A Liz le sorprendió su nombre, no era muy común. Supuso que era un apodo.

—Tengo hambre ¿Por qué no has comprado alguna Coca cola?—preguntó Marc que sabía que Bo siempre llevaba comida.

—La Coca Cola no es una comida. Toma esto y deja de quejarte —le lanzó una manzana.

—Really? - se rió Marc. Bo permaneció serio, no era una persona muy expresiva.

—Sí

—Desde que vas al gym you only have ésta comida rara—se quejó Marc mezclando ambos idiomas como de costumbre.

Allan miraba por el retrovisor a Christian que ignoraba la conversación de ambos mientras chateaba por teléfono. Estos últimos días sólo hacía eso.

Liz le indicaba el camino en pocas palabras pero él la notaba ausente, lejana a todo. Tenía el presentimiento de que algo había pasado y ella no quería contárselo. A pesar de su intuición el joven no tenía ni idea de lo que  vivía.

—Gira a la derecha. Es el segundo portal

Allan siguió sus indicaciones y aparcó.

—¿Este ?

—Sí, gracias -respondió. Su casa estaba a veinte minutos de la universidad a pie y a diez de la iglesia. Era un barrio muy distinto al que le había dirigido cuando la llevó a su supuesta casa la primera vez. Esta zona estaba en el centro, no en las afueras, cercana a la casa de Li Maylin. Aunque el apartamento de Liz era un estudio.
El chico se cuestionó porqué ella le había llevado a aquel barrio tan extraña diciendo que era su casa.

—Te acompaño al portal -comenta saliendo del coche. La pelinegra iba a decir algo pero el chico ya se estaba bajando.

Caminaron hasta allí. Liz sentía tanta presión en el pecho que le era difícil caminar. En el portal la chica sacó la llave pero le costaba tan sólo respirar. Intentaba disimularlo.
Hoy había sido un día muy largo
en el que se cuestionó muchas cosas, no quería que la ansiedad la destrozase ahora.

—Liz nos vemos mañana -se despidió Allan pero al ver que no se movía se quedó ahí observándola.

El joven sabía que la única forma de mostrarle el camino de la salvación era descubriendo todo. Ella no lo ponía fácil.
Sin embargo mientras conducía había podido observar el vacío. El abismo que trasmitían sus ojos grises era tan real que si permanecías en ellos varios segundos sentías un escalofrío.

La chica siguió estática como si su cuerpo se hubiese desconectado de su ser durante varios segundos.
De un momento a otro se dió la vuelta y enfrentó a Allan. Le observaba con énfasis. Sus rostros estaban muy cerca pero su expresión era dura.

—Si existe un Dios tan bueno cómo decís ¿Por qué permite que le ocurran cosas malas a los inocentes?¿A la gente que no merece sufrir ? —susurró entre dientes.

Allan intentó decir algo pero la chica abrió la puerta del portal, la cerró y subió las escaleras sin mirar atrás.
Era la primera pregunta que le hacía.

El acontecimiento de la azotea había sido en el que habían tenido la conversación más larga hasta ahora. Era cómo si sólo fuese capaz de hablar cuando llega al límite y Allan sabía que hoy pasó algo.

—What up? Que eres nuestro conductor- se asomó Marc por la ventana. El castaño no tuvo más remedio que caminar hacia el coche.

Allan se alejó del portal y comprobó con asombro que alguien le observaba detrás de una cortina. Era la única luz encendida a esa hora, no pudo distinguir si era hombre o mujer pero tenía claro que no era Liz. Cuando la sombra se fue de la ventana, tragó saliva y entró en el coche con un nudo en el estómago.

Gracias por leer y por votar. Dios te bendiga, nos leemos en el otro capítulo 💙
Nuevo capítulo cada sábado 💪

Imagen de Marc

Imagen de Bo

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