Capítulo 26: David ༄
Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
Eclesiastés 11:9
Sam y Allan caminaban hacia la plaza en silencio. Eran las cuatro de la tarde y amenazaba con llover.Ambos llevaban una chaqueta con capucha.
Bo no le había acompañado puesto que para cumplir con su rutina y poder ir al culto debía estar a esa hora en el gimnasio.
Si no fuese porque Samuel tenía la determinación de saber quién ocasionó el incendio y porque el único que podía decirles era Iván, no saldrían de casa hasta la hora del culto. Ambos debían estudiar muy duro para los exámenes finales. Eran la semana próxima.
—¡Capitaaan! Hoy será un gran día de victoria —expresó pero para su sorpresa el castaño no se rió ante su acento caribeño.
—Sí
—¿Sabes que hoy descubrí leyendo la Biblia el nombre de alguien que no sabía que existía?
—Qué bien— dijo sin entusiasmo. Sam abrió los ojos alarmado,que Allan no mostrase interés ante conocimiento bíblico era muy raro.
-Está en 2 de crónicas 34:22
-¿La profetisa Hulda?
-Sí ¡Muy bien !
El silencio volvió a reinar entre ambos y Sam odiaba estar callado. En momentos como éste en los que Al estaba sumido en la tristeza y todo andaba mal echaba mucho de menos a toda la banda Generación luz unida y en armonía. Ni siquiera Sam comprendía cuando había pasado pero poco a poco, en el último mes , la banda había comenzado a distanciarse. Sobre todo desde que Chris utilizaba tanto el teléfono. Nunca esperó que aquello ocurriese.
-Lo siento
-Está bien Sam
-No debí decir eso cuando hablabas con Chris
-No estoy molesto contigo
- Lo sé pero no quiero verte así ¡Parece que acabas de asistir al funeral de Lázaro!
-Tal vez me equivoqué al hablar así a Chris - reflexionó sentándose en un banco en la plaza.
-Dijiste lo que debías decir
Sam observaba los gestos de Allan. Sus ojos mostraban una profunda pena difícil de ocultar.
Un muchacho rubio de mirada triste y turbia caminaba hacia ellos con las manos en los bolsillos. Atormentado por la culpa de lo sucedido éstos últimos días.
No sabía aún si tomaba la decisión correcta al contarles la verdad pero, parecía ser una solución a sus ojos.
Cuando llegó hasta los chicos del ocean's wave, comenzó con ellos una conversación de temas triviales. Finalmente decidió ir al tema por el que los había reunido allí.
-Tal vez lo que cuente os parezca un poco irreal pero es cierto
-Somos del oceans 's wave ,nada nos parece irreal
-Quiero que juréis que nada de lo que diga se sabrá
-Los cristianos no juramos pero si prometemos.Te prometo que todo lo que digas quedará entre nosotros.
-Bien. No tengo otra opción que creerte. Sé que sois buenos chicos y debo confesar a alguien lo que de verdad ocurrió
El rubio necesitaba desahogarse puesto que la culpabilidad lo estaba matando desde el día en que sucedió el incendio. Realmente no había tenido a nadie a quien contarle lo que sentía pues había perdido lo que más amaba en el camino.
-El día del evento literario me colé en la universidad para colgar la bandera
-¿Tú colgaste la bandera del mare nostrum en nuestra universidad?
Sam le miraba asombrado. Aquella fue una gran hazaña en la que casi muere debido a que en mitad del proceso la cornisa se rompió.
-Sí. Ese día me reencontré con el amor de mi vida - contestó pero en sus ojos había una tristeza profunda.
—Entiendo — respondí Allan.
—Como quería volverla a ver. Me colé en vuestra universidad otra vez
-Todos te reconoceríamos si te volvieses a infiltrar ¡Listo! Después de lo que paso con la bandera tu rostro quedó fichado- .expresó Sam con tono de obviedad haciendo que Allan le lanzase una mirada de reproche.
-Usé un disfraz y el nombre de David para volver a entrar en vuestra universidad
-Ahora todo tiene más sentido
-Me conocían como David, estudiante de psicología
-¿Por qué nadie preguntó por tu matrícula?
-Sólo estuve dos días
Sam hizo una mueca extraña y finalmente se escogió de hombros esperando que el rubio continuase.
-Me creé un personaje llamado David y asistí a vuestra universidad. Leonor era el amor de mi vida... Ella es mágica, es alegría, risa, sol, atardecer, lluvia y todo lo que siempre deseé o al menos eso creía.
La forma tan poética en la que se expresaba de ella le hizo darse cuenta a Allan de que en verdad era un hombre enamorado, aunque turbado.
Mientras que Sam pensaba que describía a la mujer del tiempo.
Sólo los locos que han sentido la pasión del amor son capaces de expresarse de tal forma. Sam nunca se había enamorado profundamente.
-Como decía fueron días increíbles los que pasé a su lado -hablaba más para sí mismo que para ellos, con cierta melancolía.
-¿¡Os enamorasteis en tres días !? Eso es ridículo -Allan volvió a darle a Sam una mirada de advertencia ante su impertinencia constante pero el de ojos verdes ni se daba por enterado.
- Parecíamos enamorados o por lo menos yo sí lo estaba. Pero eso es otra historia - su mirada se nubló y Allan entendió que algo no iba bien entre él y aquella chica.
-¿Sabían todos que érais de universidades contrarias ?
-No. Salvo Víctor y Carlos, nadie más lo sabía
-Vamos que podrías ser actor
-No exactamente. El problema fue cuando Víctor y Carlos vinieron para sacarme del ocean's wave
-El chico pelirrojo
-Sí y Carlos, mi hermano. Ellos fueron el Lunes del incendio a buscarme
-Recuerdo que habían visto dos encapuchados y por eso acusábamos a los del mare nostrum ya que el día del evento literario ya la habíais liado
- Entraron para buscarme y que volviese a la universidad. A solo una semana de LA PRUEBA era necesario
-Y después ¿Qué ocurrió?
-Cuando les ví corrí hasta la tercera planta, intentaba abrir las puertas pero estaban cerradas con llave. Sabía que eran viejos almacenes. Encontré a Liz, creo que estaba llorando
Allan sintió un nudo en la garganta al recordar ese día. Hacía dieciséis días de aquel momento en el que Liz había intentado suicidarse. Allan parpadeó intentando borrar aquel pensamiento nefasto, pero verla caer le impactó.
Sam miró a Allan incrédulo, en su cabeza no entraba la idea de Liz llorando. La veía como una chica muy seria, inexpresiva y fuerte.
No sabía que detrás de su aparente fortaleza sólo habían ruinas y pedazos rotos.
-Sé que la conocéis porque vais a la misma universidad -aclaró cómo excusándose al confesar algo que no debía decir. Se tocó el flequillo con nerviosismo.
-¿Tú la conoces ?
-Sí -contestó rápido -. Ella es staff en el restaurante Mukul.Continuando con lo que sucedió, después de ver a Liz probé con otra puerta y entré en uno de los almacenes, creo que había ordenadores
-Dónde hubo el incendio
-Sí. Víctor y Carlos me encontraron
-Y quemásteis el aula llenos de rencor y os fuisteis cómo si nada -terminó Sam.
Allan le miró ésta vez molesto, su amigo estaba siendo demasiado impulsivo.Apenas acababan de conocer a Iván. Aunque tuvo que admitir para sí que el rubio estaba teniendo una paciencia -movido por la tristeza que sentía- digna de admirar.
-No fue exactamente así. Víctor se puso a fumar y de un momento a otro todo estaba lleno de humo...fue extraño lo rápido que ocurrió todo...
-Vamos que la liasteis parda
Los ojos del rubio reflejaban profunda culpa y tras tocarse el reloj con una mano en un evidente gesto nervioso habló:
-Sí
-¿No tiene nada que ver con la leyenda de los amantes?
-Me temo que no.Aunque muchos de vuestra universidad así lo creían
-¿Qué ocurrió después ?
-Saltó la alarma de incendios y nos fuimos corriendo hasta llegar al coche, imaginé que al caerse el cigarrillo se creó el incendio. Fue muy rápido.
-¡¿Víctor incendió la sala de informática ?!
-Sí -confirmó el rubio.
Los dos compañeros se miraron. Después de tantos días habían descubierto la verdad sin embargo nadie debía saber lo que se había hablado.
-No podemos decir nada...¡Sabiendo quién es el culpable!-se quejó Sam con un intenso sentimiento de impotencia al descubrir que el fruto de sus investigaciones era voto de silencio.
-En realidad os he dicho esto porque quiero que Víctor confiese aunque aún no sé como hacerlo. También quiero que habléis con Leonor. Sé que sois cristianos y ella necesita mucho de Dios.
La mirada azul de Iván se ensombreció con dolor. Allan casi podía sentir la culpa sobre su espalda. Algo profundo había sucedido entre ambos pero tenía claro una cosa, Iván seguía amándola pese a ello.
-Ella es amiga de Li Maylin, también es cristiana.Si te parece bien le diré que hable con ella
-Claro. Nuestra relación se ha terminado por muchas razones que no puedo explicaros pero quiero que ella conozco de Dios
-Tú también necesitas a Dios Iván
-No lo creo
Los cristianos se miraron entre sí y sonrieron, era un buen momento para evangelizar al rubio.
Imagen de Iván
Dios les bendiga LUCECITAS 💡.
Aquí algunas preguntas para conocer a mis bellos lectores.
Imagen de Iván David
Cuando alguien que no es creyente te cuenta sus problemas,¿le hablas de Dios?
Leo sus respuestas,
No olvidéis la súper estrellita
Dios les bendiga ✨❤️
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