Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

La protagonista de esta historia

Una vez leí una frase, no sé dónde, pero decía algo así como que «Cuando las prioridades están claras, las decisiones se hacen fáciles» No sé cuánto de cierto tiene esa frase, solo sé que la decisión que debía tomar, mi cuerpo la eligió por mí.
Ante la abrasadora mirada de Max, mis manos toman el bajo de su camiseta que llevo puesta y la deslizan hacia arriba, sacándola por completo de mi cuerpo. Él mira mi torso casi desnudo y yo solo espero un mal comentario de su parte. No tengo el cuerpo perfecto, eso lo sé y Kevin se encargó de que lo tuviera grabado en mi cerebro, sin embargo, Max no es Kevin. En su mirado no veo desprecio, mucho menos asco. En sus ojos solo hay una pasión desmedida, un fuego que solo mi cuerpo unido al suyo podría mermar, más no apagar.

-Eres hermosa -dijo trepando a la cama y ubicándose entre mis piernas abiertas. Encajando perfectamente con mi cuerpo, como si fuéramos dos piezas del mismo puzzle.

Sus manos lo sostenían sobre mi, solo tocándome en ese punto que clamaba por él. Gemí cuando sentí su erección siendo presionada en mi centro. Solo nos separaban varias capas de ropa que no veía la hora de eliminar.

-He esperado esto por mucho tiempo -cuenta, viéndome a los ojos.

-Pues no lo parece -digo

-¿Por qué no?

-Porque tardas demasiado en quitarnos la ropa -le provoqué, ganándome una carcajada de su parte. -Y ahora te ríes pues si, no lo...

No me deja continuar, sella mi boca con un beso, tragándose las palabras que iba a decir. Se sostiene con una mano, poniendo todo su peso sobre ella, mientras que con la otra, se dedica a explorar mi cuerpo. Recorre mi pecho, pasa por mis costillas y sigue su viaje hasta mi muslo, lo levanta y yo aprovecho y con mis pies lo empujo más hacia mi por el trasero. Necesito sentirlo más cerca y él parece que piensa lo mismo. Sus labios se apartan de los míos para dejar un reguero de besos por mi cuerpo, pasando por mi clavícula y bajando hasta mis senos aún ocultos por el sujetador.
Se levanta, llevándome con él, terminamos ambos sentados, yo encima, a horcajadas. Sus diestras manos eliminan el broche de mi sostén, para luego quitármelo por completo y lanzarlo por encima de su hombro. Sus ojos devoran esa parte de mi cuerpo ahora desnuda, con un hambre voraz.

-Dios eres perfecta.

-Soy muy lejos de serlo -corrijo.

-Para mi si lo eres. -afirma, acabando con la conversación.

Sus labios vuelven a tocar mi ardiente piel, dándole atención a esos turgentes picos que claman por él. Mientras, su mano comienza ese recorrido hacia el sur, con destino a ese lugar que se siente como lava ardiendo. Siento sus dedos colarse por la cinturilla de el bóxer que aún llevo puesto, mientras su boca vuelve asaltar la mía. Mis manos también deciden explorar un poco, acaricio su erección sobre la tela de su chándal y ahora es el quién gime mi nombre contra mi piel. Deja de jugar con mis braguitas, para pasar a la parte que quiero que atienda. Con la palma de la mano va acariciando su camino por mi monte de venus, una caricia lenta, pero que me vuelve cada vez más ansiosa de que esa mano llegue ahí, y cuando sus dedos se acercan cada vez más...

El ruido de mi teléfono sonando me saca de la niebla sexual en la que estaba segundos antes.

-¡Me cago en todo! -exclama Max separándose de mi por un momento -Da igual, déjalo que suene.

-Puede ser importante, Max -digo separándome de él cuando intenta besarme.

-Joder -protesta y yo no puedo evitar reírme un poco.

Me acerco a mi teléfono que está sobre la mesa de noche de Max, donde lo dejé olvidado cuando me duché. La llamada entrante es de Ayla, y sé por experiencia que si no contesto no parará de llamar y puede que la policía termine involucrada. No puedo arriesgarme, así que sin demorarlo más le doy a aceptar la llamada y la desesperada voz de mi prima me da la bienvenida.

-¡Dios! ¡Pensé que no me cogerías la llamada! -dice y el tono de su voz activa todas mis alarmas -¿Estás ocupada?

-No, no estoy ocupada -contesto, más preocupada por mi amiga y mis padres que de la calentura por haber estado a instantes de estar con Max. Este me mira enarcando una ceja.

-¿En serio? -protesta, pero yo solo lo mando a callar.

-Ayla ¿Le pasó algo a mis padres o a ti? -De inmediato la cara de Max cambia, ahora más interesado en la conversación.

-No, no te preocupes, todos están bien.

-¿Seguro que están bien?

-Si, no te preocupes por ellos, el problema soy yo.

-¿Qué pasó?

-No lo que pasó, sino lo que va a pasar. Estoy a punto de tomar el avión rumbo a Los Ángeles -aclara y yo por fin puedo respirar tranquila.

-Sigues teniéndole miedo a los aviones -No es una pregunta, es más bien una afirmación.

-Me voy a dar una ducha de agua helada -dice de pronto Max, yéndose en dirección al baño.

-¡Oh dios! Estabas ocupada. Mierda, no te preocupes por mí, yo...

-¡Eh! Tú eres más importante que una tarde de sexo así que ni te atrevas a colgar -amenazo.

-¿Tarde de sexo? -chilla -¿Tienes una nueva conquista?

-No, es Max, estuvimos hablando y, al parecer todo es un malentendido. Aunque aún hay algunas cosas que me gustaría aclarar. Todo fue tan rápido, estábamos hablando, y no sé en qué momento terminamos besándonos en la cama. -cuento, mientras me vuelvo a poner la camiseta que antes traía puesta.

-Y yo arruiné eso por mi maldito miedo a los aviones.

-No, al contrario. Ahora que tengo la cabeza más despejada creo que él y yo tenemos que aclarar varias cosas más antes de llegar algo más. Puede que me hayas salvado de ir demasiado rápido sin tener todas mis respuestas. Quiero estar segura de que es un malentendido. No puedo darme el lujo de cometer más errores, no ahora y menos con Max.

-Te entiendo -dice y la noto algo pensativa -Por cierto, hablando de eso. Esta mañana cuando acompañé a la tía en sus compras, me crucé con la mamá de Ava. Me contó que ella y Peige llevan varios meses viéndose. Estaba muy contenta con Peige cuando la conoció en diciembre, según dice es una chica genial que voló solo para conocer a la madre de su novia.

-Espera ¿No fue en diciembre cuando te cruzaste con ella y solo te sonrió?

-Exacto, al parecer llegó a Richmond una semana antes de la fiesta del reencuentro para conocer a la madre de Ava. Por eso la extraña sonrisa y el no acercarse a saludarme.

-Quería que fuera una sorpresa -termino por ella.

-Eso parece, y es algo lógico, es la novia más formal que tiene Peige en ¿Cuánto, tres años? Creo que dado lo preocupadas que estuvimos cuando terminó con la última, es entendible que no nos lo dijera hasta que no fuera algo seguro, además de que nos quisiera dar una sorpresa. Su felicidad nos hace felices a nosotras y eso ella lo sabe.

-Mierda y con todo lo que pasó después no pudo contarnos nada como debería. Solo lo hizo como si solo estuviera conociendo a la chica.

-Peige es así, si ve que alguna de nosotras está pasando un mal momento oculta su felicidad para que nosotras no nos sintamos más tristes al verla a ella feliz cuando tú y yo no lo somos, al menos eso es lo que creo que debe de pensar.

-Es una tonta. Estoy cansada de decirle que si ella es feliz lo somos las tres.

-Ya, pero quién se lo mete en esa cabeza tan dura. -A lo lejos se oyen los ruidos comunes de un aeropuerto y la llamada a abordar un vuelo -Bueno, te dejo que ya tengo que abordar. Nos vemos en unas horas. Porfa, reza porque el avión no se caiga, no quiero morir, soy joven y aún no me han dado mandanga de la buena, como dice el de la serie esa española.

-Yo rezo -le digo riéndome a carcajadas -Buen viaje -le deseo antes de finalizar la llamada.

-¿Mi hermana tiene novia? -indaga Max, asustándome.

-Mierda, ¿En qué momento saliste del baño? -pregunto viéndolo ya vestido con un chándal gris y una camiseta.

-Hace unos minutos. Estabas demasiado concentrada en tu conversación que ni cuenta te diste -explica, intenta darme un beso, pero me alejo -¿Qué pasa?

-Aún tenemos muchas cosas que aclarar, Max. Esto no es un libro o una peli en la que todo se arregla por el poder del amor o simplemente teniendo sexo. Las cosas debemos hablarlas, no taparlas con una bendita que tarde o temprano acabará cayéndose.

-Muy bien, pregunta lo que quieras. Pero mejor lo haces en el salón. Verte sobre mi cama vistiendo mi ropa es una deliciosa distracción.

Me río, pero hago lo que me pide y ambos bajamos a la primera planta. Nos sentamos los dos en el gran sofá negro, uno frente a otro.

-¿Y bien? ¿Qué es eso que hay que aclarar? Aunque yo creo que ya todo está dicho.

-Cuando me enteré de lo de tu matrimonio, a la primera que acudí fue a Peige -suelto, ignorando su último comentario, tan típico de algunos hombres -Sabía que ella me contaría y no me mentiría. Sin embargo, lo que ella me dijo es muy diferente a lo que me relataste tu hoy. -explico.

-Y ahora no sabes quién de los dos miente ¿No así? -Asiento. Él me dedica una tranquila sonrisa, como si mi confianza en él no estuviera en juego. -Te entiendo, yo en tu lugar también dudaría de mi. Mi hermana y tú son más cercanas y confías ciegamente en ella.

-Pues sí. -contesto, porque es algo demasiado obvio.

-Bueno, en este caso te puedo asegurar que ninguno de los dos te mentimos, simplemente Peige no sabe toda la verdad. Solo la versión que yo quería que supieran, la misma que se les contó a los padres de Robin. -explica

-¿Por qué? ¿Por qué no le contaste todo a tu hermana?

-Primero no quería que fuera a meter la pata cuando nos reuniéramos con mis supuestos suegros. Sabes que Peige suele ser demasiado indiscreta en ocasiones.

-Si, eso lo sé muy bien. -le digo recordando las veces en las que decía lo que no debía delante de Kevin.

-Ya luego volvimos al ejército, Robin murió, yo entre en un estado en el que no quería ver a nadie. Y justo cuando por fin me recupero, me llama para que te proteja de tu ex. En ese momento no pensé en que le debía contar a mi hermana todo, solo me concentré en ti. En ayudarte, aunque tú sola fuiste saliendo de ese pozo en el que estabas cuando llegué y estoy muy orgulloso de ello. Pero ya te digo, mi pasado quedó en un tercer lugar.

-Lo entiendo y te pido que me entiendas tú a mi. Este último año que pasó han sido tantas cosas y una tras otra que me he vuelto demasiado desconfiada. Kevin, el acosador que hasta en mi propio baño es capaz de espiarme. Ya no me siento segura en casi ningún lugar y contigo puedo respirar tranquila, sin miedo a que me puedas fallar. Por eso al pensar que lo habías hecho, me comporté de esa manera. Y en serio lo siento.

-No, soy yo el que te tiene que pedir disculpas. Tenía que habértelo contado todo, pero me acordé de q... Espera un segundo ¿Qué es eso de que te espían en tu propio baño? -pregunta preocupado

-Cuando irrumpiste en el despacho de Harold, acababa de recibir un sobre con unas fotos mías en el baño de mi propia casa. Ya ni ducharme tranquila puedo sin tener miedo a que me fotografíen desnuda -le cuento, ahora completamente enojada.

No sé cuándo acabará esto, ni sé si algún día pueda caminar sin tener que mirar sobre mi hombro, mucho menos sé si mi mente sea capaz de aguantar tal estrés. Quizás sea ese el objetivo de esa persona. Si es así, solo podría significar que me odia demasiado y lo peor es que ni tan siquiera puedo saber quién es o qué le hice para que sea capaz de hacerme tanto mal. No obstante, hay algo que tengo claro y es que no voy a permitir que me vuelva a convertir en la víctima. Se acordó, estoy cansada de que alguien más, dirija mi propia vida.

-¡Mierda! Nyx, ¿Por qué no me dijiste nada? -cuestiona pasándose la mano por el rostro.

-No sé. Quizás porque un Neandertal me esposó y me cargó sobre su hombro para luego secuestrarme. -contesto enarcando una ceja.

- Un Neandertal que quería que le escucharas. Cuando lo dices así suena a algo malo -Abro bien los ojos y lo miro directamente, queriéndole decir con mi expresión, algo obvio, y que si, muy bueno no fue lo que hizo -Bueno, olvidemos esa parte. Lo que importa ahora es protegerte, primero y ya luego analizar a fondo tu casa y encontrar las cámaras. -opina mientras me cruzo de manos al ver que cambia de tema.

-No, Max. No me tienes que proteger. No soy una damisela en apuros. Estoy cansada de depender de otros para mi protección. Situaciones cómo estás no hacen más que colocarme en el papel de víctima y estoy cansada de ello. -expreso parándome y caminando por el salón.

-Pero...

-No hace mucho descubrí una plataforma en dónde muchas personas publican historias sacadas de su infinita imaginación -interrumpo refutación y por su expresión entiendo lo confundido que está por mis palabras -. Hubo una frase en concreto que no pude sacarme de la cabeza durante semanas, era de una historia llamada Más allá de mi reflejo y no solo me encantó la trama, sino que en momentos me sentí identificada con la protagonista. La frase decía algo así como:

«No soy la delicada joven esbelta y llena gracia que espera en el balcón al príncipe.
Me niego llorar desconsolada ante la realidad que me agota y estremece a la espera de un hada madrina que resuelva mis problemas de forma inmediata.
Soy la princesa que lucha y defiende a quienes ama.
Soy la hermosa dama que no espera, sino que actúa.
No quiero a ser rescatada, pues ya salí de mi torre a la espera de tu amor mediante mis conquistas. -Lo miro fijamente y en sus ojos advierto cierto brillo. -No quiero ser más una víctima Max, quiero ser la protagonista de mi propia historia.»

-¿Sabes? Cuando éramos niños siempre te admiré, en secreto claro, a ojos de mis amigos eras la vecina babosa -dice luego de varios minutos de silencio.

-¿Se supone que eso me haga sentir elogiada?

-No he terminado de hablar -contesta poniendo los ojos en blanco. -Te admiraba en silencio porque eras resistente e intrépida. Nunca dudaste en defender a Ayla cuando todos en la escuela se burlaban de ella. A mi hermana la apoyaste en todo momento cuando descubrió que le gustaban las mujeres. Siempre estabas ahí para todos, no dejabas que nadie te pisoteara. Pero ahora, ahora ante mi no solo veo a una mujer fuerte, veo a alguien valiente que es capaz de aprender de sus errores y seguir adelante. Alguien que como en el pasado, no permite que le pasen por encima y no solo eso, sino que les planta cara, alguien que no se deja derrumbar por muchos vientos y huracanes que la azoten. Eres una sobreviviente y me siento orgulloso de la mujer en la que te has convertido, Nyx. Si antes te admiraba, ahora eres mi ejemplo a seguir. Por lo tanto, mi pregunta es: ¿Qué quieres hacer ahora?











Feliz día de San Valentín mis amores. Hoy es un día especial, se celebra el amor y la amistad, así que les traigo hoy dos capítulos llenos de amor de distintos tipos, amor de pareja, amor propio, amor a la familia y a los amigos, mucho amor hay hoy. Y si, leyeron bien, dos capítulos publicaré hoy, este y uno en la noche, no puedo perder esa costumbre.
No sé si saben, pero solo faltan 50 votos para que Indeleble alcance los 2k y si llegamos a esa cifra antes del Jueves, el viernes serán cuatro capítulos los que publicaré, así que si les gustó el capítulo voten, comenten, compartan la historia, yo que sé, lo que quieran hacer.

Un besote, espero que estén pasando un feliz San Valentín y si no es así, me avisan, ya me encargaré yo de ponerles una sonrisa en la cara, aunque sea con las travesuras de Max.

Este capítulo está dedicado a dos personitas muy especiales EJOTAPE quién con sus consejos me ayuda muchísimo, es muy buena escritora, aunque ella lo dude en ocaciones, te quiero mucho rubia, la otra personita especial es mi buen amigo samilove14 autora de Más allá de mi reflejo, historia que pronto será publicada en esta plataforma. Ahora sí adiós, hasta la noche, si mi internet lo permite

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro