La otra cara de la moneda
Miro fijamente a la persona parada ante mí. El recuerdo de todos los momentos vividos juntas, hace que su traición me abra un agujero en el pecho enorme. No entiendo sus motivos para hacer lo que hace, pero nada justifica todo el mal que ha causado. Acaba de quitarle la vida a alguien frente a mis ojos por el amor de dios y lo peor de todo es que se nota que no le importa, quizás hasta le divierta.
—¡Lo mataste! ¡Joder, has matado a una persona frente a mí y te comportas como si solo hubieras aplastado un bicho! —exclamo cuando la realidad de lo que acaba de hacer mi mejor amiga se hace imposible de ignorar. —Jamás imaginé que llegarías al extremo de matar a alguien.
—Ni que le hubieras tomado cariño. Si no recuerdo mal hace unos minutos lo tenías en el piso y la sangre salía de su entrepierna ¿Por cierto que le hiciste? ¿Le diste una patada? ¿Sacaste una navaja y le cortaste la polla? Mierda, sabía que tenía que apresurarme, ahora me perdí la parte interesante.
—¿Por qué? ¿Por qué eres tan cínica? ¿Por qué te comportas de esta manera? —Es lo único que sale de mis labios.
—Por qué… Mm, buena pregunta. Deja pensarlo por un rato —se burla —Son muchos los motivos que tengo, si te soy sincera. Muchos años planeando esto, trazando cada línea, cada punto que me llevaría al momento en el que acabaría contigo —Se pasea por el lugar, como si de su propia casa se tratara, examinándome —Me alegra que el drogadicto de tu novio siguiera mis instrucciones para variar y no te tocara la cara. Quiero darme el gusto de destrozar ese bonito rostro yo misma.
—¿Qué te hice? ¿No entiendo por qué eres así? —pregunto, pero ella solo pone los ojos en blanco sin dejarme de apuntar con la pistola.
—Imaginé que no lo recordarías —contesta, caminando un poco hacia mí, pero manteniendo la distancia, ubicándose a un lado de Kevin. Le da una patada y se ríe al no ver reacción alguna. —Si se murió el muy imbécil —Se ríe.
—¿Qué esperabas? Le disparaste, enterraste una bala en su cerebro —digo completamente exaltada, dándome cuenta de que a ella le da igual, por lo que cambio de táctica —Dices que no recuerdo, hazlo tú entonces, recuérdamelo, dime qué hice para que seas así. Porque simplemente no entiendo cómo puedes pasar de ser mi mejor amiga, mi hermana, a esto.
—Esto —dice, haciendo comillas con los dedos —Es lo que siempre he sido, pero claro, estás tan pagada de ti misma que no puedes ver lo que está ante tus narices. Eres tan crédula que nunca imaginaste que yo pudiera estar detrás de tantas cosas y ¡Dios! Como me he divertido con ello.
—¿Te divirtió hacerle daño a mi padre? ¿A la persona que estuvo para ti cuando dudabas de tu sexualidad? La única que te apoyó desde un principio.
—Admito que lo de Ben fue de improviso. Tenía que sacarte del ridículo nidito de amor en el que estabas con mi hermano, no se suponía que estuvieran tanto tiempo. Solo fue el medio para un fin.
—¡Casi lo matas! —exclamo
—Ay, no seas tan dramática —protesta poniendo los ojos en blanco —Mejor siéntate mientras llamo a Max, esta fiesta no puede empezar sin él, pronto le tocará su regalo.
—¿De qué…? —pregunto, pero me interrumpe haciéndome callar mientras se concentra en su llamada.
—¿Max?… Necesito de tu ayuda… Sí, a esta hora… Necesito que recojas unas cosas que se me quedaron en una iglesia cerca de casa… Luego te explico, tú solo hazme ese favorsito —Vuelve a poner los ojos en blanco, perdiendo la paciencia —No, Max, no sé nada de Nyx. Si ella dijo que la dejaran descansar, déjenla. Ya ha sufrido demasiado. Cuando esté lista aparecerá —Se calla, escuchando lo que su hermano le está diciendo —Gracias hermanito —Cuelga para luego explotar en carcajadas —Debería haberme hecho actriz, soy demasiado buena en esto.
—¿Por qué involucras a Max? Creí que tus problemas eran conmigo, no con él. Déjalo en paz, él no tiene la culpa de nada.
—Te equivocas, él es tan culpable como tú. Pero bueno, ya está comprobado que lo que tú crees, importa poco. Al final, la verdad es que mi hermano me falló mucho antes de que tú lo hicieras, él es igual o más responsable. Aunque, dado que lleva mi sangre, tendrá una muerte rápida. En cambio, tú, tú verás a tu amorcito morir ante ti sin poder hacer nada para evitarlo.
—¿Por qué haces esto? ¿Qué fue lo que Max y yo te hicimos para que quieras matar a tu propio hermano? ¡Deja de dar rodeos y habla de una vez maldita sea! —grito perdiendo la paciencia.
—¿Qué hizo? ¡Él te eligió a ti, siempre te elegía a ti! ¡Daba igual que yo fuera su melliza, él siempre prefería estar como un perrito faldero detrás de ti y tú eres tan estúpida que ni cuenta te dabas! Te la pasabas lloriqueando por los rincones porque mi hermano no te veía, cuando los dos estábamos locos por ti —exclama exaltada, devolviéndole los gritos.
—¿Tú? —indago sin entender.
—Sí, yo. Estuve enamorada de ti desde siempre, pero a ti te gustaba él, lo preferiste a él. El mejor de los dos, el más deportista, el que mejores notas tenía, el hijo pródigo. Todos lo preferían a él, mis padres, los profesores, las chicas, todos. A nadie le importaba la otra melliza, a nadie le importaba la chica. Pensé que si le importaba a alguien sería a mi mellizo, que sería la única persona me prestaba atención. Menuda decepción me llevé, él te prefería a ti, me dejaba de lado siempre para verte. Así que me cansé de ser la invisible, de ser el segundo puesto para todos, de ser la burla de la familia.
—Yo no sabía que te sentías así. Si lo hubiera sabido…
— No hubieras hecho nada. Claro que no, estabas demasiado centrada en Max, en tu música, en salvar a tu querida prima. Ella fue mi primera víctima ¿Sabes? —Sonríe como si recordara.
—¿El video? ¿Fuiste tú la responsable del vídeo de Ayla?
—¿Creíste que Sky podría haber ideado una estrategia tan perfecta? Esa estúpida tiene el cerebro del tamaño de un maní, es imposible que hubiera podido urdir un plan tan espectacular, tan brillante.
—¡Casi provocas que Ayla se quite la vida! ¿Te das cuenta del mal que hiciste, del mal que estás haciendo? —exclamo, cada vez más alterada.
—La idea era esa, que nos librara de su estúpida presencia. Lástima que no saliera tan bien, pero bueno, era mi primera vez, así que no lo tomes en cuenta —pide, guiñando un ojo.
—¿Es que no te importa alguien más que tú?
—No, la verdad es que no. ¿Por qué habría de importarme alguien cuando yo no le importé a nadie?
—¿Y Ava? ¿Ella tampoco te importa? Sé que te quiere, que se va a sentir defraudada cuando sepa lo que has hecho.
—Ava… Por supuesto que nunca me importó. Me da igual lo que piense de mí. Es más, me encantaría que no quisiera verme otra vez, eso sería un alivio. Ella, era solo mi cuartada, la excusa visible para ir a Richmond. —Se aleja hasta estar junto a la pared y recuesta su espalda en esta sin dejar de apuntarme —Finalmente ya todo termina hoy. Por fin voy a acabar contigo, después de tantos años planeando tu final, de tantos imprevistos, ya todo acaba hoy, aquí, en esta iglesia olvidada por la mano de dios.
«El primer paso fue presentarte a Kevin. Sabía que le gustaba golpear a las mujeres, se creía invencible, pero era solo un drogadicto más. Simplemente, le empecé a suministrar su droga y él hizo lo que yo quería. Sabía cómo manipularte, yo solo tenía que decir dos o tres palabritas, impedir que te separaras de él»
—¡Eres un monstruo! —le digo con asco, sentándome en el banco donde minutos atrás estaba atada. Procesando toda la información que me ha sido lanzada.
—Me halagas querida. La verdad es que fue muy divertido verte perder esa seguridad que siempre te caracterizó. El siguiente paso era volverte un poquito loca, llevarte al borde. Así que cambié las pastillas anticonceptivas, le puse LSD y tú solita te la tomaste. Luego Kevin hizo su parte y tadaa.
«La próxima fase fue traer a Maximiliano. Necesitaba que te repusieras, que volvieras a tener esperanzas, así te las arrebataba hasta estar a otro paso más de volverte loquita»
—El técnico
—Si, ese no formaba parte del plan, pero soy buena improvisando y no me interesan los daños colaterales. Además, me tenía cansada con sus chantajes. Él sabía que yo te quería hacer daño y lo usó a su favor por un poco de dinero. Lo que no sabía era que las clases de tiro que papá me obligaba a tomar desde niña dieron buenos resultados. Y lo mejor de todo es que Harold será el que cargue con la culpa de todo al final. Todas las pruebas darán en su contra, ya me encargué de ello.
«Nadie sospechará de la pobre y triste mejor amiga, la melliza del chico asesinado. Llevo tiempo practicando mi cara compungida —comenta haciendo un puchero para darle más veracidad a la afirmación.
—Pero algo en tu plan falló ¿No es así?
—Bueno, pequeños detallitos. No se suponía que Max te convenciera tan fácil. Tantas mentiras que te dijo y tú de idiota creyéndotelas todas. Seguro te dijo que la cabaña fue una herencia. Mentira, la herencia, el viejo me la dejo a mí, fue el quién me dio la idea de la venganza, aunque yo la adapté a mi manera. La cabaña formaba parte de esa herencia, pero como soy una buena hermana y convenía con mi propósito se la dejé a Max. Mi hermanito no necesitaba el dinero del viejo, pero le gustaba ese lugar, siempre que necesitaba estar solo iba y se perdía por días. Así que deduje que sería el sitio al que te llevaría.
«Max no es rico, pero está bien acomodado. No obstante, también soy la responsable de que no te dijera. ¿Qué puedo decir? Soy una chica mala. Me las ingenié para que Max pensara que te repelían los hombres con dinero. Le di la idea de que te ocultara su situación económica hasta que estuvieras enamorada de él. Además, sabía que se culpaba de la muerte de la tal Robin, así que jugué un poco con eso también. La información es poder y yo soy muy poderosa.
»Me encantó verte sufrir por sus mentiras. No se suponía que todo fuera tan rápido, pero las circunstancias se dieron así. Tuve que ajustarme un poco. Me hubiera gustado verte perder tu carrera, a tu familia, me hubiera encantado verte sola, sin nadie a tu lado. Pero bueno, ya que, toca deshacerme de ti y de Max antes de que sigan investigando más.
La miré con asombro. No obstante, no dije nada. No lo necesitaba, ella sola contaría todo. Está tan segura de que va a ganar que no le importa destapar todas sus cartas. Le gusta regodearse con su supuesta victoria.
—No me mires así —dice ante mi cara de desconcierto —Por supuesto que sé que estuvieron investigando. Por eso dejé las fotos, por eso puse cámaras en tu preciosa casa. Sabía que Jacob las encontraría. Aun así, no contaron con que también habría micrófonos escondidos. Gracias a eso pude saber absolutamente todo.
Sigo sin hablar, aunque sabía perfectamente lo de los micrófonos, no lo digo. No hago comentario alguno. Dejo que piense que siempre estuvo un paso por delante de nosotros.
De repente la puerta es abierta y ambos Maxs entran por ella. Maxi mueve la colita al verme, hasta que fija sus ojos en Peige y comienza a gruñir. Esta se voltea un poco, cambiando el foco del arma hacia su mellizo. Max se le queda viendo y por su mirada pasan miles de emociones, tristeza, desconcierto, traición, decepción y finalmente ira.
—Haces cualquier movimiento y la mato —Amenaza Peige a Max, moviendo el arma hacia mí otra vez y quitando el seguro.
—No lo quise creer. ¡Joder Tenía la esperanza de que estuvieran equivocados! De que hubiera un error. Pero ya veo que no. Confié ciegamente en ti y tú solo terminaste haciéndome daño y no solo a mí.
Me levanto de donde estaba sentada, doy un paso en dirección al hombre que amo cuando la voz de Peige me detiene.
—Un paso más y vacío el cargador en tu cuerpo y créeme, no me va a temblar la mano para hacerlo. —Mira hacia su hermano, consciente de que no me voy a mover y le pregunta —Y tú, deja el drama que ya con la idiota esta, tengo suficiente ¿A qué te refieres con que no lo quisiste creer?
—Lo que quiere decir mi novio, es que mientras tú ibas ya yo había planificado tu caída al detalle. Mientras tú pensabas que me tenías atrapada, yo te estaba atrapando a ti. —Miro el reloj de mi muñeca, algo que no se suponía que llevaba mi atuendo, pero que yo me empeñé en usar —Hace exactamente dos horas intentaste envenenarme, sin embargo, el veneno terminaste tomándolo tú.
Hola mis amores, me demoré, lo sé, no me maten. Ya está aquí el capítulo y bueno, al final muchos tenían razón, la villana es Peige, pero ¿Qué nadie se imaginaba ese final? Les dije que no todo es lo que parece, asi deberían tenerlo en cuenta.
Ya quedan cada vez menos capítulos para el final así que estén al tanto habrán algunas sorpresas muy pronto.
Y ahora me despido, nos leemos en el próximo capítulo, no se olviden de votar y comentar que les pareció el capítulo, quiero saber qué creen que pasará en el siguiente ¿Qué desenlace tendrá está historia?
Un besote desde el fondo de mi corazoncito.
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